En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

viernes, 17 de diciembre de 2010

La casa de doña Ana Jacinto.

Una reyerta que termina en asesinato y una Cédula Real.
Fachada del edificio
El precioso edificio del que estamos hablando está situado en uno de los extremos de la plaza de la Corredera, única plaza mayor cuadrangular de Andalucía.
La plaza fue reformada por el arquitecto Antonio Ramos Valdés bajo las ordenes del Corregidor Ronquillo Briceño.
Las fachadas de la plaza son todas iguales excepto la antigua cárcel ahora Mercado de Sánchez Peña y en el lateral suroeste de la plaza en la que encontramos la llamada "Casa de doña Ana Jacinta"

Plaza de la Corredera 
Según Ramírez de Arellano el tramo desde la calle de Sánchez Peña, la antigua calle Odreros, el testero alto de la plaza estaba completamente liso, sin puertas ni ventanas, tanto que era conocido como "La pared blanca" en aquella tapia, en los actos público, montaba unos andamios para la gente e incluso la presidencia hasta que se edificó la cárcel y su balcón vino a cubrir aquel servicio.
La fachada de la casa fue construida por orden de Pedro Jacinto de Angulo constando de tres alturas y ventanas. 
Este edificio no fue demolido para la ampliación de la Plaza por orden del corregidor porque su dueña, doña Ana Jacinto de Angulo junto con doña María Fernández de Córdoba se opusieron radicalmente, llegando a conseguir del rey Carlos II una Cédula Real dándole la razón.
Esto es lo que cuenta Ramírez de Arellano en su precioso libro de "Paseos por Córdoba", sin adentrarse más en historia de quien era aquella tal señora doña "Ana Jacinta" o qué poder podía ostentar para ser capaz de pedirle una cédula al Rey para que no tirasen su casa... ¡Desde luego alguien importante tuvo que ser!
El erudito no quiso meterse en más descripciones, aunque los dueños de esta casa guardan una "jugosa" historia que debemos de saber.
La famosa "pared blanca" de la que habla pertenecía a los señores de Angulo y para saber el por qué de la existencia de aquella pared, debemos remontarnos a las revueltas que hubo en Córdoba en resistencia contra el reinado de Pedro I apodado "El cruel".
D. Pedro, enterado del apoyo incondicional por parte de la mayoría de la nobleza cordobesa a su medio hermano el de Trastámara, como represalia a las familias de los caballeros cordobeses les condenó a no tener fachada principal en sus casas ni escudos que se pudieran reconocer, siendo en el interior preciosos palacios y por fuera sólo una tapia de esmirriada apariencia...
Luego pasados los años los señores, unos construyeron preciosas fachadas y otros dejaron las tapias en honor a no doblegarse a uno de los reyes más crueles que la historia haya tenido.

Edificio en los años 50

Los Angulo fueron una familia bastante poderosa es esta ciudad, el primer Angulo vino desterrado a Córdoba desde el valle de Losa, provincia de Burgos, por su "desavenencias" con Fortún Ortiz Calderón, descendiente del que según la tradición nació sin moverse ni llorar, así que al creer que había nacido muerto lo echaron a un caldero cerca de la lumbre donde revivió y de ahí el comienzo del linaje de "Calderón". 
El final de la historia fue la muerte de Fortún Ortiz Calderón y sus hijos y el destierro de Martín Sánchez de Angulo por parte del Rey.
Martín llegó casado y su hijos hicieron buenos matrimonios con las familias más ilustres de la ciudad, otras que no se casaron fueron "amigas entrañables" del hermano gemelo de Enrique II, llamado Fabrique y que fue Maestre de Santiago y que mató su medio hermano D. Pedro. 
¡Ya veis lo que no se ganaba con las armas se ganaba en la cama! 
La tal Constanza (En algunos libros Constancia) de Angulo, que así se llamaba la susodicha, le dio nada más y nada menos que cuatro retoños a Fabrique, aunque otros historiadores dicen que tres, el caso es que recibió pingües beneficios por revolcón.
Fotografía del edificio perteneciente
 al archivo de Albert Kahn

Otorgó ésta señora un testamento el 16 de Mayo de 1370 en el que declaraba ser hija en D. Lope Alfonso de Angulo y que era vecina de la collación de San Andrés dejando legados a sus hijas Elvira, Leonor y María Martinez de Angulo; declarando que el Conde D. Pedro de Castilla y Ángulo de Córdoba conde de Trastámara, Lemos, Sarria y Viana del Bollo, condestable de Castilla y pertiguero mayor de Santiago es su hijo, y donde suplica al rey Enrique, es decir el hermano gemelo de su amante, que le concediera la merced que le había hecho en Burgos en 1366 por la cual le concedía varias tiendas en la Alcaicería, Aldabería y Judería y otros como la aceña situada debajo del puente que llaman del Medio, la Huerta de la Aduana y todas las demás heredades que gozó en Córdoba doña Leonor de Guzmán madre del Rey, que no era otra que la amante del Onceno. 
Y es que... ¡¡Entre amantes de Reyes andaba el juego!!

Pero vayamos al meollo de la historia

Descendiente de todos estos embrollos de cama es D. Pedro Jacinto de Angulo y Cárdenas señor del mayorazgo de Leonis, caballero de la orden de Alcántara y veinticuatro de Córdoba fue el que mandó construir la fachada con la forma que tiene hoy, excepto las ventanas que cierran la galería.
D. Pedro Jacinto estaba casado con su prima hermana, doña Andrea de Cárdenas Angulo y de ese matrimonio tuvieron tres hijos: Martín de Angulo de Cárdenas, Pedro de Angulo y Ana Jacinta de Angulo (Ana Jacinta, sobrenombre que lleva la casa)
D. Pedro Jacinto de Angulo, hombre de gran carácter se vio involucrado en unos de los crímenes más sonados por aquellos tiempos en Córdoba.
Alrededor de 1629 surgieron grandes disgustos entre familia: D. Martín Fernández de Córdoba, Comendador de Mestanza de la Orden de Calatrava y D. Antonio Cabrera Méndez de Sotomayor, señor de Montalvo. 
¿Los motivos? Competir ambos por una orden de caballeros.
Por lo visto D. Martín pertenecía a la orden de Calatrava, y D. Antonio recibió, gracias a la dote de su mujer, el habito de esta orden que por otra parte D. Martin no reconocía por no haberla conseguidos por méritos.

En el libro de la Casa  de Cabrera de Córdoba escrito por P. Francisco Ruano dice así:

"por dote de su mujer recibió el Abito de Calatrava, cuya merced fue despachada en Madrid 8 de Mayo de 1629 refrendada del Secretario D. Antonio Carnero. 
Y en el día 10 de Agosto del referido año con asistencia de D. Francisco de la Cerda, D. Pedro Gomez de Cardenas, D. Cosme de Bocanegra, D. Gonzalo de Cárdenas y Córdoba, caballeros profesos de Calatrava, D. Pedro Jacinto de Angulo, Cavallero de Alcantara, D. Cristoval de Saavedra, y otros muchos Cavalleros, fué armado Cavallero por D. Diego de Vera en el Coro del Convento de San Agustin de Cordoba, dandole el Abito el R.P. Prior Fr. Pedro Zarco de Villa Señor."

El caso es que D. Antonio Cabrera citó al primero D. Martín para tener una entrevista de noche en el Campo de la Merced, donde zanjarían todas sus diferencias...
D. Martín acudió completamente solo al lugar de la cita, donde lo abordó D. Antonio Cabrera acompañado de D. Pedro Jacinto de Angulo, D. Pedro de Mendoza y Figueroa, D. Antonio de Figueroa y D. Juan de Anguita; quienes acometieron con sus espadas a D. Martín Fernández de Córdoba, que a pesar de defenderse, murió a manos de sus agresores.
Las voces de la víctima llamó la atención de los vecinos que cuando acudieron solo pudieron recoger el cadáver sin darles tiempo a reconocer a los asaltantes, que huyeron creyendo que nadie conocería su secreto...
Pero con lo que no contaron los atacantes es que la viuda de D. Martín, Doña María de Córdoba, sabía de la cita a la que acudió su marido e intuyendo la relación de la cita con la muerte de su esposo pidió el merecido castigo por tan horrible crimen.
Esperando confiada en la rectitud del Corregidor; y viendo que las cosas se demoraban por estar involucrados gente tan importante, acudió al Rey en demanda de un magistrado exclusivo para este proceso. 
El Rey envió para tal carácter a un juez que logró descubrir y atrapar a todos los que contribuyeron a la muerte de D. Martín Fernández de Córdoba.
Sabiendo ya quienes habían participado en la muerte, sentenciaron a D. Pedro Jacinto de Angulo a ser degollado, por resultar ser el más culpable, y otros castigos muy severos a los que lo acompañaron, multando además a pagar entre todos, la cuantiosa suma de 90.000 ducados que habría de recibir la señora viuda.
Entonces empezaron las súplicas y como los nobles eran casi en su totalidad parientes lograron al fin el perdón de Doña Jacinta María, pactando que D. Pedro de Angulo, hijo del sentenciado, habría de casarse con Doña María Fernández de Córdoba, hija tercera de la victima, con obligación de entregar a la viuda 9,000 ducados, si no tuviese efecto el casamiento.

D. Francisco Ruano en el libro de la casa de Cabrera en Córdoba cuenta que no hubo casamiento aunque yo creo que si existió ya que en la genealogía de los Angulo aparece Doña María Fernández de Córdoba casada con Pedro de Angulo y también aparece como defensora de que la casa no fuera derruida junto con su cuñada Doña Ana Jacinta de Angulo y Cárdenas señora del mayorazgo de Leonis y casada con D. Martín de Angulo y Contreras caballero veinticuatro de la ciudad, que murieron sin sucesión. 
Doña Ana Jacinta,  por lo que se ve fue una señora con gran poder adquisitivo, ya que aparece en el libro titulado "La virgen de la Fuensanta" escrito por D. Manuel Gonzalez y Francés, como una de las fundadoras de una capellanía en la iglesia de la Fuensanta dotándola con 2.000 ducados y de unas casas que tiene en propiedad en la calle de Almonas número 54, ( la que hoy sería Gutiérrez de los Ríos) que hace esquina a la calle del huerto de San Andrés, con otras en la misma calle lindantes con las anteriores, con un censo de 6.000 reales de principal y 180 de intereses.
También dejó testado donaciones como 2.000 ducados a la iglesia del Hospital Jesús Nazareno obra benéfica del padre Cristóbal de Santa Catalina, con la obligación de decir misa diaria por ella y sus padres, imponiendo como Capellán al hijo de su cirujano Pedro de Córdoba nombrando un albacea para cumplir lo dispuesto.  

*Editado 17/12/2010 por ampliación
*Editado 25/09/2015 por fotografía
*Editado 24/07 2019 fotografías nuevas

Fuentes Consultadas: 
Paseos por Córdoba ósea apuntes para su historia volumen III de D. T Ramírez de Arellano -La virgen de la Fuensanta, hechos históricos. Escrito por D. Manuel González y Francés (Canónigo Magistral)- Árbol genealógico de los Angulo- Árbol genealógico de los Fernández de Córdoba- Casa de Cabrera en Córdoba: obra genealógica histórica, dedicada a el señor (pag bd0) ... escrito por Francisco Ruano, Joannes Ribadas- Árbol genealógico de los Cárdenas-Los caballeros Veinticuatro de Córdoba a finales del siglo XVII. Riqueza, fusión y linaje de una élite de poder por María Isabel Castillejo Cuenca-Fotos recogidas de Internet-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó la historia. Gracias

MariÁngeles Ortiz dijo...

Bienvenid@ a mi humilde blog