En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

lunes, 8 de julio de 2024

La Cofradía y Hermandad de La Caridad.

El "blanqueo" de expediente de un judío converso y esclavista

Fotografía propiedad de Carlos S. (Tripadvisor)
La Cruz del Rastro






Las revueltas que hubo en las juderías andaluzas y concretamente en la cordobesa, a finales del siglo XIV, fue el detonante donde comienza una de las más grandes persecuciones contra los conversos que ha visto nuestra ciudad. 
Muchos, no se sentían seguros, a pesar de haber conquistado un poder económico y un estatus, dentro de sus posibilidades, ya que sabían que podían estar, más temprano que tarde, bajo la mirada del Tribunal de la Inquisición.
Por lo que su principal objetivo fue, intentar por todos los medios borrar su ascendencia, su antigua religión y toda reminiscencia que conllevara el olor a cristiano nuevo. 
El primer paso a dar fue salirse de la judería, sobre todo por seguridad, integrándose en otros barrios de la ciudad donde empezaron a predominar los gremios.
La peste y demás enfermedades que acometen con el comienzo del nuevo siglo hizo que gente con recursos y cierto poder, se plantearan ayudar a esas gentes que morían en las calles sin ningún tipo de ayuda o auxilio.
Es cuando comienzan a proliferar las cofradías, asociándose no solo a personas de la misma profesión, sino también de la misma clase y del mismo nivel social, llegando a tener un gran poder en muchos niveles, incluido el religioso cuando pasen a ser Hermandades. 
Fotografía propiedad "Unos amigos de paradores"
Hospital de la Caridad.
A principios del siglo XV nacen cofradías como la de la Caridad de los enfermos, fundada por Gonzalo Rodríguez y otras, como la de la Magdalena o la de la Candelaria, unas desaparecerían con el tiempos y otras derivarían en Hermandad. 
En su principios- como bien dice Ramírez de Arellano- era laica y entre sus primeros integrantes había artesanos, mercaderes, escribanos o médicos para ayudar a los pobres, pero sobre todo para autoayuda de ellos mismos.
¿Qué por qué digo esto? Pues sencillamente porque hubo muchos integrantes conversos que aprovecharon ser cofrade de ésta o de otras cofradías, para pasar por los expediente de limpieza de sangre, con cierta "facilidad"...
El Tribunal de la Inquisición resolvía los expediente de limpieza de sangre con un doble rasero, ya que en un principio si el candidato pertenecía a un grupo consolidado de alguna Cofradía o Hermandad con su "supuesto" expediente realizado por la misma, eran muchos más laxos limitando las declaraciones de los testigos a solo tres y no a más de diez que eran lo normal, resquicio que utilizaron muchos conversos para poder tener unos expedientes "intachables".
Fotografía propiedad de Rafael Carmona ABC
Reglas de la Cofradía de la Caridad
Esto lo aprovechó, entre otros muchos, la estirpe de los Estaquero o del que ya hablamos aquí de los Muñoz de Velasco y esa casa, mal llamada, de los Cueto.
Lo primero que conocemos de los Estaquero, ha sido gracias al trabajo de D. Gonzalo J. Herreros Moya- Gonzalo Estaquero, del barrio de San Nicolás de la Axarquía donde existía un núcleo importante de conversos. 
Gonzalo de Estaquero, hijo de Isabel Fernández de Cieza y Gonzalo Estaquero de profesión artesano del cuero. 
No sabemos determinar si por un buen trabajo o el apoyo de algún conocido, esta familia dispone de "posibles" para que su hijo estudiara Derecho haciendo carrera eclesiástica en Valladolid y volviendo a Córdoba después de algunos años. ¡ Desde luego, era uno de los primeros pasos para ir difuminando el olor a "cristiano nuevo" que todos los conversos tenían!
Como dato anecdótico vestía a la morisca según el trabajo de Antonio J. Díaz Rodríguez en su trabajo sotanas a la morisca y casullas a la chinesca...  
Bueno, el tal Gonzalo y como todo "buen clérigo" tiene su "amiga entrañable", llamada Mencía Rueda, con la que tuvo, al menos, un hijo llamado también Gonzalo ¡Es aquí donde se empiezan a repetir nombres y es un poco enredo!  
El caso es que el padre logró "colocar" al niño para ser medio racionero de  la Catedral cordobesa y diez años más tarde una ración entera en la Catedral de Sevilla.... 
Para ello tuvo que pasar por el tribunal Inquisitorial que me imagino pondría algo nervioso a "papá"... ¡Adelanto que no le fue nada mal!
El Tribunal en las conclusiones del expediente de limpieza de sangre que se le hizo a su hijo Gonzalo, para la media Ración, se permitió la expresión, "uno de los nuestros", y de los tres testigos de oficio que aportó el Tribunal, uno de ellos dice conocer al hijo del canónigo desde hace más tiempo mencionaba tres meses, otro que es de profesión sillero, un tal Juan Ruiz Carrasquilla, vecino de los Estaquero, a quienes había conocido toda la vida como simples artesanos, que afirma que: 

"conoció a Gonçalo Estaquero, que la pregunta diçe su padre, al qual vido este testigo venir a esta ciudad, y entonçes oyó decir que era canónigo de Valladolid" . 

¡¡Todo fue sobre ruedas!!
Descubrimiento de la portada 1917-18
El joven, consiguió pasar el Tribunal y consiguió su media Ración en la Catedral cordobesa. Pronto se integró- cuenta G. Herreros- con un papel más o menos secundario, en el círculo de Pablo de Céspedes, para quien actuó como representante en alguna que otra ocasión, como recogen las Actas capitulares de agosto de 1577.

Su primo, el guarnicionero Juan Sánchez Estaquero, estaba haciendo lo propio, y gracias  al trabajo de Alejandro Cerro García y Rafael M Girón, sabemos que había comenzado a poner en práctica los primeros pasos en el ascenso social y como otros tantos conversos en la misma situación, recurrieron en primer lugar a las corporaciones con estatuto de limpieza de sangre en las que era más fácil entrar: Las cofradías... Con el paso del tiempo, sus descendientes recurrirán a ello para justificar su condición de cristianos viejos.
Según Aranda Doncel-  Fue hermano Mayor, durante seis años, de la cofradía de la Ermita de la Puerta del Colodro y su hermano Juan Sánchez Molero Estaquero, cofrade de la Caridad, de éste sabemos gracias a un expediente de limpieza de sangre del marido de su nieta Melchora Tovar y Estaquero, que tenía unas casas principales en la calle de la Feria, y que se casó con Juana Pérez Zamora, hija de Pedro de Zamora, otro mercader con tiendas en la calle Armas  y otros muchos negocios, bien posicionado pero de procedencia morisca .  
Hijo de estos últimos- prosiguen Cerro y Girón - sería Diego Sánchez Estaquero, apodado "El Mozo" para diferenciarse de su tío carnal. 
Diego Sánchez Estaquero "El mozo" mercader de textil, se casó con Lucía de Estrada y aparece documentado repetidamente en la compraventa de textiles junto con su hermano Pedro Zamora y Estaquero, que además de jurado de la ciudad también fue cofrade de la Caridad, casó con Francisca Leal Zahorejas, familia también conversa en la ciudad. 
Los Zahorejas, pues, al igual que los Zamora, necesitaban la unión con los Estaquero para su ascenso social, y las murmuraciones sobre los orígenes moriscos de los Zamora habían sido acallados y ahora tan sólo se trata de un linaje de jurados, oficiales del Santo Oficio y cofrades de la Caridad, que podían avalar su calidad de cristianos viejos con las numerosas pruebas de limpieza de sangre superadas.
La hermana de estos dos jurados, Melchora de Tovar y Estaquero, casó con su concuñado Juan Beltrán de Guevara y Estrada, como podemos comprobar en un expediente de limpieza de sangre de la cofradía de la Ermita de la Candelaria.
Escudo de la Hermandad
A finales del siglo XV con la llegada masiva de esclavos guanches de las Canarias y que más tarde fueron liberados por la reina Isabel I de Castilla, comenzó un nuevo comercio.... ¡Esta vez de personas! 
Según Gonzalo J. Herreros- Aparte de la mercadería textiles los Estaquero también hacían otro tipo de mercado y es el de personas. 
Los Estaquero se dedican a la venta y compra de negros procedentes de las costas de Guinea y los esclavos moriscos recogidos de las Alpujarras. ¡Me causa asombro el poco escrúpulo que tenía esta gente cuando ellos estaban casados con gente descendiente de moriscos como los Zamora o los Zahorejas!
Cuando los esclavos llegaban a la ciudad, había corredores que cobraban comisión, encargados de buscar compradores, asignando un lugar para la venta, que debía hacerse en lugar público. Las ordenanzas municipales de Córdoba a principios del siglo XVI, prohibían a los mesoneros ejercer de corredores de esclavos, estando prohibida la compra-venta de esclavos en viviendas privadas o mesones, bajo multa de 12 maravedíes. 
Los corredores debían ser forzosamente cordobeses; no estando permitido a los extranjeros o forasteros ejercer dichos trámites.
Fueron corredores ¡ O para que vamos a maquillar!, fueron esclavistas, Diego Sánchez Estaquero junto con  su doblemente cuñado Juan Beltrán de Guevara.
Aparecen algunas escrituras -según G. J. H- (...)vendieron a un chico, "de nación moro" a Juan Muñoz de Paniagua, escribano mayor de Millones de Córdoba y al año siguiente venden a Pedro de los Ríos, merchante de esclavos de Antequera, a Patricia Josefa de nación berberisca que había comprado el año anterior en Málaga .- prosigue Herreros Moya- En mayo de 1678 el mismo Juan Beltrán le vende a Estaquero una esclava blanca de 10 años que él mismo acababa de comprar en febrero, por valor de 3.400 reales (...)
A pesar de todo ello, Diego Sánchez Estaquero consiguió ser investido con la Cruz del Santo Oficio. Con este puesto en el tribunal cordobés no solo revestía su ya " impoluta" genealogía, sino que podía ejercer un poder real dentro de la jurisdicción inquisitorial en la ciudad.
Posiblemente y solo elucubrando, éste sea el Estaquero que tenía sus casas principales en la calle Cruz Verde, número 6 lo que hoy es un colegio, seguramente llamaron así a la calle por vivir el familiar de la Santa Inquisición y llevar el emblema de la cruz a los Autos de Fe... 
Captura del Archivo Provincial de Córdoba
Captura informativa
Aquí aparece información sobre una escritura de fundación de una memoria perpetua de misas rezadas que realizaran los religiosos de la madre de Dios, por cercanía al convento tiene que ser él.
Fueron muchos de la familia Estaquero -como podemos ver en el trabajo de Familiares del Santo oficio en Córdoba de Juan Valverde Madrid- los que avanzaron por el mismo camino ya que Rafael Zamora Estaquero aparece como Oficial del Santo Oficio, sobrino del racionero de la Catedral don Andrés de Zahorejas, también era Cofrade de la Caridad para lo cuál se exigía expediente de limpieza de Sangre, también era sobrino de un familiar de la Inquisición don Francisco Rodríguez de Almoguera del que no se conserva expediente.

Conforme los sobrinos del medio-racionero Andrés de Zahorejas fueron creciendo, les iría asegurando un puesto en el cabildo. Por ejemplo a Juan Sánchez Molero y Estaquero, se logró una capellanía en el Hospital de la Caridad, a cuya cofradía pertenecía la familia, tasada por unos 100 ducados anuales.

Pero sigamos con Diego Sánchez Estaquero:

Fotografía propiedad de Rafael Expósito
Capilla de los Estaquero
Un testamento nos hace descubrir la importancia que tuvieron para elevar el estatus de esta familia Estaquero al establecer un reflexionado proyecto de fundaciones de mayorazgos y una capilla funeraria familiar en el convento de San Pedro el Real, hoy iglesia de San Francisco fue el punto final de una consolidación social, buscando como meta una imagen nobiliaria aunque fuera ficticia.

Por esta escritura- Nos cuenta Gonzalo J. Herreros- de últimas voluntades manda a su esposa 1.500 ducados, más sus dos esclavas, 6.000 ducados para sus sobrinos; declara tener unas casas principales, más otras ocho casas urbanas, un tejar, un oficio de escribano, un oficio de jurado, un censo de 200 ducados de principal, un haza de 4 fanegas y otros 40.000 ducados en dinero, mercancías y bienes muebles, a lo que se añaden algunas deudas a su favor por valor de varios miles de reales . 

Al carecer de hijos, tanto él como su esposa, por su respectivo testamento otorgado en 1688 , dedican todo su patrimonio a establecer varios vínculos que serían el sustento de sus hermanos y sobrinos. 
Su devoción con la hermandad del Hospital de la Caridad se refleja en que en el orden de los llamamientos a su mayorazgo establecen que, faltando todas las líneas de su familia, recaigan dichos bienes en esa hermandad. 
Y como guinda de pastel, deben velar por vestirlo todo de suficiente apariencia nobiliaria, y así en la fundación del mayorazgo de Diego Sánchez Estaquero se obliga a que sus propietarios:

"han de tener obligación de firmar el apellido de Estaquero y usar de las armas de este apellido" 
Fotografía propiedad de Rafael Expósito
Escudo de los Estaquero
Este escudo cuartelado, en cuyo primer cuartel se describe un campo con cinco estacas, apreciándose además la cruz dominica acolada, emblema que representa su pertenencia al Santo Oficio. 
Nadie diría a la luz del lustre del mármol rosado de este altar que su fundador había pagado su obra con los miles de ducados ganados como esclavista. 

Entre sus descendientes se encontrarán, familias de la aristocracia cordobesa, los condes de la Estrella, a través del matrimonio entre Antolín Cuéllar, conde de la Estrella, con doña Mariana Luque Repiso y Santa Marta, hija de Mariana Catalina Santa Marta Infante de Estaquero y nieta de doña Beatriz Estaquero y Santana. Dª. Mariana de Santa Marta y Estaquero, natural de Córdoba y devota de San Rafael, junto con su marido, D. Andrés Luque Repiso, fueron los máximos promotores del triunfo que existe en Castro del Río. 


* Doy las gracias a Rafael Expósito autor del blog Qurtuba Fabulas por su ayuda y fotografías realizada en la iglesia de San Francisco




Fuentes consultadas: 
Un ejemplo de ascenso a la mesocracia cordobesa en la Edad Moderna: La familia Estaquero por  Antonio J. Díaz Rodríguez Universidad de Córdoba *Revista de Arte Arqueología e Historia Enero de 2008 - Diccionario biográfico de la Catedral de Córdoba I: Los miembros del cabildo en la época moderna por Antonio J. Díaz Rodríguez- Escudos pintan escudos: Heráldica de judeoconversos y mercaderes en Córdoba en la Edad Moderna por Gonzalo J. Herreros Moya- La cofradía de la Expiración y la Semana Santa cordobesa durante el siglo XVII al XX pg de. de Aranda Doncel-Focos devocionales a los Santos Mártires en la Córdoba de los siglos XVI y XVII: La ermita de la puerta del Colodro de Aranda Doncel-Aspectos históricos-Médicos del Hospital de la Caridad de Nuestro Señor Jesucristo por Ángel Fernández Dueñas-Catálogo de limpieza de sangre de la cofradía de Santa María de la Calendaría de Córdoba (1578-1753) por Alejandro M. Cerro García y Rafael M. Girón Pascual- La esclavitud en Córdoba en la Edad Moderna 1556-1598 por Víctor Jose Rodero Martin 

domingo, 28 de abril de 2024

La Calleja de la Pimentera








Situada en una de las zonas más emblemáticas de nuestro casco Histórico  y ubicada en la calle Caldereros es una de las tres callejas sin salida que existen desde la Edad Media.  
Dos de ella se pueden visitar, la otra se encuentra integrada entre dos casas que pronto será un hotel al que posiblemente llamen "Los palacetes de Córdoba"
Ambas callejas sin salida o azucaques, vestigios del urbanismo musulmán, eran construidas para que al ojo del transeúnte se viera en apariencia privada y que preservaban la intimidad de aquellos que vivían allí. 
El nombre de esta calleja, ya aparece como tal en el plano de la ciudad de 1851, reformado por D. José María de Montis, del plano de 1811, llamado también "plano de los franceses"
Se cree que en éste ultimo o bien pertenecía a alguna casa como calleja barrera o aparecía sin nombre.
Los historiadores no se han puesto de acuerdo sobre de donde proviene el nombre de la calleja, algunos dicen que deriva por un árbol de la especia que se encontraba allí, aunque no creo que sea veraz ya que no hay arboles pimenteros en la ciudad, otros hace alusión al negocio de las especias que estaba extendido por la zona aunque a mi corto entender, no tan cercana ya que en la calles más cercanas estaban latoneros, caldereros y plateros.
Ubicación de la calleja 
Flecha blanca
Otros teorizan que el nombre proviene por una familia que vivió allí de apellido "Pimentel" o "Pimienta"...
Indagando un poco descubrí que un tal Alonso García Pimienta que junto con otros como D. Gonzalo Yáñez rico-hombre de Portugal recibieron repartimento en Córdoba por la ayuda a la conquista de los moros en Andalucía.
El tal Alonso recibió repartimento de un molino que no he logrado saber cuál y unas casas en la zona donde está ubicada la calleja, ya que algunas de esas casas las puso en regimen de alquiler, una un platero llamado Francisco Fernández y otra a Pedro de Aranda, maestro lapidario, ambas por cinco años y veinte ducados de renta, en el arquillo de los Calceteros, asentamiento de castellanos nuevos.
Además de un cortijo al que se le denominaba "del judío" que los textos lo sitúan en la carretera de Sevilla , es decir, la actual carretera de Palma del Río, en el límite municipal de Córdoba y Almodovar del Río, de éste solo pagaba parte, sobre cuatro yugadas, al diezmo de la Catedral ya que la otra parte, aparece en la bula de Inocencio IV.

"En el cortijo que diçen del Judío, carrera de Seuilla, ouo don Alfonso García Pimienta quatro yugadas. Son agora de Garçi Meléndez, e creçentó otras quatro yugadas por conpra. Lieua la Eglesia la meytad del diesmo e de todas las ocho yugadas e todo lo de la huerta porque fue del donadío"

-Libro de Diezmos de Donadíos, de la Catedral de Córdoba.- 

Lo que si sabemos con seguridad es que en aquella calleja vivió uno de los más relevantes artistas del barroco andaluz, nuestro insigne pintor D. Antonio del Castillo y Saavedra (del que hablaremos más adelante en este blog)  cuando se casó, en segundas nupcias, con Magdalena de Valdés, hija de un reconocido platero Simón Rodríguez de Valdés.

También vivió en la misma calleja, Martin Sánchez de la Cruz, platero de enorme renombre en aquellos tiempos ya que hizo obras como los relicarios del Monasterio de la Inmaculada Concepción y la imponente lámpara del crucero de la Catedral cordobesa. 
Tuvo, que se sepa, una casa en propiedad situada en la calle de la Pimentera, en las inmediaciones de la Calcetería y que se hicieron en ellas reformas, como se hace constar en un acuerdo con fecha de
Fotografía de la Mezquita Catedral
Lámpara de la Catedral
 1629 cuando Martín Sánchez contrata con el carpintero Andrés de Gauna la realización  de los arreglos de puertas y ventanas:
"de todas las puertas de tableros o enrasadas... para unas casas que está labrando en esta ciudad en la calleja de la Pimentera"; en el encargo se incluían todas las de la vivienda.
A lo largo de su vida gozo de un buen nivel adquisitivo ya que se dedicaba a composturas del tesoro de la Catedralicio como ajuar domestico.

Sobre la lámpara habló D. Enrique Romero de Torres, hermanos de nuestro insigne pintor, en 1946 , dice que fue encargada y pagada a su costa el Sr. Obispo de la Diócesis D. Cristóbal de Lobera y la donó para que "perpetuamente de día y de noche, arda delante del Santísimo Sacramento" en la capilla mayor de la Santa Iglesia Catedral, según consta en la escritura.
Su tamaño es de 1.82 metros de diámetro y desde el borde, dividido en dieciséis partes iguales, rectas y molduradas en la bandeja, de cuyo centro exterior penden tres cuerpos superpuestos octagonales de formas variadas, octagonales que, en disminución forman, a modo de pirámide invertida, hasta el extremo del bello remate que ostenta en la parte inferior con una argolla para anudar la borla colgante de seda, mide 1'23 m.; y de altura tiene toda ella, con sus ocho cadenas formadas de elegantes alacranes, 4'50 m. 
Fotografía de la Mezquita Catedral
Para haceros una idea de como es el tamaño de la magnifica lámpara
El lamparín no está suspendido por cadenitas como es costumbre en esta clase de lámparas, sino que descansa el vaso de cristal con la mecha y aceite en una esbelta y calada torrecilla del mismo metal, que se eleva sobre un sencillo trípode. De las dieciseisavas partes poligonales que constituyen y rodean los principales sectores circunscritos por molduras, estrías, conchas, grutescos y otros motivos ornamentales de esta espléndida joya artística, ocho de ellas, representan los escudos de armas del Prelado donante.
Los tres cuerpos restantes octogonales moldurados que van en disminución y completan el conjunto de la lámpara, hasta terminar después del nudo grande que precede a su remate, están decorados profusamente con hojas, vástagos, medallones, guirnaldas, cabecitas aladas de querubines y demás elementos decorativos.

Con Martín Sánchez de la Cruz colaboraron varios plateros- prosigue Enrique Romero de Torres- caldereros, latoneros y otros artífices en esta magnífica obra, cuyo peso es de 862 marcos, 3 onzas y 4 ochavas de plata con el oro que tiene en las armas y su costo fue de 10.000 ducados y 526 reales, según fe de Pedro Sánchez de Luque, fiel marcador de esta ciudad de Córdoba. 
La citada lámpara, en la cual no hay cosa ninguna que no sea de plata, excepto los adornos dorados de las armas de su donador, se colocó en el centro de la bóveda del crucero, la víspera de Nuestra Señora de la Fuensanta en 1629, cuando era obrero mayor el Canónigo Licenciado D. Antonio Torralbo de Lara y la que había antigua en el mismo sitio, fue fundida para servir en el adorno que se hizo en el arca del Santísimo Sacramento, con dos pares de candeleros.   


Fuentes consultadas:
La situación de la platería cordobesa en el Siglo XVII de María del Amor Rodríguez Miranda- Obras religiosas del platero Martín Sánchez de la Cruz por M.ª Teresa Dábrio González-La monumental lámpara de plata con incrustaciones de oro, existente en la Capilla Mayor de la Santa Iglesia Catedral por Enrique Romero de Torres en el Boletín de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba -

miércoles, 3 de mayo de 2023

Encarnación López "La Argentinita"

Una "Sinsombrero" de la danza, comadre de García Lorca 

Retrato de "La Argentinita" 1915
Óleo sobre lienzo 38cm x 32 cm
Museo de Julio Romero de Torres













Cuando Europa se encontraba dividida y enfrascada en una guerra...  
España se declaraba neutral viviendo otra realidad alternativa, con un Madrid en en plena ebullición de teatros y salas de fiestas. 
El 4 de noviembre de 1915 el teatro Romea se encontraba hasta la bandera, actuaba una chica que tenía al público "cautivado" la chica que se llamaba Encarnación López fue apodada la "Argentinita", cantaba, bailaba e imitaba a otras cupletista famosas. ¡Y se le daba muy bien!
A todo el mundo le encantaba y se divertía, todos, menos Raquel Meller que ya le había avisado, más de una vez, que dejara de cantar sus canciones y sobre todo, dejara de imitarla... Pero aquel día, si mediar palabra, la Meller se coló hasta el escenario y cuando la chica estaba terminando las últimas estrofas de un cuplé que Raquel titulado Matrimonio:" Yo para ti, tu para mí...".¡ Y esto para ti, arreándole una bofetada a la susodicha! 
La Argentinita, se recompone y dirigiéndose al publico dice: "No puedo seguir cantando porque Raquel Meller me ha dao una torta". 
¡El incidente salió en toda la prensa!

De esta mujer vamos a hablar, de Encarnación López, "La Argentinita" con este sobrenombre nos podemos imaginar dónde nació, de padres españoles que se fueron a buscar una vida mejor y que volvieron a España siendo ella muy pequeña.
Su primera actuación fue en el teatro Circo de San Sebastián cuando apenas contaba ocho años...
Después de recorrer toda el país como niña prodigio, recaló en Madrid donde trabajó en diferentes Teatros hasta que marchó a Portugal y después a América, volviendo para recalar de nuevo en Madrid. 
¿Qué como conoció a García Lorca? Pues unos cuentan que por coincidir como padrinos en el bautizo de un bebé de un amigo en común, otros que se conocieron en las tertulias de María de la O Lejárraga y su marido Gregoria Martinez Sierra, ambos escritores ¡Bueno, ella más que él! Ya que ella era la que escribía y él se limitaba a firmar con su nombre... Pero de esto hablaremos otro día ya que también la pintó D. Julio Romero de Torres.

El caso es que desde que se conocieron comenzaron una estrecha amistad que desembocó en ser la actriz principal de la primera obra lorquiana titulada "El maleficio de la mariposa" con su papel de mariposa herida... La obra fue un fracaso total.
De amores, Encarnación no tuvo mucha suerte, dos toreros que ambos murieron en el ruedo. Con Joselito "El Gallo" tuvo un romance del que dicen que ambos se enamoraron hasta el tuétano, cuentan que pensaban casarse hasta que un toro puso punto y final. 
La "Argentinita" lo pasó tan mal que decidió hacer una turné por América para olvidar esa pena de amor con el trabajo.
Es en México donde conoce a Ignacio Sánchez Mejías, torero de familia acomodada y cuñado de Joselito, pues estaba casado con la hermana de éste. 
No sabemos si la historia comenzó recordando y consolándose por el torero muerto, pero terminaron con una relación apasionada de más de diez años. 
García Lorca y Encarnación López
Con esta relación, "la Argentinita" se vio integrada con el grupo de la generación del 27 codeándose con escritores como Miguel Hernández, Rafael Alberti, etc.
El propio Mejías que fue gran mecenas, aficionado a la literatura hacía "sus pinitos" de escritor, produjo un espectáculo para la cantante junto con Rafael Alberti y Federico García Lorca, se titulaba "Las calles de Cádiz".
Es la Argentinita y Federico García Lorca comenzaron un trabajo de investigación sobre el folclore y danza de antaño y que se vio reflejado en cinco discos en total, diez canciones que recopilaron con el nombre de "Canciones populares españolas" en los que Encarnación López canta mientras Federico García Lorca toca el piano. 
Recuperaron canciones como: "Anda jaleo, jaleo", "Los cuatros muleros" ambas fueron himnos de las filas republicanas, "Las tres hojas", "Los Mozos de Monleón",  Los Pelenigritos", "las morillas de Jaén" o "Café de Chinitas".
En 1934 muere Sánchez Mejías, su amor por las astas de un toro llamado "granadino", con apenas 43 años... 
Encarnación ni tan siquiera pudo despedirlo como quisiera porque era "la otra", "la amante"... 
Es Federico, su gran amigo, el que le escribe a su gran amiga una poesía que titula "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías":
                                                        (...)¡Que no quiero verla!
                                                        Dile a la luna que venga
                                                      que no quiero ver la sangre
                                                      de Ignacio sobre la arena
                                                         ¡Que no quiero verla!
                                                          la luna de par en par
                                                      Caballos de nubes quietas
                                                      y la plaza gris del sueño
                                                      con sauces en las barreras(...)
Unos días después asesinan a García Lorca y fue el colmo para Encarnación  López, que se suma en gran una depresión poniendo tierra de por medio y nunca más pisará viva España.
Sale en una gira por el Norte de África y Europa, para finalmente recalar en Estados Unidos. 
Nunca olvida a su querido amigo, en 1943 realizará un homenaje en el Metropolitan de Nueva York, a García Lorca con una obra en un acto inspirada en "Así que pasen cinco años", donde el número final fue Café de Chinitas, con una decoración de Dalí, amigo de ambos.
Cartel de la obra
Doña Encarnación López muere dos años después, concretamente el 24 de septiembre de 1945 en Nueva York, su cadáver fue repatriado y enterrado en el cementerio de San Isidro.
Dicen que D. Julio Romero de Torres la pintó por encargo de los hermanos Álvarez Quintero.
Según la página del museo, nos cuenta que el retrato responde a la época en que el pintor se ve influenciado por el movimiento impresionista francés. 
La modelo queda desplazada a un segundo término, para resaltar la importancia del color, que en definitiva, es el auténtico protagonista del cuadro...


Fuentes consultadas:
La vida encontrada de Encarnación López, la Argentinita por Paula Fariza- La bailaora Encarnación López por flamencas por derecho- Wikipedia- Museo de Julio Romero de Torres- Federico García Lorca y la Argentinita: Canciones populares- 

jueves, 16 de marzo de 2023

D. Pedro Fernández de Alcaudete.

Quemado por judaizante y la verdadera historia que había detrás 

Fotografía de portal de Sfarad
Torre de la inquisición
Alcázar de los Reyes Cristianos










A finales del siglo XIV la corona de Castilla y Aragón se da cuenta que no tiene poder sobre los judíos, estos le habían prestado dinero para sufragar los gastos de la guerra contra los moros y los reyes se veían muy endeudados, al igual que muchos nobles.
Así que la única manera de "librarse" del pago era expulsarlos... Todo aquel que se quedara debería convertirse al cristianismo.
Hubo muchas familias, sobre todo mercaderes que al convertirse y cambiar sus apellidos ya no habían nada que le impidiera el ascenso social al que tenían vetados por ser de origen hebreo.
Los cristianos viejo viéndose amenazados en el monopolio que existía en la incorporación de algunos puestos, se rebelaron contra ellos pidiendo para su acceso expedientes de limpieza de sangre y es ahí donde aparece los tribunales de la Santa Inquisición.
¿Y qué ocurría cuando un judaizante era juzgado por el tribunal y encontrado culpable? Pues en el mejor de los casos iba a parar con sus huesos a una celda, en el peor a una hoguera, sus bienes y los de toda su familia, era confiscados por la Corona ¡Que recordemos que tenían que llenar las arcas vacías! 
Córdoba fue la segunda ciudad donde se estableció el Tribunal en 1482, con el nombramiento de los inquisidores Pedro Martinez Barrio, doctor en Cánones, Antón Ruiz de Morales canónigo de dicha catedral y como asesor fray Martín de Caso; Los mismos Reyes le cedieron parte del Alcázar para establecer el Santo Oficio y prácticamente se estrenaron con uno de los casos que ha llegado hasta nuestros días como leyenda.
Fotografía propiedad del Día de Córdoba
 Torre de la Inquisición antiguo tribunal de la Santa Inquisición
Alcázar de los Reyes Cristianos
Y ésta fue la de Pedro Fernández de Alcaudete, el tesorero de la Catedral.
Hasta hace nada, no sabíamos casi nada de éste personaje... Gracias a la tesis de D. Francisco I. Quevedo que el padre del tesorero fue Juan Fernández y que fue quemado en estatuilla no sabría determinar el tiempo. Que tenía dos hermanas que quedaron en Córdoba y que murieron alrededor de 1507, se cree que de muerte natural ya que no se han encontrado las actas inquisitoriales. 
De la información que se ha podido encontrar en el archivo del Monasterio de los Jerónimos apenas hay unas letras: Que era bachiller "in utroque iure" (en ambos derechos), en derecho civil y en derecho canónigo, juez apostólico subconservador y subejecutor de Valparaíso.
Por lo demás que su cargo consistía en la custodia y administración del tesoro de la misma incluido el manejo de los fondos, es decir, del dinero...
El tesorero se había metido con demasiada gente e incluso utilizaba su cargo para prestar dinero que luego debían de pagarle con intereses o en contra se quedaba con sus bienes. 
¿Y quienes eran lo que mayormente pedían créditos a este personaje? Pues los nobles, que al no poder luego pagar movieron sus hilos para saldar "sus cuentas" contra el Tesorero.
Fotografía ABC de Córdoba
Desde la Torre
Pero empecemos por la leyenda:
Cuenta que el Jueves Santo de 1483 cuando la procesión retornaba de nuevo a la Catedral alguien se percató que de un zapato del Tesorero manaba sangre...
Cuando la gente le avisó de que estaba sangrando Pedro Fernández se turbó tanto que los canónigos se alertaron llevándole a la capilla de san Acacio, de ahí que hoy en día se le dice la conoce como la capilla de la sangre. 
Al descalzarlo, descubrieron que dentro del zapato había una hostia consagrada, la cuál iba pisando al caminar... Inmediatamente fue detenido y llevado a las mazmorras de la Santa Inquisición.

Cuenta que el Tesorero vivía una vida desordenada entre la lujuria, el poder y la ambición... Incluso se habla de los chantajes que hacia a los nobles de aquel entonces, para llegar a sus caprichos.
Esto hizo que la Santa Inquisición, posiblemente empujada por más de un canónigo y noble, cayera sobre él con toda la fuerza, acosándolo de judaizante... 
El traslado del Tesorero a las celdas del Santo Oficio no estuvo falta de violencia "fue llevado a empellones y uno de sus criados mató al aguacil de las cárceles secretas"
Otros cuentan que realmente el motivo de su detención y acusación fue como consecuencia del proceso y castigo a una manceba llamada Elvira que tenía en su casa, la cual acusada de judaizante, y confesando serlo, terminó por declarar que Pedro Fernández de Alcaudete a pesar de su dignidad de tesorero de la Catedral también observaba la ley de Moisés.
¡La verdad! Jamás lo sabremos pero lo que si fue muy beneficioso tanto para el tribunal como para los Reyes la confiscación de sus bienes.
Ermita de los Santos Mártires

El día 23 de febrero de 1484 tocaron a Auto de Fe en la Catedral y a la mañana siguiente se formó la procesión en que iban los inquisidores, precedida de una cruz alta y cubierta con velo negro acompañando la Ciudad, otras corporaciones, entre ellas el Cabildo eclesiástico y el obispo don Rodrigo de Soria, que vino para la degradación, por estar vacante la mitra de Córdoba.
Dicen que fue en el convento de los Santos Mártires situado más o menos a la altura de donde ahora se encuentra la Ermita del mismo nombre al comienzo de la Ribera, al efecto preparada con un tablado en el centro, sobre el cual se efectuó la ceremonia.
Despojaron a Alcaudete de las vestiduras y le pusieron una aljuba amarilla con mangas largas, una capotilla de colores y capuz y un letrero en que se leía:

                                                          " Éste ha judaizado" 

Después lo subieron en un asno, y entregado al brazo secular lo llevaron a las afueras de la puerta de Baeza, donde habían clavado un palo, al que lo ataron, y rodeándolo de leña le hicieron morir de una manera tan espantosa.
Existe el documento del juicio que se le hizo al tesorero por la Santa Inquisición, que se encuentra en el archivo del Real convento de San Pedro de la Orden Franciscana de esta Ciudad.
El manuscrito dice:

"En la muy noble y leal ciudad de Córdova, en sábado veinte y ocho del mes de Febrero, año del nacimiento de nuestro Salvador Jesuchristo de mil cuatrocientos ochenta y cuatro; estando fuera de los Alcázares Reales de esta dicha ciudad junto á la torre de los Leones, lugar situado donde los Reverendos Padres é Señores inquisidores de nuestra santa fe cathólica por la authoridad Apostólica y jurisdicción ordinaria, conviene á saber, Fray Martin de Cazo de la Orden de San Francisco Maestro de Sagrada Theología, y el Doctor Pedro Martinez de Barrio y el Bachiller Anton Ruiz de Morales Canónigos de la Yglesia de esta ciudad, y el Licenciado Juan Gutierrez de las Cañas, é Don Lope de Sandoval Dean, é Don Francisco de Balenzuela Arzediano de Córdova, é Don Pedro Gonzales de Hozes Chantre, é Simon Lopez de Valenzuela é Luis Mendez de Morales Canónigos, con otros muchos Clérigos é Beneficiados de la dicha Yglesia Cathedral é el virtuoso Señor Garcia Fernandez de Manrrique del Consejo del Rey é Reyna nuestros Señores é su Correjidor é Justicia Mayor en esta Ciudad é su tierra, con otros muchos cavalleros de los del Regimiento de esta dicha Ciudad, é el discreto varón el Bachiller Pedro de la Cuba Alcalde de la Justicia, é el Reverendo Señor Don Rodrigo de Soria obispo de Málaga, todos generalmente estando en su congregacion é ayuntamiento para denunciar é declarar por erege judaizado apostatado á Pedro Fernandez de Alcaudete Thesorero de la dicha Yglesia Cathedral de esta Ciudad; é porque, assi denunciado, el dicho Señor Obispo lo degraduase de las órdenes ecclesiásticas que tenia: é luego los dichos Señores Padres Inquisidores sedendo pro Tribunali mandaron á los discretos notarios Anton Sanchez de Córdova Notario Apostólico, e á Mateo de la Cuba escribano público de esta dicha Ciudad, é escribanos de esta Audiencia, é que leyesen públicamente delante del pueblo, como que estava presente á los autos é méritos del proceso hecho contra el dicho Pedro Fernandez Thesorero herético, Judaizado Apóstata é descomulgado, é los delitos é eccesos por él cometidos contra nuestra Santa fe cathólica, segun la deposicion de los testigos que contra el dicho Pedro Fernandez depusieron por sus dichos é segun la confesion por él confesada.
Por el cual dicho Proceso pareció el dicho Pedro Fernandez Thesorero aver caido en error de herejía é judaizado, teniendo como tenia al público nombre de christiano, ó en el secreto nombre de Judio, é con el que siempre celebraba las fiestas expecial de la Ley de Moises, diciendo que aquella era la verdadera Ley por Dios dada, é que la Ley de Christo que era burla; é no solamente contento de esto, ya mas constava de hazer ayuntamiento con Judios de señal é con otros semejantes herejes, como predicándoles la Ley de Moises; el qual guardó las pasquas de las Cabanuelas é del Pan censeño, é del querno3; é los ayunos en especial siempre comia carne, é guardava los sávados, mandándole comer en viernes por el sábado, encendiendo los candiles antes del sol puesto, los quales ardian hasta que de suyo se apagavan; y quando iva á la Yglesia no hacia aquel acatamiento al Sagrario que devia, sino falso, por dar á entender que era Christiano; é no creia que la hostia consagrada era Dios verdadero; é quando se vido en agonias é travajos, ayunó por sí é hizo ayunar á otras personas los ayunos de la Ley vieja, por los quales fuere librado de penar; é no creia verdaderamente en lo que la Santa Madre Yglesia creo y tiene, sino de todo punto convencido en su herejia é inducimiento, en el qual siempre permaneció fasta la ora que fue traido al Consistorio donde los Señores Padres é Inquisidores estaban.
E assí venidos é platicados [por] el dicho Padre Casso de los crímenes é errores fechos por el dicho Pedro Fernandez Thesorero contra la Santa fé Cathólica, segun que esto é otras muchas cosas están en los Procesos contra él fechos, los dichos Señores Padres Inquisidores denunciaron ó declararon á el dicho Pedro Fernandez Thesorero por herético, judaizado, é Apóstata é Descomulgado, convencido en la herética pravedad; é que pedian é requerian al Reverendisimo Señor Obispo de Málaga, que presente estava, que lo degraduase de las órdenes ecclesiásticas que tenia, como á indigno poseedor de ellas; é luego el dicho Señor Obispo estando en su pontifical, segun que de uso é costumbre se suele fazer en los semejantes casos, degraduó por órden de nuestra Yglesia al dicho Pedro Fernandez dejándolo como hombre seglar. E luego los dichos Señores Padres Inquisidores dijeron que como hombre relaxo é hereje convencido en la herética pravedad, que lo relajaban é remitian al brazo seglar é á las justicias de los Reyes nuestros Señores, é al dicho Señor Garcia Fernandez Manrrique su Correjidor en su nombre. 
É luego el Señor Correjidor dijo que lo recibia por tal, é lo dava é entregava á el Bachiller Pedro de la Cueva su Alcalde de Justicia, que presente estava, para que segun las leyes divinas y humanas le diese la pena de muerte conforme á sus errores ó delitos de heregia por él cometidos, segund su dicho mereció.
E luego el dicho Alcalde de Justicia dijo que lo recibia á su fuero é jurisdiccion de Alcalde de la Justicia; é dió sentencia contra el dicho Pedro Fernandez como hereje, judaizado, apóstata, é descomulgado, como hombre seglar, segun que los dichos Señores Padres Inquisidores por su sentencia ó denunciacion le avian declarado, en la manera siguiente:
Yo el Bachiller Pedro de la Cueva Alcalde de la Justicia en esta ciudad de Córdova por el muy virtuoso Señor Garcia Fernandez Manrrique del Consejo del Rey ó Reyna nuestros Señores é su Correjidor é Justicia mayor en esta dicha Ciudad é su tierra, por virtud de la su sentencia é denunciacion que aquí han dado los Señores juezes de la Santa Inquisicion de la herética pravedad, en que han declarado por hereje judaizado, apóstata é descomulgado á Pedro Fernandez de Alcaudete Thesorero de la Yglesia Cathedral de esta Ciudad, segun los delitos por él cometidos contra nuesta Santa fé cathólica, Yo lo recibo á mi oficio é fuero de Alcaidia de la Justicia seglar en nombre del Señor Correjidor, é assí recibido fallo que por quanto por virtud de la dicha declaracion é degraduacion de él, fecha en forma de derecho, en que por su sentencia fue declarado el dicho Pedro Fernandez Thesorero ser hereje, judaizado é apóstata é descomulgado, convencido de la herética pravedad, é á mi fue relajado é remitido como degraduado é persona seglar, segun parece por la sentencia é autos del proceso sobre el fechos, lo qual es pasado en cosa notoria é por notoriedad del fecho, en el qual segun derecho por ser assí notorio no es necesario nuevo proceso ni orden de juicio, salvo solamente dar la sentencia; é Yo assí haviendo por notorio el dicho delito de heregía, apostasia del dicho Pedro Fernandez Thesorero, fallo, que le devo condenar y condeno por los dichos delitos é errores á pena de muerte natural, la cual mando que sea por fuego material, é sea quemado vivo hasta tanto que sea convertido en ceniza, é á pena de confiscacion de todos sus bienes, los quales confisco é aplico á quien con derecho los deve haver.
É mando á Andres Palacios Alguacil mayor de esta Ciudad que lieve é faga lievar esta mi sentencia á puro é leal é devido efecto é egecucion é que le mande cavalgar en un asno con una soga al pescuexo; é las manos atadas, lo lieve á quemar vivo á la Puerta baja, donde mando por esta mi sentencia que sea fecho, é execucion de ella; la qual assi pronuncio é sentencio por esta mi sentencia, por sus escritos, é por ellos;
El Bachiller Cuba. Yo Juan Ximenez escrivano público de Córdova. "

Según la tesis de Francisco I Quevedo- "Los Judeoconversos cordobeses y su proyección en el reino de Granada"- Pedro Fernández de Alcaudete tuvo hijos.
Lo confirma, una declaración hecha el día 11 de noviembre de 1521 ante el tribunal del Santo Oficio de una de sus propias hijas, llamada Elvira Fernández de 55 años que dijo ser hija de D. Pedro el que fue tesorero de la Catedral y que fue condenado a la hoguera haría alrededor de cuarenta años y que su madre, del mismo nombre que ella, también había sido sentenciada tiempo antes que su padre. 
Por lo visto, D. Pedro dejó más hijas de esta unión: La menor Catalina Hernandez, viuda del físico Maestre Fernando, quemado en el Auto de los "ciento siete" y que ya enviudada vivía con un mercader de Córdoba al que se le conocía como "Blas de Madrid", la otra hija se llamaba Juana Fernández de la que nada se sabe.
También hubo un hijo que se llamó Alonso y que se sabe porque una mujer declaró que su primer marido era un tal Alonso de Tantarina "Analdo" (Es decir, hijastro) del tesorero que fue condenado, y que después de casada su marido huyó de la ciudad cuando D. Pedro Fernández de Alcaudete fue detenido por el Santo Oficio.
Esta nuera del tesorero entroncó con un linaje bastante extenso los "Cerfati" de Bujalance de los que hablaremos más adelante.

Fuentes consultadas:
Ejecución en la hoguera de Jan Hus. Constanza en 1485- Cervantes Virtual- Mirando al cielo sin dejar el suelo de María Soledad Gómez Navarro- Historia de los Judíos en España por Adolfo de Castro- La publica difusión del auto general de fe por Manuel Torres Aguilar *Universidad de Córdoba- Familias en movimiento. Los judeoconversos cordobeses y su proyección en el reino de Granada (S. XV al XVII)  por Francisco I Quevedo Sánchez-

miércoles, 1 de febrero de 2023

Calle de Julio Romero de Torres.

La antigua calle de los Mascarones y un cartel pagado por suscripción popular.
Calle Julio Romero de Torres 
Cinco, son los recodos de la antigua calle llamada "de los Mascarones" que comienza en el arco del Portillo hasta donde se encuentra el Museo Arqueológico, haciendo un camino sinuoso de trecientos cincuentas metros hasta su salida a la plaza de Jerónimo Páez.
Antaño fue una zona donde habitaban y por lo tanto tenían sus tiendas, los mercaderes. 
De ahí que el propio Portillo que no es otro que un vano abierto desde el siglo XIV en la muralla para facilitar el paso desde la Medina hasta la Axarquía, fue llamado como estaba claro "Puerta de los Mercaderes".

El por qué de este nombre, nuestro ilustre don Teodomiro Ramírez de Arellano cuenta en sus "Paseos por Córdoba" dice así: 
"Antes de salir a la plazuela de D. Gerónimo Páez hay otra calle tortuosa, toda embaldosada, en lo antiguo conocida por las callejas que van al Portillo y después de los Mascarones (Julio Romero de Torres), por dos relieves que representaban dos soldados romanos que estaban a los lados del balcón de la casa número 21, solariega de los Mohedano de Saavedra"
Casa de los Mohedano de Saavedra
Mi humilde teoría sería que esos mascarones tal vez, y digo solo tal vez, podrían haber sido encontrados en la ruinas del teatro romano que se encuentra exactamente bajo esa misma plaza y del que podemos ver parte bajo en Museo Arqueológico. 
Habla también de una de las casas donde vivió una familia clerical, ahora se encuentra dividida y edificado un bloque de pisos en parte de ella, perteneció a una de las familias más extravagante por su gustos exóticos que aparece en el trabajo del galardonado con el premio Nacional de Historia de España, don Antonio José Diaz Rodríguez, catedrático de la Universidad de Córdoba, en su trabajo: "Sotanas a la morisca y casullas a la chinesca. El gusto por lo exótico de los eclesiásticos cordobeses ". 
Pero... ¿Quiénes eran esta familia? 
Los Mohedano de Saavedra eran oriundos de Pedroche, una familia burguesa venida a más por su relación con la iglesia y una calculada estrategia matrimonial... 
Entroncaron con los apellidos de la élite de Córdoba, como los Armentas y los Simancas que según cuenta  Díaz Rodríguez y que estaban relacionados con los arcedianos de Córdoba y los Fernández de Córdoba entre otros.
El primer pedrocheño que tenemos constancia fue don Juan Mohedano de Saavedra, jurado de Córdoba que casó con María de los Barrios nacida en Torremilano, en el municipio de Dos Torres provincia de Córdoba. 
De este matrimonio tienen dos hijos que sepamos, doña Francisca de Saavedra Mohedano y don Alonso Mohedano de Saavedra canónigo de la Santa Iglesia de Córdoba.
En los Mohedano Saavedra se unieron dos dinastías catedralicias en don Juan Pérez Mohedano de Valenzuela: los Pérez de Valenzuela, vinculados con el poderoso clan de los Fernández de Córdoba, como hijo del alcalde noble de la Santa Hermandad Juan Pérez de Valenzuela, y los pedrocheño Mohedano de Saavedra por su madre, doña Catalina Blázquez de Saavedra. 
Según D. Antonio J. Díaz Rodríguez- Entre sus parientes más cercanos encontramos a su tío, el Obispo y auditor de la Rota don Juan Mohedano de Saavedra, propuesto al pontífice romano por el mismo Carlos I, sus primos Antonio de Saavedra, canónigo de Sevilla, Hernando Mohedano de Saavedra, canónigo de Córdoba y luego de Sevilla, Antonio Mohedano de Saavedra, canónigo y provisor de Córdoba, o su pariente el Dr. Juan Pérez de Valenzuela, canónigo de Córdoba, entre otros.
Fueron poderosos y pintorescos, con ganas de lucir el poder económico, vivieron rodeados de un nutrido servicio de la casa: Mayordomo, capellán, ama de llaves, pajes, criados entre ellos varios esclavos y varias moriscas llamadas Brianda, Elena de Cáliz, María, Isabel y Luisa... 
Esto solo en la residencia de la capital ya que en la villa de Pedroche mantuvieron sus casas principales con su propia servidumbre ¡Viva el voto de pobreza! ¡Ironía, claro!

Como era de esperar fundaron en una de las Capillas de la Mezquita Catedral en 1578 por Juan Pérez Mohedano Saavedra, la llamada de Santa Elena o de la Santa Cruz de Jerusalén este nombre se cree que se le llamaba por su cercanía a la Puerta de Jerusalén.
Hoy en día no existe ya que en 1859 fue integrada a la Capilla del Sagrario para sacristía de los curas de ésta, con la condición de que no se tocara el retablo de Santa Elena hasta que Velázquez Bosco en su restauración en 1908 guardara el cuadro en el museo de la Mezquita.
Azulejo de la calle con el nombre actual
La calle fue rebautizada en 1920 con el nombre de nuestro insigne pintor Julio Romero de Torres. Según cuentan, la calle era muy frecuentada por el pintor pues aquí vivía Francisca Pellicer, la mujer que más tarde sería su esposa. Cuentan y esta historia la he leído en la prensa y no he podido verificarla, que una noche en uno de los recovecos de la calle, el hermano de Francisca, Julio Pellicer, le sacó una pistola a Julio Romero de Torres dándole el ultimátum y diciéndole que o se casaba con su hermana o le daba matarile... Y es que Paca (Como la llamaban en la familia y amigos) se había quedado embarazada viviendo su embarazo soltera y con apenas dieciocho años, pues el pintor todavía no había decidido casarse... 
El caso, es que por lo visto, lo de la pistola hizo efecto ya que se casó con Francisca apenas tuvo al bebé.
El pintor, cada vez tenía más pedidos de retratos y con las ganancias de sus cuadro invirtió en bienes inmuebles... Uno de ellos en una casa en la misma calle y que hoy en día es la peña flamenca de Julio Romero de Torres y de la que en vida del pintor, siempre la tuvieron en alquiler para ayuda de la economía familiar cosa que cuenta Paco Muñoz en su blog "Notas cordobesas"
Cuando el Ayuntamiento acordó poner el nombre del pintor a la calle, promovieron una suscripción popular para rotular la calle...
Se consiguió recoger 1.068,45 casi 1069 pesetas de los años 20 ¡Un pastizal!
Con esa cantidad, además del bello rotulo de la calle, se hizo una replica en azulejo de uno de los cuadros del pintor, "La saeta" que se encuentra en la plaza de Capuchinos, colocado concretamente en la fachada de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores. 
¿Y por qué en esa plaza? Pues según Teodoro Fernández Vélez en su libro "Julio Romero de Torres: Vida y obra" se reafirmaba una identificación entre la plaza y  pintor. Y como siempre la ubicación tuvo sus dimes y diretes, ya que se propuso que se colocara en la plaza del Potro para que la familia del pintor pudieran verla cuando salieran de la casa.

Volviendo al cartel de cerámica fue colocado al comienzo de la calle esquina con la calle Cabezas, de forma rectangular está decorado con una orla en su borde con abirragadas rocallas y "C" de estilo barroco, que se mezclan con cartelas geométricas.
En su interior, un diseño vegetal pintado en un color anaranjado claro y apenas esbozado, sirve de fondo para la composición principal, la cual consiste en dos tondos circulares situados en la esquinas  en el centro en grandes letras: 
                                                    JULIO ROMERO DE TORRES. 
Su nombre adornado con hojarasca decorativa. Los tondos de las esquinas los escudos de la ciudad: El de la derecha reproduce una vista de la ciudad con el rio, el puente y algunos edificios de los cuales se elevan alguna palmeras; alrededor de esta vista de la ciudad el lema:                         "CÓRDUBA MILITAE DOMUS INCLYTA FONS QUE SOPHIAE"
A la izquierda el escudo de Córdoba con el león sin coronar y en la parte inferior derecho la firma del artista.
Manuel Vigil-Escalera Díaz ceramista y amigo del pintor nació en Sevilla trabajó como ceramista desde 1915 hasta su temprana muerte en 1938.
Fue más tarde cuando se hizo una copia del mismo cartel colocándolo en la ultima casa de la calle frente a la plaza de Jerónimo Páez


Fuentes consultadas:
Callejero Sentimental por Francisco S. Márquez *ABC de Córdoba- Sotanas a la morisca y casullas a la chinesca: el gusto por lo exótico entre los eclesiásticos cordobeses (1556-1621) por Antonio J. Díaz Rodríguez *Universidad de Córdoba- Julio Romero de Torres: Vida y obra por Teodoro Fernández- Cordobapedía