En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

sábado, 7 de diciembre de 2019

Capilla de Nuestra señora de la Antigua.

Un símbolo del poder de un judeoconverso
Capilla de Nuestra Señora de la Antigua
Y
a lo dijo César:

" La mujer del César no sólo debe de ser honesta sino además parecerlo"
Esto es lo que debió de pensar Alonso Cazalla, jurado de Córdoba y judeoconverso cuando para dejar bien claro que era "cristiano como el que más", se agenció nada más y nada menos que una capilla en la misma Catedral de Córdoba...

Pero empecemos por el principio:

La Capilla de la que hablamos es la dedicada a Nuestra Señora de la Antigua que se encuentra adosada al muro norte en el espacio que ocupaba la antigua Mezquita de Abd al-Raman I.
La portada que da acceso a la capilla es muy sencilla, adornada con guirnaldas y sobre éstas el escudo de la familia del patronazgo.
En el altar se puede apreciar unos azulejos policromados obra del siglo XVII, en que se ve la secuencia del sacrificio de Isaac.
El retablo consta de banco sobre el que se apoyan dos columnas de fuste entorchado que enmarcan la única calle. La caja central o hornacina está formada por un arco de medio punto que acoge la pintura de nuestra Señora de la Antigua; un oleo sobre lienzo obra de Pablo de Céspedes, racionero de la Catedral, pintor, escultor y arquitecto.

El lienzo representa a la Virgen con el Niño en el brazo izquierdo y una rosa en la mano derecha sobre su pecho. Dos ángeles sostienen una corona sobre su cabeza.
El sacrificio de Isaac
Pero, empecemos con el meollo del asunto que es digno de ser contado:
A partir del 1500 hay un endeudamiento tan grande en la corona que propició que los oficios públicos se vendieran al mejor postor ¿ Y quién en aquellos momentos tenían dinero contante y sonante?
Pues los mercaderes, conversos para más señas, con ganas de ascender socialmente y lo que el dinero le podía permitir.
Así, Alonso Cazalla compró el oficio de jurado en 1572 y veinte años después en 1592 lo compraría su yerno, Martín Gómez Aragonés que a partir de ese momento cambió su apellido por el de "de Aragón"  que hasta esa fecha había sido mercader de paños y sedas. 
Se lo compró a un tal Miguel de Córdoba, vecino de San Nicolás de la Villa por 1.050 ducados de plata...
Del origen de este hombre no se sabe mucho , solo que según el trabajo de - Francisco Indalecio Quevedo Sánchez " Estrategias familiares con fines económicos y sociales. El caso del jurado cordobés Martin Gómez Aragón"-  su familia tuvo grandes problemas con la inquisición durante los primeros años, portando algunos de su familia el sambenito y otros ardiendo en la hoguera.
¿Qué por qué eran tan deseados estos cargos por los judeoconversos? 
Pues porque tenían una serie de privilegios económicos que le venían genial para sus negocios por ejemplo, Martín Gómez desde ese momento estaría libre de pagar impuestos encontrándose sujeto a un fuero especial, además recibiría un salario de los propios de la ciudad pero sobre todo y primordial el tan ansiado estatus social.

Martín Gómez era el yerno de Alonso Cazalla el que empezaría a "limpiar" su estirpe gracias a su poder económico... Para ello Alonso le echó el ojo a una capilla que en aquellos tiempos  era el símbolo del poder reservado a unos cuantos afortunados; así que un 24 de Febrero de 1597 y bajo Acta notarial según P. M. Martinez Lara- ante Juan García de Castillejo compra:

"fecha y fundada en la Santa Yglesia de Córdoba una capilla para entierro mío y de mis descendientes (…) de la advocación de Nuestra Señora de la Antigua con un retablo dorado de la dicha imagen y su rexa de hierro(…) que está frontero del altar de San Gregorio"

Cuatro años más tarde es su yerno, Martín Gómez de Aragón quien heredase el patronazgo de dicha Capilla a la que fundaría una capellanía perpetua con una renta anual de 44.000 maravedís... 
A éste hombre según la tesis doctoral de D. Francisco I. Quevedo Sánchez- es un mercader avecinado en el barrio de Santa María y su actividad comercial estaba relacionada con paños y sedas, se casó con la hija de Alonso Cazalla y siguiendo los pasos de su suegro se compró el oficio de jurado como comentamos anteriormente... 
Por lo que se ve no le fue nada mal con su nuevo oficio y negocios ya que llegó a fundar  en 1635 el convento de San Martín sobre lo que fueron las casas de los marqueses de Comares... 
Lo dotó con nada más y nada menos que 80.000 ducados de su hacienda particular, estableciendo que lo ocupen 26 monjas de la cuales 14 deben ser de su familia, otras 6 de la familia de su esposa.
Dejando además en su testamento 22.000 ducados  para que se realice junto al convento también deja en su testamento que sea creada una casa para la acogida de niñas huérfanas.
En el año 1836 fue el convento fue suprimido y sus monjas fueron repartidas por otros conventos, seis años después el Ayuntamiento demuele el edificio para crear un paseo Alameda, que se suprimió para la creación de la Avenida del Gran Capitán en 1862.
De la pequeña iglesia del convento solo se conserva el retablo del Altar Mayor que se encuentra en la parroquia del Salvador y salto Domingo, conocida por la iglesia de la Compañía.
Actualmente no quedan restos patrimoniales de las casas de D. Martin Gómez de Aragón que estaban situadas en la calle Carniceros, la que hoy es Martinez Rucker y del convento que fundó, aunque si queda en el frontón de la capilla el escudo de armas que éste hombre que no era otro que las armas reales de la propia casa de Aragón, fundando un mayorazgo en el constaba los siguientes bienes:
Un cortijo y tierras que dicen ser de la Serna de Santiago, situado en la villa de Martos y que tenía de renta en cada año de 200 fanegas de pan terciado.
Un censo de 13.000 ducados de principal, impuestos sobre la villa de Osuna y bienes propios.
Un censo de 1.000 ducados de principal contra el licenciado Pedro Gómez de Gálvez entre otras cosas....
Este mayorazgo servía para proteger su patrimonio que se vio truncado al no tener hijos... ¡Al menos legítimos! 
La poseedora sería una hija de su sobrina Mencía de Aragón y de su marido Luis Fernández de León, llamada Beatriz y que contaba con apenas tres años cuando heredó a su tío abuelo en 1635 quedando su madre como tutora de ésta hasta mayoría de edad.
Las propias palabras de don Martín son esclarecedoras de lo que pretende con la fundación de este vínculo: 
(...) "Para que los dichos bienes sean vinculados, enajenables, indivisibles e imprescriptibles, sujetos a restitución con prohibición de venta y enajenación y que no se puedan partir, ni dividir, ni segregar, obligar, ni hipotecar, ni acensuar no se puedan ganar ni perder ni prescribir por luenga ni longuísima ni inmemorial prescripción, ni se puedan dar en dote ni para dote, ni arras, ni en donación de nupcias, ni de por vida, ni por siempre ni para obra pía, ni pijísima, ni otra mayor ni menor, porque se han de conservar en un poseedor perpetuamente(...)"

Aunque el hecho de poseer una Capilla en la catedral de Córdoba era un símbolo inequívoco de nobleza ante los ojos de los demás, con ello no fue otra cosa que intentar borrar su pasado marrano.



Fuentes consultadas: 
Diócesis de Córdoba- Estrategias familiares con fines económicos y sociales. El caso del jurado cordobés Martín Gómez de Aragón por Francisco Indalecio Quevedo Sánchez *Universidad de Granada- Engaño genealógico y ascenso social. los judeoconversos cordobeses por F. Quevedo Sánchez- Testamento de la buena memoria de Martin Gómez de Aragón, jurado, que fue de ... Cordova, fundador del Convento, y Monjas de San Martin ... en la Biblioteca Virtual de Andalucía- Escudos pintan escudos heráldica de judeoconversos y mercaderes en Córdoba en la Edad Moderna

sábado, 26 de octubre de 2019

"La joven de la naranja" de Julio Romero de Torres

Es la marquesa de Montemorana
Cuadro mal titulado ya que es la
marquesa de Montemorana
Fotografía en Prensa antigua
Según el catálogo de la Sala Fernando Durán donde aparece este lienzo de Julio Romero de Torres "La joven de la naranja", está dentro de las representaciones más típicas de Julio Romero de Torres y su universo femenino fue muy abundante el tema de la mujer que encarnaba la belleza y las tradiciones andaluzas. 
Un buen ejemplo es esta pintura en la que nos muestra a una hermosa joven sentada en un sillón de mimbre, son ropas son elegantes incluso lleva unos bellos pendientes. 
La actitud de la joven es pensativa y envuelta en una atmósfera melancólica...
En sus manos lleva una naranja, fruto por el que es conocida la presente composición.
Ha estado en manos privadas hasta que en diciembre del año 2018 se subasta en la sala Fernando Durán por 30.000 y fue remata en 55.000 euros
Ojeando prensa de antaño, concretamente del ABC de Sevilla, descubrí que ese lienzo que hasta ahora no tenía más título que "La joven de la naranja" ... Es, o al menos es lo que en el pie de foto ponía la prensa, es un retrato de "La marquesita de Montemorana"

Por las fechas a de ser doña Carmen Aguilar Marín. 
Hija de D. Carlos Aguilar Martínez, marqués de la Vega de Armijo y conde de la Bobadilla, ella ostentó el título de marquesa al casarse con D. José Ignacio del Valle y Abarzuza marqués de Montemorana.
Foto de la marquesa
que tiene gran parecido
¿Qué con quién tuvo relación Julio Romero para retratar a la "marquesita"? Pues posiblemente con su padre ya que con anterioridad había pintado uno de los murales que se encuentra en el Circulo de la Amistad de Córdoba y que se titula "La balconada de la Huerta de los Arcos" parte de una de las residencia que pertenecía al marqués de la Vega de Armijo... 
¡Tal vez quiso o le pidieron que pintaran a la niña, una jovencita guapa!

Un dato curioso a resaltar es como fue concedido el marquesado de Montemorana fue concedido por Felipe V a D. Cristóbal Ramírez Chamizo y Hurtado, ilustre vecino que fue de Lucena.
Por lo visto se vendieron títulos nobiliarios al mejor postor y de diversas maneras...
Las distinciones que se vendieron en este mercado eclesiástico fueron otorgadas por el rey, el cual, incapaz de hacer frente al sostenimiento de estas instituciones, les entregaba uno o varios título nobiliarios para que con el producto de su venta afrontaran los gastos requeridos.
Por ellos el marquesado de Montemorana fue a cambio de "pasta" para rehabilitar el Monasterio de San Isidro en León.
¡Como veréis todo tiene un precio!

La marquesa tuvo relación con la fundación del Hogar y clínica de San Rafael lo que hoy es el hospital San Juan de Dios
 

El título fue de nuevo rehabilitado en 1981, concretamente el 18 de julio.

* 15/06/2022 Ampliada información de hoja de prensa antigua del ABC de Sevilla


Fuentes consultadas:

La nobleza titulada en el reinado de Felipe V. Formas de acceso y caracterización por María del Mar Felices de la Fuente-Heráldica y genealogía en el sureste de Córdoba (Ss. XIII-XIX ..., Volumen 2 por Oscar Barea López- Dos Romero de Torres, a subasta en Madrid por J. Cabrera -26 diciembre, 2018- Nobleza y venalidad: El mercado eclesiástico de venta de Títulos Nobiliarios en el siglo XVIII de Francisco Andújar Castillo y María del Mar Felices de la Fuente- Fotografía recogida del ABC de Sevilla- Fotografía de la marquesa recogida en galería de fotos de Diario Córdoba La orla del origen del Hogar y Clínica de San Rafael. (Archivo de Lourdes Milán 18/10/2015)

lunes, 12 de agosto de 2019

María Teresa Wilms Montt, cuadro de Julio Romero de Torres

La musa de vida novelesca

Teresita de la Cruz o Venus imperiosa 1918
Óleo sobre lienzo 93 cm x 75 cm
Colección Privada
Si en algo se caracterizaba a Julio Romero de Torres era en plasmar en sus cuadros mujeres que se encuentra fuera de todas las convenciones, mujeres que rompe todos los moldes, da igual de que clase social fuera... Como María Teresa de las Mercedes Wilms Montt que fue plasmada en uno de los lienzos del artista.
Muchos os preguntareis quien era esta señora, pues fue una escritora chilena, precursora feminista, con una mirada transgresora y un alma sufriente y errante que sin duda cautivo al pintor.

El cuadro se ve una mujer sentada y ataviada con un vestido de satén de color morado, sin duda el color que representa la creatividad, con el torso semi-desnudo. 
La modelo fija sus bellos ojos claros y un tanto melancólicos en el espectador y entre sus manos porta una estatuilla dorada.
Si bien el retrato forma parte de la escasa relación de mujeres rubias pintadas por Romero, la escritora comparte postura y ademán con multitud de mujeres morenas del artista cordobés. 
Esta vez no hay fondo, o mejor dicho, "los lejos" como el artista decía, en el cuadro.. 
Esta vez la obra comienza y termina en la escritora.
Fotografía de María Teresa Wilms Montt
en Buenos Aires en 1916
El primer articulo que hace referencia a este cuadro es publicado el 20 de febrero de 1920 en la revista titulada Grecia; siendo reproducido dos años más tarde en el catálogo de las obras de Julio Romero de Torres expone en Buenos Aires, Argentina.

La chilena fue de familia burguesa, criada por institutrices y cuentan que desde la más tierna infancia destacó en su sensibilidad y dominio en la escritura.
Simpatizante con el anarquismo y totalmente en contra de los valores burgueses que representaba su familia, se casó por rebeldía con apenas 17 años y en contra de sus padres, con un hombre que le llevaba más de diez años de edad. Desgraciadamente fue un matrimonio marcado por los celos y los maltratos... Fue acusada por su marido de adulterio, la encerraron a la fuerza en un convento retirándole la custodia de las dos niñas que hubo en el matrimonio. 
A causa de todo esto tiene su primer intento de suicidio.
Ayudada por algunos amigos consigue escapar de allí, viajando a Buenos Aires donde comienza a publicar con varios seudónimos entre ellos Teba y más tarde Teresa de la + ¡Como a ella le gustaba escribirlo! que es con la que se conoce en España.

En este país viene de la mano de su más que amigo Arturo Cousiño; se mueven en los ambientes literarios del momento, conociendo a numerosos escritores, entre ellos Valle-Inclán, con el que se crea un vinculo ¡Ambos con alguna que otra adicción no confesable, según cuentan algunos biógrafos! y que por lo visto les unió en su amistad.
Es en ese momento cuando Julio Romero de Torres conocería a la escritora gracias a los círculos intelectuales que frecuentaban y cuando la pintaría.

Es en 1920 cuando la escritora se establece en París y es cuando se reencontró con sus hijas tras 5 años de separación. 
Sin embargo, cuando las niñas de nuevo regresan Chile, el dolor de la separación la hizo entrar en una terrible depresión que la llevó en la Navidad de 1921, al suicidio.
Teresa falleció por una sobredosis de barbitúricos a los 28 años de edad, y está enterrada en el cementerio del Père-Lachaise

Sobre el cuadro y a pesar que muchos lo fechan en 1920, se cree que fue pintado hacia el 1918, fue titulado en un principio como "Venus imperiosa" o "Teresita de la Cruz" y hasta hace muy poco tiempo estuvo en paradero desconocido, al igual que el boceto del mismo que el pintor pintó.
Mucho se ha especulado en las manos donde se encontraría dicho cuadro; citando a Joaquin Edwards Bello, cronista chileno, relata una anécdota que tiene por protagonistas a Julio Romero y a Guillermo Wilms, padre de Teresa.
Veréis:
El cronista cuenta que parece ser que algunos años más tarde acudió un visitante chileno al taller del pintor a Madrid. Cuando D. Julio, al conocer de donde era, le comentó que tenía varios conocidos de allí; entre ellos a un aviador al que le llamaban Page ¡Y a propósito! - dijo el pintor- Voy a mostrarle un retrato que hice en 1918 a una chilena muy guapa, ¡Aquí está!... El visitante quedó paralizado ya que era D. Guillermo Wilms y el retrato era de su hija Teresa.
Creo que la historia es bonita, pero nada verdadera ya que el cuadro hubiera sido comprado por su propio padre y no hubiera dado tumbos en manos de unos y otros.
Otra posible teoría sobre el paradero del cuadro era Ricardo Beduneau, experto en arte era su propietario; otra versión, es la adquisición del lienzo por Nicolás Ross por cinco mil pesos, el retrato de Teresa Wilms hoy estaría en el Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso.

La siguiente pista conduce a la sobrina de la escritora, María Wilson Wilms argumentó que el Romero de Torres pasó a manos de Arturo Cousiño; el amigo y supuesto amante adinerado de Teresa Wilms, que lo entregó a Francisco Montt Pinto; que debía facilitárselo a Sylvia Balmaceda Wilms, la hija de Teresa debió recibir la obra en 1935, a pesar de que hoy en día la segunda hija de la poetisa no posea el cuadro; en los archivos de la Biblioteca Nacional chilena apareció una cuartilla manuscrita y fechada en octubre de 1969 que sostiene esta teoría ya que indica que Arturo Cousiño ¡ El amigo entrañable de la escritora! costeó el retrato, lienzo que pronto pasó a Sylvia Balmaceda, quien en un apuro de dinero lo vendió. 
¡La realidad, es que todo son expeculaciones!

De lo que podemos estar seguros es que un lienzo titulado Teresa de la Cruz aparece citado en el catálogo que redactó Ramón del Valle Inclán con motivo de la exposición de Julio Romero de Torres celebrada en septiembre de 1922 en el Salón Witcomb de Buenos Aires; el impreso contiene un listado con el título de los 26 lienzos que albergaba la muestra.
La exposición fue un éxito comercial, ya que vendió todos los cuadros excepto dos: La muerte de Santa Inés que no estaba en venta ya que era el preferido de la madre de D. Julio Romero y Contrariedad, reconocido por el propio pintor, que le traía suerte y de hecho jamás se deshizo de él.
Algunos de los lienzos que estuvieron en la exposición fueron adquiridos por el Museo Nacional de Bellas Artes  como La esclava, Musidora y Rivalidad.

De lo que estamos seguros es que apareció en la sala de subastas Duran el 20 de Marzo del año pasado con un precio de salida de 60.000 Euros y vendido por 65.000 euros, de nuevo está en manos de una colección privada.




Fuentes consultadas: 
Wikipedía- Destinos errantes y trágicos. Memorias Chilena  30/09/2017- La poeta aristocrática que encandiló a Valle- Inclán  ABC 18/09/2017- Teresa Wilms Montt, escritura e identidad por Erika Marrero Miranda 11/2015-Paraísos artificiales. La imagen drogada en la pintura europea de entre siglos XIX- XX por Sofía Barrón Abad valencia 2015

viernes, 14 de junio de 2019

La Capilla de San Clemente de la Mezquita Catedral

De Sala Capitular a Museo
Parte de lo que fue la Capilla
Ocupando la anchura de tres naves y cuatro tramos de la ampliación de Almanzor se encuentra junto a la parroquia del Sagrario de igual dimensión que ésta, lo que ahora es museo pero que fue una Capilla muy importante. La historia nos lleva hasta el siglo XIII, más concretamente a 1262 cuando el rey Alfonso X  "El Sabio" se auto-reservó este espacio como capilla funeraria bajo la avocación de San Clemente... ¿Qué por qué San Clemente? Pues por ser el Santo de su día de nacimiento, aunque los avatares de la guerra lo llevaron hasta Sevilla donde fue enterrado.
¿Y quién utilizó la Capilla? ¡Pues haciendo spoiler diremos que el primer Señor de Aguilar! Pero comencemos la historia:
D. Gonzalo Iváñez de Oviñal murió en la batalla de Moclín en 1281, que por otra parte fue un desastre ya que Muhammad II de Granada le dió una gran paliza a las tropas castellanas dirigidas por Gonzalo Ruiz de Girón.
¿Qué quién era este hombre? Pues por lo visto en las paginas portuguesas era conocido por el nombre de GonÇalo Eanes Do Vinhal  fue ¡Agárrense! un trovador, llegando a ser Ricohombre de Portugal y Castilla sirviendo en Portugal al rey Sancho II.
Parte de lo que fue la Capilla
Se preguntaran que como un tipo con un laúd pasó a estar en el cerco de Martos... ¡Pues ni idea! El caso es que D. Gonzalo penetró en la ciudad con sesenta hombre. ¡Y no solo participó en esta batalla! También participó en la conquista de Baeza y Úbeda... 
¡Pensaría que la música no tendría futuro y cogió la armadura! 
Este hombre se "había buscado las habichuelas" y la de su familia, ya que además tomó parte y acompañó a Fernando III en la conquista de Sevilla...
Llegó a ser Gran Privado de Alfonso X "El sabio" que le concedió la Villa y  Castillo de Poley, lo que más tarde sería Aguilar de la Frontera, siendo el primer Señor de Aguilar.
Se casó dos veces, la primera vez con una tal Juana, con la que tuvo un hijo llamado Gómez Gonzalez de Aguilar, desgraciadamente murieron madre e hijo prematuramente.
Luego se casó con doña Berenguela de Cardona según algunos historiadores o Guillén, según otros, con la que tuvo un hijo y heredero Gonzalo Yáñez, segundo Señor de Aguilar y una hija a la que llamaron Leonor Gonzalez. 
D. Gonzalo murió al salvar la vida del infante D. Sancho hijo mayor de Alfonso X, en la vega de Granada, así que fue traído a Córdoba y  recibió sepultura en la Capilla de San Clemente, la que era escogida por el rey como su Capilla Real en honor por los servicios prestados.

La Capilla fue cedida por carta plomada que no es otra cosa que una merced que el príncipe atribuía como merced y fue entregada al señor de Aguilar, que llegarían a ser una de las líneas principales de la Casa de Córdoba y de cuya rama nacería muchos años más tarde D. Gonzalo Fernández de Córdoba "El Gran Capitán".
Bellísima fotografía de lo que fue la Capilla
D. Gonzalo Yáñez de Aguilar, ya estamos hablando del 2º Señor de Aguilar,  la dotó con un heredamiento y pidió que a su muerte se le entregase una cantidad al Obispo y Cabildo, con objeto de comprar una heredad, cuya renta mantendría un capellán más para la Capilla, y el resto se destinaría a unas memorias mensuales:

"(...)los pannos mejores que yo vistiere a mis bodas" y si no, 100 mrs. alfonsíes de la renta de aquel año de Aguilar para ornamentos de la Catedral. Igualmente, prometió dar piedras preciosas, sortijas yornamentos, con la condición de que permanecieran [con el tesoro de uuestra egJesia en tal manera que nunca lo poda des uender nin enpennar nin enagenar(...)"

Dos años después el obispo de Córdoba, D. Fernando de Mesa, concedió licencia a D. Gonzalo Iváñez de Aguilar para que pudiera ser sepultado allí junto a su esposa doña Juana ya difunta, pues la habían dotado convenientemente. 
Su sucesor en el mayorazgo fue D. Gonzalo Yáñez de Aguilar, Sr. de Aguilar, casado con Doña María González de Meneses, hija de D. Gonzalo Téllez de Meneses "el Raposo".
Uno de sus hijos, llamado Fernán González de Aguilar, solicitó que lo enterraran en la Capilla de sus progenitores ¡Lo pidió antes de morirse, claro! 
Éste fue caballero de la Orden de la Banda, Camarero Mayor de Alfonso XI, capitán General de la frontera de Écija... Se ahogó en el mismo año, junto con el Maestre de Alcántara, en el paso del Guadalquivir. 

Algunos historiadores especializados en la rama de Aguilar afirman que la familia tuvo dos Capillas : Una de ellas que fue mandada construir por Gonzalo Eane la que fue regalada por el Rey y de la que estamos hablando ahora y la otra la llamada Capilla de San Juan Bautista... Aunque esa Capilla pertenece a Sigler de Espinosa y de la que tiene una jugosa historia por el "elemento que fue el tal Juan Sigler de Espinosa" y que dejo aquí ( Pinche Aquí ) ¡Así que o sería anterior a que este hombre le devolviera el culto!
Escudo del Obispo Manrique
Pero hablemos de la que nos importa que es la de San Clemente que es la que en los testamentos de los familiares señalan como de los Señores de Aguilar.
En el testamento del tercer Señor de Aguilar, D. Gonzalo Ibañez, dice: 

"Mando que entierren mi cuerpo e la eglesia de Santa María de Cordova, en la capilla do yace mi abuelo, mi madre e todo mi linage..."

Y el de su hermano especifica mucho más:

"Mando que me entierren el la iglesia de Santa María de Cordova en la capilla de San Clemeinte do yacen mi abuelo e doña María mi madre..."

Pero sigamos con la Capilla:

La importancia de la Capilla queda de manifiesto, en primer lugar, en su origen Real:

"e por quanto la dicha capilla que vos damos es una de la mas notables e mas cumplidas de quantos son en la dicha eglesia"

Así mismo, fue utilizada como sala Capitular, pues en 1375 se reunió en ella el Cabildo -personas, canónigos, racioneros y compañeros- "para dar carta de poder a D. Juan Fernández Pantoja, maestrescuela de Córdoba, para que pueda cambiar un casar, propiedad del cabildo, en la collación de Omnium Sactorum, con el ministro y frailes del monasterio de la Trinidad de Córdoba, por un pedazo de tierra cerca de una huerta más allá de la Puerta de Baeza ... ".
A Tel González se le autorizó para que pudiera hacer sepulturas altas desde el altar de Dios padre hasta los otros altares de la misma Capilla, cerca de los cuales podría abrir una puerta "con su arco de yesería muy bueno", de la cual tendrían una llave el capellán y el portero del cabildo.

En 1398 cuando se le otorgó la Capilla de S. Clemente a Tel González, vasallo de Enrique II y Alcalde Mayor y alguacil Mayor de Écija e hijo extra-matrimonial de D. Gonzalo Yáñez, para enterramiento de su tío D. Fernando, para su padre y para el propio Tel González, su esposa y descendientes. 
En el mismo, el Racionero y Obrero de la Catedral, Alfonso López, reconoció que Juan Alfonso de Pallarés, procurador de Tel González de Aguilar y su mujer, Aldonza López, le había dado 400 maravedíes "para ayuda de hacer una puerta en la capilla de S. Clemente".

Mucho tiempo después, en 1464, Tel González tomó posesión judicial de la Capilla, como bisnieto del primer D. Gonzalo. 
En 1496 se encomendaron reformas por el Deán y Cabildo, mandando a Ferrand López, obrero, que entregara 900 maravedíes que le prestaron, «para el solar de la eglesia», concretamente para solar la Capilla del Cabildo (capilla de S. Clemente), que fue cubierta con bóvedas entre el 20 de enero y el 22 de noviembre de 1518.

La Capilla de nuevo, fue ocupada por diversas personalidades cordobesas hasta convertirse, durante la Edad Moderna en Sala Capitular, lugar de reunión del Cabildo cordobés. 
En este lugar el rey Felipe II presidió las reuniones de las Cortes de Castilla el 16 de abril de 1570.
Un proyecto del Maestro Mayor Gaspar de la Peña para instalar en su solar ampliado una nueva Capilla Real, que se pretendía levantar en ella en 1659. 
En él se recuperaba de nuevo el espacio de la Capilla de Santa Lucía y de la Encarnación, se abrían cuatro balcones en el muro Sur, incluido el ya existente desde la segunda mitad del siglo XVI, conservado hasta nuestro días.
Se desmontarían todas las columnas y arquerías de las antiguas Capillas de San Clemente y la de la Encarnación, y se demolerían los cinco intercolumnios que precedían a la fachada medieval de la Capilla... ¡Un verdadero desastre!, como argumentó el Cabildo, que habría afectado de modo irreversible a tramos importantes de 4 naves y 5 intercolumnios de la ampliación de Almanzor- prosigue M. Jordano- 
En 1807 el Cabildo pretendió remodelar la arquitectura de la Capilla con proyecto del maestro Mayor de origen italiano Nicolás Duroni, pero por una Real Orden comunicada al Cabildo por el Ministerio de Estado las obras quedaron suspendidas. 
La planta parcial de la obra ejecutada hasta el 18 de julio de 1807 fue recogida por Hernández Giménez en su plano de planta de la Catedral del año 1930. 
El proyecto de Duroni intentaba crear un nuevo espacio circular que habría de cubrirse con una media naranja que condenaba a la destrucción parte de las alquería de Almanzor comprendidas en su recinto. 
La suspensión de la obra y el estado en que quedó la Capilla fue el determinante para el abandono de este lugar como Sala Capitular. 
EL MUSEO
Parte del Museo
Patio del Museo


















Firma de canteros
El origen del Museo de San Clemente comienza en 1932 cuando Félix Hernández, elige el lugar para poner las portadas de la desaparecida Capilla de San Clemente y la de la Sacristía de los Recaudos o del Punto, situando la reja renacentista de la de Santa Lucía y la Encarnación con escudo de armas de la familia Sousa .
Piezas del Museo
En las campañas de restauraciones del arquitecto Félix Hernández Giménez de 1934, procedió al derribo total del cerramiento de la Capilla y retranqueó las dos portadas en piedra hacia el interior, colocándose la cancela renacentista de la Capilla de los Sousa ante la puerta del balcón que abre a la fachada Sur del templo. 
Placa de la calle
Parte de las vigas











Sarcófago Alfonso Fernández de Montemayor

Por no haber dejado Félix Hernández memorias escritas de su restauración, se desconoce la procedencia de las dos rosetas recompuestas y adosadas a los laterales de la puerta retranqueada del año 1482 y del escudo monumental en piedra del obispo don Alonso Manrique, posiblemente de la intervención en las bóvedas, hecha durante su pontificado. 
Más tarde, en la década de los 80, el arquitecto Ruiz Cabrero llevó al recinto la portada de la Capilla de San Felipe y Santiago.
El Museo se inauguró el 18 de marzo de 1996, donde podemos admirar una interesante colección del periodo árabe y cristiano, donde se exponen piezas de restos de la decoración de las portadas, un capitel original de la ampliación de Almanzor, una pila Califal de los Baños Occidental de Alhaken II, decoración tallada y vaciada en yeso para las restauraciones de D. Ricardo Velázquez Bosco.
Capiteles pequeños labrados por Mateo Inurria para la portada del Sagrario que jamás llegaron a ser colocadas, vaciados de las marcas de los canteros de las dos ultimas ampliaciones de la Mezquita obtenidas por D. Félix Hernández Giménez en 1932. la maquinaria del reloj de la Torre del año 1747 cuyo autor fue el relojero D. Manuel García Pinto, entre otras piezas fascinantes dignas de ser vistas...



Fuentes consultadas:
Historia y Arte en las Catedrales de España por Narciso Casas pag(gi)- Cordobapedía- Diócesis de Córdoba- La Mezquita, Catedral de Córdoba: templo universal, cumbre del arte, vivero de historia y leyendas por Miguel Salcedo Hierro-La Mezquita-Catedral de Córdoba: símbolos del poder : estudio histórico-artístico a través de sus armerías por Juan Andrés Molinero Merchán- Linajes de Córdoba en las Capillas funerarias medievales de la Mezquita Catedral por María de los Ángeles Jordano Barbudo- El trovador Gonçal'Eanes Dovinhal: estudio histórico y edición por Antonia Víñez Sánchez

domingo, 5 de mayo de 2019

La Casa-Palacio del Bailío

Las "brujas" Camachas y un revolcón del que se enteró la Santa Inquisición.





Treinta y dos son los escalones que separan al paseante de la calle Alfaros a la casa del Bailío.
La cuesta es lo que históricamente fue una de las puertas de comunicación de la Medina con la Axarquía...
A la derecha, lindando con el huerto de los capuchinos, una tapia encalada que en primavera se llena de flores de buganvillas rojas y moradas.
A la izquierda una tapia blanca con crucifijos colgados reminiscencias de las estaciones de un Vía Crucis que terminaba en la plaza del Cristo de los desagravios y la misericordia, conocidos por todos los cordobeses por el Cristo de los Faroles. 
Cuesta del Bailío años 30
La pregunta de muchos forasteros es ¿Por qué se le llama cuesta si tiene escalones? Pues simplemente porque fue una cuesta hasta que en 1944 fue rehabilitada la zona adaptándola a la escalinata de chino cordobés.

Al frente, una fuente que hace las veces de punto de encuentro de la bifurcación... La de la derecha que te lleva a la emblemática plaza de los Capuchinos y  la otra a las puertas de una casa palaciega situada en el núcleo central de la ciudad de Córdoba.
Tras la conquista de Qurtuba por los castellanos en 1236, en el repartimento el terreno fue entregado por el rey a D. Bartolomé Corbacho en compensación por la ayuda en la entrada de la ciudad, de ahí que se le llamaba el arco que unía la parte alta de la ciudad o Medina con la parte baja o Axarquía "El Portillo de Corbacho" o  "Portillo de la Fuenseca" que existió desde 1436 y derribado en 1711, los terrenos que luego fueron divididos para una parte que ocupó la iglesia y otra el convento de Capuchinos... 
Como el lugar era oscuro y solitario era vertedero de inmundicia, ordenando el ayuntamiento en 1692 urbanizarlo, ampliando la cuesta para que desde allí se viera el Cristo de los Dolores, tomando terreno del convento de los Capuchinos a pesar de que Fray Bartolomé Pérez de Almoguera pleiteó sin éxito quedando la cuesta cerrada como se la conoce hoy en día.
Las casas que hay frente a los Capuchinos fueron en su día de los Egas Venegas, señor de Luque y es a partir de 1571 cuando las casas, porque en aquel tiempo eran varias, pasaron a pertenecer por venta de los Haro a la una rama menor de los Fernández de Córdoba como bien explican las escrituras:

"... doña Aldonza de Haro, mujer de don Fernando de Haro, don Alonso y don Jerónimo de Cárcamo, hermanos los tres, vendieron a don Alonso Fernández de Córdoba, menor, y en su nombre a don Diego Fernández de Córdoba, su tutor. Unas casas principales de Córdoba en la collación del Salvador, frente del Portillo de la Fuenseca, bajo de cierto precio y linderos con el cargo de un censo redimible de 262.500 maravedíes a favor de los herederos de don Arias de Acevedo y con el cargo de otros censos, cuya escritura aprobaron. 
Córdoba , 26 de marzo de 1571"
Puerta de la casa del Bailío hoy Biblioteca Viva de Al Ándalus

La casa fue fundada por Pedro Núñez de Herrera, hijo bastardo de don Alonso de Aguilar, marqués de Priego, y es aquí donde los historiadores no se ponen de acuerdo con el nombre de la madre, unos hablan de que la madre de D. Pedro Núñez de Herrera era una tal María Ximénez y que fue hija del corregidor de Montilla.
Otros sin embargo, se inclinan como Ambrosio de Morales- en que la madre de D. Pedro fue hijo natural de María de Sousa, hija de D. Juan de Sousa, veinticuatro de la ciudad.
Fuera quien fuera la madre, el niño fue legitimado por su padre a la vez que le fue entregada una renta anual de 30.000 maravedíes.
Dice el autor de "Casos raros ocurridos en la ciudad de Córdoba":
"(...) En la famosa casa de Priego hubo uno de los hijos de aquellos señores, el cual tomó el hábito de San Juan. Éste, por su antigüedad, vino bailío. Seguía la guerra con la afición que sus antepasados. (...) "
¿Qué que era un "bailío"? Pues era una dignidad o encomienda  que se le daba a ciertos caballeros de la Orden de San Juan, que actuaban como administrador de justicia en nombre del Rey. El balinaje ascendía a 9.400 ducados de oro. 
¡Bueno pues ya tenemos apellido, dinero y posición para el niño!
Preciosa vista desde el zaguán
(...) También se halló con el Emperador en Túnez, y se aficionó a la hermana del Rey, la cual trujo a Córdoba, y en el baptismo se llamó doña Elvira de Herrera. Estaba señalada en los brazos, como suelen las moras y tuvo en ella un hijo, que se llamó, don Alonso de Aguilar, y no fue menos esforzado que sus antecesores.(...)

Es decir que D. Pedro volvió a tener un hijo natural con una tal Elvira de Herrera al que llamaron Alonso Fernández de Córdoba y Aguilar y del que se tiene documentación:

"Llamase en él don Alonso Fernández de Córdoba y Aguilar vecino de Córdoba, hijo del señor Pedro Núñez de Herrera, bailío de la villa de Lora, difunto. 
Dispone su entierro en la iglesia de San Hipólito, donde su padre estaba sepultado. 
Hace la manda de 150 ducados anuales y vitalicios a su madre, doña Elvira de Herrera, y la de 25.000 maravedís, también anuales y vitalicios, a su tía doña Francisca de Herrera. "

Y es aquí donde viene la historia de "las Camachas" unas mujeres montillanas, Leonor Rodríguez y su tía Elvira García, que más tarde fueron acusadas de brujas por la Santa Inquisición a causa de "su buena labor de celestinas" seguro que a cambio de dinero en un asunto bastante turbio para la parte de los Fernández de Córdoba y que supieron arreglar con dinero.

Uno de sus patios
El caso es éste:
Año 1570 ¿Qué por qué lo sabemos el año exacto? Porque el bebé que se engendró en aquellos días, cuando creció, hizo un testamento fechado el 4 de marzo de 1634 y ya era un anciano de más de sesenta, que se llama don Gonzalo de Córdoba y Aguilar y que otorgando en sus últimas voluntades
En ese testamento confiesa ser hijo de don Alonso de Aguilar y doña Mayor de Solier, precisamente a dama perjudicada en una historia de "revolcón" con tanta relevancia que tuvo que intervenir el tribunal de la Santa Inquisición.

Parte del testamento dice así: 

(...) que se llama don Gonzalo de Córdoba y Aguilar y que confiesa ser hijo de don Alonso de Aguilar y doña Mayor de Solier, ambos difuntos, vecino de Córdoba en la collación de San Salvador. Ordena se le entierre en la iglesia colegial de San Hipólito, donde yace su abuelo. Declara que estuvo casado con doña María de Solier, ya difunta. Acrecienta su mayorazgo con varios bienes; manda mil ducados a su nuera, doña María de Hinestrosa, e instituye por heredero a su hijo único, don Juan de Córdoba y Solier... Falleció dos días más tarde (...)

Todo se refiere a D. Alonso, el hijo del Bailío D. Pedro que como su padre fue un solterón empedernido porque jamás se casó... ¡Lo que si era es un pica-flor! y que embelesado por una dama con la que quería llegar a "mayores" sin llegar al casamiento, se ayudó de dos mujeres a las que llamaban "las Camachas" para idear un plan para estar a solas con una dama que salió muy perjudicada del encuentro... Tan perjudicada que por lo visto a los nueves meses tuvo un hijo al que en un principio se le llamó Pedro Jiménez y que al ser reconocido por su padre se le puso Gonzalo de Córdoba y Aguilar.

Dice el autor de "Casos raros de la ciudad de Córdoba":

(...) Siendo mancebo ya para casarse, hubo grande competencia sobre quién se había de casar con él, por su mucha nobleza, riqueza y valor de su persona. Al fin, una señora muy principal, deseando casar a don Alonso con una hija suya, determinó hablar a unas grandes hechiceras de Montilla, llamadas las Camachas. Encargóles el negocio, prometiéndolas, si salían con su pretensión, pagárselo muy bien. Ellas se lo prometieron, y dando y tomando sobre el caso, se resolvieron en convidar a don Alonso para un jardín suyo, y que estuviese allí la señora. Las malas hembras no la avisaron en qué forma había de entrar don Alonso, y con este descuido viólo entrar en forma de un hermoso caballo. Cuando ella lo vió, espantada, comenzó a dar gritos, y quedóse amortecida. Volvió [en sí] con algunos remedios que le hicieron, y comenzó a quejarse de las malas mujeres y a publicar y descubrir lo que estaba secreto. Vino luego el caso a noticia de los señores inquisidores, y, hecha su diligencia, prendieron a don Alonso y a las hechiceras. Estuvo don Alonso mucho tiempo en una cárcel estrecha, y al fin lo soltaron, por haber hallado que don Alonso estaba inocente de todo el caso; pero, no obstante esto, le mandaron que burlando ni de veras entrase en casa de las Camachas (...)
Uno de sus salones
La historia como era de esperar fue manipulada para dejar bien a D. Alonso ya que los Córdobas tenían tentáculos bien largo, ¡ Pues mucho mejor si se contaba echándole la culpa a la dama y la madre de ésta!
Por lo visto al mesón que "Las Camachas" regentaban en Montilla, fue el propio D. Alonso de Aguilar para solicitarles a éstas que tenían fama de celestinas, hicieran lo necesario para comunicarse con "la dama" y solicitar una cita de ésta con el hijo del bailio, y así poder éste embaucar a una dama montillana llamada doña Mayor de Solier para poder seducirla... 
No sabemos si la susodicha vio un buen partido para comenzar una relación con él y poder ascender en la escala social con un casamiento o es que se enamoró del "colega" porque le buscó "las vueltas" a su criada para poder quedarse a solas con D. Alonso.
No sabemos si la relación duró mucho o poco, el caso que doña Mayor quedó embarazada...
Enterados en la familia de la joven dama del "encuentro" por lo visto doña Mayor le juró a su madre que su embarazo era consecuencia de la hechicería de unas brujas, caso que la familia puso en conocimiento de la Santa Inquisición...
Según en el proceso inquisitorial, cuentan que la dama fue encontrada en una de las habitaciones de la taberna desvanecida, y que luego contó que D. Alonso entró a su encuentro de forma de un hermoso caballo.

Tanto las Camachas como D. Alonso fueron prendidos, según Ramírez de las Casas Deza- D. Alonso fue apresado dos veces. La primera cuando ocurrieron los hechos y la segunda cuando nació el bebé:

"Y segunda vez que prendieron a D. Alonso, el cual contra el parecer de todos, que creían que saliese mal por la reincidencia fue puesto en libertad un día señalado" 

A las Camachas no les salió tan bien como al hijo del Bailío, a estas desgraciadas le hicieron proceso en Córdoba acusadas de hechiceras las hicieron procesionar por la ciudad con coronas en la cabeza con insignias de hechiceras, castigándolas a 200 latigazos. 100 latigazos en Córdoba y otros cien en Montilla a cada una...

A D. Alonso no le ocurrió, prácticamente nada ¡Raro verdad!... dice así: 

"(...) Fué Dios servido que las Camachas se desdijeron de lo que habían dicho contra él, y con esto dieron orden los inquisidores que un día señalado le soltasen de la cárcel. Supieron esto algunos oficiales, y avisaron de ello a don Gómez de Córdoba, como a tan deudo, el cual, lleno de gusto y contento, dió mil ducados de albericias, y para el día señalado se fué con quinientos caballeros, todos a caballo, para llevar hasta su casa a don Alonso. Visto por los inquisidores, mandaron llamar a don Gómez, y le preguntaron que a qué venía con aquellos caballeros; y respondió que sabía que salía libre don Alonso, y que él y aquellos caballeros le venían [a] acompañar. Apretáronle los cordeles que dijese de quién lo había sabido, y respondió que del secretario Balabarca y del portero de la Inquisición. Tomóse este dicho jurídicamente, procedióse contra el secretario y portero, y fueron sentenciados a doscientos azotes y diez años de galeras, porque descubrieron el secreto de la Inquisición. (...)""

¡ Ósea que pillaron "repaso" hasta gente que trabajaba para la Inquisición para salvaguardar "el secreto" como dicen que estaría untado con pasta sin duda!
Y aquí termina la historia "del revolcón" que para salvar la honra de una dama fue revestido de brujería para cubrir el honor de ambas familias, por supuesto sobre todo la de los Córdoba...
Preciosa vista de la fachada
Y ahora sigamos con la casa:
La casa del Bailío fue construida sobre los resto de una casa romana prebistilo es decir, la disposición de las habitaciones alrededor de un pequeño estanque cuyo resto pueden verse en el sótano del palacete.
Su portada está atribuida al arquitecto Hernán Ruiz II y es llamativa por su decoración plateresca. 
Según Arturo Ramírez Laguna en su trabajo "Córdoba en sus portadas civiles" dice:
"Una portada que aún siendo de mediados del siglo XVI arrastra un planteamiento gótico, tiene pilastras toscas de baquetones que se prolongan en una especie de alfiz con tejaroz. El dintel es recto con un conopio que arranca de las pilastras que flanquean las jambas y muere a media altura de la portada, el espacio bajo el conopio que sería el dintel contiene en altorrelieve un relleno simétrico con motivo de animales y vegetales muy de gusto italiano."

Consta de dos plantas y  dos patios y según Ramírez de Arellano en "Paseos por Córdoba" dice:

" (...) la casa es una de las más hermosas de la ciudad por su buenas y anchurosas habitaciones, jardines, escaleras y todo lo que constituye un verdadero palacio.
En el salón principal tiene pintado al fresco el retrato del gran Capitán y varios episodios de su gloriosa historia, al no residir en esta los marqueses del salar, sus poseedores, hace que esta casa se de al arrendamiento y por esa causa hemos conocido en ella la Administración de Correos y la oficina de Obras Públicas. Al principio del presente siglo habitaba en ella la marquesa de Perales quien de noche recibía a numerosos amigos todos aficionados a la música donde se dieron algún que otro concierto"
Vista desde el palacete
Fueron los marqueses de Armuña los que vendieron parte del palacete al Obispado de Córdoba por mil ducados, el día 6 de enero de 1638, dinero que reunieron gracias a los legados de doña María de Torres y doña María de Angulo.
Es donde edificaron la iglesia de los Dolores y el hospital de San Jacinto, quedando en la actualidad 560 metros cuadrados... Desde ese momento hay documentos que se refieren como "La casa chica del bailío"
En 1823 tras el fallecimiento de D. Jose Fernández de Córdoba y Aguilar décimo señor del bailío sin descendencia, el palacio pasó a los Pérez del Pulgar, parientes granadinos que poseían el título de marqueses de Salar y cuya descendencia la habitó hasta el siglo XIX.
Vista de la ubicación desde el cielo

La casa Chica del Bailío en la actualidad es propiedad de la Fondation Ousseimi de Ginebra, fundación cuyo fines son los apoyar a instituciones y proyectos que contribuyan a fines de tolerancia y respeto...
Que la ha confiado a la Fundación Paradigma de Córdoba, la misma que gestiona la torre de la Calahorra, con la "Biblioteca Viva de Al Ándalus"  fundada por Roger Garaudi, el filosofo marxista que se convirtió al islam y que dijo que lo del holocausto jamás había ocurrido en su libro "Los mitos fundacionales del estado de Israel"  por lo que condenado en el tribunal de París por difamación racista con seis meses de cárcel y multado con 37.000 euros.
¡Y es aquí en nuestra Córdoba esa que se viste de tolerancia ¡según para quien sea!, donde este señor y su fundación son acogido con los brazos abiertos!
¡Incomprensible verdad, pues que cada uno saque sus propias conclusiones!
¡¡¡Ahí lo dejo!!!!

*Editada 5/06/2020

Fuentes consultadas:
Los señores de la casa del Bailío por Raúl Molina Recio- Casos raros ocurridos en la ciudad de Córdoba editado por Cajasur obra social y cultural- Paseos por córdoba Ósea apuntes para su Historia de D. Teodomiro Ramírez de Arellano- Indicador cordobés o manual histórico y topográfico de la ciudad de Córdoba por Ramírez de las Casas Deza- Biblioteca Virtual de Miguel de Cervantes-Enciclopedia Universal Ilustrada-Córdoba en sus portadas civiles de Arturo Ramírez Laguna- Cuesta del Bailío por G.G. I*  Diario de Córdoba 01/01/1957