En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

miércoles, 23 de febrero de 2011

La Batalla del Campo de la Verdad y el doble de Cepa



Calle en el conocido barrio del Campo de la verdad



Si en el siglo XIV no se gana la batalla del Campo de la verdad, hubiera desaparecido Córdoba, ya que D. Pedro juró antes sus murallas demolerla y arar sus calles.... ¡Pero, vencieron los cordobeses!


El Rey Alfonso XI de Castilla llamado el Onceno no fue el primer monarca que tuvo una amante ni desde luego sería el último... 
Lo que si fue diferente fue el grado de intensidad y la duración en el tiempo, más de veinte años, lo que hace esta historia muy diferente. La que fue amante del Rey doña Leonor de Guzmán era sobrina- nieta de Guzmán "el Bueno" ¿Os acordáis? Ese que en Tarifa le cogieron de rehén al pequeño de sus hijos y al hacerle chantaje de matarlo si no entregaba la plaza dijo: 

"Si no tenéis cuchillo aquí os entrego el mío, que más quiero honra sin hijo que hijo con mi honra manchada" ¡Que fuerte lo de esos padres en aquellos tiempos! 

Bueno, el caso es que el rey Alfonso XI de Castilla en un principio fue casado con Constanza Manuel ella de apenas ochos años y él con catorce por lo visto el matrimonio no fue consumado y después fue anulado en consecuencia. 
Más tarde se casó o lo casaron, con su prima hermana llamada María de Portugal a la que estuvo apunto de repudiar ya que en un principio no le daba hijos "vivos" pues se le murieron varios a los pocos meses de nacer, hasta que tuvo a Pedro que llegaría a ser Rey de Castilla y más tarde apodado el Cruel. 
Sin embargo el Onceno a quien de verdad amó fue a su amante Leonor con la que tuvo nada más y nada menos que diez retoños, entre ellos al que sería Rey Enrique II de Castilla que entablaría una guerra fratricida con su medio hermano e hijo legítimo Pedro I de Castilla. 

La muerte del Rey deja por un lado a la viuda legal y Reina, doña María de Portugal con el heredero legitimo de quince años inoculado por la venganza de una madre relegada durante toda la vida al segundo plano, frente a una viuda no legal y amante  doña Leonor de Guzmán con un romance de más de veinte años y habiendo parido diez hijos del Rey difunto.
Cuando sube al trono Pedro I, su madre la ofendida reina María, se venga de la amante del que fue su esposo mandándola prender, y tras un largo cautiverio, pidió a su hijo que mandara asesinarla. 
Según Bueno Domínguez: "Atada a un poste a pleno sol y con una cuerda que rodeaba su cuello sujeto a la nuca con una cruceta" murió Leonor de Guzmán.
Pedro I consideraba ilegitima la pretensión de su medio hermano al trono alegando que era un simple bastardo, lo que hace que el pretendiente a ese trono Enrique se sirva de toda clase de rumorología contra el Cruel, propagando la historia de que María de Portugal al verse "acorralada" ante el quererla repudiar su esposo por no darle hijos "vivos" en su ultima oportunidad de embarazo, pues sabía que el rey no estaba por la labor de hacer más "vida marital" con ella ya que vivía con su amante, había tenido una niña a la que cambiaron por un varón hijo de una familia conversa, incluso lo llamaban sus contrarios D. Pero Gil.
Los bandos se hicieron y la guerra civil no había hecho nada más que empezar.
Cuadro de la batalla restaurado
por el Ayuntamiento de Fernán Núñez
Y muchos os preguntaréis ¿Qué tiene que ver Córdoba con todo esto? 
Pues sencillamente la ciudad acogió a la pareja de amantes, vivieron durante largas temporadas en el Alcázar que el Rey mandó edificar en lo que fue parte del Alcázar de los Emires, e incluso todavía existen los baños que tiene el nombre de doña Leonor.
Luego a la muerte del Rey la guerra fratricida entre dos medios hermanos por una corona harían que se eligiera bando y Córdoba escogió a Enrique II, el Trastámara. 
¡Bueno, al caso! 
Córdoba, cansada del mal gobierno como de la crueldad de Don Pedro y de los asesinatos que había realizado a la nobleza cordobesa, se posiciona de parte de Don Enrique. Al enterarse D. Pedro El Cruel arde en venganza y quiere destruir la ciudad, aliándose con el rey moro de Granada, Mohamed V que unen sus fuerzas para combatir contra los cordobeses.
Establecido ambos, el rey D. Pedro y el  granadino, en la cuesta de los Visos para proceder al combate... 
Era Mayo de 1368 cuando -según cuenta Ramírez de Arellano- llegó D. Pedro I a los muros de la ciudad, consigo llevaba 1500 caballos y 6000 peones y junto a estos estaba el rey de Granada con 5.000 caballos y hasta 30.000 peones y ballesteros.
La ciudad se entera de la cercanía que tenia a sus combatientes y los cordobeses envían unos emisarios para parlamentar con D. Pedro...
Que para evitar más sangre, le ofrecen reconocerle por su señor y abrirle las puertas de la ciudad... Aunque con una salvedad, que bajo ningún concepto en la ciudad, pusieran ni un solo pie los moros.
Pedro el Cruel, no acepta negociación alguna y los despide lanzándole sangrientas amenazas sobre la población cordobesa:
"Aniquilaré a todos los cordobeses y cordobesas, demoleré las murallas y mandaré arar sus calles "

¡A Córdoba solo le queda la opción de vencer o morir!
Mientras tanto los moros granadinos, toman la Calahorra y pasan al Alcázar Viejo y parte de la judería que hostigan hasta que logran entrar por los arquillos, matando a diestro y siniestro a cuanto cristiano ya fuera hombre, mujer o niño se le ponía por delante… 
¡La ciudad parecía que había caído en manos de Pedro el Cruel!
A la vez que los partidarios de éste, soltaron un bulo por toda la ciudad diciendo que los señores nobles habían rendido pleitesía al Rey y que todos los cordobeses que eran partidarios de Enrique de Trastámara serían aniquilados a espada junto con toda su familia…

¡Por un momento Córdoba se sintió rendida y sin esperanza...!
Pero de pronto, apareció una ola de personas por las calles... ¡¡Eran las cordobesas!!
Todas en la calle unificando los gritos de madres, hermanas, esposas e hijas, suplicándoles a sus hombres que tuvieran piedad de ellas y antes de salir a pelear, probasen el temple de sus armas en sus pechos pues preferían morir a manos de sus hombres, que ser llevadas cautivas a Granada...
Don Martin Alonso de Córdoba moviliza los gremios, equipando rudimentariamente a todos los hombres útiles, y hasta el Alcázar llegan los piconeros de Santa Marina y aunque solo van armados de trancas y hocinos arremeten contra los moros que empiezan a ceder y termina a la otra orilla del puente.

¡¡Esto parecen dar el animo que necesitaban los hombres por un momento perdidos... !!
Se encarga de la defensa de la ciudad D. Alonso Fernández de Córdoba, señor de Montemayor y su primo Diego, señor de Chillón, junto con otros como Lope de Córdoba seguido de sus quinientos jinetes, Juan de Aguilar junto con sus doscientos piconeros de Santa Marina, D. Diego Gutiérrez de los Ríos, Ruy Gonzalo Mecías, Maestre de Santiago, seguido de quinientos caballos a su orden, don Juan Alfonso de Guzmán y sus hombres y otros caballeros de Sevilla que habían venido a ponerse bajo las ordenes de los caballeros cordobeses, a quienes seguían trescientas lanzas…

Don Alonso, cabalga hacía el puente y al llegar al ángulo de la judería divisa un grupo de mujeres, delante de las cuales avanza su madre, Doña Aldonza López de Haro.
Al verla, Alonso descabalgó, hincó rodilla en suelo y besó la mano de su madre:
-"Alonso, hijo mío" –dijo la madre- "Córdoba duda de tu lealtad, júrame por la leche que de mí mamaste y con ella la sangre real de los Haro, me digas si es verdad que olvidando tu nombre y la estirpe de donde provienes, eres tú hijo de mis extrañas ¡Un traidor!."
-¡¡Traidor yo!! -Dijo el adelantado saltando como si le hubiera picado una víbora-
"Señora, nunca hasta ahora creí que el corazón de una madre se pudiera engañar ¡¡ Al campo vamos , en él se verá la verdad ¡! Que  Don Alonso tranquilo en su conciencia está."

Así que el adelantado saltó a la silla de su caballo, tomó sus tropas y cuando habían pasado el puente las formó en masa y les previno que el puente iba ser volado y por consiguiente no teniendo retirada posible... O se vencía o se moría
Ya preparados, marchan en contra de Pedro el cruel y el rey moro, los piconeros blandiendo sus hocinos van sigilosamente la margen izquierda del río para poder coger la espalda del enemigo, y agazapados se infiltran en el campamento sarraceno- continua diciendo Fray Joaquín- pero los caballos comienzan a relinchar tan fuerte que sus dueños dan voces a los centinelas, que al no ver a nadie de nuevo se hace el silencio...
Los momentos que preceden a la batalla siempre son solemnes, el silencio invade sus pensamientos que no eran otros que defender su ciudad... De pronto, empiezan a escuchar el tañido de las campanas de la catedral y de todas las iglesias, inundando el ambiente…
¡Era la señal de ataque y que ya no había marcha atrás!
Se oye:
-¡Córdoba, por Córdoba y don Enrique!- gritaba el adelantado con el pendón de la ciudad en sus manos - Batiendo las espadas contra los hombres de D. Pedro.
-¡Por Córdoba, mis piconeros, y por Don Enrique!- gritaba Juan de Aguilar- Mientras los piconeros se batían contra los moros de Granada
-¡A mí, los cordobeses en nombre de don Enrique! –gritaban otros adelantados batiéndose a muerte contra los que querían ver rendida a Córdoba...

Pasados los momentos de batalla, solo quedaba el rey apodado el Cruel con los pocos ballesteros que sobrevivían, descabalgó y dirigiéndose a los valientes cordobeses.
Les dijo:
-¡Traidores- vuestra conciencia os deja huir de la bandera de la legitimidad, vuestro señor natural aún desarmado os hace temblar, cobardes!
- Señor- dijo don Alonso- los cobardes han derrotado a los granadinos y puesto a su señoría en este trance… La tiranía hace de los pueblos la obligación de desobedecer.
Así - siguió diciendo D. Alonso- ¡Cordobeses, a toda rienda a la ciudad que don Pedro ha perdido ante este grupo de cobardes!
D. Pedro, por su parte, llamó retirada a sus soldados y cuando hubo llegado a la última cumbre de los visos dijo:
"¡Córdoba, maldita seas! Día llegará que vuelva sobre tí, arrase tus murallas y mande arar la tierra donde hoy están tus edificios…Y vosotros, Argotes, Córdobas, Hoces, Angulo, Jurados y demás ralea pasareis por la cuchilla de mi justicia."

Mientras Mohamed V se hallaba cenando en una finca muy cerca de Córdoba cuando le llegó la noticia dela derrota a lo que dijo:
-Amarga cena me han dado...
Desde entonces amargacena se llama aquella histórica finca.

Llegados a la ciudad y ya más calmados todos los cordobeses, y sabiéndose vencedores de dos ejércitos, se reunifican, arreglan los desperfectos que el rey moro hizo en la muralla del Alcázar Viejo y esperan al contraataque de éstos, aunque no llegó en días inmediatos.

El rey moro y Pedro el Cruel, decidieron marchar sobre Jaén ya que con Córdoba no pudieron, pasando a fuego y sangre a la gran mayoría de la ciudad.

Mientras, tanto D. Alonso como los demás caballeros, recibe de manos del obispo Andrés Pérez Navarro y del Cabildo de Córdoba como premio de su valentía, un singular privilegio:
“El doble de cepa”
En recuerdo del repique de rogativa con el que el cielo se inundó durante la dura batalla.
En virtud de la cual, las cuatro campanas grandes de la Catedral unidas por las campanas de las iglesias de la ciudad, tañerían con el repique denominado "Cepa" siempre que muriera uno de ellos o alguno de sus descendientes, fueran hombres o mujeres, de aquellos que tan valerosamente lucharon aquella jornada para salva la ciudad.



Fuentes Consultadas:
Diccionario geográfico -Estadístico- Histórico de España y sus... Vol 6 escrito por Pascual Madoz P Y Sagasti Madoz- La Mezquita, Catedral de Córdoba: templo universal, cumbre del arte, vivero de historia y leyendas de Miguel Salcedo Hierro- Córdoba de P. de Madrazo- Paseos por Córdoba de Ramírez de Arellano-Las fuentes musulmanas en la Batalla del Campo de la Verdad de Rafael Castejón- Mohamed V en Córdoba y la batalla del Campo de la verdad de Fray Joaquin Delgado O.P Diario de Córdoba 18/04/1956- Campo de la Verdad de Antonio Ortiz Villatoro Diario de Córdoba 22/10/1954 -Nota.- Existe un cuadro de ésta Batalla de grandes dimensiones 2,50 por 1,85 m. que está en el Ayuntamiento de Fernán Nuñéz, perteneciente a la familia de los Rios y cuyo autor sea posiblemente del cordobés D.Antonio del Castillo-Foto recogida de la pagina Asociación cultural los ríos F N


viernes, 18 de febrero de 2011

Abu l-Walid ibn Yahwar al Rasid

Segundo Rey de la Taifa cordobesa
Dibujo de ficción







Abu l-Walid, tuvo una educación esmerada y estaba preparado para gobernar... 
Durante años lo había hecho con su padre, hasta que por la muerte no designó sucesor, pero los acontecimientos de Córdoba hicieron que el poder recayese en él.
Su padre le había enseñado que si quería perdurar gobernando Córdoba no debía de adoptar ningún título que recordara a los Omeya, ni tampoco tomar posesión del Alcázar.
También mantuvo los esfuerzos iniciados por su padre para mediar en las disputas de los reyezuelos de la Taifas, especialmente entre al Mutadid de Sevilla y al Muaffar de Badajoz; finalmente consiguió establecer la paz entre ellos, aunque tras una larga guerra.

La seguridad interior y exterior de Córdoba fue una de las principales preocupaciones, ya que tuvo de enfrentarse a intentos de partidarios de los Omeyas de restaurar el Califato y las apetencias expansivas de los reinos de Sevilla y de Toledo. 
Su inteligencia le hizo actuar con un delicado equilibrio, en el que enfrentaba unos con otros,eso le permitió mantener la independencia durante 21 años.

Al Rasid protegió a algunas de las figuras intelectuales más destacadas de su tiempo, en especial a Ibn Hayyan para un puesto en la cancillería, con lo que éste no sólo dispuso de medios económicos para vivir, sino también el acceso a los documentos con los que redactó gran parte de sus obras, fundamentales para el conocimiento de la historia de al Andalus.

Pasan los años y su quebradiza salud le condujo a delegar buena parte de sus funciones en sus hijos Abderraman y Abd al Malik y en su primer ministro, Ibn al Saqqa.
Pero Abd a Malik no soportaba ser un "segundo" asesinando al primer ministro y arrebatándole el poder que tenía su propio hermano.

Los últimos días de Al Rasid conocieron los enfrentamientos entre sus hijos por el poder.

Abd al Malik, el más violento de los hermanos, heredó la Taifa.

Pero eso déjame que te lo cuente otro día


Fuentes consultadas:

 El Islam de Al Andalus de Miguel Cruz Hernandez- Crónicas de la provincia de Córdoba por Manuel Gonzalez Llanas- Historia de de la España Musulmana Ángel Gonzalez Palencia -Foto recogida de diario de Córdoba

viernes, 11 de febrero de 2011

Abú'l Hazm Yahwar

Dibujo de ficción
Primer Rey de la Taifa cordobesa



"Era Abū-l-Ḥazm, pese a su excelencia y a lo elevado de su rango, uno de los hombres más dados a la modestia y a la sobriedad… No varió su proceder desde la juventud a la madurez y permaneció en el gobierno de Córdoba, pues tuvo éxito en su esfuerzo (…)
(...) Alejó a los tiranos reyes de la sedición, hasta el punto de que preservaron su capital y la consideraron cosa inviolable (…) "
Ibn Hayyan


Al Ándalus se había fracturado gracias a los problemas políticos y dinásticos que llevaban sufriendo muchos años, aparecimiento pequeños reinos llamados Taifas.
Córdoba como capital del poder Omeya fue la ultima en crearse y declararse independiente y eso fue un martes 12 de noviembre de 1031.

Cuando los notables de Córdoba decidieron abolir el Califato y elegir para su gobierno a una de las familias más poderosas de la ciudad, los Banu Yahwar, cuya mayoría de su miembros habían sido Visires.
El elegido se llamaba Abul Hazm Yahwar.
Cuentan que era un hombre ingenioso, reservado y con solidez de juicio... Ante los ciudadanos se presentó como depositario de la ciudad mientras que llegara un representante legítimo y digno para el trono. ¡Desde luego sabía como ganarse a los cordobeses! 
Todos querían volver al poder de antaño y jamás hubieran permitido que un advenedizo ocupara el trono.
Desde el comienzo declinó llevar título o atributos califales y de este modo Córdoba se convertía en una aparente "república"
¡Nada más y nada menos!

Cuentan que se ocupó del control de la ciudad expulsando a la mayoría de los grupos militares bereberes que tanto destetaban los cordobeses y organizando una milicia ciudadana y con referencia al Alcázar Omeya para evitar más saqueos, nombró a una guardia palatina que se limitaba a custodiar el lugar y cuidarlo; aunque él jamás se marchó a vivir en él.

Abú ´l Hazm en sus doce años de gobierno tuvo una política conciliadora entre otras taifas, siendo notable el papel arbitral que ejerció acogiendo a los señores de otras taifas desplazados por la expansión de la Taifa sevillana.

Abú ´l Hazm Yahwar, murió un viernes 15 de Agosto de 1043, consecuente con su forma de entender el poder no nombró sucesor, deseaba que fuera el pueblo el que eligiera... El Consejo cordobés nombró a su hijo Abu l-Walid, que ya adoptó el título honorífico de al Rasid.

Pero eso, déjame que te lo cuente otro día.



Fuentes consultadas: 
Yahwa b. Muhammad b, Yahwar por Felipe Maillo Salgado *Real Academia de la Historia-El Islam de Al Andalus de Miguel Cruz Hernandez-  Crónicas de la provincia de Córdoba por Manuel Gonzalez Llanas- El arte de las primeras Taifas:Una cuestión de cronología por Fernando Valdés Fernández *Universidad Autónoma de Madrid- Foto recogida de Internet


viernes, 4 de febrero de 2011

Marco Anneo Séneca, el viejo






Si fama tuvo Marco Anneo Séneca como orador romano y escritor, su hijo lo superaría...
Hijo de una familia influyente del orden ecuestre en Corduba.
Durante una larga estancia en Roma, Marco Anneo Séneca, acudió a las lecturas de oradores y retóricos famosos, mientras se preparaba para una carrera como abogado.
Su orador ideal fue Cicerón, desaprobando la costumbre de su época por las florituras oratorias.

Durante la guerra civil romana, permaneció en Corduba, lo que le privó de escuchar los discursos de Cicerón, siendo probable que sus simpatías, al igual que ocurrió con otros muchos cordobeses, estuviesen con Pompeyo.
Tuvo tres hijos con su esposa Helvia de Corduba: L. Anneo Novato, adoptado por el amigo de su padre, el orador Junio Galión, y posteriormente llamado Lucio Junio Galión; Lucio Anneo Séneca, el filósofo y Marco Anneo Mela, padre del poeta Marco Anneo Lucano.

Puesto que ya había fallecido cuando su hijo Seneca fuese exiliado por Claudio, y siendo las últimas referencias en sus escritos inmediatamente posteriores a la muerte de Tiberio, se estima que murió en el año 39.


Fuente: 

Historia Literaria De España: Desde Su Primera Poblacion Hasta ... - Marco Anneo Séneca Diario de Córdoba 05/07/1961.- Wikipedia- Foto recogida de internet que no corresponde con el personaje de soundcloud.com