En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

lunes, 11 de marzo de 2013

Leyenda del cautivo cristiano













En la Mezquita de Córdoba, en la ampliación de Almanzor, situada entre las capillas de nuestra Señora del Rosario y la de la Epifanía existe una columna que tiene tallada una cruz de unos 17 cm de donde deriva la leyenda del Santo Cristo del Cautivo o de la uña.


Cuenta la tradición que en esa columna hubo encadenado un cautivo cristiano que pertenecía a la resistencia que existía en aquellos momentos en contra el islam de la sociedad cordobesa.
Varios cristianos entraron en la Gran Mezquita condenando el Islam para así provocar intencionadamente su propio martirio.
Uno de ellos, como era demasiado joven en vez de matarlo lo ataron a una columna, convirtiéndolo en esclavo, para que se hiciera musulmán...

Lo único que consiguieron es que se aferrara más a su religión tallando con sus propias uñas una cruz en la columna que estaba atado.
Cuando los árabes se dieron cuenta de que la cruz que había grabado no se podía borrar, ahorcaron al cautivo en uno de los arcos, y tiraron su cuerpo al Guadalquivir.

Desde luego esto no sería nada más que eso, una leyenda, ya que ni los musulmanes traían cautivos cristianos a sus mezquitas ni nada por el estilo...  

En 1890 publicó D. Luis Navarro Porras, autor de varias novelas históricas nacido de Pedro Abad, publicó "El Cautivo" tiene más de 200 páginas y el protagonista es un tal Ramiro que defendiendo su patria y su fe cae prisionero del rey Aben Hud, en el sitio a Mérida. Viene prisionero a Córdoba pero el Califa se apiada de él y lo tiene como jardinero en Madinat Al Zahra hasta que un día le invita a que reniegue de su Dios, y no consiguiéndolo lo traslada a la Mezquita donde pasa largos años encadenado a una columna en la que graba la figura de la cruz.
Cuentan que en las noches, cuando nadie había en la Mezquita, cantaba el Miserere hasta que una noche escucha que le responde una voz de mujer:
- "Coeli et terra enarrat gloriam Dei"
Prosigue él sus versículos del miserere y la voz femenina, los del otro salmo mientras que se dirigía hacía él. Presentándose una hermosa joven que como hija del almuédano Aben Munen, vivía en la Mezquita. 
Cristiana como su madre y enamorada de Ramiro le ayuda a escapar presentándose en el campamento cristiano, donde han concebido la idea de apoderarse de Córdoba. -El libro prosigue contando una detallada preparación para la hazaña de la navidad de 1235, Alvar Colodro y Ramiro son los primeros que escalan las murallas- cuenta la liberación de la ciudad, la entrada a la Mezquita de la Virgen de Linares y la casi milagrosa salvación de Moraima que está a punto de morir asesinada por su padre.
Afortunadamente es salvada por su amado que se casa con ella marchándose a su tierra para vivir felices.

¡Bueno, no deja de ser una bonita historia pero nada más!

Según Jesús Manuel Alonso: Las primeras referencias recogidas sobre esa columna son del 23 de diciembre de 1581 en un escrito de un obrero de la Catedral, que dice más o menos así:

(...) en el mármol que dizen del Crucifijo del Cabtivo (…)

En la columna del Cautivo y sobre ella hay grabada esta leyenda:

ESTE ES EL SANTO / CHRISTO QUE / HIZO EL CAV / TIBO CON / LA UÑA. 




Lo que si sabemos es que el sobre-relieve en mármol que representa al cautivo, encadenado con grilletes en los pies, una cadena al cuello y arrodillado fue mandado labrar por el licenciado don Baltasar Nájera de la Rosa. 
¿Qué por qué lo hizo? Pues realmente no se sabe, tal vez por estar esa columna próxima a la capilla que él fundo y saber de la tradición.

Según Robert Jammes el señor Nájera fue clérigo presbítero, canónigo de la iglesia colegial de Santo Hipólito de Córdoba, capellón del Santo Oficio y vecino de Córdoba que el 31 de enero de 1607,  le compró la ración Catedral de 1500 ducados a Alonso Jimenez de Reinoso por la no despreciable suma mensual de 1050 ducados quedándole a éste limpios 450 ducados limpios.

Baltasar Nájera de la Rosa fundó la Capilla de nuestra Catedral llamada de la Epifanía en 1614  dejando instituida la obligación que tenían los capellanes de esta capilla a decir una misa cada vez que se ajusticiara en la ciudad de Córdoba un reo ya fuera hombre o mujer para el sufragio de su alma. 
También dejó fondos para dotar con cincuenta ducados a las mujeres de mal vivir que quisiesen tomar estado, es decir casarse, y la de socorrer con cierta porción anual a todo al que siendo pariente del fundador dentro del cuarto grado llegara a la pobreza.

También existe una inscripción latina que pertenece al siglo XVIII que reza así: 

EL CAPTIBO CON GRAN FE / EN AQVESTE DURO MARMOL / CON LA VÑA SEÑALO / A CHRISTO CRVCIFICADO / SIENDO ESTA YGLESIA  MESQVITA / DONDE LO MARTIRIZARON. 



Fuente:
Curiosidades de la Mezquita por Rafael Aguilar Priego Diario de Córdoba 21/10/1942- El cristo que hizo el cautivo con la uña de Victoriano Aguilera Diario de Córdoba 09/07/1944-Córdoba de Pedro Madrazo- Diocesis de Córdoba- Recuerdos y bellezas de España: Córdoba de Pedro de Madrazo- Inventario de la Sección de Obras Pías del Archivo de la Catedral de Córdoba: siglos XIV-XX por Manuel Nieto Cumplido, Luis Enrique Sánchez García, Catedral (Córdoba, Spain). Archivo. Sección de Obras Pías-

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