En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

miércoles, 30 de diciembre de 2009

D. Antonio Palomino, gran pintor cordobés


Retrato de Acisclo Antonio Palomino
por Juan Baptista Simo ( 1726 )





Acisclo Antonio Palomimo de Castro y Velasco nació en Bujalance, un bello pueblo muy cercano a Córdoba en diciembre de 1653.
Fue el segundo de cuatros hijos, tres chicos y una chica que también fue pintora de cierto renombre y de la que él mismo habla en su libro "Museo Pictórico".
Cuando apenas contaba con siete años sus padres, Bernabé Palomino de Castro y Catalina Velasco, decidieron trasladarse a la capital, donde su padre, un maestro zapatero probó suerte instalando un pequeño negocio que le fue bastante prospero.
Desgraciadamente, su madre muere cuando apenas tiene nueve años y su padre de nuevo se casa con Elvira Luque, que cuidaría de los cuatro pequeños.
Que fueron creciendo, y a pesar de que su padre estaba dispuesto a darle a todos una buena educación,  sólo Acisclo Antonio inició estudios eclesiásticos estudiando Gramática, Filosofía y Derecho Canónigo... 
Pero lo que realmente le encantaba era la pintura, recibiendo lecciones del propio Juan de Valdés Leal, que pasó una larga temporada de trabajo en Córdoba en 1672 y el cordobés Juan de Alfaro, que fue discípulo de Velázquez y que vivía en Madrid como pintor del Almirante de Castilla. 
Alfaro Gómez pasó unos meses en Córdoba tras su larga estancia en Madrid en 1675 justo cuando se iniciaba la carrera de Palomino como pintor y con su prometida protección y apenas 22 años, Palomino se decide a hacer el gran salto y trasladarse a Madrid. 
Poco después desposó a Doña Catalina Bárbara Pérez de Sierra, hija de un diplomático, y tras ser nombrado alcalde del Concejo de la Mesta y en 1688 fue nombrado pintor real de Carlos II.
Los desposorios de la Virgen y S. José (1695 )
Óleo sobre lienzo 272 x 187 cm
Museo de Escultura de Valladolid

Pentecostés (1695-1700)
Óleo sobre lienzo 164 x 108 cm
Museo del Prado

San Juan Bautista, niño
Óleo sobre lienzo 72 x 58.5 cm
Museo de Zaragoza en deposito del Prado

Alegoría del Aire 1700
Óleo sobre lienzo 246 x 156 cm
Museo del Prado
Es allí donde tiene la suerte de tener contacto con los grandes pintores de su tiempo como Coello, Carreño y el italiano Lucas Giordiano, este artista fue el que más influyó en nuestro pintor ya que le ayudó a pintar los frescos del Escorial, primer paso para su consagración. 
A partir de ese momento recorre España para pintar frescos en iglesias y cuadros.... Quedando obras suyas en Valencia parcialmente perdida a causa de la guerra civil.

En 1700 el artista cordobés se comprometió ante el notario Carrasco de la ciudad de Valencia a pintar la bóveda de la iglesia de los Santos Juanes,  victima del fuego ocurrido en el comienzo de la guerra civil española, siendo a finales de marzo de 1958 cuando comienzan a restaurarla.

Cúpula de la Basílica de los Desamparados
Valencia
Aunque la "Capilla Sixtina" del cordobés fue los frescos que pintó en la Basílica de los Desamparados, una bellísima obra y una de las composiciones más extraordinarias del Barroco hispánico que como bien dice D. Rafael García Mahíques, que lejos de constituir un "panegírico mudo", se trata de una ilusión muy viva y dinámica del Cielo en donde conviven en un mismo ámbito los santos y las personificaciones alegóricas de la retórica, algo por otro lado muy propio del Barroco.
En el ámbito de la Gloria, el artista introduce el tema fundamental: La Virgen de los Desamparados como intercesora ante su Hijo.
D. Antonio Palomino, nos señala una serie de elementos ordenados según jerarquía cuyo eje lo constituye la imagen de María como Reina intercesora ante la Trinidad entre los diferentes coros de ángeles y de santos.

El triunfo de la Iglesia
Coro del Convento de San Esteban
Salamanca

Cúpula del Sagrario de la Cartuja
Granada
Entre 1705 y 1715 residió en Salamanca, Granada y de nuevo en Córdoba donde tenemos la gran suerte de tener algunos de sus cuadros en la Mezquita Catedral.
Se pueden contemplar tres cuadros en el crucero y cinco cuadros de grandes dimensiones decorando el retablo del Altar Mayor, hay una Asunción de la Santísima Virgen, los dos laterales del retablo en su parte alta representan san Pelagio y santa Lucrecia, y dos laterales en su parte baja san Asciclo y santa Victoria Patronos de Córdoba.
Los cuadros son de tamaño monumental con un dibujo y riqueza de color que bien se explica como Palomino llegó a ser pintor de cámara de del rey Carlos II
Según R. Aguilar, entra el Cabildo en contacto con nuestro insigne pintor en 1713 cuando vuelve por primera vez a Córdoba después de una larga ausencia de treinta y cinco años para encargarle los cinco cuadro que deberían sustituir los que existían en el retablo, el artista se comprometió a tenerlos listos en un año y el precio acordado fue de mil pesos escudos de plata.

Altar mayor de la Mezquita Catedral de Córdoba
Todos los cuadros son autoria de Palomino

Asunción que remata el altar Mayor de la
Mezquita-Catedral de Córdoba
5,5 x 3, 5 metros

El cuadro de la Asunción nos muestra a la virgen postrada en una nube con la vista elevada hacía el cielo sostenida por angelotes, en la parte inferior del cuadro aparece el sepulcro elevado del suelo y junto a éste diseminados los apóstoles, unos mirando al sepulcro y otros mirando al cielo, mientras que una lluvia de flores es arrojada por los ángeles.
El lienzo fue restaurado en 1950 por el maestro restaurador del Museo de Prado don Cristobal Gónzalez Quesada y como dato curioso cuenta en una entrevista a diario de Córdoba que encontró un escrito detrás del lienzo, donde se explicaba la restauración del altar mayor en 1794 dirigiendo el retoque de la pintura por Antonio Álvarez Torrado, pintor cordobés del siglo XVIII, dicho documento informaba más abajo

"que debido al mal estado del cuadro y por estar totalmente desconocido por la parte alta, habiendo arrugas, que cubiertas de polvo, impedían que se viese tan hermosa composición  se retocó el nueve del mes de octubre.." 

También tenemos los tres bellísimos cuadros de la conquista del Rey Fernando el santo de Córdoba, el martirio de San Acisclo y Santa Victoria y la aparición de San Rafael al padre Roelas.


La conquista del rey Fernando III el Santo de Córdoba
capilla de Santa Teresa o del Cardenal Salazar
Mezquita Catedral de Córdoba
Martirio de los patronos San Acisclo y Santa Victoria
capilla de Santa Teresa o del Cardenal Salazar
Mezquita Catedral de Córdoba

Aparición de San Rafael al padre Roelas
capilla de Santa Teresa o del Cardenal Salazar
Mezquita Catedral de Córdoba
También tenemos a d. Antonio Palomino escritor, su principal obra en una obra compuesta de 3 volúmenes, a la que tituló "Museo pictórico y escala óptica".
Los dos primeros tomos tratan sobre la práctica y el arte de la pintura. Estas partes han tenido poca influencia. Sin embargo, el tercero, subtitulado El Parnaso español pintoresco laureado es un importante y valioso material biográfico de pintores españoles del Siglo de Oro.

Huida a Egipto 1712-1714
Óleo sobre lienzo 81 x 105 cm
Museo de Bellas Artes de Córdoba
Inmaculada Concepción
Óleo sobre lienzo 84 x 63 cm
Inmaculada Concepción
Óleo sobre lienzo 167 x 126 cm
Inmaculada Concepción
Óleo sobre lienzo 145,5 x 99 cm
Colección privada

María
Óleo sobre lienzo 103 x 83 cm
Tras la muerte de su esposa con quien compartía tres hijos, Francisco Esteban, Isidro Alfonso y Rafaela decidió ordenarse sacerdote hasta que murió el 12 de agosto de 1726 en Madrid, siendo enterrado en el Convento de la venerable orden Tercera de San Francisco.




Fuentes consultadas:

 Asciclo Antonio Palomino tres siglos de distancia por Antonio Ortiz Villatoro Diario de Cordoba 07/12/1955- El centenario del pintor cordobés Palomino Diario de Córdoba 26/ 11/1954- Antonio Palomino en el museo del prado por Manuel Marin Campos Diario de Córdoba 26/09/1965- Publicación sobre Palomino Diario de Córdoba 30/09/1961- La conquista de Córdoba de Antonio Palomino por Manuel Marin Campos Diario de Córdoba 10/08/1967- La Asunción de Palomino por M. Medina Diario de Córdoba 12/11/1950-La Cúpula de la basílica de la Virgen de los desamparados por Rafael Garcia Mahigues- La Gloria de Antonio Palomino diario de Córdoba 05/08/1958- Antonio Palomino y su Memoria histórica de los artistas en España por Bonaventura Bassegoda, Universidad Autónoma de Barcelona- Wikipedía-

jueves, 24 de diciembre de 2009

Las Campanas de Santiago robadas por Almanzor


Fuente: Atlas de Historia de España de García Cortazas






Diez años habían pasado desde que Almanzor había destruido la ciudad de Coimbra, cuando de nuevo tuvo que preparar a sus hombres y esta vez con el objetivo de destruir Santiago de Compostela.

En el año 997,  el Rey Vermudo II, apodado el Gotoso, aprovechando los apuros de Almanzor ocupado en hacer frente a una insumisión en África, rompe el acuerdo pactado el año anterior y suspende el pago del tributo a Córdoba.
Pronto olvidó la ayuda y protección de Almanzor para llegar al trono y el pacto que hizo con el hachib para que le devolviera Zamora,  también olvidó como una de sus hijas, Teresa, fue la que entregó como esposa del Todopoderoso cordobés.
El Rey se sentía fuerte, había apagado la rebelión de algunos condes de Galicia Meridional que al no verse suficientemente recompensados por Vermudo se sublevaron contra él.
Éste, enfurecido les destruyó sus castillos y confiscó sus tierras... Sin darse cuenta que al crearse enemigos en sus propias filas abría una brecha para la entrada de los sarracenos.

El 3 de julio de 997 sale Almanzor de Córdoba al frente de su terrible caballería, toma la dirección oeste rumbo a Coria, llega con todos los jinetes selectos y el ejercito que se fue robusteciendo en el camino, por todas las gentes de armas de la provincia de Merida y Toledo.
Llegan a Viseu donde le esperan varios condes de la región Lusitana, poniéndose a su servicio y así vemos al lado de Almanzor a los Vela alaveses, al gallego Galindo o al portugués Froila González, a quien recordaremos como el hijo del envenenador del rey Sancho I el Craso, Gonzalo Núñez.
Suben hasta Oporto donde les esperan las embarcaciones con marinería y tropa, yendo además abastecidos y pertrechados toman rumbo hacía la desembocadura del Duero.
Pasan el Duero, del Duero al Miño y de éste al Ulla, van costeando por las playas perpetrando Galicia por la villa portuguesa de Valladares tomando dirección oeste arrasando castillos como el de San Pelayo y destruyendo monasterios como el de San Cosme y San Damián.
En su camino, Almanzor sembró de ruinas los alrededores de Vigo, persiguió hasta la península de Morrazo a algunos grupos de cristianos y por fin alcanzó la ciudad de Iria, donde fiel a su costumbre la dejó desolada.
Era miércoles 10 de agosto de 997 cuando llega a Santiago entrando a la ciudad y destruyendo edificios murallas e iglesias sin dejar el menor rastro.
La ciudad fue sometida a un riguroso saqueo durante una semana y, posteriormente, incendiada... Sólo se salvó de su ira el sepulcro del Apóstol.

Según cuenta la leyenda en el momento en que Almanzor entró en el Santuario encontró a un anciano que custodiaba la tumba. Viendo éste, que el viejo no hacía ademán de irse le preguntó:
- ¿Acaso no le temes a Almanzor?- gritó al hachib
- Solo temo no poder honrar al Apóstol, me encomendaron guardar su tumba y aquí seguiré aunque tenga que pagar con mi vida - Le respondió sin sombra de pánico el celoso guardián.
Dicen que sus palabras, la santidad de su misión o tal vez, las supersticiones de Almanzor, le salvaron la vida al anciano y la no profanación de la tumba...
Lo que es más cierto es que en la religión musulmana a Jesucristo lo tienen como profeta y Santiago como hijo de José, el carpintero, y por lo tanto hermano de uno de los profetas más importantes, Jesús de Nazaret... De ahí que la tumba no fuera saqueada y se guardara el respeto pertinente.
Almanzor dispone la retirada hacía el país ocupado por Vermudo, hijo de Ordón dándolo a saco hasta llegar a las provincias de los condes aliados que estaban en sus huestes y cuyo territorio mandó respetar, llegando al castillo de (Kras) de Balika  a poca distancia de Ciudad Rodrigo (Salamanca), es allí donde presenta a todos los Conde según su jerarquía para empezar a repartir los premios en agradecimiento, entre esas recompensas: 2285 piezas de tela de seda común, veinte vestidos de lana, dos ropajes de ámbar, dos vestidos de seda griega y una piel de fenek (Comadreja), allí se despide de ellos  que los envía de nuevo a sus casas y empieza su camino de vuelta.

Entró en Córdoba con gran pompa, celebrando tan exitosa victoria y acompañado con un generoso botín y unos 4.000 prisioneros, entre los tesoros conseguidos por el cordobés figuraban sedas brocada en oro, paños finos, piedras preciosas, además el hachib había traído una gran cantidad de arena blanca de las playas de Galicia, las que podían trasportar dos bestias de carga, como regalo a  Hisham II, el Califa de Córdoba.
Esclavos cristianos acarrearon las campanas del santuario y las puertas de la Catedral de Santiago a la ciudad de Córdoba.
Las campanas con que los cristianos convocaban a las ceremonias de su religión fueron descolgadas y llevadas por esclavos cristianos a Córdoba,- según el libro de "Tesoro de la lengua Castellana" dice así:

Hizieron los moros llevar a los christianos desde allí a Córdoba con cuya ocasión murieron  millares de hombres pero cuando le fue recobrada España las hizieron bolver al mesmo lugar trayendolas los moros con igual trabajo y peligro

Éstas fueron destinadas a alumbrar la gran Mezquita, se les dio la vuelta sobre unos trípodes y se llenaron de aceite, el recinto sagrado de la fe contraria, y la madera de las puertas tras las que los compostelanos creían parapetarse se utilizarían en el artesonado de las nuevas naves de ese mismo edificio, cuya ampliación había empezado diez años antes.
Dos siglos y medio después, fueron prisioneros musulmanes los que cargaron a hombros con las campanas de vuelta a la basílica de Apóstol Santiago. Tras la reconquista de la ciudad por parte de Fernando III, se quiso recompensar a los compostelanos con nuevas campanas, para lo cual se refundieron las campanas que habían servido como lamparas y el bronce de las puertas de la Mezquita.
Según se cuenta en el libro de Autos Sacramentales de Pedro Calderon de la Barca:

"Y entonces el venerable Obispo Juan de Osma, canciller del Palacio Real, acompañado por los Obispos Gonzalo de Cuenca y Domingo de Baeza, Adán de Plasencia y Sancho de Coria, entraron en la Mezquita de Córdoba que aventaja en lujo y tamaño a todas las mezquitas de los árabes (...) El venerable Juan esparció el agua de la purificación, la convirtió en iglesia, levantó un altar en honor a la Santa Virgen y celebró una misa solemne (...) Y como las campanas de Santiago habían sido trasladadas por Almanzor y estaban allí colgadas sirviendo de lámpara para vergüenza del pueblo cristiano... El rey Fernando hizo que esas campanas fueran devueltas a la iglesia de Santiago y a la iglesia de Santiago fueron llevadas"


Fuentes consultadas: 
Atlas Ilustrado de la guerra de Nicholas Hooper y Matthew Bennett- Diccionario geográfico de hagiotoponimia española de Juan Pablo García Borrón - Grandeza e decadencia do reino de Galicia por Emilio González López- Autos Sacramentales de Pedro Calderón de la Barca- Campañas de Almanzor contra el reino de León de Instituto de Historia Medieval de España, 1968- Almanzor y los terrores del Milenio- Tesoro de la Lengua castellana de Sebastian de Cobarrubias Horozco- Historia compostelana de Emma Falque- fotografia recogidas de Internet

miércoles, 9 de diciembre de 2009

La Fuente de Santa María del Patio de los Naranjos







Noventa y ocho son los naranjos que están plantados en hileras desde el siglo XV ya que vinieron a sustituir a las palmeras y cipreses que existían y que le da nombre a dicho patio.
 Forma parte de la Mezquita y es sin duda el patio más grande y más antiguo.
En el Islam, el agua se utiliza para purificar al creyente mediante abluciones anteriores a la oración o Salat, por ello la principal función del Patio de la Mezquita era religioso... 
Abderramán I se inspiró en la Mezquita de Damasco, rodeando al patio de un muro como medio clásico de cerramiento en cualquier jardín. 

Un recinto cerrado de 130 metros de largo por 50 metros de ancho que, menos por el Sur, está rodeado por galerías o soportales, sostenidos por columnas y que en tiempos de Alhakem II eran utilizada para escuela pública.
Anteriormente, en el reinado de Abderramán III se  habían construido las arcadas que soportan las cubiertas y formaban los corredores donde refugiarse del sol y el agua, y que en época cristiana fueron usados como Hospital y Casa de niños expósitos.
Los diecinueve arcos de herradura que comunicaba la sala de oración con el patio estuvieron abiertos en la época islámica, una vez que Fernando III conquistó la ciudad se fueron cerrando para aprovechar los testeros para pequeñas capillas.

El patio está dominado por el monumental campanario cristiano que envuelve a lo que una vez fue alminar... La esbelta torre de campanas de estilo seudoclásico te lleva hasta arriba con una estrechas escaleras.
Pero sigamos con el patio: El recinto que está dividido en tres partes, cada una de ellas con un surtidor en el centro.
El más popular, o mejor dicho la más popular y grande, es la monumental fuente barroca que sustituyó a otra más antigua, de la segunda mitad del siglo XVII.

Su nombre es Fuente de Santa María y según la descripción arquitectónica de "Conoce tus Fuentes" es su pilón de forma rectangular, con sus cuatro ángulos por artísticas pilastras, labradas con bajorrelieves barrocos y rematadas por pináculos, de las que salen cuatro caños de latón amarillo a través de un motivo semiesférico de piedra roja.
Donde caen los caños, llevan sus paredes trabajadas en piedra negra y presentan un rebanco interior para apoyo de los cántaros.
Uno de esos caños es conocido como Caño del Olivo por existir junto a él uno de estos árboles de casi trecientos años, que ha dado origen a leyendas y coplas populares.
Su desagüe se produce por el muro Oeste donde es vertido en una pileta a ras de suelo, donde desaparece.
La fuente actual se terminó para el día de la Inmaculada de 1741, bajo la dirección del maestro mayor de la Catedral el cordobés D. Tomás Jerónimo de Pedrajas, platero, escultor y arquitecto; el mismo que más tarde presentó un proyecto para el coro de la catedral siendo rechazado y triunfando el  proyecto de Duque Cornejo
Y para la fiesta inaugural se le acopló al surtidor central un precioso saltador con un juego de campanillas de plata que giraba con el empuje del agua.
¿Quién fue el autor de tan precioso ingenio hidráulico? Pues realmente no se sabe, me atrevería a decir que podría ser el mismo Jerónimo de Pedraja pues al ser de plata es un material que él sabía trabajarlo muy bien; aunque esto es una hipótesis mía ya que no se tiene noticias de quien lo hizo. 
Saltador que se encuentra en el Museo catedralicio
Mirando fotos antiguas se detectan varias formas que el surtidor tenía para "jugar con el agua" imagino que el juego de bolas estarían implicadas en estos cambios de chorros de agua.
Surtidor en la actualidad

El olivo se plantó por el mismo tiempo, dentro del plan de reforma del patio.



A la fuente del Olivo  
madre llévame a beber
a ver si me sale novio
que yo me muero de sed


El Patio de los Naranjos 
de la mezquita es jardín 
lo que más me gusta a mi 
a la fuente quiero ir

A la fuente del olivo 
madre llévame a beber
a ver si me sale novio
que yo me muero de sed




A la fuente del olivo 
llegó un sultán a beber
 y en vez de salirle 
novia le salieron 33 
válgame San Rafael 

A la fuente del olivo 
madre llévame a beber 
a ver si me sale novio 
que yo me muero de sed        
                                        
 (Luis Bedmar)

Cuenta la tradición popular dice que las mujeres solteras que deseen casarse han de beber agua del caño que está más próximo al olivo... 
Y aún se aprecia cómo la piedra del poyo contiguo al caño del Olivo es la más desgastada por el roce de los miles de cántaros que durante más de dos siglos de él se abastecieron, también proporciona inspiración a cantares y poetas.

El agua que distribuye, tanto esta fuente como las demás de la Mezquita Catedral, pertenece al suministro gratuito de Aguas Potables de Córdoba, convenio suscrito a perpetuidad entre el Cabildo y el Ayuntamiento en 1944, por medio de éste acuerdo de permuta a perpetuidad con el Ayuntamiento de 23 pajas  que le correspondía a la comunidad de los veneros de los llanos de la Albaida, a cambio en Ayuntamiento recibía un caudal de agua considerable para su tratamiento y distribución a los ciudadanos.



Fuentes  consultada: 
Indicador cordobés o sea manual histórico-topográfico de la ciudad de Córdoba- Conoce tus fuente- La Mezquita de L- Torres Baldas 1952- Wikipedía- Córdobapedia

miércoles, 2 de diciembre de 2009

María Teresa López, la chiquita piconera

La Chiquita Piconera



Ay, chiquita piconera, 
 mi piconera chiquita! 
 Toa mi vía yo la diera 
 por contemplar tu carita. 
 Mira tú si yo te quiero 
 que sigo y sigo esperando 
 a´ laíto del brasero 
 para seguirte pintando 



Doña María Teresa López, Teresa, Teresita, la chiquita piconera, la adolescente que sentada en una silla de anea, mira fijamente al espectador mientras atiza las reducidas ascuas que hay en el bracero; dándole la oportunidad de fantasear a quien  y por qué espera, quizás a ese hombre que ella ama; o quizás a nadie, solo espera...


Foto de María Teresa
"La Fuensanta" que nos miraba a todos desde aquellos billetes de banco marrones que en 1953 fue elegido por la Fábrica de Moneda y Timbre; la guapa mujer morena que cantaba la copla y que a la vez era blanco de todas las maledicencias populares de aquella Córdoba provinciana, perdedora y castigadora de sus ídolos.
María Teresa nació 1913 en Buenos Aires, pero solo por casualidad, porque hasta allí habían llegado sus padres desde Córdoba para "hacer las Américas" como se decía por aquel entonces e invertir la sustanciosa cantidad de dinero que había heredado su familia.

En los años 20 regresó la familia a Córdoba a causa de la ruina en aquellas tierras, cuando apenas "Teresita" contaba con ochos años.
La familia se instaló en el barrio de San Pedro, no muy lejos de la Plaza del Potro, donde Julio Romero de Torres, ya un pintor consagrado, tenía unidas su casa y su estudio.
La relación entre las dos familias no tardó en nacer ya que los círculos donde se movían prácticamente serían los mismos.
El caso fue que la belleza de María Teresa no pasó inadvertida para los ojos del pintor, pidiéndole a su padre que la dejara pintarla.

Ángeles
La niña de la jarra






















Empezó a pintarla a cambio de tres pesetas que le pagaba por cada sesión ¡Cosa que venía muy bien para ayudar a el sustento de la casa!
D. Julio Romero estaba la mayor parte del tiempo en Madrid y sólo volvía a Córdoba en fechas señaladas para estar junto a su familia y pintar a sus “modelos fijas”. 
María Teresa era una de ellas.
En cada encuentro el pintor le decía: - "¡Cómo has crecido niña!" y la llamaba para posar todas las tardes que pudiera...

Carmen
La Monjita



















Casado con Francisca Pellicer con la que tuvo tres hijos, Julio Romero de Torres se ganó una merecida fama de seductor y mujeriego; al pintor se le atribuyeron innumerables romances con todo tipo de mujeres: Actrices, cantantes, sus propias modelos y hasta con alguna que otra dama de alta alcurnia, a pesar de que muchas de las modelos contaban que era un señor muy correcto que hablaba poco y no se cansaba de lo que verdaderamente amaba: 
La pintura.
Sus biógrafos lo describen como "Un hombre de gallarda apostura que rayaba lo extraordinario cuando vestía la airosa capa y el sombrero cordobés; con gesto entre pensativo y desdeñoso y ademán reposado... En definitiva, una buena percha para ejercer de Don Juan con todas las garantías del mundo.
En su estudio cuentan que después de su muerte, fue encontrado un cojín cuyo relleno era un montón de mechones de cabellos de diferentes mujeres que el pintor coleccionaba como fetiche.
 La Fuensanta

¿Tal vez trofeos de sus amoríos?  ¡Eso no lo sabremos nunca! o de lo que ahora se llamarían fans, muchas mujeres se morían porque D. Julio las pintara.
Aunque con aquellas habladurías, no es difícil entender cómo la estrecha moral de la época sacó punta al peor de sus estigmas y empezaron a circular todo tipo de chascarrillos sobre las relaciones amorosas del pintor con sus modelos.
Y lo peor fue para ellas: Las débiles, las que son de muy fácil ensuciar su honor y muy difícil de limpiar, la mujer.
La gran mayoría de sus modelos, por no decir todas, negaron siempre estos hechos, pero los rumores acabaron convertidos en coplillas que se extendieron como un maligno reguero de pólvora por toda la ciudad.

Doña María Teresa contaba en una entrevista que le hicieron pocos años antes de morir que ser la modelo del pintor le hizo una vida muy difícil.

Bendición
    - "Hasta mi padre me pegó un día al llegar a casa harto        ya de tantas murmuraciones y poco menos que         acusándome de haberme acostado con él. ¡Pero si yo no     hice nada! - Afirmaba María Teresa
 Y continua diciendo:
 -"Al poco tiempo me eché un novio y ni él mismo confiaba   en mi virginidad. Estaba tan seguro de que me había   acostado con el pintor que me obligó a hacer el amor antes   de casarnos para comprobarlo. Cuando vio que era virgen   se quedó tranquilo."
  ¡¡Siempre demostrando!!Desgraciadamente poco a   cambiado
 De su matrimonio tuvo una hija que murió a los tres días de nacer, ya que la costumbre de la época era llevar a los recién nacidos a bautizarlos inmediatamente y después al médico para que certificase su nacimiento... Cuenta que su suegra la sacó mal arropada y de una pulmonía murió.

Doña María Teresa López
El matrimonio sobrevivió dos años hasta que decidieron separarse ya que su marido le daba muy mala vida, maltratándola y humillándola por ser la única razón de haber sido la modelo del pintor.
A partir de ese momento, Teresa inició un peregrinaje vital lleno de sinsabores en sus relaciones con los hombres.
Nunca más tuvo pareja.
-"Oían las coplas y pensaban que poco menos que era una puta, que yo era la mala y que tenían derecho a todo." - decía.
"Pero nunca hice nada de lo que tenga que arrepentirme. Me pasé media vida cosiendo, para ganarme la vida, acabando en este asilo donde me tratan muy bien, pero que no consigue apagar el amargor de mis recuerdos"


Existe un dicho muy frecuente por aquí que dice "La suerte de las feas, las bonitas las desean"  y eso es lo que debió pensar Doña María Teresa, porque a pesar de haber ilustrado cientos de millones de billetes de banco; La piconera, unas de las mujeres más bellas de aquellos tiempos,  jamás fue feliz...
El estigma por ser musa de un pintor lo llevó siempre... Marcándola para toda la vida.

Doña María Teresa López murió en el 2003 a los 89 años de edad en el hospital cordobés de Los Morales y está enterrada en el Carpio.




Fuentes consultadas:  
Realidad y poesía en la Chiquita piconera de Julio Romero de Torres de Manuel Marín Campos  Diario de Córdoba 18/01/1967- Julio desde sus modelos Teresa la de los billetes de Francisco Solano Márquez Diario de Córdoba 12/11/1974- La chiquita piconera. documentada en diario el Mundo- Fotos recogidas de Internet- Cordobapedia-