En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

viernes, 21 de diciembre de 2018

D. Diego López de Haro.

  El Caballerizo Real y la historia de un marquesado




"La bondad de la raza de los caballos de Córdoba, es cosa de mayor grandeza que tiene su Majestad en sus Reinos."

(D. Diego Lopez de Haro )




En 1565 el rey Felipe II mandó mediante decreto construir en la ciudad de Córdoba las Caballerizas Reales.
Su idea era mejorar la raza del caballo tomando como partida la resistencia de los caballos que existían en Andalucía.
Quien cumplió el sueño del monarca no fue otro que un cordobés creando el "Caballo Andaluz"

Pero empecemos por el principio:

Felipe II quiso planificar la cría caballar en su reino para la mejora de la raza de los caballos, dicen que por el amor que el Rey le tenía a los caballos aunque dejando las "leyendas" no era otra cosa que de carácter comercial tanto para mejorar los caballos de la casa Real como a la larga la calidad de todos los caballos españoles.
A mi modesto entender lo que hizo Felipe II fue una manera de "publicitar" la grandeza de su imperio mostrando la supremacía hasta en los caballos.
El caso es que para desarrollar este proyecto eligió Andalucía y en especial Córdoba. ¿Por qué os preguntareis? Pues porque en tiempos de Al Andalus aquí se criaron los mejores ejemplares y aún existían por estos contornos.
Por aquí resonaba el apellido dado a unos caballos como "Los Guzmanes", "Los Mexías" o "Los Valenzuelas" que fueron cruzados con los resto de caballos que habían quedado de aquellos tiempos naciendo preciosos  ejemplares que como se dice desde el siglo XVI en el tratado titulado "Monta a la Jineta" y del que no encuentro el nombre de su autor, decía que eran:

"airosos, fuertes y sufridos que el correr, parar y andar a los costados no tenían semejantes"

Tomada la decisión de que se iba a crear una nueva caballeriza, el rey ya se había decantado por Córdoba buscando buenos y renombrados ganaderos equinos de la ciudad.

Primero debería asignar fondos para esta empresa ya que sería costosa, también debían de elegir dehesas para poder criar a los ejemplares, a la vez de elegir a un Caballerizo real y desde luego había que hacer unas grandes caballerizas.
¡Desde luego mucho trabajo por delante!

Para realizar este proyecto encargó al noble cordobés Don Diego López de Haro que dirigiera la construcción de las mismas para alojar a los sementales, así como que comprara o arrendara las dehesas necesarias donde pastaran y criaran las piaras de yeguas.

Os preguntareis del por qué el rey nombró a éste hombre caballerizo real! ¿Le conocía? 
Pues los biógrafos creen que no se conocían personalmente con anterioridad; si bien cuentan, aunque no se sabe si fue real o leyenda que D. Diego gran amante de los caballos se dedicaba al cruce de ellos muy común en aquellos tiempos en nuestra tierra, y que uno de sus ejemplares fue comprado por el duque de Alburquerque, que lo llevó a la corte para lucir tan maravilloso animal; desde luego el Rey quedó prendado y por ello nombró a D. Diego López de Haro para que fuera el encargado de su maravilloso sueño.
Fuera como fuere, lo cierto es que con fecha 20 de Noviembre de 1567 el Rey, expidió el documento de su nombramiento: 


"Don Diego López de Haro, Gentilhombre de Nuestra Casa, sabed que Nos, entendiendo que así cumple a Nuestro servicio y al bien y beneficio público y para que la cría y casta de caballos se acreciente, Hemos acordad de sostener y criar un número de yeguas de vientre con sus potros y crías en la Ciudad de Córdoba y otras partes y lugares de Andalucía. 
Y para que esto se ponga así en efecto y se comience, conserve y acreciente la raza, por la satisfacción y confianza que tenemos de vuestra persona y la experiencia que tenéis de esta calidad. 
Hemos acordado de elegir y nombrar y encomendaros el dicho negocio, como por la presente os nombramos, elegimos y encomendamos y os mandamos que ahora y de aquí en adelante que cuando vuestra voluntad fuere tenga cargo de dicha caballeriza". 


Según el historiador D. Eduardo Agüera Carmona- la elección no estuvo libre de envidias como lo fue la del marqués de la Guardia don Rodrigo Mexía Carrillo de Fonseca que tenían tanto él como sus antepasados la buena fama de ganaderos mejorando algunos ejemplares de lo que luego fuera el caballo andaluz.
Los Mexías  tuvieron una importante relación con Carlos V y I de España para informarle sobre las yeguadas de Castilla por ellos creyeron que ellos serían mejores caballerizos que D. Diego, haciéndole la vida muy difícil con respecto a los caballos.
Prueba de ellos y siempre según Agüera, don Diego tuvo un largo litigio con los Mexías por la adquisición de la dehesa llamada "La Rivera"; duró nada más y nada menos que 24 años desde 1572 hasta 1596.
Según cuenta Eduardo Agüera:

"la cual desde un principio gustó al Caballerizo para alojar las yeguas del Rey y el Marqués de forma maquiavélica, siempre encontraba excusas para su dilación. Para ello utilizaba, alteraciones de la renta; exigía su permuta por la realenga villa de Torremilano, o bien realizaba contra la voluntad de don Diego subarriendos a terceros. Todo ello con el propósito de contrariar la voluntad del Caballerizo,alargando su definitiva adquisición"


Pero sigamos:
Los Haro fue una familia de mucha solera que vinieron a las tierras andaluzas siguiendo a Fernando III en su conquista ya que eran la linea menor de los antiguos señores de Vizcaya.
Pero el "de Haro " que nos compete es D. Diego López de Haro y Guzmán fue un noble cordobés nacido en 1531 y muerto 1598.

Lo que si se sabe de él es que fue un noble cordobés, de la rama segundona de los del Carpio y nieto de doña Beatriz de Sotomayor; el título del señor del Carpio lo ostentaba su primo.
Su padre era D. Luis Méndez de Haro y Sotomayor caballero de Santiago casado con Antonia de Guevara y Guzmán hija de D. Fabrique de Guzmán señor del Donadío de la Higuera y otros estados de Écija y de Gregoria de Zayas. 
Y os preguntareis ¿Que es un Donadío? pues son unas tierra dadas a una persona por parte de los reyes cristianos por haberle ayudado en la reconquista ( Que como sabéis yo le llamo conquista)
Don Diego tuvo una hermana, doña Aldonza de Haro a la que casaron con los Cárcamo familia ilustre de Córdoba.
Vista de las Caballerizas Reales
Sigamos con la historia:

Según cuenta en su trabajo el señor D. Eduardo Agüera, se eligió junto al Alcázar que en su día había construido Alfonso XI, la construcción de las caballerizas, el lugar donde se cree que estuvieron situadas las caballerizas en la época Califal.

El propio Rey revisó el proyecto y el estado de la obra, al celebrar Cortes en 1570 en Córdoba, desde el 20 de febrero al 26 de abril, visita de la que ya hablamos en este blog de todo lo que se realizó para su entrada triunfal.
Caballerizas Reales


El edificio de las Caballerizas Reales de Córdoba, contaba con las dependencias propias de gobierno, así como lo necesario para alojar a las más de cien cabezas a que ascendían los sementales y los potros procedentes del destete del año, a los que allí también se desbravaban; para las yeguas don Diego fue adquiriendo, bien por compra o permutas o por arrendamiento, las dehesas necesarias donde alojar en régimen de pastoreo a la entonces nueva Yeguada Real. 

Entre las dehesas utilizadas que estaban en el antiguo Reino de Córdoba, algunas compradas, otras arrendadas e incluso permutadas, como ocurrió con "La Alameda del Obispo" que le fue permutada al Cabildo por la realenga Villa de Trassierras con el permiso del rey entre el Obispo de Córdoba D. Leopoldo de Austria y D. Diego López de Haro.
Que según D. Eduardo Agüera las fincas fueron : "El Sotillo", " la Dehesa de la Rivera","Córdoba la Vieja", "La Valenzuela", "La Pendolilla, "La Gamonosa" entre otras...


Entrada de caballerizas Reales
El primer semental de esta inicial piara fue el caballo "Astigiano" que junto a la yegua llamada "Hovera" posiblemente por su precioso color melocotón que don Diego había adquirido con anterioridad o bien eran de su propiedad. 


Uno de los patios Interiores
Además, en la documentación compilada que halló D. E Agüera, el Rey, habilitó fondos para este proyecto destinando recursos de las salinas de Andalucía, e incluyó el funcionamiento de las Caballerizas en los presupuestos de la Junta de Obras, Jardines y Bosques.
Además libró al menos dos partidas para la adquisición de yeguas y caballos padres, una en 1572 de 4.500 ducados para la compra de 150 yeguas, y otra en 1578 de 73.870 maravedíes para seguir comprando ejemplares.
Estas adquisiciones de caballos y yeguas se realizaron por los Reinos del Sur, elegidos los ejemplares del gusto y criterio de don Diego.

Precioso ejemplar en uno de los patios
D. Diego López de Haro y Sotomayor dependía directamente del Caballerizo Mayor de Madrid D. Antonio de Toledo, gran prior de la Orden de San Juan e hijo de D. Enrique de Guzmán tercer conde de Alba de Liste.
Como chisme os puedo contar que este hombre fue compañero de presido con nuestro gran escritor con ascendencia cordobesa D. Miguel de Cervantes cuando estuvo encarcelado en las cárceles argelinas.
A D. Antonio le sucedió después de su muerte en 1579 D. Diego Fernández de Córdoba señor de Almuña y Comendador Mayor de Calatrava.
Preciosa fotografía del Diario de Córdoba
Bueno, pero sigamos con el Caballerizo Mayor que según cuenta doña Isabel Garcia Cano- tenía que comunicar al Caballerizo de Madrid las crías que habían nacido en el año, teniendo que hacer una selección de potros para enviarlos a la Corte, los sobrantes lo debía de vender para así sacar dinero para la gestión de las caballerizas.

Y aquí comienza un lío de nombres iguales casados entre ellos para no perder títulos, señoríos y tierras muy enredoso y que a nosotros prácticamente no nos afecta para seguir contando la historia de éste hombre.

Así que D. Diego López de Haro y Guzmán que no hay que confundir con su primo hermano que fue el primer marqués del Carpio y que nada tuvo que ver con las Caballerizas Reales de Córdoba, al menos el primer marqués hasta que la familia unió por casamiento marquesado con el título de Caballerizo Real.

El Caballerizo, se casó con su prima María de Guzmán y Manuel hija del señor de Villaharta.
Tuvieron un solo hijo:
Luis Méndez de Haro Sotomayor y Guzmán, caballero Calatrava, veinticuatro de la ciudad y alcalde de Mojácar que es un municipio de Almeria; fue el que obtuvo por parte del Rey Felipe IV en reconocimiento del esfuerzo le perpetua por-juro- heredad el oficio de "Caballerizo Real de Córdoba" a la casa del Carpio según el siguiente texto:

" (...) por convenir a nuestro servicio que nuestras caballerizas de la ciudad de Córdoba estén a cargo de persona de calidad, que con las obligaciones de su nacimiento acuda con particular cuidado y atención al aumento de ellas en que consiste la buena disposición para que en estos reinos haya muchos caballos buenos y de raza” y que “vos y vuestros sucesores, con la afición de haber dado principio a dichas caballerizas vuestros antecesores, acudiréis a su mayor beneficio y acrecentamiento con el cuidado que conviene (...)"

Y es su hijo D. Luis Mendez de Haro el que cierra el circulo pues se casa con su prima la marquesa Beatriz de Haro y Sotomayor; que es donde se junta Marquesado y Caballerizo.





Fuentes Consultadas: 
El origen de la nobleza de España Tomo segundo, que trata de la varonía, y origen de las ..., Volumen 2-
López de Haro Sotomayor y Portocarrero, Caballero veinticuatro en el Cabildo Municipal de Córdoba por Maria Isabel Garcia Cano* Real Academia de Historia- El caballo de Don Diego López de Haro: Origen del caballo Andaluz por Eduardo Agüera Carmona* Discurso de Ingreso como Académico Correspondiente en la Real Academia de Ciencias Veterinarias de Andalucía Oriental- Velos antigues i modernos en los rostros de las mugeres, sus conveniencias por Antonio de Leon Pinelo-Títulos nobiliarios de Almería por Julio de Atienza y Navajas (barón de Cobos de Belchite), Adolfo Barredo de Valenzuela- Caballerizas Reales el gran proyecto de Felipe II para Córdoba de María Isabel García Cano- Wikipedia