En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

lunes, 11 de septiembre de 2017

La visita de Felipe II y una puerta como un Arco del Triunfo










Boabdil rindió su reino nazarí con la condición de que sus habitantes pudieran seguir conservando su lengua, religión y costumbres...
Aquel pacto con los Reyes Católicos pronto sería papel mojado ya que con el paso de los años fueron obligados a convertirse al cristianismo pasando a ser llamados moriscos.
Pero el aire musulmán seguía en el ambiente pues tantos siglos no podían borrarse con un chorro de agua en la cabeza de nadie y a pesar de que con el Emperador Carlos V y I de España hizo la "Vista gorda" a cambio de "ciertos donativos a la corona" logrando zafarse de sus requerimientos, cuando llegó Felipe II mediante un edicto quiso eliminar todo resquicio musulmán.
Así que en 1568  los moriscos de Granada no podía más, el nuevo edicto del Rey no trajo ninguna paz ¡Al revés!, trajo un levantamiento donde elegían como líder a Muhammad ibn Umayya un converso nacido cristiano al que bautizaron con el nombre de Fernando.
Cuentan que su familia descendía de los mismos Califas cordobeses y que en la reconquista de Granada pactaron su conversión para quedarse en sus tierras y que los Reyes Católicos a cambio de su colaboración le concedieron el señorío de los Válores a don Hernando de Córdoba, abuelo de Aben Humeya.
Toda la familia estaba muy bien considerada por los moriscos y eso propició que apoyado por algunas facciones de moriscos fuera proclamado "rey" de Córdoba y Granada y así nació el personaje de Aben Humeya que tantos quebraderos de cabeza le trajo a Felipe II.

El Rey, viendo la movida que se le avecinaba, se traslada a Córdoba para estar más cerca de las revueltas y tal vez huyendo de su hijo el sádico Carlos el príncipe de Asturías, con su desequilibrado comportamiento de autentico psicópata. Un niñato malcriado por sus dos tías ya que su madre había muerto de parto al que le encantaba maltratar animales desde bien pequeño y azotar a criadas cuando fue creciendo... 
¡Vamos, un regalito de criatura del Señor!
Menos mal que nunca llegó a reinar y que su padre se encargó de encerrar, una huelga de hambre impuesta por el propio demente hizo el resto.
Aunque luego heredó el insulso y ludópata Felipe III que bien dijo Felipe II sin mucha confianza: 
"Dios que siempre me ha dado tantos reinos me ha negado un hijo capaz de regirlos" 
¡ Y llevaba toda la razón!

Bueno, al caso que íbamos: 
Así que la ciudad de Córdoba se preparó para recibir al rey que según D. Pedro de Madrazo en su libro nos cuenta que en la puerta del Perdón colocó el cabildo un altar con una imagen de Nuestra Señora y también la ciudad se esmeró en disponer un recibimiento para tan augusto huésped y de su corte.
Hicieron ensanchar la puerta Nueva por donde debía de entrar el Rey con su comitiva además de blanquearla, poniendo en lo más alto de la torre el escudo con las armas reales y dos a ambos lados de la ciudad.
En la Corredera que era la plaza principal por donde tenía que pasar la comitiva acababa de hacer construir el corregidor D. Francisco Zapata de Cisneros conde de Barajas, una preciosa fuente de jaspe rojo y negro de tres cuerpos de pilón ochavado y dos tazones elegantes que le llamó la atención al Rey.
También contrata a Hernan Ruiz III para la reconstrucción de la primitiva Puerta del Puente donde realizó una puerta monumental inspirada en los arcos de triunfo romanos, sobre la que ya existía de origen romano y más tarde aprovechada por los musulmanes.





Llegó el día señalado para la entrada Real, lunes 20 de febrero de 1570.
Córdoba expectante, la Puerta Nueva se encontraba lujosamente revestida de terciopelo carmesí y amarillo, allí mismo el Rey a caballo prestaría juramento de guardar la ciudad.
Y así salió una comitiva de cordobeses a recibir a Felipe II vestidos los jurados de amarillo con ropones de terciopelo verdes y vueltas en amarillos, los veinticuatro de blanco con ropas de terciopelo carmesí y vueltas como el vestido, sus maceros delante con ropas de damasco carmesí todos cabalgando.
Esperaron al Rey en el campo del Marrubial y cuando llegó Felipe II, uno a uno le fueron besando la mano al igual que el Obispo D. Cristobal de Rojas y Sandoval y todo el cabildo eclesiástico, continuando la comitiva hasta la entrada de la ciudad se situó bajo el docel que estaba preparado y tomó juramento.
Después dirigiéndose hacia la puerta del perdón donde ya lo estaba esperando el Obispo. Allí el Rey se arrodilló en el altar dándole el Cardenal el agua bendita y el Obispo le dio a besar la cruz. Entonces la música del responsorio Elegit Deus, caminó la procesión al altar mayor antiguo donde el obispo le dio las bendiciones al Rey, a la ciudad y a la corte.
Dos meses estuvo D. Felipe en la ciudad hospedándose en el palacio del Obispo, pasando éste a hospedarse al hospital de San Sebastian que pidió al cabildo, trasladando a los enfermos al de Antón Cabrera.


Durante esos días el Rey mandó celebrar las Cortes generales del Reino aquí, acudieron a Córdoba además de los procuradores de las ciudades muchos señores y caballeros de toda Andalucía y desde aquí envió a tierras alpujarreñas dos poderosos ejércitos uno a cargo del marqués de Mondejar con más de 400 jinetes y otro a cargo del marqués de Velez con otros tantos... Pero la mala actuación del ejercito junto con el saqueo de las tropas contra los moriscos hace que la revuelta se extienda hacía la Axerquia malagueña y Almeria.
Viendo que la rebelión se les podía escapar de las manos, envía a su hermano bastardo Juan de Austria que ya lo había reconocido como parte de la familia real, que al mando de un gran ejercito 
Mientras  Abén Humeya se le subió a la cabeza su liderazgo, volviéndose despótico con su propia gente. 
Ésto hizo que perdiera muchos de sus partidarios e incluso la vida, ya que fue estrangulado con un cordón por sus propios hombres en el castillo de Laujar de Andarax, poniendo en sus lugar a su primo hermano, un tal Diego López, al que llamaron Aben Aboo.

Juan de Austria con su ejercito toma varias villas, ganó la Alpujarras a sangre y fuego donde muchos de los moriscos son masacrados y hace un bando prometiendo perdón a todo aquel que se rinda, donde muchos moriscos de la facción del Al baniqui abandonan las armas, pero Aben aboo mata a Al baniqui por traidor llevando a sus hombres a Sierra Bermeja donde es abatido a por consiguiente derrotados los moriscos.
Es a partir de ese momento cuando Felipe II deporta a más de 50.000 personas hacía el interior de Castilla en una caravana donde más del 20 por ciento mueren en tierra de Extremadura de hambre y tifus... Este fue el comienzo de la expulsión general de los moriscos de España decretada en 1609.

Antes de su rehabilitación
La puerta presenta un único vano y dos columnas dóricas a cada lado

El Arco del Triunfo, que es como se le llamaba en aquellos tiempos a la puerta, quedó liberada de las construcciones adyacentes en 1912, reconstruyéndose en 1928. A finales de los años 50 y con motivo de las obras de la ribera se baja el nivel del terreno que rodea al Arco.


Amplia cornisa en la que es rematada la puerta
Cartela en memoria del rey Felipe II


Relieves antes de ser
rehabilitados






En la actualidad


La Puerta el Puente



La Puerta el Puente


Fuentes consultadas: 
La puerta del puente Diario de Córdoba 18/01/1949- Puerta del puente Romano de Dionisio Ortiz Juárez Diario de Córdoba 08/08/1972- Córdoba por P. de MADRAZO- Historia de Felipe II, Salamanca, 1998, vol. II, p. 550 escrito por Evaristo San Miguel y Valledor (duque de San Miguel)- Historia General de España.Tomo V. Ed. Planeta. Madrid 1979 de Ricardo de la Cierva- Wikipedía- Cordobapedia