En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

sábado, 7 de diciembre de 2019

Capilla de Nuestra señora de la Antigua.

Un símbolo del poder de un judeoconverso
Capilla de Nuestra Señora de la Antigua
Y
a lo dijo César:

" La mujer del César no sólo debe de ser honesta sino además parecerlo"
Esto es lo que debió de pensar Alonso Cazalla, jurado de Córdoba y judeoconverso cuando para dejar bien claro que era "cristiano como el que más", se agenció nada más y nada menos que una capilla en la misma Catedral de Córdoba...

Pero empecemos por el principio:

La Capilla de la que hablamos es la dedicada a Nuestra Señora de la Antigua que se encuentra adosada al muro norte en el espacio que ocupaba la antigua Mezquita de Abd al-Raman I.
La portada que da acceso a la capilla es muy sencilla, adornada con guirnaldas y sobre éstas el escudo de la familia del patronazgo.
En el altar se puede apreciar unos azulejos policromados obra del siglo XVII, en que se ve la secuencia del sacrificio de Isaac.
El retablo consta de banco sobre el que se apoyan dos columnas de fuste entorchado que enmarcan la única calle. La caja central o hornacina está formada por un arco de medio punto que acoge la pintura de nuestra Señora de la Antigua; un oleo sobre lienzo obra de Pablo de Céspedes, racionero de la Catedral, pintor, escultor y arquitecto.

El lienzo representa a la Virgen con el Niño en el brazo izquierdo y una rosa en la mano derecha sobre su pecho. Dos ángeles sostienen una corona sobre su cabeza.
El sacrificio de Isaac
Pero, empecemos con el meollo del asunto que es digno de ser contado:
A partir del 1500 hay un endeudamiento tan grande en la corona que propició que los oficios públicos se vendieran al mejor postor ¿ Y quién en aquellos momentos tenían dinero contante y sonante?
Pues los mercaderes, conversos para más señas, con ganas de ascender socialmente y lo que el dinero le podía permitir.
Así, Alonso Cazalla compró el oficio de jurado en 1572 y veinte años después en 1592 lo compraría su yerno, Martín Gómez Aragonés que a partir de ese momento cambió su apellido por el de "de Aragón"  que hasta esa fecha había sido mercader de paños y sedas. 
Se lo compró a un tal Miguel de Córdoba, vecino de San Nicolás de la Villa por 1.050 ducados de plata...
Del origen de este hombre no se sabe mucho , solo que según el trabajo de - Francisco Indalecio Quevedo Sánchez " Estrategias familiares con fines económicos y sociales. El caso del jurado cordobés Martin Gómez Aragón"-  su familia tuvo grandes problemas con la inquisición durante los primeros años, portando algunos de su familia el sambenito y otros ardiendo en la hoguera.
¿Qué por qué eran tan deseados estos cargos por los judeoconversos? 
Pues porque tenían una serie de privilegios económicos que le venían genial para sus negocios por ejemplo, Martín Gómez desde ese momento estaría libre de pagar impuestos encontrándose sujeto a un fuero especial, además recibiría un salario de los propios de la ciudad pero sobre todo y primordial el tan ansiado estatus social.

Martín Gómez era el yerno de Alonso Cazalla el que empezaría a "limpiar" su estirpe gracias a su poder económico... Para ello Alonso le echó el ojo a una capilla que en aquellos tiempos  era el símbolo del poder reservado a unos cuantos afortunados; así que un 24 de Febrero de 1597 y bajo Acta notarial según P. M. Martinez Lara- ante Juan García de Castillejo compra:

"fecha y fundada en la Santa Yglesia de Córdoba una capilla para entierro mío y de mis descendientes (…) de la advocación de Nuestra Señora de la Antigua con un retablo dorado de la dicha imagen y su rexa de hierro(…) que está frontero del altar de San Gregorio"

Cuatro años más tarde es su yerno, Martín Gómez de Aragón quien heredase el patronazgo de dicha Capilla a la que fundaría una capellanía perpetua con una renta anual de 44.000 maravedís... 
A éste hombre según la tesis doctoral de D. Francisco I. Quevedo Sánchez- es un mercader avecinado en el barrio de Santa María y su actividad comercial estaba relacionada con paños y sedas, se casó con la hija de Alonso Cazalla y siguiendo los pasos de su suegro se compró el oficio de jurado como comentamos anteriormente... 
Por lo que se ve no le fue nada mal con su nuevo oficio y negocios ya que llegó a fundar  en 1635 el convento de San Martín sobre lo que fueron las casas de los marqueses de Comares... 
Lo dotó con nada más y nada menos que 80.000 ducados de su hacienda particular, estableciendo que lo ocupen 26 monjas de la cuales 14 deben ser de su familia, otras 6 de la familia de su esposa.
Dejando además en su testamento 22.000 ducados  para que se realice junto al convento también deja en su testamento que sea creada una casa para la acogida de niñas huérfanas.
En el año 1836 fue el convento fue suprimido y sus monjas fueron repartidas por otros conventos, seis años después el Ayuntamiento demuele el edificio para crear un paseo Alameda, que se suprimió para la creación de la Avenida del Gran Capitán en 1862.
De la pequeña iglesia del convento solo se conserva el retablo del Altar Mayor que se encuentra en la parroquia del Salvador y salto Domingo, conocida por la iglesia de la Compañía.
Actualmente no quedan restos patrimoniales de las casas de D. Martin Gómez de Aragón que estaban situadas en la calle Carniceros, la que hoy es Martinez Rucker y del convento que fundó, aunque si queda en el frontón de la capilla el escudo de armas que éste hombre que no era otro que las armas reales de la propia casa de Aragón, fundando un mayorazgo en el constaba los siguientes bienes:
Un cortijo y tierras que dicen ser de la Serna de Santiago, situado en la villa de Martos y que tenía de renta en cada año de 200 fanegas de pan terciado.
Un censo de 13.000 ducados de principal, impuestos sobre la villa de Osuna y bienes propios.
Un censo de 1.000 ducados de principal contra el licenciado Pedro Gómez de Gálvez entre otras cosas....
Este mayorazgo servía para proteger su patrimonio que se vio truncado al no tener hijos... ¡Al menos legítimos! 
La poseedora sería una hija de su sobrina Mencía de Aragón y de su marido Luis Fernández de León, llamada Beatriz y que contaba con apenas tres años cuando heredó a su tío abuelo en 1635 quedando su madre como tutora de ésta hasta mayoría de edad.
Las propias palabras de don Martín son esclarecedoras de lo que pretende con la fundación de este vínculo: 
(...) "Para que los dichos bienes sean vinculados, enajenables, indivisibles e imprescriptibles, sujetos a restitución con prohibición de venta y enajenación y que no se puedan partir, ni dividir, ni segregar, obligar, ni hipotecar, ni acensuar no se puedan ganar ni perder ni prescribir por luenga ni longuísima ni inmemorial prescripción, ni se puedan dar en dote ni para dote, ni arras, ni en donación de nupcias, ni de por vida, ni por siempre ni para obra pía, ni pijísima, ni otra mayor ni menor, porque se han de conservar en un poseedor perpetuamente(...)"

Aunque el hecho de poseer una Capilla en la catedral de Córdoba era un símbolo inequívoco de nobleza ante los ojos de los demás, con ello no fue otra cosa que intentar borrar su pasado marrano.



Fuentes consultadas: 
Diócesis de Córdoba- Estrategias familiares con fines económicos y sociales. El caso del jurado cordobés Martín Gómez de Aragón por Francisco Indalecio Quevedo Sánchez *Universidad de Granada- Engaño genealógico y ascenso social. los judeoconversos cordobeses por F. Quevedo Sánchez- Testamento de la buena memoria de Martin Gómez de Aragón, jurado, que fue de ... Cordova, fundador del Convento, y Monjas de San Martin ... en la Biblioteca Virtual de Andalucía- Escudos pintan escudos heráldica de judeoconversos y mercaderes en Córdoba en la Edad Moderna