En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

jueves, 18 de junio de 2015

Calle Siete revueltas y la leyenda del perfume









Junto a la antigua calle del Sol la que ahora es Agustín Moreno se encuentra la calle siete revueltas. 
¿Qué por qué Siete revueltas? Porque son siete, los giros o "revueltas" que hace la calle para cruzarla de una punta a otra... El discurrir por su sinuoso camino te hace trasportarte a otros tiempos, otra época.
Fotografía propiedad de Wikipedia
Entrada a la calle por Agustín Moreno
A veces, el transeúnte se equivoca en los giros ya que entran en algunas callejas que no tienen salida... En concreto tres callejas que en su tiempo fueron los postigos o puertas falsas de casas nobiliarias como la de la familias de los Ríos, después del vizconde de Miranda o la casa de la familia Cárdenas, más tarde de los marqueses de Benamejí...
Durante el reinado de Felipe II y después de la revuelta de los moriscos en Granada, muchos fueron traídos a Córdoba , aposentándolos en diferentes barrios como en Santa Marina o en este mismo, Santiago.
Existe documentación en la que aparece en el siglo XV en el aparecen inscritos en dicha calle 20 africanos; y como bien dice D. Vicente Orti Belmonte-" el dato es bien curioso ya que hace suponer que en el siglo XVIII todavía moraban allí descendientes de moriscos"
Es en esa calle donde se encuentra una plazuela a la que siempre se le llamaba "El panderete de las brujas" seguramente por vivir allí mujeres curanderas, es decir que se dedicaban a lo que hoy diríamos medicina natural. 
Una de las callejas barrera

Bueno a lo que íbamos:
Se encuentra una casa preciosa que se le llama "La casa de las Campanas" perteneciente al antiguo mayorazgo del ducado de Alba, el nombre proviene porque allí existió una fundición de campanas y de la que ya hablaremos con más tranquilidad, porque hoy quiero contaros la leyenda del Perfumen de las Siete Revueltas:

Cuenta la leyenda que en el primer tramo de esta calle existía una barbería, cuyo dueño era un celoso enfermizo; tanto que a su mujer jamás dejaba salir sola a la calle, a no ser que fuera en su compañía y hasta hizo poner unas enormes celosías en ventanas y balcones para que nadie pudiera verla... La desdichada nunca se oponía a las pretensiones de su esposo y en muy contadas ocasiones se asomaba a la calle.
Pero sus celos iban cada vez a más, hasta tal punto que un día y sin motivos algunos y un arrebato, mató a la pobre infeliz. 
Cuando se dio cuenta de lo que había cometido, maquinó la manera de poder salir indemne de la situación. ¡Lo mejor sería ocultar el cadáver!

Y es que en aquellos días la ciudad no era muy limpia y los olores no eran muy agradables... Solo cogió el cuerpo y lo tiró en un desagüe enorme que existía al principio de su calle y que va a desaguar muy cerca del Molino de Martos en la Ribera.
El miserable guardaba la esperanza de que cuando llegara el cuerpo al río desapareciera para siempre. 

Luego, comenzó a explicar a todo el mundo que le quería escuchar que su esposa se había marchado al campo a cuidar a su padre que estaba enfermo. 
¡ Cosa, que a todo el mundo le intrigaba! Primero porque el barbero no era persona de darle mucha explicaciones a la gente y segundo que la hubiera dejado marchar sola, pues en casi en diez años que llevaba casado con ella, jamás le había dejado salir ni tan siquiera a la plaza.
Pero bueno, la gente creyó que era verdad que se había marchado para los cuidados de su anciano padre y no dudaron de la palabra del opresivo barbero.

Al paso de unos meses del sumidero que existía en la calle, comenzó a salir un olor tan agradable que llamó la atención de toda la ciudad... 
Cuentan que hasta fueron los boticarios más prestigiosos para ver si lo podían clasificar lo que no lograron por ser superior a todos los aromas conocidos. 
Al paso de los días, unos niños jugando en el Molino de Martos se metieron por el enorme desagüe y empezaron caminar por él hasta que encontraron a la pobre mujer muerta. 
Dicen que el cadáver estaba exactamente a la altura de la barbería y era ella la que desprendía ese agradable olor... 
Sería para que la gente pudiera percibir que allí ocurría algo; ni que decir tiene que el barbero fue encarcelado por el  horrible asesinato de su pobre esposa. 



*Editado para poner fotografía del cartel de las callejas  2017

Fuentes Consultadas: 
Paseos por Córdoba de Ramírez de Arellano- Cordobapedía