En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

jueves, 29 de marzo de 2018

Córdoba campo de batalla entre dos Reyes.


Escultura situada en Alcázar de los Reyes cristianos













Dos veces ha ocurrido que Reyes cristianos se unieran a musulmanes para derrotar a la ciudad de Córdoba.
Una de ellas, hablamos hace tiempo en este blog ( Pinche Aquí ), y fue cuando D. Pedro el Cruel se unió con el Rey de Granada contra su medio hermano Enrique de Trastámara, uno de los hijos que tuvo su padre con lo que hoy diríamos "amiga entrañable".
Pedro llegó a pactar con el de la media luna que si lograba rendir Córdoba se la entregaría.
¡Cosa que no fue así y se dieron con un canto en los dientes, afortunadamente!
Pero existe otra que es anterior a ésta y tal vez no tan conocida pero también muy, muy interesante de la que vamos a hablar hoy.
Dicen que es anti natura que un padre sobreviva a la muerte de un hijo, pero más anti natura tiene que ser que tu propio hijo se rebele contra su padre... Y eso mismamente debió pensar Alfonso X cuando a la muerte de su primogénito llamado Fernando de la Cerda, fue su segundo hijo Sancho el que se enfrentó a él y a su corona.
¡Pero vamos al Meollo de la cuestión!
Del matrimonio de Alfonso X con Violante de Aragón nacieron nada menos que once retoños de lo que seis eran mujeres y cinco hombres. ¡Y eso que el Sabio echaba "sus canitas al aire" teniendo que se sepan al menos cinco retoños bastardos más!. 
Aunque para esta historia nos centraremos solamente en dos de sus hijos, en concreto los dos primeros varones que son Fernando de la Cerda que nació en 1255 y su hermano Sancho de Castilla que nació solo tres años después.
¿Qué por qué le decían al pobre hombre "de la cerda"? Pues cuentan que el bebé nació con un mechón de pelo en el pecho tan fuerte y duro que parecían cerdas de cualquier animal que vello de persona. 
¡Uffff, a saber si eso era verdad!
El caso es que el tal Fernando de la Cerda pasó a mejor vida cuando iba camino con su ejercito para hacerle frente a unas revueltas musulmanas en Andalucía.
Esto fue en Villa Real lo que hoy es Ciudad Real y dicen que comenzó a sentirse indispuesto y a los cinco días la espichó. 
La muerte del heredero produjo un gran conflicto en el Monarca ya que Fernando tenía dos hijos, pues a pesar de su juventud estaba casado con doña Blanca, hermana de Felipe III de Francia... Buen valedor para disuadir al Rey Alfonso X en no tomarse a la ligera la "posible sucesión" de esos nietos.
Las siete partidas
Pues unos años antes, el rey D. Alfonso X había redactado un ambicioso libro de recopilación de leyes  para unificar éstas en todo el reino al que llamaron "Las siete partidas" y entre otras muchos decretos se había establecido que como heredero al trono a falta del primogénito deberían ser los hijos de éste si los tuviera, para heredar la corona. 
Lo que hacia suponer que esto no dejaba en buen lugar a Sancho, hijo segundo del rey, que cabreado como una mona, persiguió a sus sobrinos hasta Ariza donde quedaron bajo la protección de Aragón.
¿Qué es lo que pasó? Pues que enterado el tío materno de los niños, el francés Felipe III no le hizo ni pizca de gracia que "un segundón" como El Sancho por muy "Bravo" que le dijeran postergara a sus sobrinos de la corona castellana.
¡¡¡ Vaya dilema que tenía Alfonso el sabio !!!
Por un lado, sus nietos apoyados por su esposa que tomó partido por los de la Cerda en vez de por su hijo y el franchute sacándole el diente; por el otro, su propio hijo que cada vez tenía más y mejores alianzas con la nobleza de Castilla y que podría desbancarlo...
¿Qué qué hizo el Rey? ¡Pues pretendió nadar y guardar la ropa! 
El carácter tibio y poca personalidad de Alfonso X junto con sus aspiraciones al trono del sacro Imperio Germánico le perturbaban tanto que esta nueva situación le provocaba la incapacidad de poder afrontar los problemas dinásticos de Castilla. 
En un principio nombró a su segundo hijo como heredero aunque sabía que el rey de Francia y tío de sus propios nietos no iba a quedar conforme con su decisión... De ahí la reunión que tuvo con éste y como intermediario de ambos el Papa Nicolás III.
A pesar de que la reunión no llegó a buen puerto, pues bajo la amenaza de guerra por parte del gabacho, se vió obligado a pactar el crear un reino dependiente para uno de sus nietos de la Cerda en Jaén.  
Lo que hizo que Sancho tuviera la escusa perfecta para rebelarse contra su propio padre que todo lo que le sobraba de sabio le faltaba de carácter para imponerse...

Con este motivo comenzó una sería desavenencia entre padre e hijo cuando aireado el Rey quiso desheredar a Sancho que respondió: 

"Habría de llegar día en que sintiera su padre haber pronunciado semejantes palabras"

Y aprovechando además el malestar de algunos nobles con el comportamiento del Rey y su debilidad ante el francés todos o casi todos se pusieron de parte del infante Sancho, incluida las mismas Cortes que con su forma de actuar encendían una autentica guerra civil entre padre e hijo.
Pocas son las ciudades que le fueron fieles al viejo monarca, solo Sevilla Murcia y Badajoz, la demás reconocieron a Sancho Bravo, que se marchó, con el pretexto ante el Rey de hacer un tratado con el rey de Granada, a Córdoba donde lo esperaban sus hermanos el infante Juan, Pedro y Jaime, aunque la realidad fue comenzar la sedición de acuerdo con las Cortes.

Desde Córdoba Sancho estableció una alianza con el rey Pedro III de Aragón, su tío materno y acto seguido buscó también alianza con el de Portugal D. Dionisio, que no era otro que su propio sobrino y nieto del mismo Alfonso X ya que era hijo de una de sus hija ilegitimas llamada Beatriz

Así que preparado todo, Sancho convocó las Cortes en 1282 declarando privado a su padre de la autoridad real y depuesto del trono de Castilla, aunque se negó a ostentar el título de Rey mientras su padre viviera, adquiriendo el de regente del reino.
Mucho le costó al regente Sancho el tener a todos de su lado, pues gran parte de la riqueza de la corona fue repartida entre sus afines.
Mientras, en Sevilla,  el afligido y desgraciado Rey rodeado de su consejo que eran los pocos que se habían mantenido fieles leyó un acta terrible en el que desheredaba a su hijo Sancho poniéndole:

"Sancho, Sancho que mejor te lo paguen los fijos que tu contra mi lo has fecho, que muy caro me cuesta el amor que te hove y bajo la maldición de Dios por impío, parricida, rebelde y contumaz (Es decir cabezón)"

Por aquel tiempo ya gobernaba la iglesia el Papa Martino IV que no pudo permanecer impasible ante el terrible espectáculo que estaba ocurriendo en el reino de Castilla.
El Papa se puso de parte del rey Alfonso X expidiendo un mandato a todos los súbditos castellanos (daba igual de la clase social que fueran) bajo amenaza de excomunión que volviesen a la obediencia del Rey requiriendo a los soberanos de Inglaterra y Francia para que le auxiliasen.
Viendo los hijos del Rey y hermanos de Sancho que podían ser excomulgados, volvieron al redil de su padre, dejando solo a su hermano con una, todavía, gran cantidad de nobles que apostaron por el "caballo vencedor"
Además el Papa aprovechó que Sancho le había pedido la dispensa papal para su matrimonio con María de Molina para declararlo incestuoso.
¡Sancho no tenía suficiente con haber contraído por poderes esponsales con la fea de Guillerma de Montcada y a pesar que el matrimonio fue anulado y no consumado, ahora pedía dispensa para casarse con su tía!. 
El Papa no lo iba a permitir y cuando el regente Sancho recibió la carta de Martino IV en la que no le daba la dispensa no tuvo otra que mandar matar a los portadores de las letras pontificias como respuesta.

Mientras el Rey D. Alfonso X  se encontró sin apoyos quedándole solo una jugada que era pactar con el rey de Marruecos para marchar contra su hijo que se encontraba en Córdoba.  
El marroquí, se había ofrecido al monarca enviándole setenta mil doblas de oro junto con el pacto de entrar para ayudarle a recuperar su trono... 
¡Cuentan que a cambio quería la ciudad de Córdoba!
Era por aquel entonces gobernador de Córdoba D. Sancho Ferrando Martinez y el día que las tropas del moro y las de Alfonso X se acercaron a los muros de la ciudad, el regente don Sancho no se encontraba.
Así que mandaron a uno de los caudillos de don Alfonso llamado Fernando Pérez de Ponce el que le preguntó al gobernador si conocía el pendón que llevaban las tropas y que entregara la ciudad.
A lo que contestó Sancho Ferrando- Que sí, que reconocía el pendón como del rey Alfonso X pero que Córdoba tenía otro señor.
Cuentan que 20.000 fueron los valerosos cordobeses que salieron contra las huestes del moro pero sin orden ni acierto poco pudieron hacer contra aquellas tropas... 
El destrozo fue atroz, personas decapitadas y mutiladas cubrieron el campo y al identificar por la gente del marroquí el cadáver del gobernador Ferrando, llevaron su cabeza al rey de Castilla como trofeo de la victoria y Córdoba quedó desolada: Sus campos quemados, sus casas derruidas y hasta parte de la muralla destruida... 
¡¡¡Jamás recibió Córdoba tal varapalo!!!

El triunfo de Alfonso X de esta batalla provocó que bastantes nobles se pusieran del lado del sabio lo que provocó un intento de pacto por parte de Sancho con su padre.
Como interlocutoras dos mujeres: Por el lado de Alfonso X su hija ilegitima Beatriz de Portugal, por el lado de Sancho su esposa María de Molina; aunque poco duró las entrevistas ya que D. Alfonso cayó enfermo muriendo el mes de abril de 1284 a los sesenta y dos años de edad.
A la ciudad llegó su hijo Sancho vestido de riguroso luto, mandando celebrar ostentosas exequias por su padre... Terminados los funerales cogió camino a Toledo entrado triunfal con su esposa, María de Molina.
Ese mismo día había dejado el luto para ponerse un magnifico traje con insignias reales. Allí le esperaba la Corte que sin oposición lo reconocieron como Rey, jurando a su vez a su única hija por aquel entonces llamada Isabel con apenas dos años heredera del trono del reino Castilla y del reino León, poco le duraría a esta niña ser heredera ya que al poco tiempo nació su hermano Fernando quien heredaría el trono de su padre. 

Nadie se acordó de los infantes de la Cerda a pesar de que su abuelo había dejado su reino a ellos en ya no uno, sino dos testamentos. ¡Por lo menos en esos momentos!

Pero no fueron buenos tiempos para el nuevo monarca, las luchas internas se sucedieron ya que hubo partidarios de los infantes de la Cerda que reclamaban el acatamiento del testamento de Alfonso X que le había dejado herederos de su corona, y el infante D. Juan su tío que unido al noble Lope de Haro conspiraron contra el rey.
Sancho hizo encarcelar a su tío y ejecutar al del Haro junto- y siempre según las crónicas- a 4.000 seguidores de los de la Cerda que pasaron a cuchillo en Badajoz, Talavera, Ávila y Toledo.

Después de estos acontecimientos perdonó a su tío que al paso del tiempo volvió a sublevarse ocasionando el famoso conflicto de Tarifa. 
Don Juan unido con los benimerines sitiaron la plaza de Tarifa donde la defendió D. Alonso Pérez de Guzmán al que más tarde apodaron  "Guzmán el Bueno".
Os acordáis del chiste:

Taca tan taca tan,Taca tan taca tan- viene un moro a caballo- Titititiiiiiiiiii,Titititiiiiiiiiii- la trompeta-, Guzmán el bueno, Guzmán el bueno, venimos a que rindas la plaza.
-No rendiré la plaza dice Guzmán el bueno
- Taca tan taca tan, Taca tan taca tan-se marcha con el caballo- - Al rato Taca tan taca tan, Taca tan taca tan- vienen dos moros a caballo- Titititiiiiiiiiii, Titititiiiiiiiiii- la trompeta-, Guzmán el bueno, Guzmán el bueno, venimos a que rindas la plaza y hemos cogido a tu hijo.
- No rendiré la plaza dice Guzmán el bueno
-Taca tan taca tan, Taca tan taca tan-se marchan con los caballos-
- Al cabo de un rato, Taca tan taca tan, Taca tan taca tan- vienen tres moros a caballo- Titititiiiiiiiiii, Titititiiiiiiiiii- la trompeta-, Guzmán el bueno, Guzmán el bueno, hemos cogido a tu hijo y lo vamos a matar si no rindes la plaza.
- No la rendiré dice Guzmán el bueno
-Taca tan taca tan, Taca tan taca tan -se marchan con los caballos-
Al rato, Taca tan taca tan,Taca tan taca tan- viene de nuevo cuatro moros a caballo-Titititiiiiiiiiii,Titititiiiiiiiiii- la trompeta-, Guzmán el bueno, Guzmán el bueno, hemos cogido a tu hijo y lo vamos a matar de verdad si no rindes la plaza.
A lo que Guzman "el bueno" contesta : 
-Tomad coger mi dama y matar a mi hijo y de paso al de la trompeta que me tiene los nervios "desquiciaos".

Bueno, fuera de bromas... ¡Ese acto solo perdió el inocente hijo de Guzmán!. Aunque desbarató la intención del infante Juan y el rey de Marruecos de quedarse con Tarifa.
Ya siendo Sancho IV rey, no olvidó la protección que le había dado Córdoba  y quiso resarcir a la capital cordobesa con unos privilegios, entre ellos la posibilidad de celebrar dos veces al año de dos ferias dedicadas a la venta de ganados y productos agrícolas: 

"(...) Sepan cuantos esta carta vieren como Yo Don Sancho, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de Toledo, de Leon, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algecira, por hacer bien y merced al Concejo de Córdoba, é por muchos servicios que me han fecho, tengo por bien que fagan feria en Córdoba dos veces en el año, la una que comience el dia de cinquesma, y la otra el dia primero de cuaresma, y que dure cada feria quince dias; é cualesquier que á esta feria vinieren con sus mercanderías mando que vengan salvos y seguros, é ninguno no sea osado de les facer tuerto, fuerza ni mal á ellos ni á sus cosas, dando sus dichos dó los hubieren á dar: otrosí tengo por bien que aquellos que vinieren á la feria que non den portazgo segun en Córdoba en los quince dias que durare la feria, y que usen en estas ferias, segn que usan en las otras villas del mio reino en que facen ferias. E mando y defiendo que ninguno no sea osado de les ir contra esto en ninguna manera, ca cualquier que lo ficiese pecharme hia en pena mil maravedís de la moneda nueva, é demas al cuerpo é á cuanto que hobiese me tornaria por ello. Y desto les mandé dar esta mi carta con mi sello colgado. 
Dada en Sevilla á cinco dias de Agosto, Era de mil trescientos veinte y dos años. Yo Semon Perez la fice escrebir por mandado del rey (...)".


La ferias todavía existen aunque han bailado las fechas; es 1422 cuando la feria de "Cincuesma" como se le conocía, comienza a celebrarse a primeros de Mayo con carácter fijo.
Siendo en 1492 cuando los Reyes católicos confirman el privilegio hasta que 1556 lo valida de nuevo Felipe II.




Fuentes consultadas: 
Historia general de España desde los tiempos primitivos hasta ..., Volumen 3 Escrito por Dionisio S. de Aldama,Manuel García González- Wikipedia-Historia de Córdoba Escrito por Enrique Aguilar Gavilán- Sancho IV infante de Manuel Gonzalez Jimenez Universidad de Sevilla-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tititiiiiiiiii Jajajaja que risa.
Gracias por hacerme pasar un rato delicioso

MariÁngeles Ortiz dijo...

Bienvenid@