En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

sábado, 9 de julio de 2011

La derrota de Boabdil "El Chico" en Lucena







Si la grandeza de Al Andalus comenzó en Córdoba también fue en esta ciudad donde comienza el final del único rincón donde aún mantenía parte del aroma del Califato, Granada.
Boabdil, aquel que más tarde lloraría como una mujer la perdida de su reino, cayó cautivo en manos de los cristianos en la batalla de Lucena, provincia de Córdoba.


A principios del año 1483 un ejercito encabezado por el Marqués de Cadiz y algunos nobles caballeros deciden adentrase en la Axarquia malagueña... 
Estas huestes cayeron en una emboscada por los hombres al mando del destronado Muley Hacen, que por entonces gobernaba la ciudad de Málaga, causando una sangrienta matanza de las tropas cristianas.
Cuando la noticia llegó a Granada, el Rey Boabdil envidioso de la victoria de su mayor oponente que no era otro que su propio padre, decidió pensando en la debilidad del enemigo, recuperar Lucena que era cristiana desde 1240.
Jamás podría haber imaginado que aquella contienda para eclipsar la victoria de Muley Hacen sería el principio de su fin...

Castillo del Moral donde estuvo apresado Boabdil
Lucena
La superstición vaticinaba el desastre de la empresa desde su comienzo y cuentan, que cuando salió de Granada con su ejército, el asta de uno de los estandartes que llevaban se quebró al toparse con el arco de la Puerta de Elvira y durante su camino hacia Lucena una zorra se les cruzó por las filas de sus hombres pronosticaban un mal augurio en el éxito de la jornada, y aunque sus asesores consideraron aquellos presagios suficientes para suspender la expedición. 
Boabdil, haciendo caso omiso a sus hombres ordenó seguir la marcha.

El 20 de abril de 1483 llegaron a las puertas de Lucena donde acamparon a la espera de los refuerzos de su tío Al Zaghall pero éste no llegó... Durante tres días estuvo esperando sus tropas hasta que al fin comprendió que había sido traicionado ante sus enemigos. ¡Sólo le quedaba intentar una retirada o atacar Lucena solo!
Hizo lo segundo, el ejército al mando de Boabdil intenta atravesar las puertas de Lucena, nada menos que más de 9.000 mil hombres llevaba el granadino, aunque no contó con la resistencia heroica de sus defensores... 

D. Diego Fernández de Córdoba mandó aviso a las poblaciones vecinas mediante las atalayas sobre el peligro que corría la ciudad de Lucena, manteniendo la defensa hasta que las compañías de D. Alonso de Aguilar y D. Fernando de Porras vinieron a auxiliar a los lucentinos.

A la llamada del Alcaide de los Donceles, sobrino del gran Capitán, acudieron con sus hombres de Baena y Cabra por D. Diego Fernández de Córdoba, los de Luque por Juan Venegas y por Montilla su tío D. Alonso de Aguilar.

La llegada de los refuerzos espantaron a la infantería mora que fue atropellada por sus propios caballos y jinetes de su misma bandera. 


Alcázar de los Reyes Cristianos donde estuvo
apresado Boabdil


Los cristianos acuchillaron a los que quedaron y muchos moros principales murieron en el campo.- cuenta D. Antonio Losada Campos -Mientras que Boabdil y los pocos hombres que le quedan se retira hacia el camino de Granada; el alcaide de los Donceles junto a varios de sus hombres decide perseguir al ejercito musulmán, haciéndole una emboscada a los moros rodeándolos contra un río llamado Pontón de Bindera.
Es allí donde Aliatar, suegro del Emir, muere en la batalla y Boabdil que intenta huir, con tan mala suerte que su caballo se queda atascado en el fango del arroyo Martín González, pago de Lucena y que da nombre a la batalla.
Viéndose perdido y sin caballos intenta esconderse entre la espesura de la vegetación donde fue descubierto por el capitán lucentino, Martin Hurtado quien logra reducirlo acudiendo varios soldados en su ayuda que quedaron asombrados por el aspecto lujoso que presentaba el enemigo.
Boabdil vestía con marlota de brocado y terciopelo carmesí, al preguntarle D. Diego Fernández de Córdoba quien era para vestir esos ricos ropajes, éste contesto que era hijo de un noble caballero de Granada ocultando así su verdadera identidad. 
¡Sería cobarde!

Entonces le puso una cinta roja en el cuello como signo de cautivo y lo mandó junto a otros prisioneros a los calabozos del Castillo del Moral de Lucena aún sin saber quien era realmente.


Torreón donde estuvo preso Boabdil
Porcuna- Jaen
Tres días después de la victoria cristiana fueron llevados a los calabozos del castillo de Lucena más prisioneros que se habían escondido por los campos  y al ver a su Rey despojado de sus atributos se postraron ante él llorando por la maldición que ante ellos había caído...
¡Desde luego eso asombró a los centinelas quienes tras interrogar al cautivo, ya no pudo ocultar su condición, diciendo que era Boabdil.

D. Diego mandó a uno de sus hombres a Córdoba para comunicarle a los Reyes Católicos la buena noticia:
¡¡Habían capturado al mismísimo sultán de Granada!!

Como consecuencia inmediata de la prisión del Boabdil fue la recuperación del mando sobre el reino de Granada de Muley Hacen, padre del infortunado
Mientras, el granadino fue conducido a Córdoba, residencia en ese momento de los Reyes castellanos y encerrado en las entrañas del Alcázar.

Desde Córdoba se le trasladó al torreón de Porcuna, bajo la custodia del Conde de Cabra a la espera de proposiciones que le vendrían del reino de Granada.

En total fueron dos las propuestas que le llegaron:.
La primera de Muley Hacen que les entregaría a los Reyes a diez caballeros cristianos que había hecho prisioneros en el enfrentamiento de Málaga y para ponérselo más fácil le daba igual si a Boabdil se lo entregaban vivo o muerto.
Cuadro realizado por Manuel Gómez Moreno
La segunda propuesta fue por parte de Aixa, la madre de Boabdil, que le entregaría la cantidad de dinero que los Reyes estipularan y la firma de un pacto de no agresión y ayuda mutua contra un enemigo común, Muley Hacen.
Los Católicos optaron por aceptar la segunda con unas variaciones para el recate de Boabdil que fueron:
La primera: Declararse vasallo fiel a la corona de Castilla
La segunda: Dar libertad a 400 cautivos cristianos que había en las mazmorras granadinas
La tercera: Pagar un tributo real de 14.000 ducados unas 12.000 doblas zahenes
La cuarta: Que mandara a todos sus pueblos y castillos que dieran paso y raciones al ejercito cristiano para hacer la guerra a Muley y al Zaghall
Y en garantía del cumplimiento los Reyes Católicos exigieron la entrega de su único hijo y a otros diez vástagos pertenecientes a familias granadinas, como garantía de que no incumpliría lo acordado.
¡Anda que no eran vivos los Católicos!
Para cerrar el pacto el mismo Boabdil dejó Porcuna y se dirigió a Córdoba en compañía de todos los duques, condes y caballeros que estaban en la corte, y recibido por el propio rey Fernando que extendió la mano para que se la besara en señal de respeto, Boabdil en vez de besarle la mano se besó la suya propia podría haber caído en desgracia pero no sería humillado jamás.

Con enorme tristeza  firmó el acuerdo y unos días después llegó una comitiva desde Granada donde traían a su hijo Ahmed y a los diez niños que sería utilizados para el canje.
Cuando vio a su hijo lo estrechó entre sus brazos y le dijo:

"En mala hora nací, mi pequeño Ahmed y quiera Alá que tu vida no sea reflejo de la mía, que razón tienen las gentes que me llaman el desgraciado"

Ese fue el principio del final de lo que quedaba de Al Andalus.



La rendición de Granada
de Francisco Pradilla

¿Que sucedió con las armas y vestiduras de Boabdil?

En el año 1.605 Don Francisco Fernández de Córdoba, Abad de Rute, escribía la historia de la Casa de Córdoba, relatando:

"Había entrado aquel día en batalla, el Rey de Granada Muley Boabdil, a la jineta según usanza, de que era bien diestro, en caballo rucio blanco, enjaezado ricamente, armada su persona, de una fuerte coraza, forradas de terciopelo carmesí, con clavazón dorada, capaute grabado y dorado espada jineta guarnecida de plata, puñal damasquino, marlota de terciopelo carmesí adarga y lanza fuerte"


Buscando, buscando, he tenido la suerte de encontrar una entrada en la página que escribe la marquesa Viuda de Villaseca en la que habla sobre los ropajes y armas de Boabdil.
¡La verdad es que desconocía que habían llegado a nuestro días!
Por lo que se ve esta señora lleva años dedicándose a la investigación y entre las muchas cosas interesantes que tiene en su página, en una de sus entradas cuenta la investigación que hizo para saber donde estaba y por qué se encontraba allí las armas de Boabdil El Chico.


Cuenta que por lo visto cuando se hizo preso Boabdil y entregado a los Reyes en Córdoba; tanto los ropajes como las armas del Sultán granadino fueron disputadas por los dos señores: El conde de Cabra, es decir D. Alonso de Aguilar de quien hablamos en este blog, y su sobrino el Alcaide de los Donceles; y como los ánimos se iban encendiendo tuvieron que intervenir los Reyes, con una decisión salomónica
¿Qué como lo hicieron? 
Pues dándole al primero banderas y Pendón y al Alcaide de los Donceles las armas y vestiduras.


Espada Jineta con vaina perteneciente a Boabdil
Museo del Ejercito Toledo

Según la marquesa- Este documento también podía ser el existente en dicho archivo en la pag.14 – Caja 96 – Expediente 118 año 1.518 

"Diego Fernández de Córdoba, Alcaide de los Donceles, declara lo referente a las armas del Rey Chico de Granada" - siguen los documentos:  (...) Don Fernando y Doña Isabel por la gracia de Dios Rey y Reina de Castilla, de León... etc por favor a merced a Vos Don Diego Fernández de Córdoba, Alcaide de los Donceles e de nuestro Consejo, acabando las muchas e buenas e leales servicios e faceis de cada día, especialmente en la prisión del Rey de Granada, que Vos e del Conde de Cabra, facisteis e por Vos mas honrar e sublimar o por vos de vuestros servicios, quede memoria e permanezca en vos o en vuestro linaje para siempre jamás (...)"



Estoque real y vaina de Boabdil
Museo del Ejercito Toledo

Por lo visto estaba haciendo un estudio del señorío de Salares que -cuenta la marquesa- pertenece a la casa del Alcaide de los Donceles, nos encontramos con la sorpresa- continua la marquesa-  con los trofeos de las "armas y vestiduras de Boabdil el Chico".
Con el paso del tiempo se depositan todas las armas y ropas del rey Moro en el Monasterio de San Jerónimo de Valparaiso, todo menos un puñal y siempre según la señora marquesa- damasquino que jamás salió del linaje de los señores de Salares a que vinculan a D.  Gome Fernández de Córdoba en su testamento.
Cuando el Monasterio fue desamortizado tanto las armas como el vestido fueron recogidos por los marqueses de Villaseca.
Así le consta a la marquesa por haber visto unas fotografías donde se encontraba la ropa en las casas de D. Gome, lo que hoy en día es Palacio de Viana.


Marlota de Boabdil
Museo del Ejercito

Por un momento se les perdió la pista hasta que fueron encontradas en el Museo del Ejercito donde hoy se exponen con una nota que dice:

"Armas que fueron de  Boabdil El Chico rey de Granada, legado hecho a este museo por la Excm Sra doña Carmen Pérez de Barradas, marquesa viuda de Viana en nombre de su primer esposo D. Juan Bautista Cabrera Bernuy, marqués de Villaseca que las poseyó por herencia de sus ilustres antepasados"

Por lo visto esta donación es nula ya que esta señora no tenía potestad para hacerlo ya que lo tienen que hacer sus herederos directos y ella no lo era.


Vitrina del Museo del Ejercito
donde se expone lo de Boabdil

"(...)Batalla de Lucena 1.483.- Muhmmad XII Boabdil fue apresado por las tropas de Diego Fernández de Córdoba, al que los Reyes Católicos cedieron las armas e indumentario. 
Éstas fueron conservadas por sus descendientes Marqueses de Viana, las que dividió el legado en 1.901 en su testamento.- sigue la marquesa- Una parte ingresó en el Museo de Artillería en 1.906 y el resto quedó en posesión de su hijo, quien se lo regaló al Rey Alfonso XIII el año 1.922 que pasó al Museo…"


Pero había un puñal que no se encontraba e investigando la marquesa descubrió que éste había sido regalado por el valido de Alfonso XIII , José de Saavedra y Salamanca marques de Viana que entregó su hijo D. Fausto a su fallecimiento el 14 de Junio de 1927. Ahora se encuentra en la armeria del Palacio Real.


¿El problemas? que los herederos de estas armas son los marqueses de Villaseca y no los de Viana; por lo tanto no fueron quienes deberían de haber dispuesto a regalarlos o cederlos.

Ahora yo me pregunto por qué nuestros historiadores y nuestros políticos no se han preocupado de reclamar algo que nos pertenece?
Es nuestra historia y debería verse aquí en el Alcázar, donde estuvo encerrado Boabdil.

 Palabras de la marquesa de yo suscribo: 

" Es incomprensible que esta ciudad, no se haya movido, ni luchado para recuperar estos trofeos, que no debieron dejar salir jamás, por ser partes de su historia
- Cuando nos enteramos, intentamos traerlas a Córdoba, para depositarlas en el Alcázar de los Reyes Cristianos, que como se cuenta en la historia, actuaron aquí los Reyes Católicos.
No hubo repuesta por parte de la ciudad. 
 - Con razón decía Modesto de Lafuente cuando estuvo aquí, preparando el discurso de entrada en la Real Academia de la Historia, como Socio de Honor, sobre la Caída del Califato, después de recorrer toda la ciudad, hizo el célebre pero triste comentario: 
 -“No hay ciudad en el mundo que más desprecie su historia, que Córdoba”- 
 - Lo triste es que llevaba razón.- 


Firmado:

Marquesa Vda de Villaseca "


Totalmente de acuerdo con esta señora.
Esas armas y ropaje deberían de estar en nuestra ciudad.


*Editado en Diciembre de 2018

Fuentes consultadas:
La batalla de Lucena o del arroyo de Martin Gonzalez y la prisión de Boabdil el rey chico de Granada por D. Antonio Losada Campos de la Real Academia de Córdoba Diario de Córdoba 30/01/1966-  Estudios de historia de Al-Andalus de Fernando de la Granja-Fernando el Católico: Crónica de un reinado de Fernando Martínez Laínez- Armas de Boabdil, el rey chico autora la señora Marquesa viuda de Viana- de la página de Cabrera- Villaseca- Archivo del Excmo. Sr. Conde de Luque investigado por la marquesa viuda de Viana- Atlas de las batallas, combates y sitios mas célebres de Mariano Pérez de Castro- Fotos recogidas de Internet -Foto del escudo de los Fernández de Córdoba- Museo del Ejercito de Toledo- Wikipedía

6 comentarios:

Wigmore-Conesa dijo...

Muchas gracias por esta historia de Boabdil. Me gustó leerla, Chiquita.

MariÁngeles Ortiz dijo...

Boabdil, llora como mujer lo que no supiste defender como hombre! Le dijo su madre cuando perdió Granada

Un abrazo amiga

Pcavila dijo...

Esa frase y ese llanto es una leyenda, es mentira, es teatral y muy escénica pero mentira. Deberíamos ir dejando esa leyenda, olvidándola ya, de acuerdo??

Pcavila dijo...

Esa leyenda, tendenciosa y malintencionada, fue creada creo que en el s. XVI por un zapatero español haciendo de historiador

MariÁngeles Ortiz dijo...

Una leyenda es una leyenda y sabemos que no lo dijo pero queda bien y da explicaciones de un comportamiento de un hombre que fue dominado por su madre.
Un abrazo querido amigo

MariÁngeles Ortiz dijo...

Querido amigo, no me sea malintencionado que no era zapatero, se le atribuye a D. Juan Velázquez de Echeverria profesor de universidad, escritor y eclesiástico. Escribió Paseos por Granada.

Un abrazo y no se me enfade que sube la tensión. :-)