En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

viernes, 29 de octubre de 2010

Gonzalo Fernández de Córdoba "El Gran Capitán"









Jamás pensaría Gonzalo Fernández de Córdoba llegar a tener la fama que tuvo, ni que llegaría a ser la mano ejecutora en la historia de España.
Siendo un segundón de una familia donde los títulos eran heredados por el primogénito, a él solo le quedaba o la carrera militar o la carrera eclesiástica.
Fue el más pequeño de tres hermanos, nació en una familia acomodada de Montilla provincia de Córdoba, en 1453.
Alfonso el primogénito, al que se le conocería como Alonso de Aguilar, Leonor la única hija, y el pequeño Gonzalo, que apenas tenía tres años cuando su padre murió.
Hijos de D. Pedro Fernández de Córdoba, V Señor de Aguilar y Priego y de la noble dama doña Elvira de Herrera.
Al morir sus padres, Gonzalo apenas tiene tres años de edad y tanto él como su hermano Alonso, son trasladados a Córdoba junto a su hermana Leonor. Donde quedan al cuidado del prudente y discreto caballero don Pedro Fernández de Cárcamo, señor del Castillo del Aguilarejo en Córdoba, casado con María de Herrera tía de los pequeños, dándoles una educación muy esmerada, instruyéndolos inclusive en el arte de la guerra.
D. Alonso de Aguilar al ser el primogénito queda como heredero siendo muy generoso con sus dos hermanos...
A la hermana de ambos cordobeses, conocida con el nombre de Leonor Fernández de Córdoba la casó con un primo hermano llamado Martín Fernández de Córdoba.
Y a D. Gonzalo, lo manda a la corte de Ávila, sufragando todos sus gastos, para seguir la fortuna al servicio del Infante Alfonso, hermano de la que luego sería la reina Isabel I de Castilla.
Pero cuando el Infante don Alfonso muere en Cardeñosa en circunstancias misteriosas, pasa a servir a la Infanta Isabel, futura Isabel la Católica.
En su juventud, D. Gonzalo destacó en el manejo de las armas en torneos y en todos los ejercicios de guerra además por su gallardía, su vivaz ingenio ayudado por tener una conversación fácil acompañado todo por el saber vivir muy bien.
Cuentan que su vestuario era exquisito y que incluso su tío, D. Pedro, alertó a D. Alonso de Aguilar porque vivía por encima de sus posibilidades y la asignación que su hermano le enviaba desde Córdoba le duraba solamente varios días.
A lo que contestó D. Gonzalo:

"No me quitarás, hermano mio, este deseo que me alienta en dar honor a nuestro nombre y de distinguirme. Tú me amas y no consentirás que me falten los medios para conseguir estos deseos..."

Y con esto zanjó los reproches de su hermano.




Con el matrimonio de Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, Gonzalo vuelve a Córdoba contrayendo matrimonio con su prima Isabel de Montemayor, hija de Luis Méndez de Sotomayor, VII Señor del Carpio, y de Marina de Solier y Córdova.
Cuentan que su hermano, D. Alonso de Aguilar con motivo de su boda, le regaló la tenencia de Santaella y cuando los recién casados iban camino a tomar posesión, cayeron prisioneros por su primo y enemigo Diego Fernández de Córdoba y Montemayor, I Conde de Cabra, que los tuvo encerrados en su castillo, a causa del rifirrafe que siempre tuvieron tanto el Conde y su hermano D. Alonso de Aguilar, hasta que fueron liberados por la intercesión de los Reyes.

Pero la vida no le fue nada fácil a D. Gonzalo y un revés, de los muchos que existieron en su vida, le hace tomar una decisión que le daría la gloria en el futuro. Su esposa Isabel muere de parto junto con la pequeña y de nuevo sólo y sin cargas familiares, D.Gonzalo toma partido por Isabel en la lucha civil que enfrenta a ésta con Juana la Beltraneja, iniciando su carrera militar en la Guerra Civil Castellana y en la de Granada, donde sobresalió como soldado.
A la edad de 25 años, participa en la batalla de la Albuera, cerca de Mérida, contra los portugueses, a partir de la derrota de las tropas portuguesas se va a producir el reconocimiento por parte de Alfonso V de los derechos de Isabel sobre su esposa y sobrina, Juana la Beltraneja, la cual, una vez que murió su esposo Alfonso V, fue encerrada en el convento de Coimbra.

Desde 1481 a 1492 comienza las guerras de Granada donde D. Gonzalo Fernández de Córdoba juega también un papel muy importante como brazo ejecutor de los Reyes.
Las huestes nazaríes toman el castillo de Zahara y llevan a sus moradores cautivos a Granada.
Los cristianos tenían que responder y tomaron Alhama, punto estratégico por su corta distancia, tan solo 55 km, a Granada.
Pero no se quieren quedar en solo eso, y las tropas conducidas por el marqués de Cádiz sufren un ataque feroz por parte de los hombres del Zagal, hermano del sultán Muley Hacen, en su asalto a Loja y la Axarquía...
Sabiendo el duro revés por parte de los cristianos, Boabdil intenta conquistar Lucena con 700 jinetes y 9.000 soldados. Los musulmanes cayeron estrepitosamente derrotados y Boabdil fue hecho prisionero por el alcaide de los donceles, Don Diego Fernández de Córdoba, sobrino de D. Gonzalo y por D. Alonso de Aguilar, su hermano.
Llevado hasta Córdoba, donde fue encerrado en la entrañas del Alcázar, fue trasladado a la torre de Porcuna y custodiado por el Conde de Cabra... ( Pero ésta historia déjame que te la cuente otro día ) 
Ese mismo año, toma la ciudad de Illora y es nombrado por los Reyes Católicos alcaide de esa ciudad, desde donde acosa a Granada.
Y es ahora donde el Rey Fernando le elige una nueva esposa a Gonzalo, y de segundas nupcias se casa con doña María Manrique de Figueroa y Mendoza, hija tercera de don Fadrique Manrique de Castilla.
De este segundo matrimonio nacieron tres hijas: María de Córdoba que murió muy niña, Beatriz de Córdoba, que murió muy joven en Génova cuentan que de unas fiebres, y doña Elvira, que quedó como única heredera.
Elvira le salió rebelde a D. Gonzalo, ya que estuvo varias veces comprometida y en ninguna de ellas aceptó los casamiento en los que su padre o el Rey hubieran participado.
La primera vez estuvo comprometida con la primera con Federico Colonna, duque de Tagiacozzo, el cuál declinó, la segunda con Bernardino Fernández de Velasco, duque de Frías, conde de Haro y Condestable de Castilla.
En la tercera y cuarta intervino el Rey Católico, ya que primero la quiso casar con su sobrino Alonso y luego para su nieto Fernando de Aragón.
En ninguna de las cuatro aceptó una matrimonio impuesto...

D. Gonzalo Fernández de Córdoba, por sus destacados servicios, recibió una encomienda de la Orden de Santiago, el señorío de Orjiva y determinadas rentas sobre la producción de seda granadina, lo cual contribuyó a tener su propia fortuna.
Italia sería el nuevo frente abierto tras Granada... Toda la experiencia adquirida y acumulada en la guerra de Granada le permitió poner en práctica diferentes innovaciones que le aseguraron su triunfo en las campañas de Italia.
La invasión francesa de Nápoles motivó la participación española en el conflicto en ayuda del rey napolitano, siendo don Gonzalo el militar elegido por los Reyes Católicos, para encabezar los ejércitos... De nuevo es el cordobés el brazo ejecutor de los Reyes.
Tras una primera derrota, Gonzalo ya sabía que hacer: "La guerra de guerrillas". Emboscadas, ataques nocturnos...
Tras unos años de campañas consigue su objetivo, vence en los asedios y expulsa a los franceses... Y es ahí, en ese momento cuando nuestro insigne paisano nace con el sobrenombre de el Gran Capitán...
Honores, ducado de Sant Angelo, rosa del oro entregada por el papa y recibimiento triunfal en España.

Una vez aquí, en España, interviene en la Primera Guerra de las Alpujarras, se convierte en I Señor de la Taha de Órgiva y Busquistar...
Poco disfruta de su nombramiento, pues un año después de nuevo vuelve a Italia, dado que un nuevo rey francés llamado Luis XII había nuevamente invadido Milán reclamando unos supuestos derechos...
D. Gonzalo le gana la mano, Luis XII se ve obligado a la firma de una tregua de tres años, y la gloria para el cordobés, nuevo duque de Terranova, y el cargo de primer Virrey de Nápoles, con una renta de 10.000 ducados anuales.
Como Virrey de Nápoles estuvo al frente de tan alta dignidad tres años, pero tras el fallecimiento de la reina Isabel, el rey D. Fernando enseña su verdadera cara, inician un distanciamiento que provocó la retirada de Fernández de Córdoba del gobierno napolitano.
De ahí la famosa anécdota de las " Cuentas del Gran Capitán”

El rey Fernando el Católico, envenenado, por algunos de la Corte sobre los ligeros deseos independentistas del territorio que podían ser encabezados por el Gran Capitán, llevaron a pedirle a don Gonzalo cuentas de en qué había gastado el dinero de su reino.
Esto fue visto por D. Gonzalo como un insulto y la ingratitud de un Rey al que le había puesto tanta victorias en su manos.
De la respuesta hay varias versiones, la más común diría más o menos así:

Cargo.

Ciento treinta mil ducados remitidos por primera partida.
Ochenta mil pesos por la segunda.
Tres millones de escudos por la tercera.
Once millones de escudos por la cuarta.
Trece millones de escudos por la quinta.

Descargo.

-Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados;
-Por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados;
-Cien mil ducados en pólvora y balas.
-Por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados;
-Por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados;
-Cincuenta mil ducados en aguardiente para las tropas en día de combate para calentarlos del frío.
-Millón y medio de ducados para mantener prisioneros y heridos.
-Setecientos mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados para pagar a espías
-Tres millones de ducados en sufragios para los muertos.
- Y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del Rey a quien le he regalado un reino, cien millones de ducados.

Cierta la anécdota o no, la expresión "las cuentas del Gran Capitán" han quedado como frase hecha para una explicación pedida por algo a la que no se tiene derecho.

Y es entonces, cuando comienza una serie de humillaciones por parte de Fernando el Católico hacía D. Gonzalo, como el querer que renunciara al mayorazgo de Santiago,  aunque el gran Capitán jamás renunció a ese mayorazgo, si que le envió una carta donde confirmaba su respeto y sumisión al mismo y que todo lo realizado y conseguido por él hasta ahora, ha sido para provecho y gloria de sus majestades.
Pero el Rey no perdona, y aprovecha un motín que ocurre en Córdoba en la primavera de 1508, no ya para desprestigiar la casa de los Aguilar sino para destruir el castillo que había visto nacer a don Gonzalo Fernández de Córdoba.
Como he comentado antes, se produjo un motín en Córdoba contra del inquisidor Diego Rodriguez Lucero"El Tenebroso" apodado así, por su oscurantismo y crueldad, los cordobeses cansados de la violencia y atrocidades de éste hombre, se levantaron contra él y asaltaron la prisión del Santo Oficio para liberar a más de 400 presos que estaban dentro, temiendo por su vida el inquisidor huyó como una vulgar rata por una de las puertas del Alcázar.
Cuando el Rey se entera manda al alcaide de su Casa y Corte, el licenciado Gómez y Herrera para que averiguara las causas de estas revueltas.
El marques de Priego, sobrino del gran Capitán e hijo de D. Alonso de Aguilar, recordemos lo indomable que fue este hombre y que el marqués como hijo suyo había heredado, increpó al enviado al decirle que ellos sabían de sobra que era lo que estaba pasando en la ciudad, ya que él mismo había apelado al Rey por este motivo, y no contento con desobedecer al Católico retuvo durante largos días en su castillo al licenciado.
El Rey, no corto ni perezoso, al frente de un numeroso ejercito se planta en Córdoba, más concretamente en Montilla, condenando a muerte al marqués, aunque más tarde le conmutó la pena con el destierro, confiscando todos sus bienes que se quedó la corona y que precisamente era lo que buscaba y mandando arrasar el castillo donde nació d. Gonzalo...
Hasta el Cardenal Cisnero intenta mediar para que no destruya el castillo, cosa que no consigue que para más inri le manda los encargos de demolición al coronel d. Cristobal de Villalba , hombre que había servido en Italia a las ordenes del gran Capitán.
Esto fue lo que le causó una enorme herida en el alma de don Gonzalo y que bien pudo ahorrarse el ingrato Rey Fernando el Católico que tal vez por envidia, por rencor o indiferencia y bajo un nombramiento como Alcaide de Loja, destina al Gran Capitán a un exilio encubierto.

Y tras algún intento de regresar a Nápoles, impedido por el Rey, Don Gonzalo Fernández de Córdoba, I Duque de Sessa, Terranova y Sant Angelo, Marqués de Vitonto, Gran Condestable, Virrey y Conquistador de Nápoles, I Señor de la Taha de Órgiva y Busquistar, Caballero en la Orden de Santiago, a quién todo el mundo conoció por “El Gran Capitán” muere a la edad de 62 años, un día 2 de diciembre de 1515 a consecuencia de una fiebres cuartanas, en su casa de Granada, acompañado de su esposa doña María y su hija Elvira que dejó como heredera de toda su fortuna.
Cuentan que:

"Después de su muerte, lo sentaron en una silla y lo tuvieron así todo el día, para que la gente lo viese. Hubo grande llanto por su muerte, en Granada, así de moros como de cristianos, por todas las calles que había de pasar cuando lo llevaron a enterrar"

Doña Elvira de Córdoba, II Duquesa de Sessa, unos años después de la muerte de su padre, se casó con su primo D. Luis Fernández de Córdoba, IV Conde de Cabra...

Su planta, su porte, su diplomacia, su condescendencia, su forma de ver el arte de la guerra hicieron de este cordobés un ejemplo a seguir...
Y aquí termina la historia sobre la lealtad de D. Gonzalo Fernández de Córdoba llamado El Gran Capitán contra la ingratitud de un envidioso Rey


Fuente: 
D. Gonzalo de Córdoba: El genio militar y el nuevo arte de la guerra al servicio de los Reyes Católicos -El castillo donde nació el gran Capitán fue demolido por Fernando el Católico por José Cobos diario de Córdoba 06/11/1950 El gran Capitán colaborador de los reyes Católicos por R Diario de Córdoba 22/04/1951-El arte militar y el renacimiento Una gran figura militar D. Gonzalo Fernández de Córdoba por V G F Diario de Córdoba 25/01/1953- D. Gonzalo de Fernández de Córdoba por Miguel Muñoz Vazquez  diario de Córdoba 20/02/1953-Genealogía de la familia Fernández de Córdoba - Córdobapedia - Fotos recogida de Internet.