En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

jueves, 12 de enero de 2012

Las cuentas pendientes de Sancho I con Abderraman III




El día que a Sancho le llegó la noticia de la muerte del gran Califa Abderraman III, sintió la liberación de la palabra que todavía no había cumplido... 
Ya no le tendría que ceder las diez plazas en la frontera del Duero, que tantas largas le había dado a los requerimientos del moro, a pesar que tanto él como su abuela, la reina Toda de Pamplona lo habían pactado en Córdoba durante su cura de obesidad y de la que ya te conté.
Muy pronto se le olvidó a Sancho "el gordo" que el cordobés era el que le había devuelto el trono del que los nobles leoneses lo había echado y que perdió por no poder defendedlo a causa de su mal estado físico.

Poco tiempo pasó cuando en tierras leonesa llegó una comitiva desde tierras cordobesas entre los que se contaba con el cadí de Valencia, Abd al-Rahmán ibn Djahhaf y el de Guadalajara llamado Aiyub ibn al-Hussain en nombre del nuevo Califa Al Hakam II, hijo de Abderraman III.
La comitiva llevaba el requerimiento del pago que en su día pactó el rey leones junto con su abuela doña Toda, reina de Pamplona, con su padre el gran Califa.
Sancho que en aquellos momentos se encontraba fuerte y respaldado por Navarra le negó al cordobés la entrega de las plazas que exigía lo pactado a pesar que para muchos eso sería un suicidio...

Mientras, Ordoño IV destronado y fuera de las tierras leonesas y de Asturias donde se había ocultado por un tiempo, marcha a tierras castellanas para pedirle refugio al conde Fernán González, su suegro que a pesar que había intrigado para ponerlo frente al trono de León no quería saber nada de él, sólo recogió a su hija y nietos. Ordoño no tuvo más remedio que encaminarse hacía Córdoba para pedir ayuda...

A al Hakam le vino como anillo al dedo que Ordoño IV "el malo" llegara a Córdoba pidiendo asilo y rindiendo vasallaje ¡A cambio! le pedía apoyo al cordobés para su causa que no era otra que querer derrocar de nuevo a su primo Sancho I del trono. 
El Califa solo tuvo que esperar que la noticia de la llegada de su Ordoño a su corte le llegara a Sancho que vio su trono peligrar pues sabía que igual que que lo habían puesto a él donde estaba, lo podrían hacer con su primo... ¡Le llegó el pánico!
Y tal vez aconsejado por su abuela doña Toda que era mucho más astuta y maquiavélica que él, buscó tiempo suficiente ante el cordobés para poder jugar una ultima carta que aún tenía guardada.

No tardó para enviar una embajada cristiana a Córdoba en los que hasta figuraban varios prelados como el de Zamora y el de Galicia que en nombre de Sancho I rey de León se le ofrecía sumisión al cordobés.
Al Hakam II aceptó la tregua a cambio de que Sancho ordenara demoler todas las fortalezas que existieran en la frontera que colindaban con los territorios musulmanes, aunque no llegó a materializarse el trato pues curiosamente Ordoño IV que cae enfermo y en pocos días muere en Córdoba... Dicen las malas lenguas que envenenado por alguien a las ordenes del leonés.
Sancho, sabiendo que había muerto el que podría usurparle su trono, de nuevo se le olvida lo pactado con Al Hakam, aliándose esta vez con Castilla, Navarra y el condado de Barcelona con Borrel y Mirón para ir contra el Califa.

Enterado el Califa de este convenio responde con una expedición dirigida por él en persona contra la frontera castellana que le permite apoderarse de las plazas de San Esteban de Gomaz, Atienza y Calahorra lo que le obligó a los cristianos a pedir la paz al Califa




Dos años después en el curso de una rebelión de varios de sus súbditos de Galicia, Sancho I sometió a Sisnando en Compostela y cruzó el rio Miño siguiendo al conde Gonzalo Sánchez quien temeroso del ejercito que traía Sancho fingió someterse y solicitó del monarca una entrevista donde pactó con el leonés sometimiento. Mostrándose el conde agradecido le ofreció una fruta que estaba envenenada y apenas la había comido comenzó a sentir los efectos mortíferos del veneno... El rey quiso que lo llevaran a León aunque a los tres días de camino murió en el Monasterio de Castrelo del Miño y así terminó el rey cuyo cuerpo fue llevado a León y enterrado en la iglesia de San Salvador donde estaba enterrado su padre.

Acarreando con su muerte graves problemas a León ya que su hijo Ramiro III solo contaba con cinco años teniendo que establecer una regencia a cargo de su tía la monja doña Elvira.
Coincidencias de la vida también el califa Al Hakam II tuvo los mismos problemas sucesorios a su muerte.

Pero eso, déjame que te lo cuente otro día.



Fuentes consultadas: 
Historia General de España y sus indias desde tiempos remotos hasta nuestros días de Victor Gebhardh volumen - Andanzas por la vieja España escrito por Julio Alemparte- Historia de España antigua y media de Luis Suárez Fernández- Historia de España- Wikipedia-El condado de Castilla, 711-1038: la historia frente a la la leyenda, Volumen 1 escrito por Gonzalo Martínez Díez

4 comentarios:

Wigmore-Conesa dijo...

Este Sancho tan tramposo como Ciudadanos.. ja ja.
Besitos, guapa!

MariÁngeles Ortiz dijo...

Jajaja Pero le salió el gato, gata!

Anónimo dijo...

Señora, me encanta su blog.
Mis congratulaciones

MariÁngeles Ortiz dijo...

Muchas gracias.
Un saludo