En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

jueves, 4 de febrero de 2010

El rabino Maimónides

Escultura ubicada
en la plaza Tiberiades de Córdoba






Cuenta una leyenda que el Rabí Maimón (Padre de Maimónides) había rehusado tomar esposa y decía: 

"Mi alma sólo siente deseos de la Torá"

Pasaron los años y cierto día estando en su huerto, mientras dormía escuchó una voz que le decía: Darás un hijo que escribirá La segunda ley e iluminará los ojos de todo Israel.
Se le presentó Elías, el tisbita y dijo:

"Maimón ve a Córdoba y toma por esposa a la hija del carnicero." 
La madre de Maimónides, no alcanzó a criar a su hijo Moisés pues tuvo complicación en el parto y murió.



El 30 de marzo de 1135 la alegría y la pena inundó el alma del  rabino Yosef ben Maimon a la vez que nacía un pequeño en el seno de su familia, moría su esposa de parto... 
La única mujer que fue capaz de que rehusara de su soltería y que le había dados tres hermosos hijos: Dos varones David, el primogénito, que sería mercader de joyas y piedras preciosas y contando al pequeño recién nacido al que se le llamó Moises y una hija llamada Shulamit que llegaría a ser una excelente calígrafa .

Los resplandores del Califato cordobés llevaba más de un siglo extinguido, aunque aún perduraban parte de aquella cultura judaica que floreció en las Academias talmúdicas, no solamente en la renombrada Lucena, donde tanto brilló hasta la llegada de los almohades, su famosa Academia, verdadera Universidad por la amplitud y elevación de las enseñanzas en ella impartidas, sino en la misma capital cordobesa, donde Maimónides recibió su primera instrucción y dio precoces muestras de su inteligencia.

Con la llegada a la península de los Almohades, cambió por completo la situación de las comunidades judaicas del Al- Andalus, por el intransigente fanatismo que caracterizó a estos invasores africanos, donde muchos judíos se vieron obligados a emigrar de la ciudad huyendo del furor almohade...
Escapando de la persecución que ponía a los judíos, como a los cristianos, ante el terrible dilema de convertirse al islam o la muerte, la familia de Maimónides anduvo errante de ciudad en ciudad...
Llegaron a Almería donde dio cobijo en su casa a su maestro Averroes, hasta trasladarse toda la familia a un territorio más afín: el Norte de África, al principio en la ciudad de Marruecos, Fez, buscando una mayor seguridad.
Al cabo de diez meses murió el padre de Maimónides, y éste y su hermano David se dedicaron al comercio de piedras preciosas... Sobre todo su hermano que prefería trabajar él, para que Maimonides hiciera sus estudios filosóficos, científicos y talmúdicos, a que desde sus años juveniles se venía dedicando con competencia, y que pronto le dieron celebridad entre los intelectuales de todo el mundo.
La trágica muerte de David, sobre el cual caía el peso mayor del negocio, en el naufragio de un navío que le transportaba a la India, hizo cambiar el rumbo de la vida de Maimónides, que se dedicó al ejercicio de la medicina para sobrevivir y sacar adelante a la familia, hermana, cuñada y sobrina.
De nuevo la familia se trasladó, esta vez a Egipto, fijando su residencia en Alejandría, en cuya famosa escuela ejerció una cátedra de Medicina.
Cuentan que su celebridad fue tanta que llegó a oídos del visir Al-Fadl y del propio Sultán, llamándolo a Palacio para darle el cargo del primer médico de su Corte, cosa que llevaron muy mal los antiguos médicos del Príncipe.
Anastasio Chinchilla en su libro de Anales históricos de la Medicina General cuenta que para que Maimonides quedara mal ante el príncipe, los médicos empezaron a elogiarlo por ser uno de los más prestigiosos en preparar antídotos contra los venenos pero que ellos estaban seguros de que eran mejores. Así que convencieron a Maimonides de que para demostrar su fama, que mejor que tomara un veneno preparado por ellos y que luego se tomara su propio antídoto...
Maimonides aceptó con la condición de que si él salía vivo, ellos serían los que tomaran un veneno preparado por él, y que luego se prepararan un antídoto ellos. Los médicos consintieron con el beneplácito del sultán.
Así que los otros médicos le dan una copa a Maimonides con su preparación, la que toma con tranquilidad marchándose a su casa. Al tercer día, volvió a la corte, sano y trayendo consigo el que había preparado él para ellos... Los otros médicos obligados a cumplir su palabra tomaron del veneno que había preparado Maimonides .... al cabo de las 24 h de los diez, murieron siete. Eso los obligó a respetarlo o a temerle ¡No sabemos!
Su primera mujer murió joven y se volvió a casar con la hermana de uno de los secretarios reales, el que a su vez se casó con la única hermana de Maimonides. De este matrimonio nació su único hijo, Abraham, que llegó a ser Gran Rabino.
Maimónides murió el 2 de Tevet del año 4965, 13 de diciembre de 1204, a los setenta años de edad en el Cairo ...
Cuentan que fue tan sentida su muerte que todos se vistieron de luto y que fue llorado por hebreos y musulmanes, y sepultado en Tiberíades.
El camino que lleva hasta su tumba es simbólico, con dos arroyos ya que Maimón, procede de la palabra hebrea "mayim", que significa agua, y con siete columnas a ambos lados en las que están inscritos los nombres de los 14 capítulos de su célebre codificación de la Mishná, la Mishné Torá.
Tan venerada fue su memoria, que su tumba es un centro de peregrinación.


Su obra fue traducida al latín y a casi todos los idiomas, aunque no siempre con fortuna- como según nos cuenta d. Ricardo Molina- la más famosa, Moré Nevujim "Guia de los indecisos" fue traducida con el título incorrecto de "Guia de los descarriados" que trata de la fe, "Mishne Torá" su obra maestra teológica, consistente en una síntesis y organización sistemática de la ley bíblica y rabínica, también conocida como "Código de Maimónides", "Sefer ha-Mitzvot" los 613 preceptos según Maimonides, "Comentario a la Mishná", "Cartas y responsas en temas de leyes judías", "El aporte de Maimónides a las ciencias médicas","Comentario sobre los aforismos de Hipócrates" obra en que comenta y ocasionalmente critica a Hipócrates y Galeno, "Aforismos médicos de Moisés" incluye 1.500 aforismos organizados en 25 capítulos, cada uno versando sobre un área diferente de la medicina, tales como anatomía, fisiología, patología, sintomatología y diagnóstico, etiología de enfermedades y terapéutica, fiebres, flebotomías, laxantes y eméticos, cirugía, ginecología, higiene, dietética, farmacología y curiosidades médicas. ,"Tratado sobre las hemorroides", "Tratado sobre las relaciones sexuales", "Tratado sobre el Asma", "Tratado de los venenos y sus antidotos", "Comentario sobre los nombres de las drogas" glosario de 450 párrafos cortos que incluye nombres de drogas en árabe, griego, sirio, persa, bereber y español y un libro de Astrología que dedicó a los sabios de Marsella y trata del influjo de los astros en el cuerpo humano, tanto en el estado de salud como en el de la enfermedad



Oración de Maimónides:


Que no admita que la sed de ganancia y el afán de gloria me influencien en el ejercicio de mi arte, porque los enemigos de la verdad y del amor de los hombres podrían fácilmente hacerme abusar y apartarme de hacer bien a tus hijos.
Sostén la fuerza de mi corazón para que esté siempre pronto a servir al pobre y al rico, al amigo y al enemigo, al bueno y al malo. Haz que no vea en el hombre más que al que sufre.
Que mi espíritu se mantenga claro en el lecho del enfermo, que no se distraiga por cualquier pensamiento extraño, para que tenga presente todo lo que la experiencia y la ciencia le enseñaron; porque grandes y sublimes son los progresos de la ciencia que tienen como finalidad conservar la salud y la vida de todas las criaturas.
Haz que mis pacientes tengan confianza en mí y en mi arte y que sigan mis consejos y prescripciones.
Aleja del lecho de mis pacientes a los charlatanes, al ejército de parientes que dan mil consejos y a aquéllos que saben siempre todo; porque es una injerencia peligrosa que, por vanidad, hace malograr las mejores intenciones y lleva muchas veces a la muerte.
Si los ignorantes me censuran y escarnecen, otórgarme que el amor de mi arte, como una coraza, me torne invulnerable, para que pueda perseverar en la verdad sin atender al prestigio, al renombre y a la edad de mis detractores.
Otórgame, Dios mío, la indulgencia y la paciencia necesaria al lado de los pacientes apasionados o groseros. Haz que sea moderado en todo, pero insaciable en mi amor por la ciencia.
Aparta de mí la idea de que lo puedo todo.
Dame la fuerza, la voluntad y la ocasión para ampliar cada vez más mis conocimientos.
Que pueda hay descubrir en mi saber cosas que ayer no sospechaba, porque el arte es grande, pero el espíritu del hombre puede avanzar siempre más adelante.

En la calle Judíos, corazón de una Córdoba histórica tiene más abajo del zoco, un pequeño ensanche haciendo una placita minúscula bautizada con el nombre de Tiberiades, donde descansada el monumento erigido por la ciudad en honor a Maimonides  realizada por Amadeo Ruiz Olmos en 1967, inaugurándose el domingo día 7 de junio que ese mismo año.
Desde el pedestal contempla impasible el riada humana que a diario se adentra en una de las calles más bellas de la ciudad.





Fuente consultadas: 
Anales históricos de la medicina General de Anastasio Chinchilla- Vida y enseñanza del gran filosofo Judio-Centro Virtual Estudios Judaicos – Maimónides Diario de Córdoba 12/06/1951- Maimonides máxima figura del pensamiento judío medieval por Ricardo Molina Diario de Córdoba 14/12/1958- Maimonides por M.Ángel Ortiz Diario de Córdoba 07/06/1964- Maimonides de Antonio Losada Campos Diario de Córdoba 13/06/1964-SOBRE LA VIDA Y OBRA DE MAIMONIDES. Actas del I Congreso Internacional (Córdoba 1.985)de Jesús Pelaes-Moisés Maimónides, "médico de príncipes, príncipe de los médicos" de Jaime Cerda L- Wikipedia-

2 comentarios:

Calvarian dijo...

La imagen del Judío erudito. ¿Verdad? BEsix

MariÁngeles Ortiz dijo...

Sí, es una escultura que tenemos en la plaza Tiberiades.
Un cordial saludo