En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

jueves, 29 de marzo de 2012

El rabino cordobés Jacob ben Macir






Nunca abandoné una verdad certera y objetiva, 
sin importar cuan escueta o sencilla aparente ser, 
para abrazar en cambio una verdad incierta y subjetiva, 
sin importar tampoco cuan suntuosa aparente ser.
                                                (  Jacob ben Macir )






Nace en Córdoba en 1215 el célebre rabino, una de las personas más celebres entre los judíos de su tiempo por sus continuos estudios de los libros sagrados como el  "Talmud", como por su talento filosófico y por sus investigaciones matemáticas y astronomías.
Hizo un comentario del Pentateuco titulado "Maestro de los discípulos" escribió una obra de astronomía que consta de 43 capítulos y que lleva por título "Libro de la Astronomía " y otra intitulada "Cuadrante de Israel" que habla de la composición del astrolabio y que se compone de 40 capítulos y que se encuentra en la biblioteca Vaticana.
También fue un magnifico traductor del árabe al hebreo el comentario de Averroes del libro de Aristóteles sobre los animales, existiendo todavía un ejemplar en pergamino, de esta traducción hebrea en la biblioteca Vaticana y que se titula "Comentario de Aben Rasad al libro sobre la obra de los vivientes de Aristóteles"
Está dividido en nueve secciones y tiene en el final tres notas que dice el tiempo y el lugar donde Averroes escribió este comentario, cuando lo tradujo Jahacob al hebreo y quien fue el copiante del códice.

En las nota de Averroes dice:

Acabóse el comentario de todas las partes del discurso de este libro. Alabado sea el creador del mundo por todos los siglos amen. Cualquiera que lea este libro sienta bien de mi, pues lo escribí en poco tiempo y sufrí muchos trabajos mientras lo compuse; y si en el se hallase algún defecto o mentira, acaso será nacido de estar el texto original escrito con poco cuidado: Pero si Dios me diese vida yo procuraré que salga más corregido. Le acabé en el mes de Zaphar del año 595. De la era de los Ismaelitas. Que corresponde año de Cristo 1198 en la ciudad de Sevilla y le copié en Cordova 


La nota de Jahacob Ben Macir dice:

Acabóse el comentario de las partes dificiles del comentario de Aben rasad y le traduxe yo Jahacob hijo de Meir en el mes de tebeth del año de la creación del mundo cinco mil setecientos y tres, en el año mil docientos treinta y cinco de la destrucción del Templo que corresponde al mes de diciembre del año de cristo 1303.  

Tenía 88 años cuando terminó esta traducción


A esta nota le sigue otra  con el nombre de un tal Abraham de Creta en que dice que copió este códice  en el mes Sivan del año de la creación del mundo cinco mil docientos y once que corresponde al mes de Junio del de Cristo 1451

Sus trabajos matemático y astronómicos hacen que Fernando III fuera su protector, pues el Rey despues de la reconquista conservó una política de tolerancia en Andalucia.
Jahacob, se trasladó a Sevilla donde trabajó sin descanso y con sus trabajos  influyó posteriormente en la obra de los rabinos cordobeses Joseph ben Alí y Jacob Abenvena, notables sabios que trabajaron a las ordenes de Alfonso X el Sabio.

La figura cordobesa de Jacob Ben Macir es casi desconocida aunque fue una figura muy brillante en su época. Murió muy anciano en la ciudad de Sevilla.


Fuentes consultadas: 
Biblioteca Española Tomo primero Escritores rabinos Españoles autor Josep Rodriguez de Castro- Historia de la Filosofía en España de Mario Mendez Beajarano- Cordobapedia- Foto recogida de internet

jueves, 22 de marzo de 2012

El tributo de Bermudo II a Almanzor

 Llamada Teresa de León



"Una nación debe confiar la guarda de su honor en las lanzas de sus guerreros y no en los encantos de sus mujeres."






Jamás pudo imaginar Ramiro III que su soberbia le hiciera perder prácticamente su reino y mucho menos a manos de su primo hermano el gotoso Bermudo.
Los condes gallegos y los portugueses estaban cansados de derrotas ante Abderraman, de invasiones vikingas sin que el Rey verdaderamente les apoyara, así que resuelven aliarse y rebelarse contra el leonés, independizándose de éste y proclamando Rey de sus territorios a Bermudo II coronándolo en el 982 en la Catedral de Santiago de Compostela.

La posición de Bermudo en aquellos momentos era incierta, a pesar de dominar Galicia y los territorios portugueses, tiene dos enemigos de lo que debe cuidarse: Su primo el leonés Ramiro que se encontraba reforzado por el apoyo de Castilla  y Almanzor poderoso donde los hubiera y vencedor de todas las batallas.
Con su primo se enfrenta en Portilla de Arenas quedando el combate en tablas, ya que Bermudo se queda en Galicia y Ramiro III vuelve a sus tierras, el musulmán le estaba atacando por la retaguardia y prefería acudir a defender León.
Cuatro años se tiraron los primos de contiendas hasta que Ramiro III murió, dejándole el terrero libre para que Bermudo recogiera el cetro leones. Pero esos años de lucha interna le habían agotado, se sentía débil y acosado por el condado de Castilla junto con las rebeliones internas tuvo que rendir vasallaje al Califa, a cambio le paga tributo a Córdoba mientras él recibe la ciudad de Zamora en señal de buena voluntad por parte de los cordobeses.
Bermudo, junto con un ejercito que le había cedido Almanzor entra en León, donde apoyado por parte de la nobleza le arrebata el trono a Ramiro que marcha a Astorga hasta su muerte.
Pero parte del ejercito cordobés queda perenne en León cosa que no le gusta nada al Rey Bermudo, ya que el pueblo los ve como una fuerza de ocupación.
En unas revueltas los mismo leoneses logran expulsarlos sin saber lo que realmente les podría venir encima... Al enterarse Almanzor monta en cólera dirigiendo sus tropas avanzando contra León, la sitió y la arrasó, obligando a Bermudo a refugiarse primero en Zamora y más tarde en Lugo. 
Pero Almanzor marcha sobre Santiago de Compostela dejándola en ruinas y llevándose a Córdoba hasta las campana. Cosa que contamos en este blog.

Viendo Bermudo que no podía con las tropas cordobesas, vuelve a solicitar la paz a Almanzor y le entrega a su hija Teresa Bermudez, de hecho existe un romance que cuenta como se tomó Teresa, la leonesa, la decisión de su padre al entregarla a Almanzor:

"La infanta, desque lo supo,
gran sentimiento ha mostrado; 
Las ropas que traía vestidas,
de arriba abajo ha rasgado; 
Su cara y rubios cabellos
muy mal los había tratado. 
¡Ay de mi, decía la infanta,
cómo te cubrió mal hado; 
Mi mocedad y frescura,
qué mal la has empleado!
Estas palabras diciendo,
por tierra se ha desmayado"
                                                                 (Teresa la Infanta y el rey moro)

Envió a su hija Teresa al caudillo musulmán, el cual la recibió por esclava y que después la emancipó para casarse con ella. 
Algunos cuentan que la infanta odiaba a Almanzor y todo lo que viniera de él. No se convirtió al islam conservando su religión cristiana, y cuentan que le puso las cosas difíciles a Almanzor que más de una vez le hubiera gustado devolverla a su padre.
Teresa porfiaba al caudillo diciéndole que si le ponía las manos encima sería fulminado por un ángel:

"Yo soy Cristiana, e tú eres moro, e non ha menester que me tengas, ca yo non quiero hacer companna con home de otra ley: e digote que si pusieres mano en mí, o me fizieres pesar, que te matará luego el Ángel de aquel mi Señor Iesu Christo en quien yo creo."

¡¡ Si estas frases son verdaderas, desde luego que tenía arrestos la leonesa !!


No sabemos realmente si aquel matrimonio fue consumado o no, lo cierto es que la infanta no tuvo hijos y muerto Almanzor volvió a León, ingresó en un convento de Oviedo donde tomó el hábito monacal en el convento dedicado a San Pelayo. 
Un muchacho mártir que ella empezó a venerar en Córdoba.

Murió el 25 de abril del año 1039, cuarenta años antes había muerto su padre el Rey Bermudo II a causa de su enfermedad agravada que hacía que tuviera que ser trasladado en litera.



Fuentes consultadas: 
La vida de San Millán de la Cogolla de Gonzalo de Berceo, Brian Dutton- Crónica najerense, editado por Juan A. Estévez Sola -El Islam en Europa- Temas literarios hispánicos, Volumen 1 editado por Leonardo Romero Tobar- Al Andalus-Andanzas por la vieja España por Julio Alemparte- Boletin de la Real Academia de la Historia. TOMO CXCIX. NUMERO II. AÑO 2002 -Foto recogida de Internet mezquitacordobesa

miércoles, 14 de marzo de 2012

El desafortunado amor de doña Elvira de Bañuelos.



Foto de ficción



Los Bañuelos eran una familia originaria de Burgos, parecen en Córdoba en tiempos del rey D. Pedro apodado "El Cruel".
La historia comienza en unos hermanos de este apellido, uno de ellos canónigo de la Catedral, el otro hermano llamado Luis se casó en Córdoba con con una mujer de ilustre familia, de la que no he logrado encontrar nada... 
Tal vez para ocultar lo que más tarde ocurrió, un abominable hecho tan traumático que quedó en la sabiduría de los romances tradicionales cordobeses que fueron pasando de padres a hijos y que supo recopilar D. Teodomiro de Ramírez de Arellano.

En lo principal de Córdoba, 
hace poco demolieron 
la ex-morada de la noble 
familia de los Bañuelos, 
nombre que aún lleva la calle 
y recuerdan con respeto, 
los ancianos comentando
la importancia que otros tiempos 
se daba aquí a la nobleza 
y a sus muchos privilegios. 
La tradición ha guardado 
cierto trágico suceso; 
nos lo contaron de niños 
y ahora relatar queremos.
*
Alfonso y Fernando, 
estos dos bravos guerreros, 
en Flandes más de una vez
laureles ganar supieron. 
Elvira, mucho más joven, 
de talle airoso y esbelto, 
de semblante alabastrino, 
de rasgados ojos negros 

El caso y como bien dice el romance tuvo tres hijos: D. Fernando, D. Alfonso y la más pequeña a la que llamaron Elvira.
A la muerte prematura de sus padres quedaron los dos hermanos menores sujetos al mayor, por ser el primogénito llamado a sostener el nombre de su casa.
D. Fernando de Bañuelos al ser el heredero había apalabrado el matrimonio de su hermana con el hijo de su buen e ilustre amigo don José Fajardo Caballero de la Orden de Calatrava que se llamado Pedro.
Pasaron los años y doña Elvira contrajo relaciones amorosas con D. Juan de Vargas de familia también pero como diríamos ahora ¡Tieso como la mojama!, circunstancia que en extremo molestaba a los hermanos de la doncella.
en cuyas redes amor 
más de un noble tuvo preso, 
llegó á fijarse en un mozo, 
de antiguo y limpio abolengo, 
si bien llenar no podía
de Fernando los deseos 
de dar á Elvira un marido 
de gran alcurnia y dinero. 

Enterados los hermanos de las preferencias de su hermana, le recordaron que tenía que casarse con D. Pedro ya que así estaba estipulado desde la más tierna infancia de ambos...

y llamando a doña Elvira, 
a quien entrambos creyeron 
sujeta a su voluntad . 
por el amor y respeto, 
dijeronle cariñosos 
de sus bodas el proyecto 

Primero intentaron convencerla con halagos y después con amenazas que no sirvieron de nada ya que ella rechazó tal casamiento y confesó su amor a Luis de Vargas.
Ambos hermanos contrariados le impusieron un ultimátum a su hermana:
¡O se casaba con Fajardo o ingresaría en un convento!
A lo que doña Elvira contestó que prefería ingresar de novicia.

Entonces, responde Elvira, 
me retiraré a un convento; 
mas no penséis que mi mano 
he de dar a quien no quiero. 
A contestación tan seca, 
ambos quedaron suspensos, 
y empezando con halagos, 
con súplicas y con ruegos 
y acabando en amenazas, 
nada de ella consiguieron

*
Cerca de la Magdalena
en calle bastante angosta, 
hasta el año treinta y cinco,
hubo un convento de monjas 
a Santa Inés dedicado, 
donde humildes y devotas, 
eran de virtud modelos
más de treinta religiosas 

Se eligió para su ingreso el convento de Santa Inés, en el barrio de la Magdalena, y cuentan que el día que la llevaron sus hermanos al convento y las puertas de clausura se abrieron,  la joven revelaba en su bello rostro una profunda pena y sin poder contener el llanto, las lágrimas brotaron de sus negros y rasgados ojos, lo que causó gran consternación a los presentes, llegando a preguntarle de nuevo sus hermanos:
- Elvira, aún estás a tiempo ¿Cumplirás con lo pactado y te casarás con D. Pedro?
- No, prefiero morir aquí encerrada que morir en vida- contestó con entereza Elvira

Se dice que cierta noche 
se abrió la puerta a deshora 
y entraron dos caballeros 
y una dama, que denotan 
por sus trajes y talante 
ser de los nobles de Córdoba. 
Abriese la portería 
entrando la dama sola, 
sin dar un adiós siquiera, 
a las otras dos personas
 que a la calle se marcharon 
pausadas y silenciosas. 
Habrá el lector conocido, 
como versado en la historia, 
que la dama es doña Elvira 
a quien el orgullo inmola. 

Así que sin más las puertas del convento se cerraron a su espalda quedándose en compañía de las hermanas que le enseñaron su celda, iglesia, jardines y huertos donde debería pasar el resto de su vida...

Juan de Vargas enterado de cuanto ocurría con los hermanos de su amada y sabiendo donde estaba recluida, habló con el portero del convento y le pidió, a cambio de una bolsa llena de monedas, que entre las cosas que le mandaban sus hermanos le entregara una carta concertando su fuga y hora que se efectuaría en varios días.
Pero el que es desleal con uno lo es con todos y no tardó el portero de poner en conocimiento del hermano de la nueva novicia D. Fernando, estoy segura que por otra bolsa de monedas, lo que pretendían hacer ambos enamorados.

Pronto la murmuración 
que gran parte en todo toma, 
empezó a hablar del convento, 
no faltando quien suponga, 
que por detrás de una tapia 
se vio asomar una toca. 
D. Fernando y D. Alfonso 
varias precauciones toman, 
e interceptar una carta 
al fin sus dádivas logran. ;
Qué tarde lo consiguieron! 
qué noche tan horrorosa 

Llegando al momento de la huida, doña Elvira saltó los muros del convento y donde esperaba el abrazo de su amado, encontró a uno de sus hermanos que la estaban esperando, le tapó la boca para que no gritara y llevándola a su casa y que el señor Ramírez de Arellano señala que estaba en la calle del Viento, en donde tras una gran discusión la colgaron de una viga.

Más allá, tras de una esquina 
está oculta otra persona 
y en la tapia del convento 
se ve asomar una sombra 
que en brazos del que esperaba, 
sin más precaución se arroja. 
Quiere gritar y una mano
 le ponen sobre la boca. 
A poco de estas escenas 
llegó a aquel sitio la ronda 
y por más que la registran 
encuentran la calle sola 
*
Y tanto y tanto le dijo 
Elvira, desesperada, 
que arrojándose sobre ella, 
con la misma toca blanca 
que sus undosos cabellos 
medrosamente ocultaba, 
formó dogal que un suspiro 
ahogó en su hermosa garganta. 
Con el paso vacilante 
y demudada la cara, 
D. Fernando de Bañuelos 
abandonó aquella estancia. 

Su enamorado cuando llegó a casa de los fratricidas nada pudo hacer para socorrerla ¡Era demasiado tarde! 
Aún acabado no había 
de atravesar la antesala, 
cuando un nuevo personaje 
viene a su encuentro y se paran. 
-¡Vargas!-¡Fernando! 
gritaron empuñando las espadas. 
-Vengo a arrancaros la vida 
o a llevarme vuestra hermana. 
-En esa... estancia... la dejo... 
entrad y haced lo que os plazca. 
Precipitose D. Juan 
sin apreciar sus palabras, 
y dando un horrible grito, 
cayó de Elvira a las plantas 

Dicen que en la misma calle de la casa de los asesinos, D. Juan emprendió duelo a espada con ambos criminales, una encarnizada lucha donde perdió su vida a manos de los hermanos...

D. Juan:-le dice uno de ellos, 
si el vivir algo os importa 
retroceded y salvaos 
de una muerte cierta y pronta. 
Aunque la cara os tapasteis, 
no evitasteis que os conozca. 
D. Alfonso de Bañuelos
dejad paso, que es muy poca 
mi vida, si he de perder 
cuanto ciega el alma adora. 
Y trabándose enseguida
en una lucha espantosa
pronto cayeron dejando 
las armas en sangre rojas 

Los dos enamorados murieron el mismo día y ejecutados por las mismas manos; Y cuentan que D. Pedro Fajardo enterado de lo que había sucedido, horrorizado y roto de dolor por las consecuencias del pacto de casamiento de las dos familias, ingresó en la orden trinitaria.
Y durante muchos años, la casa donde cuentan que mataron a su hermana quedó deshabitada porque cuentan que por las noches de luna se oye llorar a una mujer llamando a Juan de Vargas.
Cerca del Guadalquivir
existe una antigua casa,
que hasta el siglo en que vivimos
estuvo deshabitada,
porque el vulgo, que da crédito
a infinidad de patrañas,
los más absurdos asombros
a su placer inventaba.
Quién dijo, que a media noche
envuelta en túnica blanca
una mujer se veía
a gritos pedir venganza.
Quién que á la torre que tiene
otra sombra se asomaba
y que en las ondas del río
reflejarse un fantasma,
y ambas lanzando un lamento
un beso de amor cambiaban 

*Editado Enero de 2013 por encontrar el romance 
*Editado  Mayo de 2015 para poner fotografía nueva.
*Editado en Noviembre de 2018

¿Quiénes fueron estos Bañuelos?

Existen libros que reflejan la historia convertida ya en leyenda, pero que dan muy pocas señas de los personajes... 
Posiblemente porque fueron gente pudiente que no querían verse reflejados en un hecho tan deleznable como el asesinato de una hermana y del hombre que ella amaba.
Calle Viento actual Ronquillo Briceño
Todos lo que cuentan esta historia llegan a concretar que eran unos "Bañuelos" que vivían en la collación de San Miguel donde existía un palacete llamado con su apellido y que fue demolido para la ampliación de una de las entradas a la Tendillas.
Creo que nada tienen que ver aquellos "Bañuelos" con los de la historia... Pueden que fueran familia ¡Que seguro que lo eran! Pero de lo que estoy segura es que los de la historia no vivían en San Miguel ni en ese Palacete.
Me inclino mucho más de que los "Bañuelos "de la historia vivían en la collación de Santiago, donde realmente es donde gira la historia...
Doña Elvira es ingresada en el convento de Santa Inés, situado en la Magdalena mucho más cercano donde se realiza el horrible crimen que donde la gente supone que vivían.
Buscando la genealogía del apellido y la rama cordobesa descubrimos que el primer "Bañuelos" que pisó Córdoba venía en tiempos del rey Don Pedro apodado "El Cruel" se llamaba Luis Bañuelos Velasco vino casado con Guiomar Ramírez de Salobreña tuvieron varios hijos... 
Se puede deducir que una rama se quedó viviendo en la collación de San Miguel pues el primogénito de este matrimonio es el fundador del beaterio de San Zoylo; 
otros descendiente enlazaron pronto con familias pudientes e importantes de Córdoba como los Fernández de Córdoba,  los Cárdenas, o los Armenta o los Sousa, entre otros apellidos de renombre.

Nuestros "Bañuelos" vivían en la calle del Viento, concretamente entre la calleja Cañaveral y la calleja del Nacimiento como bien dice el señor D. Teodomiro Ramírez de Arellano en sus "Paseos por Córdoba" que dice así:

"(...) En aquel frente existen dos barrera o callejas de salida, una dicha del Cañaveral por uno que había en ella y otra del Nacimiento que tuvo comunicación con la del Tinte o Góngora. Entre dichas callejas hay una casa principal que la tradición dice que fue ahorcada de una viga la hermana de los Bañuelos, de cuya trágica historia nos ocuparemos en su lugar correspondiente (...)"

A la calleja que llama D. Teodomiro "Cañaveral" hoy es llamada Guadamacilero Juan Carrillo, la otra todavía tiene el mismo nombre "Nacimiento", y la casa a la que se refiere nuestro insigne escritor pertenece a un tercer mayorazgo de los Cárdenas y que he podido encontrar en uno de los libros de D. Francisco Ruano y que dice así:

" Declara Fernando Arias de Saavedra y Caycedo  su segundo hijo, llamado antes D. Juan de Cárdenas y Angulo es sucesor del segundo mayorazgo del Toscar y de los Ochavos que le había fundado. 
Que de todos los cuantiosos bienes que tenía y también de los cualesquiera que le perteneciese, aun después de sus días, por cuanto se hallaba por facultad Real, para fundar nuevo mayorazgo a su hijo tercero D. Diego, lo funda dando sus poderes amplios a Doña Andrea, su hermana para los llamamientos y condiciones.
Declara finalmente por sus hijos legítimos a D. Luis,  D. Fernando, D. Diego y doña Constancia mujer de rodrigo de Vargas y a doña María que quedaba doncella.
Los bienes del tercer mayorazgo fueron  el cortijo de "La Bentosilla"el cortijo "Abihornilla" las hazas de los Illanes  en el termino de Castro, el cortijo de "Prado Medel" en la campiña de Córdoba, el cortijo de "Cuadrejón" en los terminos de Sataella, la cuarta parte del cortijo de "Fuencubertilla" y 7.000 ducados. y como su mayorazgo no tenía casas doña Andrea de Cardenas, viuda ya de Juan de Godoy, le donó  a su sobrino Pedro Gomez de Cárdenas hijo de este D. Diego, sus casas principales en la calle del Viento, y a su madre doña María de Herrera como cuidadora y tutora de su hijo.
(...) casó este fundador con doña Catalina de Angulo hija mayor de Juan Martinez de Angulo, veinticuatro de Córdoba y de doña Constanza, hija de D. Luis de Bañuelos, caballero principal y de doña María de Herrera."

Aquí aparece mezclado el apellido con los Angulo de los que hemos hablado varias veces y que dejo aquí los enlaces. El primero habla de un  terrible asesinato del que estuvo implicado un Angulo (PINCHE AQUÍ)  y del mayorazgo e historia de la familia (PINCHE AQUÍ
gente muy poderosa en la Córdoba Medieval y por lo tanto tal vez no querían señalarles demasiado sobre una historia tan repugnante que hasta creo que ambos crímenes guardaran relación a pesar de que hasta D. Teodomiro Ramírez de Arellano en su "Paseos por Córdoba" los pasa muy de puntillas sin querer dar muchas explicaciones.
La casa solariega que consta en el Catalogo de bienes protegidos del Conjunto Histórico de Córdoba como casa solariega del siglo XVII y que está situada en la calle del Viento, hoy llamada Ronquillo Briceño es la número 8, convertida en casa de vecinos; o bien la número 6 que aunque consta como Casa-patio...



Fuentes consultadas: 
Descripción genealógica y historial de la ilustre casa de Sousa, con todas ... -Indicador cordobés, o sea manual histórico-topográfico de la ciudad de Córdoba por Luis María Ramírez de las Casas Deza (Pagina adh)- Paseos por Córdoba o sean apuntes para su historia de D. Teodomiro Ramírez de Arellano- Árbol Genealógico de los Bañuelos-Árbol genealógico de los Fajardo- Wikipedia- Casa de Cabrera en Córdoba: obra genealógica histórica, dedicada a el señor ... por Francisco Ruano, Joannes Ribadas (página ccb)-La novicia de Santa Inés amante de Juan de Vargas por Cordobeses de la historia. El día de Córdoba 02/05/2010- Romances históricos y tradicionales de Córdoba por D. Teodomiro Ramírez de Arellano-

martes, 6 de marzo de 2012

La leyenda de la calle el Queso





Esta calle, situada en el típico barrio de San Lorenzo es estrecha y tortuosa y tiene una original historia.
Allá más o menos por el año 1690, en una casona de aire señorial que se correspondía con la que actualmente tiene el número 1 vivía un viejo hidalgo que cuentan, descendía de una de las más rancias familias de la nobleza...
La casa cuya primitiva arquitectura ha desaparecido, ostentaba sobre el amplio y vetusto portalón un escudo con una espadas cruzadas sobre un tablero de ajedrez y un lema que traducido del latín decía:
Valor, inteligencia y perseverancia.

Don Nuño de Nuia y Lozano de Cabrera , que así se llamaba, tenía una hija llamada Isabel " Tan hermosa como su virtuosa madre muerta en el acto del alumbramiento" y pese a su vida recatada impuesta por la severidad paterna, Isabel, que solo salía muy de mañana para asistir a la misa de la vecina parroquia, en compañía de su vieja ama Manolita, hubo de inspirar a un joven artesano llamado Rafael Benjumea, que en una casucha del fondo de la misma calleja, vendía leche y elaboraba unos quesos riquísimos que se habían hecho populares en la barriada.
No sabemos como Isabel y Rafael se hablaron aunque fogosa y persuasiva debió ser la charla del tunante, porque desde ese momento la dulce Isabel cayó en la enfermedad del dulce mal del amor.
Y aquí empezaron las congojas y temores, ya que su padre quería casarla con un decrépito marqués de origen gallego que ocasionalmente se encontraba en la ciudad...
Se trataba del marqués de Ocaña poseedor de unos enormes bigotes, que pretendía aunque en vano, disimular el estado ruinoso de su espíritu y que solo repulsión le inspiraba a la bella joven.

Rafael Benjumea no estaba dispuesto a dejarse ganar la presa e ingenioso y osado forjó un plan para coronar sus ilusiones con éxito.
Comenzó por introducirse en la casa de D. Nuño con el pretexto de dar a conocer sus ricos quesos no dudando en sacrificar el poco dinero que tenía y ofrecerlos gratuitamente " a modo de prueba"... ¡Todo por frecuentar la morada de la delicada Isabel!
Se aficionó don Nuño al rico queso que tan generosamente el joven le ofrecía, que no dudo en seguir saboreando los distintos quesos cuando Benjumea le afirmaba muy serio:
- "Que los atinados juicios que de su mercancía hacia tan ilustre caballero era para él indicio seguro de perfección y garantía de nueva y selecta clientela"
No obstante Benjumea que de esta manera  pudo gozar de conversación con Isabel, se daba cuenta de que debía obrar rápidamente si quería ser compensado por los dispendios que amenazaba arruinar su humilde negocio.
La ocasión se le presentó propicia, ya que pocas noches después D. Nuño se puso al habla con Benjumea, pues quería agasajar a un huésped con el rico manjar que tan diestramente elaboraba, ya que había invitado al ilustre pretendiente de su hija, el marqués de Ocaña, a cenar.
Benjumea, no solo puso a disposición de don Nuño su mercancía, sino que él mismo se ofreció a dirigir las operaciones culinarias y servir a tan distinguido invitado.
Dispuestas así las cosas, Rafael hizo por ver a Isabel hablando tan secretamente que ni las paredes oyeron.
El caso, es que Benjumea le sirvió la cena y recibió abundante parabienes de don Nuño y el marqués, aprovechando el mozo la oportunidad para manifestar que un viejo amigo le había enseñado a confeccionar un delicioso postre, solicitando la ayuda de unas manos jóvenes y hábiles para realizar aquel manjar y que solo tardaría menos de una hora...
El marqués le pareció muy buena la idea, a lo que le segundo D. Nuño rogándole a su hija que junto con la dueña ayudase a Benjumea y así lo hizo Isabel de muy buen talante que junto con su amada se retiraron a la cocina...
Entretanto D. Nuño que gozaba de buen ajedrecista, se enfrascó con el marqués en una partida tan interesante que ni él, ni Ocaña se dieron cuentan de que un ruido de caballos delataba que el carruaje del marqués se alejaba a escape.
Pasada una hora apareció la criada portadora de una bandeja en que había un pequeño bulto tapado con un pañuelo.
D. Nuño y el marqués abandonaron la partida y se dispusieron a probar el extraño presente... Sin embargo, cuando descubrieron lo que ellos creían el misterioso postre, solo estaba la cubierta de un queso corriente y debajo una nota en la que decía:
Con VALOR entré en su casa, con INTELIGENCIA seguí en ella y con PERSEVERANCIA he logrado enamorar a su hija y llevármela.
La ira de don Nuño y el marqués de Ocaña debió de ser terrible, y aunque salieron a buscarlos ya nada se podía hacer...
Benjumea e Isabel se casaron... Con el tiempo fueron perdonados por D. Nuño y de nuevo regresaron a vivir con él en la casona.
Y esta es la extraña historia que junto con la "comidilla" de la gente, da nombre a la calle cordobesa



Fuente:

 Rescatada de Diario de Córdoba Agosto de 194 escrita por J. Vazquez del Prado