Un matrimonio morganático que casi le cuesta la vida.
Muchos os preguntareis que es un matrimonio morganático... Yo me lo pregunté hasta que lo busqué para una entrada que hice en este blog hace unos meses sobre el convento de las Capuchinas, que fue una cárcel para una hija del duque ya que su matrimonio fue desigual que es lo que significa ( PARA LEER LA HISTORIA PINCHE AQUÍ )
A lo largo de la historia hay un montón de casamiento de esta clase y para muestra este botón.
Esta historia aparece en el libro de Casos notables de la ciudad de Córdoba y aunque no pone la fecha más o menos podemos centrarla por los protagonistas que aparecen directa o indirectamente.
Por ejemplo, la reina, cuarta esposa de Felipe II, muere en 1580 por lo tanto tuvo que ser antes, y si D. Gaspar de Quiroga no es nombrado Arzobispo en Toledo hasta 1577 tuvo que ocurrir entre 1577 y 1580.
Cuenta que una hija de una de las ilustre familias cordobesas, llamada Catalina de Cea, por lo visto se enamoró de un mozo que según dicen, era de familia desigual y no por posición económica porque el padre de éste, llamado Francisco de Aguilar era jurado; es decir, representaba a un barrio en el consejo de Córdoba.
El problema que tenía la familia del enamorado era que no tenía abolengo... El padre del joven se había hecho a sí mismo, situación que en vez de enorgullecer como hoy en día ocurriera, al revés; en aquellos tiempos si no tenías ascendencia genealógica no te comías un colín.
¡Bueno, viéndolo así tampoco hemos cambiado tanto!
El autor del libro habla de que este hombre, el padre del muchacho, siendo muy joven se dedicaba a acarrear estiércol a las huertas y le fue tan bien que incluso le compró a uno de los dueños la suya, donde se dedicó a la crianza de caballos dándosele muy bien el negocio...
Pero posiblemente el problema de distinción era otro...
Ellos, los Cea, entroncados con familias ilustres como los Menado o los Fernández de Córdoba se consideraban cristianos viejos, mientras que la familia del jurado sería cristiano nuevo y es que como la mayoría de los jurados de aquellos tiempos eran conversos.
¿Qué por qué? Pues simplemente es lo que el dinero podía comprar... eran muchos los puestos en la ciudad a los que no podían acceder por la "limpieza de sangre" que tenían que presentar.
El caso es que el muchacho del que no se dice el nombre tenía una buena posición económica y él mismo y siempre según el escritor del libro se dedicaba a prestar dinero, muy de los judíos conversos.
La familia de Catalina no estaba por la labor de entroncar con una familia conversa cosa que la dama no quería aceptar... Ambos estaban muy enamorados.
Pero como la familia no daba su brazo a torcer, así que idearon el llevársela de la ciudad proponiéndole mandarla a la Corte como dama de la Reina, por aquellos tiempos Ana de Austria cuarta esposa de Felipe II, así con los entretenimientos de palacio se olvidaba del mancebo.
De nada le sirvieron ni sus ruegos, ni sus lloros a Catalina... Para su padre solo había dos salidas: O la Corte donde ganaría honra ella y por qué no decirlo poder y más estatus la familia o tirarla por la Sima de Cabra que es como solucionaban en aquellos tiempos la desobediencia de las mujeres.
¡¡¡Tampoco es que haya cambiado mucho para algunos en nuestros tiempos... Triste!!!
El caso es que se metieron en camino hacía la Corte que se encontraba en Valladolid y una vez llegados a Toledo decidieron descansar varios días, pues era largo el camino.
Encerraron a la susodicha en los aposentos de un mesón junto con dos de sus criadas y colocaron guardia para que no escapara, bajo la amenaza de que si se movía de allí acabaría arrojada por el barranco de Cabra.
Nada... hasta que una de sus doncellas se puso en contacto con la mesonera para que le diera pluma y tintero ya que su señora quería escribir una carta.
Catalina escribió una nota al arzobispo Quiroga contándole que se tanto ella como el mozo se habían dado palabra de casamiento pero que su familia se lo impedía y la tenían encerrada muy cerca de la ciudad, y a cambio de un anillo que la joven le dio a la mesonera, salió aquella carta de la posada dirección Toledo.
Recibido el mensaje por el Arzobispo, mandó pedir información del mozo en cuestión al Obispo de Córdoba que le notificó que era hijo de un jurado de Córdoba y que a pesar de que eran cristianos nuevos eran una familia cristiana.
Los Cea, enterados de la jugada de su hija, determinaron que no había otra solución que despeñarla por la sima... Así que de nuevo se pusieron en camino pero esta vez en dirección de nuevo a Córdoba.
Tanto los hombres del Obispo como del Arzobispo los pararon por el camino y obligando, ante la oposición del padre y hermanos de la joven, a que ambos amantes se casaran, desposándolos el mismo Obispo.
El autor del libro cuenta que se casaron y según palabra de éste:
(...) donde yo los conocí con bastante émulos, por ser la mujer emparentada con toda la ciudad y siempre vivieron con temor y recato del fin que habían de tener por ser un casamiento tan desigual (...)"
Por lo que se ve esta historia terminó bien, pero cuantas hubo que tuvieron un final trágico....
Fuentes consultadas:
Casos notables de la ciudad de Córdoba autor anónimo -Las caballerizas reales y el mundo del caballo por Aranda Doncel