Calleja Horno de la Trinidad |
La verdad que no se por qué cada vez que me encuentro por la plaza de la Trinidad me imagino a Góngora con su sotana y capa caminando deprisa y cabizbajo por la calle de las campanas la que ahora en Sánchez de Fería, dirección a la Catedral.
Tal vez por la estatua que está en la misma plaza o tal vez porque en la calleja, la que se llama Horno de la Trinidad está situada la casa donde dicen que murió don Luis.
La casa la tenía arrendada al licenciado Juan de Mora que según el libro de Catalogo de los Obispos de Córdoba era capellán de la Sangre, el mismo que dejó a su muerte mil ducados para costear el retablo de la Catedral pero que se emplearon para seguir la obra de la torre del campanario.
Bueno a lo que íbamos, la familia Argote no era rica, fue
cierto que su abuelo Alonso de Argote poseyó un rico mayorazgo pero este hombre se había casado en segundas nupcias y ellos pertenecían a la "segunda familia" y fue el primogénito de su primer matrimonio el que heredó el mayorazgo.
Así que D. Francisco de Argote, el padre de nuestro poeta solo tenía apellido ilustre y muy pocas rentas, solo era un pobre juez de bienes que trabajaba para la Inquisición, que se casó con Doña Leonor de Góngora hermana de un racionero de la Catedral que los acogió en su casa, la que hoy sería la número 9 de la Calle Tomás Conde.
Monumento de Góngora de Ruiz de Olmos |
En uno de los artículos periodísticos del señor Jimenez Martos en Diario Córdoba escribía que Góngora nació en jueves, a pesar de que dicen que los que nacen en jueves están signados por su armonía y gozo, con don Luis fallaron los vaticinios porque el gozo no le abundó...
Se podría decir que fue una persona huraña,
Tras sus estudios en el colegio de la Compañía de Jesús y con apenas quince años, marchar a Salamanca sin duda alguna, bajo la protección de su tío carnal a cursar estudios jurídicos, pero - como escribía Ortiz Suárez en 1961- no fue nada brillante en sus estudios, hecho al buen vivir se divertía mucho y estudiaba muy poco.
Lo que realmente le divertía además de jugar a los naipes, las serenata y los quiebros amorosos, era realizar composiciones poéticas y como bien dice D. Emilio Orozco Diaz, ese medio social provinciano, ilustre, culto y burgués a un mismo tiempo, en el que se funde el saber libresco, el chismorreo de patios y sacristías, explica la complejidad y contrastes de la poesía de Góngora.
Era satírico y burlón con esa ironía que se confunde a veces y que sin duda le trajo sus primeros problemas.
Es en Salamanca donde antepone sus apellidos ¿Qué por qué se intercambió los apellidos utilizando primero el apellido materno que el paterno? Sin duda y como dice muchos estudiosos buscando la eufonía en su nombre resultara más agradable.
De vuelta a Córdoba y disfrutando del puesto que le había dejado su tío como racionero de la Catedral, queriendo seguir con los mismos pasos que había tenido en Salamanca, se buscó amigos de francachelas y escribía versos como éste, donde se ve la ironía que se gastaba el muchacho:
Soy toquera y vendo tocas
y tengo mi cofre donde las otras
es chico y bien encorado
y le abre cualquier llave
con tal que primero pague
el que abriere, el tocado
que yo no vendo fiado
como otras toqueras locas.
Desde "Casos raros de Córdoba" pasando por "Paseos por Córdoba", aparece una anécdota en la que se ve envuelto nuestro poeta. D. Teodomiro en sus casos raros de Córdoba nos relata un duelo motivado por una discusión que deriva a un duelo, sin relatar más pormenores.
Aunque también tenemos otra versión en el "Ensayo de un catalogo biográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba" Cuenta que había una dama cordobesa que le quitaba el sueño a nuestro poeta, llamada Constanza de Cárdenas , hermana de Pedro de Cárdenas y Angulo a la que perseguía y cortejaba con requiebros de poemas, a pesar de que la señora estaba casada.
En "Paseos por Córdoba" relata una historieta de amores no correspondidos de Luis de Góngora que se confabuló con un primo suyo, el calavera D. Pedro de Angulo en el postigo de la leche de la Catedral, para raptar un Jueves Santo a doña Ana de Aragón irreprochable dama casada con Don Rodrigo de Vargas que se encontraba ausente. El rapto malogrado por los gritos inesperados de la ama que acompañaba a la señora y enterado el marido, lo reto a duelo en el "Arroyo de las piedras", y tanto Góngora cayó herido de gravedad...
Sea como fuere parece que este suceso parece que enfrió su fogosidad por esa y otras damas.
El sentido del humor que tenía Góngora, se convertía en ironía tal vez a causa de sus desengaños amorosos, o tal vez toda la vida del poeta fuera una frustrada búsqueda de la afectividad verdadera, lo que hizo burlarse en algunas de sus poesías de las costumbres de los enamorados
¡Imaginemos una noche solitaria en la Córdoba de 1584! Y el poeta dice así:
Que de noches frías
que me tuvo el hielo
tal que por esquina
me juzgó tu perro
y alzando la pierna
con gentil denuevo
me argentó de plata
los zapatos negros
¡En esta usa la popular contraseña que había de tirar chinitas (piedrecitas) a la ventana!
Que de noches de éstas
señora, me acuerdo
que andando a buscar
chinas por el suelo
para hacer la señal
por el agujero
al tomar la china
me ensucié los dedos
Ya recuperado y aunque no tenía vocación alguna, fue investido canónigo en su ciudad natal, pero pronto sería acusado de renunciar a sus labores en la Catedral, de charlar en vez de rezar y de asistir a corridas de toros, vetadas a los miembros del Clero donde fue amonestado por el Obispo Pacheco.
Desde 1589 viajó por diversas comisiones del Cabildo a Navarra, León, muchas partes de Andalucia y vuelve a Salamanca es en ocasión de felicitar en nombre del Cabildo eclesiástico de Córdoba al obispo de aquella diócesis D. Jeronimo de Aguayo y Manriquez por su designación para ocupar la sede cordobesa- escribe Ortiz Suarez- Góngora enferma de tal gravedad que se teme por su vida estando entre la vida y la muerte durante tres días, esta triste aventura la recuerda en uno de sus sonetos:
Muerto me lloró el Tormes en su orilla
en un parasimal sueño profundo
en cuando don apolo rubicundo
tres veces los caballos desensillan
Fue mi resurrección la maravilla
que de Lázaro fue la vuelta al mundo (...)
Durante su estancia en Valladolid se enemistó con Quevedo a quien acusaba de imitar su poesía, aunque tuvo suerte y su figura brilló durante un tiempo de gran prestigio, ya que obtuvo la Capellanía de honor a SM Felipe III, permaneciendo once años en la Corte, donde además buscó y buscó la protección de los más poderosos, como el Conde Duque de Olivares.
De esta forma, dentro de ese campo y por iniciativa del cordobés, se producen los primeros encuentros con Lope de Vega y desde entonces, aunque comienzan en broma, se mirarán como rivales.
Deseoso de vivir como un gran señor aunque aficionado al juego por encima de todas las cosas, acabó siendo perseguido por no pagar sus deudas y hubo de volver a Córdoba...
Un ataque de apoplejía, lo deja casi incapacitado y se marcha a vivir en una pequeña casa en la calle horno de la Trinidad muy cerca de la plaza del mismo nombre.
Ya no manifiesta la pasión familiar de antaño e incluso se queja del maltrato de sus parientes. Esta situación cambia posteriormente y es bastante seguro que la familia, al interesado sobrino Luis de Saavedra- según en el Catalogo de los Obispos- cede Góngora todos los derechos sobre su obra aunque no se preocupó nunca por publicarlas, enfrascado como estaba en asegurarse su sucesión como racionero propietario en el Cabildo.
Cuando murió en mayo de 1627- Cuenta J M R en diario Córdoba que fue enterrado sin distinción alguna en la cripta de la capilla de San Bartolome en el ángulo suroeste de la Mezquita Catedral, que todos los Góngoras tenían ganado su derecho de sepultura - prosigue diciendo- allí quedó rodeado de otros cuerpos parientes suyos, algunos de ellos sacerdotes como él.
Aunque en 1836 el marques de Cabriñana D. Ignacio Martinez de Árgote y Salgado hizo el encargo de buscar en la cripta, la urna de D. Luis que una vez encontrada, o creían haberla encontrado, fue emparedada en el muro y puesta una losa blanca grabando una leyenda que fue compuesta por Casas-Deza
Desgraciadamente Góngora no vio en vida impresas sus poesías hasta que el mismo año en que había muerto. La primera colección de sus obras, realizada por Juan López de Vicuña y Carrasquilla, se imprimió en Madrid en 1627, probablemente salió a la luz después de muerto el poeta, aunque luego fue criticada por ser incompleta y descuidada.
Toda la obra de D. Luis de Góngora fue recogida por D. Gonzalo de Hoces y Córdoba, natural de nuestra ciudad y dirigidas por D. Francisco Antonio Fernández de Córdoba maques de Guadalcazar corregidor y enmendador en la edición en Madrid, en la imprenta del reino año 1634 a costa de Alonso Perez, librero de S.M.
Biografía: Catalogo bibliográfico por Cayetano De La Barrera Y Leirado- Tanto por plumas: Paseos por Córdoba de R. Arellano T 3 pagina 236- Góngora y los poetas cordobeses del Siglo de Oro de Antonio Cruz Casado- Historia de la literatura española Barroca volumen III de Exequiel Gonzalez Más- Algunos datos sobre la familia de Góngora de Revista de Filología Española, vol. XLIV, nº 3/4 1961- Vida del poeta de Amelia de Paz- Catalogo Bibliografico de C. de la Torre- Wikipedia- Biblioteca virtual Miguel de Cervantes- J. de la Torre, Documentos gongorinos- Diario de Córdoba por J.m.R 22/11/1949- El postigo de la leche y los amores del poeta por Ricardo Molina 07/10/1961- Gongora en Salamanca por Ortiz Suarez 4/06/1961-Manuel Gahete Jurado (Instituto de Estudios Gongorinos de la Real Academia de Córdoba)- La Literatura en Andalucía: De Nebrija a Ganivet de Orozco Diaz- Foto recogida de internet
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