Se encuentra en el Salón Liceo del Círculo de la Amistad |
La Conquista de Córdoba duró meses y no fue planeada en ese momento por Fernando III, sino que toman la iniciativa un grupo de cordobeses resentidos por odio y animadversión hacia Muhammad Aben Hud, los que propiciaron la caída de la ciudad...
¡Eran muchos los andalusíes que descontentos por la manera de actuar del príncipe!
Solo veían como su rey se involucraba haciendo la guerra a otras taifas, - y como dice José Delgado y sanchez en su articulo- que eran crueles, sangrientas y sobre todo caras... mientras que los cordobeses, su pueblo, pasaban hambre.
Con los gastos que ocasionaba una guerra, las arcas de Palacio cada vez se encontraban más vacías y la única solución era subir los impuestos...
El malestar del pueblo no se hizo esperar, cosa que no le importaba reprimiendo toda crítica con la tiranía que se le caracterizaba... Así que cansados de un reyezuelo que no le importaba lo que le sucedía, resolvieron dirigirse a los cristianos a quienes delataron el estado de abandono de las defensas de la ciudad, prometiéndoles hacerles entrega de Córdoba a cambio de paz y bienestar para los cordobeses.
Aquellos días Aben Hud no se encontraba en Córdoba, estaba acampando en Écija desde donde dirigía la campaña contra otro reyezuelo llamado Al muta.
Por aquella época la ciudad estaba dividida en dos zonas y éstas a su vez en diferentes barrios, le facilitarían la entrada por la llamada Axarquía y con el factor sorpresa podría hacerse con la Medina.
Los fronteros cristianos llamados almogávares, una vez enterados del apoyo de muchos andalusíes, se reunieron en Andújar; allí informaron del estado de Córdoba, estudiaron la estrategia a seguir y decidieron que el mejor momento era durante la noche.
Y un día 22 de enero se concentraron secretamente en Alcolea con varios cientos de almogávares con su Adalid Domingo Muñoz al frente de la cuál llevaba como lugarteniente a Martín Ruiz de Argote y como jefe de la caballería a Pedro Ruiz Tafur con también soldados escogidos a pie.
Según José Delgado y Sánchez- Cuenta que aquel día llovía como si se fuera a caer el cielo, cosa que les favoreció el plan al ahuyentar a curiosos y posibles delatores... Puestos en camino al mediodía llegaron a divisar Córdoba anocheciendo mientras la terrible lluvia seguía cayendo.
Se adelantó un pequeño grupo de no más de una veintena de hombres que junto con Alvar Colodro y Benito Baños, vestidos con trajes mahometanos para poner las escalas en el lugar convenido para adueñarse de una de las torres, llamada después "Torre de Alvar Colodro", y más popularmente "Puerta de Colodro" apellido del primero que subió a ella para la reconquista de la ciudad, donde se encuentran cuatro vigías andalusíes dormidos, uno de los cuales era de los delatores que estaba confabulado con los cristianos.
Matan a los otros tres andalusíes y subiendo los demás a las murallas silenciosos van por ella hasta llegar a la puerta de Martos apropiándose también de ella.
Al amanecer, abren las puertas y entran por ella Pedro Ruiz Tafur con otros a caballo.
Al ver los andalusíes de la Axarquía ha sido conquistada huyen, con cuanto pueden llevar, y se refugian en Al-Medina (la antigua ciudad) cerrando las puertas entre ambos barrios. En aquellos tiempos la ciudad estaba dividida en dos partes: la alta o medina que fortificaron los romanos y que los árabe aprovecharon y la Axarquía.
Los almogávares siguen por la muralla y después de abrir la puerta de Martos (llamada así porque los que vinieron de Martos fueron los que la abrieron), llegaron a la puerta de la Pescadería (esa puerta daba entrada a la que después se llamo calle San Fernando en honor de su conquistador). La alarma cunde y los andalusíes se organizan prestos a la resistencia, su principal problema, que Aben Hub no estaba en la ciudad, no había ordenes concretas aunque a pesar de ello, los cristianos se vieron repelidos con un durísimo ataque por parte de los cordobeses de la Medina, que los fustigaron con flechas, hondas, dardos y piedras.
Puestos en tal aprieto y ante el duro ataque de éstos, los cristianos envían dos mensajeros a Fernando III, que se encontraba en Benavente (Zamora).
Éste, inmediatamente organiza un ejército y se apresuran a marchar sobre Córdoba.
Mientras, el príncipe andalusí, Muhammad Aben Hud, señor de Córdoba, que se encontraba fuera de la ciudad, al enterarse reunió un numeroso ejército y se pone en camino hacia la ciudad, acampando a la espera de saber noticias de cuantos son los cristianos que están atacando su ciudad.
Con el Emir de los andalusíes, y formando parte de su séquito está Lorenzo Suárez, a quien había expulsado de Castilla Fernando III.
Aben Hud dudando de la noticia que le han dado sobre la escasez de contingentes militares de Fernando III, ya que no era propio de la estrategia seguida hasta entonces por el Rey castellano; consulta a Lorenzo Suárez que había sido caballero principal del reino de Galicia, quien para informar al Emir, pide ir a efectuar un reconocimiento al campamento de los cristianos, acompañado por tres hombres, renegados como él, y que servían como mercenarios en las fuerzas andalusíes.
En realidad, Lorenzo Suárez, una vez en el campamento cristiano solicita ver al rey Fernando III, se arrodilla pidiendo su perdón y a continuación le pone al corriente de la situación, calidad y cantidad de las tropas de Aben Hud; luego le dice que enciendan todas las hogueras que puedan, para dar la impresión al ver las llamas, de que posee un gran ejercito.
De vuelta Lorenzo al campamento de los andalusíes advierte a Aben Hud de la enorme capacidad del ejército castellano, logrando convencerlo de que sería mejor dirigirse al reino de Valencia, donde la presión del Rey Jaime sobre la capital, en poder andalusí, se hace insostenible, en la certeza de que los castellanos no lograrían jamás la rendición de la ciudad de Córdoba.
Aben Hud cree en lo que dice a Lorenzo Suárez dejando Ecija, para marchar a Valencia presuroso pero, Suárez le tenía guardada una gran sorpresa ya que había pagado a un criado para que asesinara al príncipe camino a Valencia, siguiendo con su gente hasta Almería con ánimo de embarcarse allí, al llegar a la ciudad, su alcayde Abderraman lo hospedó en la alcazaba del Alcázar y le hizo un esplendido banquete para luego cuando se había retirado a sus aposentos ahogarle con sus propias manos.
Los andalusíes a sabiendas de la noticia de la muerte de Aben Hud y que ya no iban a tener ningún tipo de ayuda, se defienden con bravura y se propusieron luchar hasta la muerte.
Fernando III de Castilla y León necesitó milicias de a pie y de a caballo, procedentes de Castilla, León, Galicia, y asediar Córdoba que estuvo durante meses luchando contra los cristianos a pesar de su asedio.
Según Rafael Aguilar Priego en un articulo de Diario de Córdoba con fecha 29/06/1944-Debilitados por el hambre y la guerra, los cordobeses hacen entrega de las llaves de la ciudad al monarca, un domingo 29 de Junio de 1236, festividad de S. Pedro y S. Pablo, y que pensó que lo primero que entraría en Córdoba sería una Cruz y los estandartes reales...
Y ese mismo día el Rey Fernando III entró triunfante en una ciudad devastada por los meses de guerra, en procesión y acompañado por los Obispos d. Joan de Osma, d. Gonzalo de Cuenca, d. Fray Domingo de Baeza, d. Adan de Placencia, d. Sancho de Coria y de los principales del ejercito.
Cruzando el puente romano llegando a la Mezquita mayor, después de darle tres vueltas a su perímetro y echando agua bendita para purificarla, y colocando la Cruz en lo más alto del alminar.
Dentro de la Mezquita se hallaron las campanas de Santiago que por más de 240 años habían sido traídas por Almanzor de Compostela a hombros de cautivos cristiano, para desagraviar esa injuria ordenó de nuevo que fueran devueltas pero esta vez a hombros de los cautivos árabes.
Córdoba ya quedaba lejos del brillo Califal envidiado por toda Europa, totalmente devastada y ruinosa, los cristianos aprovecharon la división "urbanística" que ya estaba en la época musulmana, promoviendo la construcción de iglesias aprovechando las mezquitas existentes y collaciones en torno a esas parroquias divididas entre la villa y la ajerquía.
En la villa collaciones con Santa María, San Nicolás de la Villa, San Juan, Onmius Sanctorum, San Miguel, San Salvador y Santo Domingo de Silos y la Ajerquía collaciones con San Nicolás de la Ajerquia para diferenciarla de la que había en la villa y que desgraciadamente ya no existe, Santiago, San Pedro, San Andrés, Santa Marina, San Lorenzo y la Magdalena, en total catorce iglesias que pasaran a la historia como "fernandinas".
Fundando también varios conventos como San Pablo, San Pedro Real y San Agustín que primitivamente estuvo ubicado en las orillas del río Guadalquivir, más o menos a la altura de los que ahora es el Alcázar de los Reyes Cristianos y que Alfonso XI les compró algunas casas que ya tenían edificadas donándole un nuevo terreno en lo que hoy está ubicada la iglesia de S. Agustín, para poder él reconstruir el Alcázar.
Dentro de las collaciones la población se dividía en función de las actividades artesanales y gremios. Los caldereros estaban todos juntos, las igual que los especieros, herreros, tinteros y un largo etc..
Como dato curioso sobre Fernando III, el reconquistador de Córdoba el día 7 de febrero de 1671 en pontífice Clemente X elevó a los altares a este rey de Castilla y León- y según "Catalogo de los obispos de Córdoba"- la noticia llenó de felicidad a todo el reino y en nuestra ciudad se celebró con gran regocijo.
En la Catedral se celebraron por espacio de tres días y las mayores demostraciones de pompa y solemnidad por el obispo D. Francisco de Alarcón y Cobarrubias.
Dos años más tarde, el Cabildo recibió una carta de la reina en la que mandaba se erigiese en la santa iglesia un altar dedicado al Santo Rey para " el fervor de sus vasallos" y el cabildo eligió el sitio más decente para llevar en practica lo ordenado el lado del evangelio en la capilla de nuestra señora de Villaviciosa, aunque la ejecución de la obra se dilató por la falta de recursos ¡Claro, la reina lo había decidido, pero la pasta no la había enviado! y se acordó que altar no se iba a poner, se puso un cuadro en su honor y ¡Santas Pascuas!
El cuadro permaneció en ese sitio hasta 1710 en el que se mudó al lado izquierdo por haberse elegido el lugar que ocupaba para un cuadro de Santo Tomás de Aquino y estuvo emplazado en su nuevo lugar hasta que en 1882 comenzó la demolición de la capilla.
Fuentes consultadas:
La fiesta de la reconquista Diario de Córdoba por Rafael Aguilar Priego 29/06/1944- En la festividad de s. Pedro se conmemora la reconquista de San fernando por GJ Diario de córdoba 28/06/1953-Caballeros de S. Fernando en el cerco de Córdoba de Fray Joaquin Delgado Diario de Córdoba 30/05/1956- Asalto a la Ajerquia de José Delgado y Sánchez Diario Córdoba 22/01/1962- Asalto a la Ajerquia segunda parte de José Delgado y Sánchez Diario Córdoba 29/01/1962- Conquista de Córdoba de Ricardo Molina Diario de Córdoba 28/08/1963- Conquista de córdoba por el Rey San Fernando por Argimiro Lopez Diario Córdoba 29/06/1968-Tercer Libro de los Obispos de Córdoba y compendio histórico de la Iglesia- Córdoba de Pedro de Madrazo-Foto recogida de internet
No hay comentarios:
Publicar un comentario