A pesar de ser también bisnieto de Abd al-Rahman III, sabía que su alianza con bereberes y el conde castellano Sancho García, no estaba bien visto por los cordobeses, y mucho más el alto precio que tuvo que pagar por esos apoyos: Nada menos que la entrega por su parte de varias plazas fuertes situadas en la frontera del valle del Duero.
Por ello se tomó su tiempo y tardó más de un mes en entrar en la ciudad y proclamarse quinto Califa tomando el título de Al Mustain, el protegido de Dios.
La huida de Muhammad II a la ciudad de Toledo, le permitió a éste organizar un poderoso ejercito con el apoyo de tropas catalanas al mando del conde Ramón Borrell, venciendo a Sulaiman obligándole a dejar Córdoba.
Fracasada la primera intentona golpista, Sulaiman se refugió junto con sus adeptos en las riberas del río Guadalmellato.
Comprendió que para conquistar el Califato necesitaba ayuda así que invitó al eslavo Wadih a que se uniera a su causa y traicionase a Muhammad II.
Wadih, leal a Muhammad II rechazó de plano, lo cual reforzó aún más toda la línea fronteriza de la Marca Media.
El encuentro irreversible entre ambas fuerzas se produjo en las inmediaciones de la actual Alcalá de Henares y se saldó con una victoria sin paliativos de las tropas de Sulaiman y avanzar sin oposición alguna en dirección a Córdoba...
Mientras, Muhammad II, viendo que los condes catalanes rompían la alianza militar, se mostró incapaz de ofrecer protección a los habitantes decidiendo huir de la capital, por lo que Wadih, harto de tanta incompetencia por parte del Omeya, resolvió matarle y reponer en el trono califal al títere Hixam II.
Wadih, en un intento por llegar a un acuerdo con Sulaiman, envió la cabeza de Muhammad al pretendiente y sus seguidores bereberes, instando a que abandonara la actitud revolucionaria y a que todos jurasen fidelidad al legítimo Califa, al incompetente Hixam.
Pero Sulaiman no se iba a conformar con eso... Tomó al asalto Madinat al-Zahra, la bella ciudad que había construido su bisabuelo, y puso cerco a la capital, mientras que otro contingente de sus partidarios se dedicaba a reconquistar paulatinamente las principales ciudades andalusíes... Sometió a Córdoba a un durísimo asedio que surtió efecto en cuanto la sed, el hambre y la peste se ensañaron de la ciudad.
El general Wadih intentó huir en medio del desorden generalizado, pero fue asesinado por los líderes cordobeses.
Finalmente, una agotada Córdoba se rindió ante la evidente fuerza militar de Sulaiman... La ciudad que había sido la más importante del mundo en tiempos de Abderramán III ahora caía arrodilla a los pies de uno de sus biznietos.
Hizo su entrada triunfal en Córdoba, Sulaiman fue confirmado Califa de Al-Ándalus, instalando a las tropas bereberes en el magnífico palacio que un día su bisabuelo mandó construir, Madinat al-Zahra, mientras que el conde castellano hizo lo propio en una suntuosa Almunia de la capital.
Mandó apresar de nuevo a Hisham II y se intituló como Califa... Al día siguiente, en la oscura mazmorra donde fue encarcelado, apareció estrangulado el inútil de Hixam, desapareciendo así el que sin duda alguna fue el peor gobernante de toda la historia de Al Ándalus.
La primera medida que tomó Sulaiman al recuperar el poder, fue la de distribuir el gobierno de algunas provincias entre los líderes de las principales familias aliadas, medida que provocó la aparición de una nueva realidad política que acabaría imponiéndose una vez que la institución califal desapareciera para siempre, los reinos de taifas, ya que en realidad el poder efectivo de Sulaiman no iba más allá de los límites territoriales de Córdoba.
Este nuevo Califa tampoco proporcionó la paz, y sus tres años de reinados acentuaron todavía más las tensiones sociales en vez de mejorarlas... Su total dependencia hacia los bereberes enardeció los ánimos de las élites cordobesas e incluso de gran parte de sus antiguos colaboradores.
Ambos grupos reclamaron la vuelta del depuesto Hisham II sin sospechar que éste había sido asesinado anteriormente.
El portavoz de la disidencia fue Alí ibn Hammud, gobernador de Ceuta por imposición del propio Sulaiman, quien, reclamó el trono cordobés pretextando haber sido el depositario del califato en nombre del depuesto Hisham II, quien según él seguía todavía vivo y oculto, atacando Córdoba.
Sulaiman fue hecho prisionero cuando intentaba escapar... Y sin más remedio hizo su entrada victoriosa en Córdoba, pidiendo a Sulaiman que le entregara, vivo o muerto, al infeliz Hisham II.
Una vez que se supo el trágico final de Hixam, Sulaiman fue ejecutado en el acto por el propio Ibn Hammud, quien se hizo proclamar legítimo Califa con el título de al-Nasir li-din Allah, El que combate victorioso por la religión de Alá.
Pero eso, déjame que te lo cuente otro día
Fuentes consultadas:
Historia de los musulmanes en España de Reinhart Dozy - Saladino por Julio Reyes Rubio- Breve historia de Andalucia de Manuel Peña Diaz- Wikipedia- El Islam y Al Andalus- Crónicas de la provincia de Córdoba de Manuel Gonzales Llana- La otra Córdoba de Galisteo Roger- Foto recogida de internet
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