miércoles, 14 de marzo de 2012

El desafortunado amor de doña Elvira de Bañuelos.



Foto de ficción



Los Bañuelos eran una familia originaria de Burgos, parecen en Córdoba en tiempos del rey D. Pedro apodado "El Cruel".
La historia comienza en unos hermanos de este apellido, uno de ellos canónigo de la Catedral, el otro hermano llamado Luis se casó en Córdoba con con una mujer de ilustre familia, de la que no he logrado encontrar nada... 
Tal vez para ocultar lo que más tarde ocurrió, un abominable hecho tan traumático que quedó en la sabiduría de los romances tradicionales cordobeses que fueron pasando de padres a hijos y que supo recopilar D. Teodomiro de Ramírez de Arellano.

En lo principal de Córdoba, 
hace poco demolieron 
la ex-morada de la noble 
familia de los Bañuelos, 
nombre que aún lleva la calle 
y recuerdan con respeto, 
los ancianos comentando
la importancia que otros tiempos 
se daba aquí a la nobleza 
y a sus muchos privilegios. 
La tradición ha guardado 
cierto trágico suceso; 
nos lo contaron de niños 
y ahora relatar queremos.
*
Alfonso y Fernando, 
estos dos bravos guerreros, 
en Flandes más de una vez
laureles ganar supieron. 
Elvira, mucho más joven, 
de talle airoso y esbelto, 
de semblante alabastrino, 
de rasgados ojos negros 

El caso y como bien dice el romance tuvo tres hijos: D. Fernando, D. Alfonso y la más pequeña a la que llamaron Elvira.
A la muerte prematura de sus padres quedaron los dos hermanos menores sujetos al mayor, por ser el primogénito llamado a sostener el nombre de su casa.
D. Fernando de Bañuelos al ser el heredero había apalabrado el matrimonio de su hermana con el hijo de su buen e ilustre amigo don José Fajardo Caballero de la Orden de Calatrava que se llamado Pedro.
Pasaron los años y doña Elvira contrajo relaciones amorosas con D. Juan de Vargas de familia también pero como diríamos ahora ¡Tieso como la mojama!, circunstancia que en extremo molestaba a los hermanos de la doncella.
en cuyas redes amor 
más de un noble tuvo preso, 
llegó á fijarse en un mozo, 
de antiguo y limpio abolengo, 
si bien llenar no podía
de Fernando los deseos 
de dar á Elvira un marido 
de gran alcurnia y dinero. 

Enterados los hermanos de las preferencias de su hermana, le recordaron que tenía que casarse con D. Pedro ya que así estaba estipulado desde la más tierna infancia de ambos...

y llamando a doña Elvira, 
a quien entrambos creyeron 
sujeta a su voluntad . 
por el amor y respeto, 
dijeronle cariñosos 
de sus bodas el proyecto 

Primero intentaron convencerla con halagos y después con amenazas que no sirvieron de nada ya que ella rechazó tal casamiento y confesó su amor a Luis de Vargas.
Ambos hermanos contrariados le impusieron un ultimátum a su hermana:
¡O se casaba con Fajardo o ingresaría en un convento!
A lo que doña Elvira contestó que prefería ingresar de novicia.

Entonces, responde Elvira, 
me retiraré a un convento; 
mas no penséis que mi mano 
he de dar a quien no quiero. 
A contestación tan seca, 
ambos quedaron suspensos, 
y empezando con halagos, 
con súplicas y con ruegos 
y acabando en amenazas, 
nada de ella consiguieron

*
Cerca de la Magdalena
en calle bastante angosta, 
hasta el año treinta y cinco,
hubo un convento de monjas 
a Santa Inés dedicado, 
donde humildes y devotas, 
eran de virtud modelos
más de treinta religiosas 

Se eligió para su ingreso el convento de Santa Inés, en el barrio de la Magdalena, y cuentan que el día que la llevaron sus hermanos al convento y las puertas de clausura se abrieron,  la joven revelaba en su bello rostro una profunda pena y sin poder contener el llanto, las lágrimas brotaron de sus negros y rasgados ojos, lo que causó gran consternación a los presentes, llegando a preguntarle de nuevo sus hermanos:
- Elvira, aún estás a tiempo ¿Cumplirás con lo pactado y te casarás con D. Pedro?
- No, prefiero morir aquí encerrada que morir en vida- contestó con entereza Elvira

Se dice que cierta noche 
se abrió la puerta a deshora 
y entraron dos caballeros 
y una dama, que denotan 
por sus trajes y talante 
ser de los nobles de Córdoba. 
Abriese la portería 
entrando la dama sola, 
sin dar un adiós siquiera, 
a las otras dos personas
 que a la calle se marcharon 
pausadas y silenciosas. 
Habrá el lector conocido, 
como versado en la historia, 
que la dama es doña Elvira 
a quien el orgullo inmola. 

Así que sin más las puertas del convento se cerraron a su espalda quedándose en compañía de las hermanas que le enseñaron su celda, iglesia, jardines y huertos donde debería pasar el resto de su vida...

Juan de Vargas enterado de cuanto ocurría con los hermanos de su amada y sabiendo donde estaba recluida, habló con el portero del convento y le pidió, a cambio de una bolsa llena de monedas, que entre las cosas que le mandaban sus hermanos le entregara una carta concertando su fuga y hora que se efectuaría en varios días.
Pero el que es desleal con uno lo es con todos y no tardó el portero de poner en conocimiento del hermano de la nueva novicia D. Fernando, estoy segura que por otra bolsa de monedas, lo que pretendían hacer ambos enamorados.

Pronto la murmuración 
que gran parte en todo toma, 
empezó a hablar del convento, 
no faltando quien suponga, 
que por detrás de una tapia 
se vio asomar una toca. 
D. Fernando y D. Alfonso 
varias precauciones toman, 
e interceptar una carta 
al fin sus dádivas logran. ;
Qué tarde lo consiguieron! 
qué noche tan horrorosa 

Llegando al momento de la huida, doña Elvira saltó los muros del convento y donde esperaba el abrazo de su amado, encontró a uno de sus hermanos que la estaban esperando, le tapó la boca para que no gritara y llevándola a su casa y que el señor Ramírez de Arellano señala que estaba en la calle del Viento, en donde tras una gran discusión la colgaron de una viga.

Más allá, tras de una esquina 
está oculta otra persona 
y en la tapia del convento 
se ve asomar una sombra 
que en brazos del que esperaba, 
sin más precaución se arroja. 
Quiere gritar y una mano
 le ponen sobre la boca. 
A poco de estas escenas 
llegó a aquel sitio la ronda 
y por más que la registran 
encuentran la calle sola 
*
Y tanto y tanto le dijo 
Elvira, desesperada, 
que arrojándose sobre ella, 
con la misma toca blanca 
que sus undosos cabellos 
medrosamente ocultaba, 
formó dogal que un suspiro 
ahogó en su hermosa garganta. 
Con el paso vacilante 
y demudada la cara, 
D. Fernando de Bañuelos 
abandonó aquella estancia. 

Su enamorado cuando llegó a casa de los fratricidas nada pudo hacer para socorrerla ¡Era demasiado tarde! 
Aún acabado no había 
de atravesar la antesala, 
cuando un nuevo personaje 
viene a su encuentro y se paran. 
-¡Vargas!-¡Fernando! 
gritaron empuñando las espadas. 
-Vengo a arrancaros la vida 
o a llevarme vuestra hermana. 
-En esa... estancia... la dejo... 
entrad y haced lo que os plazca. 
Precipitose D. Juan 
sin apreciar sus palabras, 
y dando un horrible grito, 
cayó de Elvira a las plantas 

Dicen que en la misma calle de la casa de los asesinos, D. Juan emprendió duelo a espada con ambos criminales, una encarnizada lucha donde perdió su vida a manos de los hermanos...

D. Juan:-le dice uno de ellos, 
si el vivir algo os importa 
retroceded y salvaos 
de una muerte cierta y pronta. 
Aunque la cara os tapasteis, 
no evitasteis que os conozca. 
D. Alfonso de Bañuelos
dejad paso, que es muy poca 
mi vida, si he de perder 
cuanto ciega el alma adora. 
Y trabándose enseguida
en una lucha espantosa
pronto cayeron dejando 
las armas en sangre rojas 

Los dos enamorados murieron el mismo día y ejecutados por las mismas manos; Y cuentan que D. Pedro Fajardo enterado de lo que había sucedido, horrorizado y roto de dolor por las consecuencias del pacto de casamiento de las dos familias, ingresó en la orden trinitaria.
Y durante muchos años, la casa donde cuentan que mataron a su hermana quedó deshabitada porque cuentan que por las noches de luna se oye llorar a una mujer llamando a Juan de Vargas.
Cerca del Guadalquivir
existe una antigua casa,
que hasta el siglo en que vivimos
estuvo deshabitada,
porque el vulgo, que da crédito
a infinidad de patrañas,
los más absurdos asombros
a su placer inventaba.
Quién dijo, que a media noche
envuelta en túnica blanca
una mujer se veía
a gritos pedir venganza.
Quién que á la torre que tiene
otra sombra se asomaba
y que en las ondas del río
reflejarse un fantasma,
y ambas lanzando un lamento
un beso de amor cambiaban 

*Editado Enero de 2013 por encontrar el romance 
*Editado  Mayo de 2015 para poner fotografía nueva.
*Editado en Noviembre de 2018

¿Quiénes fueron estos Bañuelos?

Existen libros que reflejan la historia convertida ya en leyenda, pero que dan muy pocas señas de los personajes... 
Posiblemente porque fueron gente pudiente que no querían verse reflejados en un hecho tan deleznable como el asesinato de una hermana y del hombre que ella amaba.
Calle Viento actual Ronquillo Briceño
Todos lo que cuentan esta historia llegan a concretar que eran unos "Bañuelos" que vivían en la collación de San Miguel donde existía un palacete llamado con su apellido y que fue demolido para la ampliación de una de las entradas a la Tendillas.
Creo que nada tienen que ver aquellos "Bañuelos" con los de la historia... Pueden que fueran familia ¡Que seguro que lo eran! Pero de lo que estoy segura es que los de la historia no vivían en San Miguel ni en ese Palacete.
Me inclino mucho más de que los "Bañuelos "de la historia vivían en la collación de Santiago, donde realmente es donde gira la historia...
Doña Elvira es ingresada en el convento de Santa Inés, situado en la Magdalena mucho más cercano donde se realiza el horrible crimen que donde la gente supone que vivían.
Buscando la genealogía del apellido y la rama cordobesa descubrimos que el primer "Bañuelos" que pisó Córdoba venía en tiempos del rey Don Pedro apodado "El Cruel" se llamaba Luis Bañuelos Velasco vino casado con Guiomar Ramírez de Salobreña tuvieron varios hijos... 
Se puede deducir que una rama se quedó viviendo en la collación de San Miguel pues el primogénito de este matrimonio es el fundador del beaterio de San Zoylo; 
otros descendiente enlazaron pronto con familias pudientes e importantes de Córdoba como los Fernández de Córdoba,  los Cárdenas, o los Armenta o los Sousa, entre otros apellidos de renombre.

Nuestros "Bañuelos" vivían en la calle del Viento, concretamente entre la calleja Cañaveral y la calleja del Nacimiento como bien dice el señor D. Teodomiro Ramírez de Arellano en sus "Paseos por Córdoba" que dice así:

"(...) En aquel frente existen dos barrera o callejas de salida, una dicha del Cañaveral por uno que había en ella y otra del Nacimiento que tuvo comunicación con la del Tinte o Góngora. Entre dichas callejas hay una casa principal que la tradición dice que fue ahorcada de una viga la hermana de los Bañuelos, de cuya trágica historia nos ocuparemos en su lugar correspondiente (...)"

A la calleja que llama D. Teodomiro "Cañaveral" hoy es llamada Guadamacilero Juan Carrillo, la otra todavía tiene el mismo nombre "Nacimiento", y la casa a la que se refiere nuestro insigne escritor pertenece a un tercer mayorazgo de los Cárdenas y que he podido encontrar en uno de los libros de D. Francisco Ruano y que dice así:

" Declara Fernando Arias de Saavedra y Caycedo  su segundo hijo, llamado antes D. Juan de Cárdenas y Angulo es sucesor del segundo mayorazgo del Toscar y de los Ochavos que le había fundado. 
Que de todos los cuantiosos bienes que tenía y también de los cualesquiera que le perteneciese, aun después de sus días, por cuanto se hallaba por facultad Real, para fundar nuevo mayorazgo a su hijo tercero D. Diego, lo funda dando sus poderes amplios a Doña Andrea, su hermana para los llamamientos y condiciones.
Declara finalmente por sus hijos legítimos a D. Luis,  D. Fernando, D. Diego y doña Constancia mujer de rodrigo de Vargas y a doña María que quedaba doncella.
Los bienes del tercer mayorazgo fueron  el cortijo de "La Bentosilla"el cortijo "Abihornilla" las hazas de los Illanes  en el termino de Castro, el cortijo de "Prado Medel" en la campiña de Córdoba, el cortijo de "Cuadrejón" en los terminos de Sataella, la cuarta parte del cortijo de "Fuencubertilla" y 7.000 ducados. y como su mayorazgo no tenía casas doña Andrea de Cardenas, viuda ya de Juan de Godoy, le donó  a su sobrino Pedro Gomez de Cárdenas hijo de este D. Diego, sus casas principales en la calle del Viento, y a su madre doña María de Herrera como cuidadora y tutora de su hijo.
(...) casó este fundador con doña Catalina de Angulo hija mayor de Juan Martinez de Angulo, veinticuatro de Córdoba y de doña Constanza, hija de D. Luis de Bañuelos, caballero principal y de doña María de Herrera."

Aquí aparece mezclado el apellido con los Angulo de los que hemos hablado varias veces y que dejo aquí los enlaces. El primero habla de un  terrible asesinato del que estuvo implicado un Angulo (PINCHE AQUÍ)  y del mayorazgo e historia de la familia (PINCHE AQUÍ
gente muy poderosa en la Córdoba Medieval y por lo tanto tal vez no querían señalarles demasiado sobre una historia tan repugnante que hasta creo que ambos crímenes guardaran relación a pesar de que hasta D. Teodomiro Ramírez de Arellano en su "Paseos por Córdoba" los pasa muy de puntillas sin querer dar muchas explicaciones.
La casa solariega que consta en el Catalogo de bienes protegidos del Conjunto Histórico de Córdoba como casa solariega del siglo XVII y que está situada en la calle del Viento, hoy llamada Ronquillo Briceño es la número 8, convertida en casa de vecinos; o bien la número 6 que aunque consta como Casa-patio...



Fuentes consultadas: 
Descripción genealógica y historial de la ilustre casa de Sousa, con todas ... -Indicador cordobés, o sea manual histórico-topográfico de la ciudad de Córdoba por Luis María Ramírez de las Casas Deza (Pagina adh)- Paseos por Córdoba o sean apuntes para su historia de D. Teodomiro Ramírez de Arellano- Árbol Genealógico de los Bañuelos-Árbol genealógico de los Fajardo- Wikipedia- Casa de Cabrera en Córdoba: obra genealógica histórica, dedicada a el señor ... por Francisco Ruano, Joannes Ribadas (página ccb)-La novicia de Santa Inés amante de Juan de Vargas por Cordobeses de la historia. El día de Córdoba 02/05/2010- Romances históricos y tradicionales de Córdoba por D. Teodomiro Ramírez de Arellano-

5 comentarios:

  1. Sigo leyendo, me encanta

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  2. Historia de un amor imposible no???Bonita narración. Estás llena de leyendas...ahora serían chismorreos de las revista del corazón jajaja Besix

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    1. Bueno, la historia está llena de chismorreos unos muy ocultos y otros no tanto :-)
      Bienvenid@ a mi ricón

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  3. Impresionante historia y buenas referencias

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Muchas gracias por sus comentarios.