Cinco, son los recodos de la antigua calle llamada "de los Mascarones" que comienza en el arco del Portillo hasta donde se encuentra el Museo Arqueológico, haciendo un camino sinuoso de trecientos cincuentas metros hasta su salida a la plaza de Jerónimo Páez.
Antaño fue una zona donde habitaban y por lo tanto tenían sus tiendas, los mercaderes.
De ahí que el propio Portillo que no es otro que un vano abierto desde el siglo XIV en la muralla para facilitar el paso desde la Medina hasta la Axarquía, fue llamado como estaba claro "Puerta de los Mercaderes".
El por qué de este nombre, nuestro ilustre don Teodomiro Ramírez de Arellano cuenta en sus "Paseos por Córdoba" dice así:
"Antes de salir a la plazuela de D. Gerónimo Páez hay otra calle tortuosa, toda embaldosada, en lo antiguo conocida por las callejas que van al Portillo y después de los Mascarones (Julio Romero de Torres), por dos relieves que representaban dos soldados romanos que estaban a los lados del balcón de la casa número 21, solariega de los Mohedano de Saavedra"
Casa de los Mohedano de Saavedra |
Habla también de una de las casas donde vivió una familia clerical, ahora se encuentra dividida y edificado un bloque de pisos en parte de ella, perteneció a una de las familias más extravagante por su gustos exóticos que aparece en el trabajo del galardonado con el premio Nacional de Historia de España, don Antonio José Diaz Rodríguez, catedrático de la Universidad de Córdoba, en su trabajo: "Sotanas a la morisca y casullas a la chinesca. El gusto por lo exótico de los eclesiásticos cordobeses ".
Pero... ¿Quiénes eran esta familia?
Los Mohedano de Saavedra eran oriundos de Pedroche, una familia burguesa venida a más por su relación con la iglesia y una calculada estrategia matrimonial...
Entroncaron con los apellidos de la élite de Córdoba, como los Armentas y los Simancas que según cuenta Díaz Rodríguez y que estaban relacionados con los arcedianos de Córdoba y los Fernández de Córdoba entre otros.
El primer pedrocheño que tenemos constancia fue don Juan Mohedano de Saavedra, jurado de Córdoba que casó con María de los Barrios nacida en Torremilano, en el municipio de Dos Torres provincia de Córdoba.
De este matrimonio tienen dos hijos que sepamos, doña Francisca de Saavedra Mohedano y don Alonso Mohedano de Saavedra canónigo de la Santa Iglesia de Córdoba.
En los Mohedano Saavedra se unieron dos dinastías catedralicias en don Juan Pérez Mohedano de Valenzuela: los Pérez de Valenzuela, vinculados con el poderoso clan de los Fernández de Córdoba, como hijo del alcalde noble de la Santa Hermandad Juan Pérez de Valenzuela, y los pedrocheño Mohedano de Saavedra por su madre, doña Catalina Blázquez de Saavedra.
Según D. Antonio J. Díaz Rodríguez- Entre sus parientes más cercanos encontramos a su tío, el Obispo y auditor de la Rota don Juan Mohedano de Saavedra, propuesto al pontífice romano por el mismo Carlos I, sus primos Antonio de Saavedra, canónigo de Sevilla, Hernando Mohedano de Saavedra, canónigo de Córdoba y luego de Sevilla, Antonio Mohedano de Saavedra, canónigo y provisor de Córdoba, o su pariente el Dr. Juan Pérez de Valenzuela, canónigo de Córdoba, entre otros.
Fueron poderosos y pintorescos, con ganas de lucir el poder económico, vivieron rodeados de un nutrido servicio de la casa: Mayordomo, capellán, ama de llaves, pajes, criados entre ellos varios esclavos y varias moriscas llamadas Brianda, Elena de Cáliz, María, Isabel y Luisa...
Esto solo en la residencia de la capital ya que en la villa de Pedroche mantuvieron sus casas principales con su propia servidumbre ¡Viva el voto de pobreza! ¡Ironía, claro!
Como era de esperar fundaron en una de las Capillas de la Mezquita Catedral en 1578 por Juan Pérez Mohedano Saavedra, la llamada de Santa Elena o de la Santa Cruz de Jerusalén este nombre se cree que se le llamaba por su cercanía a la Puerta de Jerusalén.
Hoy en día no existe ya que en 1859 fue integrada a la Capilla del Sagrario para sacristía de los curas de ésta, con la condición de que no se tocara el retablo de Santa Elena hasta que Velázquez Bosco en su restauración en 1908 guardara el cuadro en el museo de la Mezquita.
La calle fue rebautizada en 1920 con el nombre de nuestro insigne pintor Julio Romero de Torres. Según cuentan, la calle era muy frecuentada por el pintor pues aquí vivía Francisca Pellicer, la mujer que más tarde sería su esposa. Cuentan y esta historia la he leído en la prensa y no he podido verificarla, que una noche en uno de los recovecos de la calle, el hermano de Francisca, Julio Pellicer, le sacó una pistola a Julio Romero de Torres dándole el ultimátum y diciéndole que o se casaba con su hermana o le daba matarile... Y es que Paca (Como la llamaban en la familia y amigos) se había quedado embarazada viviendo su embarazo soltera y con apenas dieciocho años, pues el pintor todavía no había decidido casarse...
El caso, es que por lo visto, lo de la pistola hizo efecto ya que se casó con Francisca apenas tuvo al bebé.
El pintor, cada vez tenía más pedidos de retratos y con las ganancias de sus cuadro invirtió en bienes inmuebles... Uno de ellos en una casa en la misma calle y que hoy en día es la peña flamenca de Julio Romero de Torres y de la que en vida del pintor, siempre la tuvieron en alquiler para ayuda de la economía familiar cosa que cuenta Paco Muñoz en su blog "Notas cordobesas"
Cuando el Ayuntamiento acordó poner el nombre del pintor a la calle, promovieron una suscripción popular para rotular la calle...
Se consiguió recoger 1.068,45 casi 1069 pesetas de los años 20 ¡Un pastizal!
Con esa cantidad, además del bello rotulo de la calle, se hizo una replica en azulejo de uno de los cuadros del pintor, "La saeta" que se encuentra en la plaza de Capuchinos, colocado concretamente en la fachada de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores.
¿Y por qué en esa plaza? Pues según Teodoro Fernández Vélez en su libro "Julio Romero de Torres: Vida y obra" se reafirmaba una identificación entre la plaza y pintor. Y como siempre la ubicación tuvo sus dimes y diretes, ya que se propuso que se colocara en la plaza del Potro para que la familia del pintor pudieran verla cuando salieran de la casa.
Volviendo al cartel de cerámica fue colocado al comienzo de la calle esquina con la calle Cabezas, de forma rectangular está decorado con una orla en su borde con abirragadas rocallas y "C" de estilo barroco, que se mezclan con cartelas geométricas.
En su interior, un diseño vegetal pintado en un color anaranjado claro y apenas esbozado, sirve de fondo para la composición principal, la cual consiste en dos tondos circulares situados en la esquinas en el centro en grandes letras:
JULIO ROMERO DE TORRES.
Su nombre adornado con hojarasca decorativa. Los tondos de las esquinas los escudos de la ciudad: El de la derecha reproduce una vista de la ciudad con el rio, el puente y algunos edificios de los cuales se elevan alguna palmeras; alrededor de esta vista de la ciudad el lema: "CÓRDUBA MILITAE DOMUS INCLYTA FONS QUE SOPHIAE"
A la izquierda el escudo de Córdoba con el león sin coronar y en la parte inferior derecho la firma del artista.
Manuel Vigil-Escalera Díaz ceramista y amigo del pintor nació en Sevilla trabajó como ceramista desde 1915 hasta su temprana muerte en 1938.
Fue más tarde cuando se hizo una copia del mismo cartel colocándolo en la ultima casa de la calle frente a la plaza de Jerónimo Páez
Fuentes consultadas:
Callejero Sentimental por Francisco S. Márquez *ABC de Córdoba- Sotanas a la morisca y casullas a la chinesca: el gusto por lo exótico entre los eclesiásticos cordobeses (1556-1621) por Antonio J. Díaz Rodríguez *Universidad de Córdoba- Julio Romero de Torres: Vida y obra por Teodoro Fernández- Cordobapedía
Muchas gracias por su labor de investigación y exposición para gozo de quien quiera saber de Córdoba y del insigne pintor: Julio Romero de Torres.
ResponderEliminar👏👏👏
ResponderEliminarTe felicito por tu gran trabajo, es un placer leer tu blog. Gracias por compartir tus investigaciones y conocimientos.
ResponderEliminarMuchas gracias, sois muy amables.
ResponderEliminarBienvenid@s a mi blog
Adoro tu blog! Muchas gracias por tu fantástica labor de investigación. Un saludo
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Un saludo
Eliminar