Plaza del pozo de Cueto nº6 |
Los "Muñoz de Velasco" de cierto renombre en la ciudad, aunque no perduró durante mucho tiempo.
¿Por qué? Pues porque los apellidos se van diluyendo en casamientos para poder optar a posiciones mucho más seguras, a pesar de tener ya la sangre hebrea inexistente.
Hacía 1612, le compra al Cabildo Eclesiástico una zona para hacer una Capilla en la Mezquita Catedral, "un arco" del muro Norte, que linda con el Patio de los naranjos.
Acceso a la plaza por la Ribera |
La casa se encuentra situada en el número 6 de la plazuela "Pozo de Cueto" y que casi todo el mundo conoce como la casa solariega de los Cueto, fue en realidad las casas principales de los Muñoz de Velasco.
¿Qué por qué le dicen Cueto? Mi teoría es que ese nombre proviene de lo que realmente significa "Cueto", colina aislada, y desde la ribera se puede apreciar que eso es lo que era, un montículo que tiene un desnivel de 16 escalones hasta llegar a la plazuela.
Existiría un pozo, de ahí "Pozo de Cueto" posiblemente el mismo pozo que existía en los baños públicos de origen árabe en la misma esquina de la plaza con la calle Cara y que Patrimonio quiere rehabilitar para hacer una red de baños andalusíes, junto con el que todos conocemos:
"Los baños Califales" que podemos visitar y que recomiendo que se visiten si todavía no lo habéis hecho.
Los baños de la calle Carlos Rubio que también tienen que rehabilitar para poder visitarlo.
Ya, con el paso del tiempo, el vulgo popular se encargó de bautizar la casa, ya que la palabra "Cueto" parece más un apellido, al denominarla de la casa de la plaza Cueto, a la casa de los Cueto.
Esta familia, "Los Muñoz de Velasco" fue importante en la ciudad aunque su presencia no llegó a tres siglos... El primer integrante familiar que se conoce -gracias al trabajo de Gonzalo J. Herreros Moya- es Gonzalo Muñoz, todavía no aparece con el segundo apellido "de Velasco", nació en la ciudad hacía 1549 y durante casi el tiempo que existen, seguía viviendo en la misma collación de la Catedral.
Plaza del Pozo de Cueto |
Pero empecemos por el principio:
Gonzalo Muñoz, nació en 1549 en Córdoba, hijo de Juan Sánchez de Ahumada y Leonor Muñoz, adoptando el apellido de su madre, también se sabe que tuvo, al menos, tres hermanos: Dos hermanos y una hermana y que eran trabajadores de la seda, es decir "sederos".
Don Gonzalo fue en un principio mercader de sedas, llegando a ser cofrade de la Caridad, algo bastante importante para los expedientes de limpieza de sangre y un influyente Jurado de la ciudad.
Se casó dos veces y tuvo en total dieciocho hijos, por lo que tuvo que hacer un gran esfuerzo en hacerles buen casamiento e incluso hacer cuantiosas dotes para los que fueron ingresados en conventos...
La vida conventual estuvo muy relacionada con su familia ya que al menos dos de sus hijas y tres de sus hijos junto con cuatro nietas entraron en un convento con 500 ducados de dote cada uno.
Casó a tres de sus hijas: Leonor Muñoz con Diego Fernández de Montilla que tras enviudar ingresó en el convento Jesús y María de religiosas Mínimas de la orden de San Francisco de Padua; a Beatriz Muñoz la casó con un Jurado llamado Andrés Sánchez y Luisa, con Juan Francisco de Ribera y en segundas nupcias con otro Jurado llamado Hernando Núñez.
La cuarta hija de su primer matrimonio ingresa como monja también en el convento Jesús y María y de lo en la actualidad solo tenemos el nombre de la calle donde estaba situado ya que estaba ubicado donde ahora está el teatro Góngora...
De sus tres hijos que fueron religiosos: Antonio fue presbítero y dos fueron frailes del convento del Carmen Calzado, ¡Lo que hoy es la facultad de Derecho!
Es alrededor del 1600 cuando pasa de mercader, dejando a su primogénito al cargo de esa empresa, a Jurado de su Collación... ¡Claro, con el privilegio que eso conllevaba!
Ya que recibían 500 maravedíes al año y la gran dispensa de no pagar impuestos ¡Que eso para un mercader sería fantástico!... Es por aquel entonces cuando usurpa y aparece ya con su aristocratizado "de Velasco".
Capilla de los Santos Varones fundada por Gonzalo Muñoz de Velasco |
Se trata de la Capilla de los Santos Varones y de la que hablaremos en este blog.
La riqueza de Gonzalo Muñoz de Velasco, compró la ceguera de los cordobeses al respecto de su sangre cuando se concluyó su espléndida capilla en el primer templo de la ciudad.
El escudo de armas policromado que se encuentra en la bóveda es del mismo diseño que el que se encuentra en la portada de su casa que se atribuye a su tataranieto Rodrigo Muñoz de Velasco que en 1711 se le concede el hábito de Santiago ya que en el escudo aparece la cruz de esta Orden Militar.
Cuando muere D. Gonzalo, aparte del oficio de Jurado que pasa a uno de sus hijos, normalmente al primogénito, deja bastantes bienes:
Las casa principales y otras colindantes, numerosas mandas piadosas como las 400 misas y limosnas...
Y hasta dos esclavas que deja a su esposa, media docena de casas arrendadas, más de 20.000 ducados en efectivo, dos mesones en la Roda provincia de Sevilla, varias casas horno en el barrio de San Lorenzo, dos casas en el barrio de la Magdalena, casas tejar en el Campo de la Verdad y otras en el Alcázar Viejo y en la Fuenseca, además de olivares y bastantes tierras.
¡¡Vamos, una pasta gansa!!
Volviendo a la familia y según -Gonzalo J. Herreros- Su primogénito, Juan Sánchez Muñoz, encargado del negocio familiar de la seda no contrajo matrimonio ni tuvo hijos, por lo que su hermano Luis Muñoz de Velasco se convertiría en el verdadero sucesor.
Heredando la casa "de la entrada larga" que es como llamaban a la casa familiar.
Se casó, al igual que su padre, dos veces. La primera esposa era hija de un familiar del Santo Oficio y murió a los veinte días del casamiento ¡¡Raro verdad!!
En segundas nupcias se casó con Beatriz de Castillejo hija de un Jurado y emparentada con la familia de Juan Rufo (Nuestro escritor de la Austriada) .
Este Muñoz solo tuvo una hija, Juana Castillejo y Muñoz de Velasco, que por ser mujer perdió la varonía de los Muñoz de Velasco. Pasando a ser de su tío Rodrigo Muñoz de Velasco, fortalecido por la herencia de su padre y penúltimo de sus hijos, también casó dos veces, la primera con María Victoria de Figueroa y Orbaneja, y la segunda con Catalina de Galarza, ambas de familias de escribanos, mercaderes y conversos.
Fue nombrado hijodalgo donde -según cuenta Herreros- entre la nota parroquial de su primer matrimonio en el que aparecía como Rodrigo Muñoz hijo del jurado Gonzalo Muñoz a la segundo matrimonio que aparece como Don Rodrigo Muñoz de Velasco hijo del jurado D. Gonzalo Muñoz de Velasco.
Juan Muñoz de Velasco nació dos años después de la muerte de su abuelo, cuando aún su padre Rodrigo no había heredado; se casó con 20 años y su esposa entregaba una dote de 42.000 reales.
A la muerte de su padre, sería el poseedor de todo los fundado por su abuelo entre todo ello las casas principales en la collación de la Catedral y así fue empadronado como hijodalgo fijando su residencia en Plaza de Cueto entre 1645 y 1675.
Tres generaciones fueron las que todavía continuaron con la empresa familiar de la seda... Ya ennoblecidos, siguieron
teniendo negocios textiles y casándose con familias de pasado judío, por lo
que nunca quisieron apartarse de su identidad.
D. Rodrigo Muñoz de Velasco quedó como titular con apenas quince años, tutelado por su madre hasta su mayoría de edad, casó con doña Victoria Gutiérrez de Ravé teniendo un hijo y dos hijas.
D. José Muñoz de Velazco y Gutiérrez Ravé es el único varón del matrimonio, hijodalgo notorio que como la misma frase dice, su hidalguía se reconoce por su notoriedad tuvieran prueba o no...
Se dedicó a la carrera militar. Fue primero teniente del Regimiento Provincial de Córdoba, Alférez de cazadores del Regimiento Provincial de milicias de Córdoba, más tarde sería Capitán de Infantería , fue cofrade de la hermandad de la Caridad.
Llegó a tener una veinticuatría de Córdoba en 1777 cuando se la compró a D. Antonio Fajardo de Guzmán y Cárdenas por 10.000 reales, rematando cuando en 1785 fue nombrado caballero de la orden de Calatrava.
De los hijos de éste señor solo le sobrevivieron dos hijas: María del Pilar y María Dolores. Ambas casadas en el mismo día del año 1800,con sus respectivos ¡Claro! en el Sagrario de la Catedral , heredando sus bienes la mayor, doña Pilar Muñoz de Velasco; aunque continuó la descendencia por ambas... Fueron muchos los nietos de D. José por parte de los Jurado Valdelomar-Muñoz de Velasco como por los Polo de Valenzuela -Muñoz de Velasco.
Digno de ser nombrado es Juan de Dios Polo y Muñoz de Velasco nacido en 1810, tuvo una vida bastante aventurera y azarosa, comandante general de las fuerzas Carlitas por su lealtad a la causa fue agraciado en 1842 por el pretendiente a la corona española Carlos V barón de Muñoz de Velasco, que quedó vacante por no tener hijos tras su muerte.
Polo vivió algunos años en el exilio, de regreso a España y más concretamente a tu tierra natal,
llegó a ser parte de la elitista sociedad cordobesa siendo socio fundador del Circulo de la Amistad en 1854
Murió en 1885 en nuestra ciudad, siendo enterrado en el cementerio de Nuestra Señora de la Salud.
Tanto quisieron difuminar su pasado que se borraron para el futuro... ¡Una pena!
Hoy en día la casa es una casa de vecinos.
Fuentes Consultadas:
Fotografías de D. José Carlos Cabello- La reconstrucción del Patrimonio Judeoconverso. La casa solariega y la Capilla Catedralicia de los Muñoz de Velasco en Córdoba por D. Gonzalo J. Herreros Moya *Universidad de Córdoba- Escudos pintan escudos: Heráldica de Judíos- conversos y mercaderes en Córdoba en la Edad Moderna por Gonzalo J. Herreros Moya- El consejo de Córdoba a finales de la Edad Media: Estructura interna y política municipal por José Luis del Pino García *Universidad de Córdoba- Personajes célebres de la Córdoba judeoconversa por Gonzalo J. Herreros Moya-
Querida Chiquita, muchas gracias por esta nueva narración histórica. Y la casa, después de tantos siglos, ahí está.
ResponderEliminarHola Wigmore, me alegra verte por aquí. Otra placita para ver cuando vengas de nuevo
EliminarMari Ángeles perfectamente documentado y con una estructura amable para la lectura, que nos permite conocer un poquito más de quienes constituían la ciudadanía pudiente de Córdoba. Porque de los de abajo nadie habla ni conoce. Enhorabuena nuevamente. Saludos.
ResponderEliminarCierto Paco, los humildes nunca son recordados.
EliminarGracias y un abrazo