La leyenda de una ambición
Siempre que aparece el sol
brillando del mediodía...
me acuerdo de ti Tarub,
noche y día
(Poesía Andalusí)
A pesar de que los cronistas cuentan la cantidad de mujeres y concubinas que tuvo el Emir Abderraman II, no tuvo mucho suerte en el amor.
Cuando aún era príncipe lo casaron con Buhary, no era nada más que un pacto de Estado pero Abderramán quedó tan prendado de ella que la hizo su primera esposa, lástima que muriera en su primer parto dejando a un príncipe al que pusieron Muhammad.
Abderraman llenó su soledad con las concubinas del harén, mientras que una esclava cristiana criaba la pequeño como si de su hijo se tratara...
El amor que empezó a sentir Abderraman por aquella esclava fue lento, cálido y seguro, pronto se sintió reconfortado al llegar a sus dependencias y encontrarla allí con el bebé, después de todos los problemas que resolver, necesitaba paz, y esa serenidad la encontraba allí.
Pasado un tiempo, la liberó de esclava le puso un sobrenombre, Al Sifá que significa salud, por ser la mujer que lo había curado de su tristeza convirtiéndola en su esposa, se amaron tanto, que lo acompañaba cuando Abderraman hacía sus incursiones en tierra de cristianos.
Es allí, en una de esas tierras cuando Al- Sifá cayó enferma, cuentan algunos que por unas fiebres y a pesar de que el Emir mandó que la trasladaran a Córdoba para ser atendida por los mejores médicos de la Corte, Al- Sifá murió en un pueblo toledano llamado Almaguer y es allí donde fue enterrada...
Una gran melancolía se apoderó de nuevo del Emir, cuentan los cronistas que se volvió más cruel y que a causa de ese dolor ejecutaba cristianos, aunque eso no es verdad.
Los cristianos se habían empecinado en llegar a mártires y todos lo días había alguno que blasfemaba en contra de Alá o del Corán sabiendo a ciencia cierta, que el resultado sería la muerte que ellos ansiaban.
Una esclava de las cientos que había en su harem vio su oportunidad para enamorar de nuevo al Emir. ¡Al fin y al cabo, la esposa que había muerto también había sido una simple esclava al igual que ella!
Era guapa e inteligente y solo sería cuestión de saber aprovechar la oportunidad, Tarúb que así se llamaba, supo endulzar con bellas palabras el carácter del Abderramán y aunque hubo muchas más mujeres en la vida del Emir, éste no supo escapar nunca del hechizo de la bella Tarúb.
El Emir pasaba noches enteras con la hermosa esclava, llegando a ser envidiada por las demás, ya que empezó a ejercer cierta influencia sobre Abderramán, contando éste con su aprobación de todo lo referente del harén.
Tarúb era muy ambiciosa y jamás se iba a conformar con ser solo la favorita del Emir, sobre todo desde que parió un hijo varón, al que llamaron Abdalá, tampoco iba a permitir que su hijo fuera un segundón sin posibilidad al trono... Fuera como fuere, tenía que llegar a ser la madre del próximo Emir y haría lo que hiciera falta para ello...
Intentó por todos los medios que Abderramán eligiera a su hijo como sucesor e impedía que Muhammad, el hijo elegido por ser de su primera esposa se acercara a él, creyendo que si no veía a su heredero, tal vez se encariñara con su hijo Abdalá...
¡ Pero Abdalá no se hacía querer fácilmente!, no se caracterizaba precisamente por su amabilidad, al contrario de lo que ocurría con su medio hermano Muhammad, por el cual el Emir jamás cambiaría su preferencia.
Sin embargo, los partidarios de Tarúb invocaban los precedentes de los Emires Hisam I y al-Hakam I, quienes habían accedido al trono sin ser ninguno de ellos el primogénito.
En su deseo por hacer prevalecer los derechos de Abdalá sobre los de todos sus hermanos y en especial sobre Muhammad, Tarub encontró un gran apoyo en uno de los eunucos que alcanzó mayor poder durante todo el Emirato Omeya, Nasr Al-Fatah.
Éste para consolidar su poder en la Corte vio ventajoso atraerse el favor de la favorita del harem y por ello apoyó la sucesión del hijo de la esclava, comenzando a hacer campaña a su favor, elogiando las cualidades de Abdalá en perjuicio de Muhammad ante el Emir.
Por su parte, Tarúb también buscó aliados para su hijo, haciendo uso de la riqueza y de la influencia que tenía.
Según Joaquin Vallvé cuenta en la biografía que le hizo al Emir- Cuenta que Abderramán cayó enfermo y la enfermedad del Emir fue considerada por Nasr y Tarúb la ocasión perfecta, ya que si el Emir moría repentinamente antes de que hubiera elegido al sucesor, ellos podrían aprovechar la ocasión para hacer realidad sus intenciones; así que ambos decidieron envenenarlo para acelerar su muerte y que ésta pareciera fruto de su enfermedad.
Nasr se puso en contacto con uno de los médicos de la Corte al que sobornó y le pidió que preparara un veneno con el que pensaba matar al Emir.
El médico aceptó, en un primer momento para no levantar sospechas en Nasr, pero después advirtió a Abderramán de las intenciones del eunuco.
Estando en una de las fiestas de la Corte, Nasr le sirvió una copa con el veneno con la escusa de que era una nueva bebida medicinal...
El Emir al observar la copa dijo:
- Bebe esta copa Nasr, porque en verdad quiero admirar los prodigios de esta medicina.
Dudó el eunuco pero la mirada del soberano le redujo a la obediencia, cogió la copa y se la llevó a los labios, no sin buscar con su mirada los ojos de Tarúb.
Mientras, los ministros y toda la Corte, escucharon las duras palabras del Emir:
-El proceder de Nasr se ha hecho odioso a los ojos del que todo lo puede.
Nasr, dándose cuenta de que el Emir lo había descubierto, abandonó precipitadamente la sala en busca de un médico que le administrara un antídoto, desgraciadamente el veneno era tan fuerte que estaba sentenciado a muerte.
El eunuco murió retorciéndose de dolor mientras que Tarúb, esperaba que no la hubiera implicado con el médico...
Según cuentan, Tarúb no sufrió ningún castigo y que nadie podía creer como el Emir seguía amándola como el primer día, siendo su favorita por muchos años.
Cronistas árabes recogen algunas noticias del amor apasionado que sentía el Emir por Tarúb, pues cuentan que llegaba al extremo de dejar al mando del ejercito a uno de sus hijos en plena expedición militar para estar con ella; también cuentan - prosigue Joaquin Vallvé - de los desplantes de la favorita y de los esplendidos regalos que recibía como un collar de perlas valorado en diez mil dinares, o cien mil según otras fuentes.
Buscando datos, encontré algo curioso sobre la muerte de Abderraman II en el libro "Historia general de España" ya que más o menos viene a deci que murió por "justicia divina" dice así:
" Ese mismo año martirizaron a Aurelio y Felix con sus mujeres Sabigotona y Liliofa muere Abderraman, según los cristianos por castigo del cielo, muere de repente, según cuentan desde una galería de su propio Palacio donde observaba el martirio de los cristianos, quedó de repente de su estado y (fin poder hablar palabra) espiró aquella misma noche, dexó quarenta y quatro hijos y quarenta y dos hijas aunque lo sucede su hijo Mahomad"
Lo cierto es que Abderraman II murió un 22 de Septiembre del 852 de repente.
¿Tuvo algo que ver Tarúb? Eso jamás lo sabremos pero quien heredó el Emirato no fue quien ella pretendía, fue Muhammad, el hijo de su amada primera esposa.
Fuentes consultadas:
En torno a la vida y la muerte de Abderraman II por A. Arjona Castro, Boletin de la Real Academia de Córdoba XliX (1979) -Boletin de la Real Academia de la Historia Tomo CLXXXVIII: Biografia de Abderraman II Emir de Al Andalus por Joaquin Vallvé (1991) -Historia general de España dividida en III tomos por Juan de Mariana y J. Manuel de MedranoHistoria de Al Andalus- El Islam en Europa- Cordobeses en la Historia El día de Córdoba 01/2010- Poesía Andalusí editado 2007 Juvenile Notiction- Abderraman II de Ricardo García Lozano Vegas Alta y la Serena Semanario de Informa
es increíble, como yo, particularmente, no logro entender la mentalidad en muchas cosas de otras civilizaciones.... Lo de tener muchas mujeres, sobretodo, en estos hombres tan poderosos, luchar con otras por tener poder, o que lo tenga nuestra descendencia....es muy dificil de entender para nosotros. A la inversa, tamibén, por supuesto, costumbres nuestras les serán completamente extrañas e incomprensibles... De todas formas hay una cosa común a todos los seres humanos: La avaricia y ansias de poder.... Un besito, reina mora.
El día que las mujeres dejemos de ser objeto de placer o de cambio en algunas culturas, entonces podrá avanzar la humanidad
EliminarUn saludo Luna