martes, 7 de agosto de 2012
San Eulogio de Córdoba
Era el año 755 cuando la dinastía Omeya, escapando de una muerte segura en Damasco, había llegado a España y un año después ya se había proclamado Emirato independiente.
En aquel tiempo a Abderraman tampoco le interesaba que se convirtieran al islam todos los oriundos ya que los no musulmanes pagaban mucho más tributos y por lo tanto no urgía su conversión, ¡Había que llenar las arcas!
Así que los mozárabes, a cambio de tributar para las arcas del Emir, conservaron su organización con los llamados "condes" a la cabeza, llegando a existir 10 iglesias y más de 20 monasterios sólo en Córdoba.
Mientras, bajo el reinado d Al Hakem I nacía de una familia noble, proveniente de la aristocracia patricia romana, un niño al que llamaron Eulogio y al que desde muy pequeño consagraron para el ministerio de la iglesia siendo entregado al colegio sacerdotal de la basílica de San Zoilo donde compartió con un centenar de chicos sus primeras letras.
El abad Esperaindeo que gobernaba el monasterio de Santa Clara muy cerca de Córdoba, fue uno de sus profesores junto con el abad Samson que os sonará porque es el que nos dejó la campana más antigua de toda España.
Apenas rozaba la adolescencia cuando es investido con la dignidad de Diácono y en corto espacio de tiempo sacerdote.
Eulogio intentó peregrinar a Roma pero sus familia y amigos lograron disuadirlo, aunque poco después emprendió un viaje para intentar conocer el paradero de dos de sus hermanos dedicados al comercio, pues se rumoreaba que estaban haciendo transacciones por tierras del Rin... ¡No pudo conseguirlo!, se lo impidió la guerra civil de Ludovico Pio con sus hijos que había a ambos lados de los Pirineos.
Éste Ludovico era hijo de Carlomagno y le decían "PIO" por piadoso que era el hombre pues dicen que era de carácter bonachón, ¡Tanto! que sus hijos se le subieron a las barbas y cada dos por tres lo echaban del trono para sentarse ellos. ¡Por lo que se ve, no podían esperar a que su padre estirara la pata para heredar!
Y lo que no pudieron hacer ellos ¡Pues lo hizo un eclipse de sol! que tal miedo le dio al emperador que la "espichó" del susto cuando vio que de pronto el día se convirtia en noche. ¡¡Podre Ludovico, se quedó tieso como la mojama!!
Bueno, a lo que íbamos:
Al no poder cruzar los pirineos, se vuelve hacía Zaragoza y se dedica a otra tarea muy importante ya que recoge en Leyre, Siresa y otros monasterios de Navarra y Aragón preciosos manuscritos como la obra de San Agustín "La ciudad de Dios" y la "Eneida" de Virgilio las "Sátiras" de Juvenal y de Flaco, las "Fábulas" de Avieno e "Himnos Católicos" que se llevó como botín a Córdoba sirviendo para restaurar la cultura cristiana.
Una vez de nuevo en Córdoba ya eran tiempos de Abderraman II las nuevas limitaciones a la religión cristiana crearon una oposición de los mozárabes dirigida por Eulogio que animaba a los cristianos a presentarse orgullosamente al martirio, por lo que tanto Eulogio como su amigo Álvaro como el Obispo Saul fueron encarcelados como instigadores, es ahora cuando escribe sus obras principales: el Memorial de los Mártires y el Documento Martirial, para sostener el ánimo de dos vírgenes cristianas, Flora y María, encerradas en un calabozo.
Con el ascenso al trono Omeya de Muhammad I se endurecieron las medidas contra los cristianos y Eulogio molestaba a los visires y al cadí por su incansable actividad y su propaganda fue detenido por haber ayudado a ocultarse a una joven llamada Leocricia, hija de padres musulmanes, que había sido convertida.
Una vez delante del tribunal dice alto y claro que jamás renegará de su religión siendo decapitado allí mismo sin retractarse de sus palabras.
Fuentes consultadas:
Álvaro de Córdoba: " Vida de San Eulogio" (Traducción y notas) por P. Rafael Díaz y Diaz. Universidad de Granada- El tesoro de la fe, revista cultural católica - - Wikipedia- Santopedia- Boletin de la Real Academia de la Historia- La educación en la Hispania antigua y medieval escrito por Bernabé Bartolomé Martínez -Foto recogida de internet
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