martes, 21 de agosto de 2012

La Sinagoga, susurro de lo que fue una ciudad








En tiempos del Papa Inocencio IV, los judíos comenzaron a edificar en Córdoba una suntuosa y elevada Sinagoga.
Su construcción no fue bien vista por el clero cordobés que se quejó al Obispo por el gran escándalo que para la cristiandad suponía su proximidad con la Iglesia Mayor, por cuyo motivo el Prelado se dirigió a su Santidad exponiendo cuanto acontecía, lo que originó una Bula ordenado la paralización de las obras, y el derribo de lo edificado.
Esta Sinagoga, en ese momento, no fue derribada ya que cuando se recibió la bula en Córdoba, el Obispo Don Gutierre había fallecido, siendo años después cuando fue demolida, ya que no se les permitió levantar otra con más altura que la indispensable.
En su lugar, dada la necesidad que tenían de reunirse edificaron una Sinagoga de reducidas dimensiones en los años 1314-1315, que es la que ha llegado a nuestro tiempo para nuestra alegría. 
Esta Sinagoga es la única que hay en Andalucía que junto a la Sinagoga del Transito en Toledo, son las dos únicas medievales españolas que han llegado a nuestros días. 

La Sinagoga está situada en la casa nº 20 de la calle de los Judíos frente al Zoco, muy cerca de la Puerta de Almodóvar y a corta distancia de la Mezquita Aljama, en la Judería.
Este edificio sufrió varias obras y derribos lo que ha deformado en parte, su estructura original. En una de las viviendas que separan el templo de la muralla de la ciudad existe una amplia habitación en cuyas paredes se han descubierto arcos y yeserías mudéjares, más o menos contemporáneos con la Sinagoga lo que hace pensar, sean restos de la 'Madrasa' o Escuela Talmúdica.

La Sinagoga no tiene acceso directo desde la calle, se entra por un pequeño patio a cuyo lado derecho se encuentra una puerta con arco rebajado en ladrillo que da ingreso a una especie de vestíbulo o atrio de reducidas dimensiones.
A su derecha se encuentra la escalera que permite subir a la tribuna de las mujeres que es donde se situaban para escuchar la oración y donde se conserva una pequeña colección de restos arqueológicos, pertenecientes a la Sinagoga.
Una puerta adintelada en el muro sur da paso a la Sala de Oración de 6,95 x  6,37 metros y todas su paredes ofrecen una compleja decoración, se piensa formó parte de un conjunto mucho mayor.
Desgraciadamente hoy, no podemos formarnos idea del fantástico aspecto que ofrecería el templo, cuando luciese toda la suntuosidad y el lujo que embellecían sus muros.
La parte baja de éstos ha perdido totalmente su decorado, tal vez de yesería o alicatado de azulejos, característico del mudéjar cordobés.
En la parte alta se conserva en muy buen estado, una rica decoración de yesería en cuya bóveda debió tener un artesonado de delicada labor, ricamente dorado y policromado del que no se conserva nada.

Todos los espacios que hoy vemos en blanco, estaban decorados con delicadas labores de yesería e inscripciones, las que desparecieron igual que el artesonado, cuando adaptaron el templo a ermita y escuela.
Ésta fue la Sinagoga que los mudéjares cordobeses labraron con toda la delicadeza, bajo la dirección del alarife Ishaq Moheb.
Construida a comienzos del siglo XIV según reza en su inscripción fundacional:

"Santuario en miniatura y morada del testimonio (o ley) que terminó / Isaac Mohed, hijo del señor Efraim / Wadawa el año setenta y cinco. / Asimismo vuélvete / oh Dios y apresúrate a reconstruir Jerusalem". 

El acceso a la sala principal -cuadrada y no más de 40 m2- se lleva a cabo a través de un pequeño patio desde el que también se alcanza la galería de mujeres. La parte alta de las paredes está decorada con yeserías mudéjares en donde se desarrollan esquemas realizados a base de motivos vegetales, geométricos y epigráficos recogidos fundamentalmente del Libro de los Salmos. 

Pasó por muchas vicisitudes; cuando la expulsión de los judíos fue destinada a Hospital de enfermos de rabia, bajo la advocación de Santa Quitería, posteriormente fue compraba por el gremio de zapateros para hacer allí la Ermita de su patrón San Crispín y San Cipriano el 8 de Abril de 1588, según D. Germán Saldaña Sicilia y es el obispo Francisco Pacheco dió la constituciones de esta cofradía.
Según D. Rafael Castejón- se colocaron altar, imágenes y retablo en las paredes y otras decoraciones que fueron ocultando su delicada labor de yesería y la inscripciones hebraicas- en el siglo XIX se convirtió en Escuela de Párvulos siendo olvidada por el paso del tiempo, hasta que en  el 1884 por motivo de unas reparaciones, D. Rafael Romero de Barros, el padre del pintor Julio Romero de Torres, descubrió el valor histórico del edificio ya que aparecieron varios caracteres hebraicos por lo que fue declarada Monumento Nacional en 1885.

En 1928 se presentó un proyecto por el arquitecto Felix Hernández donde con la obra las inscripciones desaparecieron



Fuentes consultadas: 
Patrimonio Inmueble de Andalucia- La sinagoga por G. J. Diario de Córdoba 19/11/1955- La Sinagoga de Córdoba por Fray Joaquín Delgado O.P. Diario de Córdoba 14/11/1956-La sinagoga cordobesa del siglo X de Ricardo Molina Diadrio de Córdoba 10/03/1964- Wikipedía-

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