miércoles, 10 de febrero de 2010

El Califa Al -Hakem II






Un quince de octubre del 961 moría el gran Califa Abderraman III apodado al Nasir.
Al Hakem, su heredero contaba con 47 años cuando juró fidelidad en el salón de Madinat al Zahrá adoptando el sobrenombre de Al Mustansir Bi- Lláh, lo cual quiere decir "El que busca la ayuda victoriosa de Alá".

Al hakam había nacido en la perla de Al Andalus un trece de Enero del 915 en el mismo momento de la llamada a la oración, sin duda un buen augurio. 
Pronto fue elegido por su padre para sucesor con toda la ceremonia requería el cargo... Ese día su madre, una esclava llamada Miryam, no cabía de gozo al pensar que el hijo de una cristiana sería el próximo Califa de Al Andalus.

La larga vida de su padre le había ayudado a llevar su vida fácil y placentera, al igual que sus demás hermanos, entre libros, poetas y escribiendo versos... 
Su padre se había encargado de que sus hijos fueran educados con esmero y sobre todo a Al Hakem que ya tenía decidido que sería su heredero.

El reino heredado era fuerte y grande aunque con algunos "problemillas" de lo que ahora se diría política exterior...  
Por un lado tenía que mantener el prestigio de los Banu Umaiyya por el norte de África consolidando lo que había alcanzado su padre en el intento de detener la expansión de los Fatimí. 
Éstos conquistaron Egipto en el 969 trasladando su capital al Cairo, lo que hizo que la presión del estrecho fuera mucho más leve lo que hace que el Califa intentó con suerte recuperar al parte del Magreb 
¡Y si éramos pocos parió la abuela! -Como se suele decir.
También tuvo que afrontar la ofensiva danesa que al mando de un tal Gundurendo recorrían las costas de Europa sembrando el terror donde llegaban, donde con una gran ofensiva esta vez naval no fueron capaces los daneses ni de desembarcar.
Aunque el problema más cercano y que de seguro le quitaba el sueño era el de los reinos norteños:
Los cristianos esta vez, habían aprendido a no luchar solos si no estaban aliándose incluido los condes catalanes en contra de su enemigo común: Al Andalus.
Cuando murió Abderraman III muchos rompieron el compromiso de vasallaje que tenían con Córdoba.  
Tanto "el Gordo" de León como García I Sánchez de Pamplona se creyeron que podían olvidar lo acordado con el cordobés ¡Y nada más lejos de eso, teniendo a su hijo Al Hakem II al corriente!
Al Hakem exigió a Sancho I de León, las diez fortalezas que tanto él como su abuela doña Toda habían pactado con Abderraman III si conseguía que el gordo adelgazara y lo colocaba de nuevo en el trono leonés.
Desoídas las exigencias del cordobés, Al hakem no tuvo más remedio que realizar varias campañas contra los cristianos.

Entre tanto Ordoño "el malo" y yerno del conde Castellano, imploró el auxilio del Califa contra su primo Sancho de León siendo recibido en Córdoba pomposamente y firmando un tratado de paz con el cordobés que En el trabajo de Jesús Zanón nos lo refleja muy bien- Unos meses antes de la recepción del embajador magrebí, en concreto a finales de safar de 351/ aprox. 9 de abril de 962, llegó a Córdoba procedente de Medinaceli el destronado rey de León, Ordoño IV, acompañado por veinte caballeros. Tenía como objetivo pedir ayuda a al-Hakam para recobrar su perdido trono, ahora en manos de su primo Sancho I. Ordoño repetía así ante el soberano cordobés, recién coronado, la misma táctica para conseguir el trono que había utilizado su primo Sancho ante el anterior califa ‘Abd al-Rahman III: Presentarse en Córdoba y solicitar la ayuda del monarca omeya a cambio de ciertas cesiones (Lévi-Provençal, 1950: 298-300). 
Las fuentes árabes relatan con bastante detalle la actuación de Ordoño, a quien presentan carente de dignidad, capaz de realizar los gestos más vergonzosos con tal de recibir el apoyo califal. Tras su llegada a Córdoba, fue acomodado en el palacio de al-N´aura, donde pasó dos días antes de ser recibido por el califa en Medina Azahara (Mad¯inat al-Zahr¯al) al sábado siguiente (= 12 de abril)."-
Por lo visto aquí deja bien dicho el cronista a la degradación que llegó Ordoño para que Al Hakem II le ayudara ¡¡Vamos peloteo hasta el infinito y mucho más!!

Cuando Sancho se enteró de la maniobra del Al Hakem II le faltó tiempo para mandar un enviado al Califa para mantener la entrega de lo que le que tanto le demoró a Abderramán y a él, pero a causa de la muerte en extrañas circunstancias de Ordoño en la ciudad, de nuevo se echó atrás en la entrega, de lo que se podría esperar que "El Graso" estuviera detrás de la muerte.
El  navarro tampoco aceptó entregarle a su cuñado pues ya se había casado con su hermana Sancha Sánchez y aliados los tres se creían fuertes ante las tropas del cordobés.
Así que finalmente cansado Al Hakem II de los norteños, tuvo que iniciar una ofensiva y fue él mismo quien acompañado con un gran ejercito marchó contra Castilla apoderándose de San Esteban de Gormaz destrozando sin piedad cuanto encontró en su camino llegando a las lineas del enemigo por las orillas del Duero, reduciendo al polvo cuanto fortalezas encontró. 
Contaban en las crónicas árabes:

"En tierra de cristianos y puso cerco al fuerte de Santisteban, vinieron los cristianos con innumerable gentío y peleó contra ellos. Entró a la fortaleza espada en mano y degolló a sus defensores y mandó arrasar sus muros...Ocupó Simancas, Coca, Osman y Coruña del Conde y las destruyó; fue sobre Medina Zamora, y cercó a los cristianos en ella entrando por la fuerza y pocos defensores pudieron librarse de las espadas musulmanas... Con muchos cautivos regresó vencedor a Córdoba entrando en ella con aclamaciones de triunfo."

Mientras su general Galib se apoderaba de Calahorra y Atienza derrotando a los condes catalanes Miró I y Borrell II que habían venido en ayuda de los cristinos.
Escultura de Al Hakam II y al fondo Córdoba

Más tarde, emisarios de los condes de Barcelona solicitaban la renovación de los tratos y estipulaciones que habían concertado con su padre AbderramánIII. 
La petición iba acompañada de un magnifico presente compuesto de veinte eslavos eunucos, diez corazas eslavas, doscientas espadas de Frandjat y veinte quintales de estaño... 
Se firmó de nuevo la paz con la condición de no aliarse con los leoneses ni los navarros y con la destrucción de varios fortalezas catalanas que molestaban a los musulmanes. 
Esto le aseguró durante años al califa sus fronteras, consolidando la supremacía de Córdoba en toda la geografía... 

Cuentan los cronistas sobre Al HakamII que era inteligente, ilustrado, sensible y extremadamente piadoso, era medio pelirrojo como casi todos los Omeyas, con grandes ojos negros y nariz aguileña. Dicen que de tronco fornido pero algo corto de piernas... Todo lo que imponía subido a caballo lo perdía cuando se bajaba de él.

Sólo había un problema y era la falta de descendencia que tenía el Califa, sus gustos se inclinaban mucho más a los efebos es decir, que le gustaba más los chicos jóvenes que su propia esposa y concubinas.
Hasta entonces, y aunque los comentarios sobre su orientación sexual corrían por todo el Al- Andalus no había sido primordial que tuviera descendencia, mientras su padre ostentaba el poder, pero ahora era asunto de Estado el que el Califa tuviera hijos.
Pese a su unión con la bella Radhia, con la cuál llevaba muchos años, no tuvo hijos y cientos de concubinas anhelaban estar con el Califa pero éste aunque deseaba tener un sucesor de su propia sangre, no buscada "juegos de cama" con ninguna. ¡Lo que hacía ya no difícil, sino imposible que tuviera un heredero!
Logró dárselo una concubina llamada Subh, y cuentan que se vestía de chico para lograr la atención de su señor, cosa que a Al Hakem le encantó ese juego "diferente" de la concubina a la que le dio el nombre masculino de Chafar.

Ella fue la madre de los dos hijos que tuvo Al Hakam, el primogénito murió al poco de nacer, y más tarde llegaría  Hisham II, al que el pueblo lo llamó " El Niño Califa " ya que además de ser esperado por todos, fue deseado y adorado por Al Hakem que siempre había visto lejos tener un heredero.

Viviendo en paz con sus enemigos se dedicó al pueblo cordobés, emancipando un centenar de esclavos, rebajando una sexta parte los impuestos y garantizando la existencia de los maestros de las 27 escuelas para niños pobres que había creado en Córdoba y donde enseñaban grandes eruditos atraídos por sueldos atrayentes ¡Pagados por el Califa por supuesto!
Terminó de construir Madinat Al Zahra donde utilizaba sus dependencias desde primavera hasta el otoño para más tarde en invierno bajarse al Alcázar Califal que también le hizo alguna que otra reforma y trasladó la Ceca o casa de la moneda a Madinat Al Zahrá.

Ordenó construir los baños Califales del Alcázar Omeya en la ciudad para su uso exclusivo del Califa y su harem y de la que ya hablamos en este blog ( Pinche Aquí )
Promovió la ampliación de la Mezquita Aljama, siendo su ampliación la más original y rica de todas las ampliaciones. 
Al fondo el Mihrab
Añadió doce tramos que son los más bellos y decorados de la mezquita, hacia el sur en la sala de oración manteniendo en los arcos el juego de doble arcada, mandó construir un nuevo muro llamado Quibla para extender el oratorio dotando la obra de una serie de lucernarios cubiertos con bellas cúpulas nervadas, además de la construcción del mihrab, cuya portada está decorada por bellos mosaicos realizados por maestros bizantinos.
Mihrab
En el Mihrab se puede apreciar un bello zócalo decorado en ataurique sobre mármol también se puede apreciar con escogidos fustes que alterna colores. También mandó abrir tres puertas en el muro de poniente de la Mezquita Aljama y de la que ya hablaremos en otra entrada
Preciosa vista
Lucernario de Al Hakam
Lo que hoy en día es la Capilla de Villaviciosa

Pero sobre todo visitaba el que, aparte de la Mezquita, era su templo favorito: La biblioteca.
Situada en el Palacio de Meruan, el que antes se había destinado para el palacio de los príncipes, ahora estaba la inmensa Biblioteca y en sus muchos y vastos salones se guardaban los libros clasificados por materias. Allí funcionaba un taller de copistas, encuadernadores y miniaturistas y tenía agentes para ojear y comprar libros en El Cairo, Bagdad, Damasco y Alejandría.
Al Hakem II, leyó y cuentan que le encantaba anotar pensamientos en los márgenes de muchos de los miles de libros de su biblioteca, y aunque ya no tenía el mismo tiempo para las tareas bibliotecarias, encargó la administración de la misma a su medio hermano Abdelazis, príncipe en extremo erudito y aficionado a las letras que junto a una mujer que había nombrado él mismo como copista de ésta. ¡Cosa que en aquellos tiempos era impensable y que fue en contra de todos sus consejeros!.
Desde la biblioteca subvencionaba no sólo a los escritores y estudiosos de Al Andalus sino de todo el mundo. Cuando supo que Abu el-Faraj Isfahani había comenzado su célebre antología de poesía y canción árabes le envió mil monedas de oro para tener una copia. El Isfahani le envió una especial, con la genealogía de los Omeyas.

Como el Califa no tenía una buena salud, Subh la madre de su único hijo, no estaba por la labor de que éste fuera desplazado a causa de su poca edad de la sucesión de su padre Al Hakem.
Mucho le había costado quedarse embarazada del Califa cuando la mayoría de las noches las pasaba con sus chicos, como para ahora rendirse a pesar de que su hijo era pequeño, malcriado, enfermizo, ¡Y por qué no decirlo! Idiota...
Si a Al Hakem le ocurriera algo, cualquiera de sus hermanos podría recoger el poder de Al Andalus. Así que maniobró para que el Califa reconociera con la magnificencia acostumbra y siguiendo el ceremonial prescrito a su hijo Hixem como legítimo heredero del trono.
Poco se imaginó Al Hakem II que esta decisión conllevaría la perdida de la grandeza Omeya y la desaparición de Al Andalus...
Día de la inauguración de su escultura
realizada por Pablo Yuti
1 de Octubre de 1976

Por aquel entonces, Al Hakem sufrió un ataque de hemiplejia del que nunca se recuperó y la mitad de su cuerpo se quedó paralizado... 
Las maniobras palaciegas empiezan a acelerar bandos que hasta ahora estaban soterrados a la espera de la muerte del Califa.
Por un lado Subh con, según dicen, su amante Almanzor y esa sombra de aspirante a Califa al que llamaba hijo; por otro lado, algunos hermanos de Al Hakem que viendo la incapacidad de Hixam, querían acogerse a la poca edad que tenía el heredero para poder gobernar.
Muchos fueron los que posaron su mirada en el infante Abu Mutarrif al Mugira medio hermano del Califa,  al que preferían antes en el poder que tener un Califa niño y nominal que acabaría siendo una marioneta utilizada con astucia por Almanzor y por la víbora de Subh.

El primer día del mes de Octubre del 976 con 62 años y con un reinado de 15 años, 5 meses y 3 días, Al Hakem murió en brazos de sus dos eunucos favoritos.
Esa misma noche, los grandes servidores de palacio quisieron entronizar de Califa a Al Mugira, cuando fueron a su casa para llevarlo a Madinat Al Zahra, estaba colgado de una viga de su casa... 
¡Almanzor se había anticipado!
En esa madrugada, sacaron al pequeño de su lecho para proclamarlo Califa, nadie podía por aquel entonces imaginar que con la proclamación de su hijo Hisham II, empezaría el declive de la perla de oriente, Al Ándalus.
En una muerte lenta y agonizante...

Pero eso, déjame que te lo cuente otro día.


Fuentes consultadas:
Historia de los musulmanes en España de Reinhart Dozy - Saladino por Julio Reyes Rubio- Breve historia de Andalucia de Manuel Peña Diaz- Wikipedia- El Islam y Al Andalus- Crónicas de la provincia de Córdoba de Manuel Gonzales Llana- La otra Córdoba de Galisteo Roger- Anales palatinos del Califa de Córdoba Al-Hakam II, por Isá Ibn Ahmad Al-Rázi-Jesús Zanón * Los interpretes en la corte de Al- Hakam II de Córdoba- Fotos recogida de internet-

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