jueves, 16 de marzo de 2023

D. Pedro Fernández de Alcaudete.

Quemado por judaizante y la verdadera historia que había detrás 

Fotografía de portal de Sfarad
Torre de la inquisición
Alcázar de los Reyes Cristianos










A finales del siglo XIV la corona de Castilla y Aragón se da cuenta que no tiene poder sobre los judíos, estos le habían prestado dinero para sufragar los gastos de la guerra contra los moros y los reyes se veían muy endeudados, al igual que muchos nobles.
Así que la única manera de "librarse" del pago era expulsarlos... Todo aquel que se quedara debería convertirse al cristianismo.
Hubo muchas familias, sobre todo mercaderes que al convertirse y cambiar sus apellidos ya no habían nada que le impidiera el ascenso social al que tenían vetados por ser de origen hebreo.
Los cristianos viejo viéndose amenazados en el monopolio que existía en la incorporación de algunos puestos, se rebelaron contra ellos pidiendo para su acceso expedientes de limpieza de sangre y es ahí donde aparece los tribunales de la Santa Inquisición.
¿Y qué ocurría cuando un judaizante era juzgado por el tribunal y encontrado culpable? Pues en el mejor de los casos iba a parar con sus huesos a una celda, en el peor a una hoguera, sus bienes y los de toda su familia, era confiscados por la Corona ¡Que recordemos que tenían que llenar las arcas vacías! 
Córdoba fue la segunda ciudad donde se estableció el Tribunal en 1482, con el nombramiento de los inquisidores Pedro Martinez Barrio, doctor en Cánones, Antón Ruiz de Morales canónigo de dicha catedral y como asesor fray Martín de Caso; Los mismos Reyes le cedieron parte del Alcázar para establecer el Santo Oficio y prácticamente se estrenaron con uno de los casos que ha llegado hasta nuestros días como leyenda.
Fotografía propiedad del Día de Córdoba
 Torre de la Inquisición antiguo tribunal de la Santa Inquisición
Alcázar de los Reyes Cristianos
Y ésta fue la de Pedro Fernández de Alcaudete, el tesorero de la Catedral.
Hasta hace nada, no sabíamos casi nada de éste personaje... Gracias a la tesis de D. Francisco I. Quevedo que el padre del tesorero fue Juan Fernández y que fue quemado en estatuilla no sabría determinar el tiempo. Que tenía dos hermanas que quedaron en Córdoba y que murieron alrededor de 1507, se cree que de muerte natural ya que no se han encontrado las actas inquisitoriales. 
De la información que se ha podido encontrar en el archivo del Monasterio de los Jerónimos apenas hay unas letras: Que era bachiller "in utroque iure" (en ambos derechos), en derecho civil y en derecho canónigo, juez apostólico subconservador y subejecutor de Valparaíso.
Por lo demás que su cargo consistía en la custodia y administración del tesoro de la misma incluido el manejo de los fondos, es decir, del dinero...
El tesorero se había metido con demasiada gente e incluso utilizaba su cargo para prestar dinero que luego debían de pagarle con intereses o en contra se quedaba con sus bienes. 
¿Y quienes eran lo que mayormente pedían créditos a este personaje? Pues los nobles, que al no poder luego pagar movieron sus hilos para saldar "sus cuentas" contra el Tesorero.
Fotografía ABC de Córdoba
Desde la Torre
Pero empecemos por la leyenda:
Cuenta que el Jueves Santo de 1483 cuando la procesión retornaba de nuevo a la Catedral alguien se percató que de un zapato del Tesorero manaba sangre...
Cuando la gente le avisó de que estaba sangrando Pedro Fernández se turbó tanto que los canónigos se alertaron llevándole a la capilla de san Acacio, de ahí que hoy en día se le dice la conoce como la capilla de la sangre. 
Al descalzarlo, descubrieron que dentro del zapato había una hostia consagrada, la cuál iba pisando al caminar... Inmediatamente fue detenido y llevado a las mazmorras de la Santa Inquisición.

Cuenta que el Tesorero vivía una vida desordenada entre la lujuria, el poder y la ambición... Incluso se habla de los chantajes que hacia a los nobles de aquel entonces, para llegar a sus caprichos.
Esto hizo que la Santa Inquisición, posiblemente empujada por más de un canónigo y noble, cayera sobre él con toda la fuerza, acosándolo de judaizante... 
El traslado del Tesorero a las celdas del Santo Oficio no estuvo falta de violencia "fue llevado a empellones y uno de sus criados mató al aguacil de las cárceles secretas"
Otros cuentan que realmente el motivo de su detención y acusación fue como consecuencia del proceso y castigo a una manceba llamada Elvira que tenía en su casa, la cual acusada de judaizante, y confesando serlo, terminó por declarar que Pedro Fernández de Alcaudete a pesar de su dignidad de tesorero de la Catedral también observaba la ley de Moisés.
¡La verdad! Jamás lo sabremos pero lo que si fue muy beneficioso tanto para el tribunal como para los Reyes la confiscación de sus bienes.
Ermita de los Santos Mártires

El día 23 de febrero de 1484 tocaron a Auto de Fe en la Catedral y a la mañana siguiente se formó la procesión en que iban los inquisidores, precedida de una cruz alta y cubierta con velo negro acompañando la Ciudad, otras corporaciones, entre ellas el Cabildo eclesiástico y el obispo don Rodrigo de Soria, que vino para la degradación, por estar vacante la mitra de Córdoba.
Dicen que fue en el convento de los Santos Mártires situado más o menos a la altura de donde ahora se encuentra la Ermita del mismo nombre al comienzo de la Ribera, al efecto preparada con un tablado en el centro, sobre el cual se efectuó la ceremonia.
Despojaron a Alcaudete de las vestiduras y le pusieron una aljuba amarilla con mangas largas, una capotilla de colores y capuz y un letrero en que se leía:

                                                          " Éste ha judaizado" 

Después lo subieron en un asno, y entregado al brazo secular lo llevaron a las afueras de la puerta de Baeza, donde habían clavado un palo, al que lo ataron, y rodeándolo de leña le hicieron morir de una manera tan espantosa.
Existe el documento del juicio que se le hizo al tesorero por la Santa Inquisición, que se encuentra en el archivo del Real convento de San Pedro de la Orden Franciscana de esta Ciudad.
El manuscrito dice:

"En la muy noble y leal ciudad de Córdova, en sábado veinte y ocho del mes de Febrero, año del nacimiento de nuestro Salvador Jesuchristo de mil cuatrocientos ochenta y cuatro; estando fuera de los Alcázares Reales de esta dicha ciudad junto á la torre de los Leones, lugar situado donde los Reverendos Padres é Señores inquisidores de nuestra santa fe cathólica por la authoridad Apostólica y jurisdicción ordinaria, conviene á saber, Fray Martin de Cazo de la Orden de San Francisco Maestro de Sagrada Theología, y el Doctor Pedro Martinez de Barrio y el Bachiller Anton Ruiz de Morales Canónigos de la Yglesia de esta ciudad, y el Licenciado Juan Gutierrez de las Cañas, é Don Lope de Sandoval Dean, é Don Francisco de Balenzuela Arzediano de Córdova, é Don Pedro Gonzales de Hozes Chantre, é Simon Lopez de Valenzuela é Luis Mendez de Morales Canónigos, con otros muchos Clérigos é Beneficiados de la dicha Yglesia Cathedral é el virtuoso Señor Garcia Fernandez de Manrrique del Consejo del Rey é Reyna nuestros Señores é su Correjidor é Justicia Mayor en esta Ciudad é su tierra, con otros muchos cavalleros de los del Regimiento de esta dicha Ciudad, é el discreto varón el Bachiller Pedro de la Cuba Alcalde de la Justicia, é el Reverendo Señor Don Rodrigo de Soria obispo de Málaga, todos generalmente estando en su congregacion é ayuntamiento para denunciar é declarar por erege judaizado apostatado á Pedro Fernandez de Alcaudete Thesorero de la dicha Yglesia Cathedral de esta Ciudad; é porque, assi denunciado, el dicho Señor Obispo lo degraduase de las órdenes ecclesiásticas que tenia: é luego los dichos Señores Padres Inquisidores sedendo pro Tribunali mandaron á los discretos notarios Anton Sanchez de Córdova Notario Apostólico, e á Mateo de la Cuba escribano público de esta dicha Ciudad, é escribanos de esta Audiencia, é que leyesen públicamente delante del pueblo, como que estava presente á los autos é méritos del proceso hecho contra el dicho Pedro Fernandez Thesorero herético, Judaizado Apóstata é descomulgado, é los delitos é eccesos por él cometidos contra nuestra Santa fe cathólica, segun la deposicion de los testigos que contra el dicho Pedro Fernandez depusieron por sus dichos é segun la confesion por él confesada.
Por el cual dicho Proceso pareció el dicho Pedro Fernandez Thesorero aver caido en error de herejía é judaizado, teniendo como tenia al público nombre de christiano, ó en el secreto nombre de Judio, é con el que siempre celebraba las fiestas expecial de la Ley de Moises, diciendo que aquella era la verdadera Ley por Dios dada, é que la Ley de Christo que era burla; é no solamente contento de esto, ya mas constava de hazer ayuntamiento con Judios de señal é con otros semejantes herejes, como predicándoles la Ley de Moises; el qual guardó las pasquas de las Cabanuelas é del Pan censeño, é del querno3; é los ayunos en especial siempre comia carne, é guardava los sávados, mandándole comer en viernes por el sábado, encendiendo los candiles antes del sol puesto, los quales ardian hasta que de suyo se apagavan; y quando iva á la Yglesia no hacia aquel acatamiento al Sagrario que devia, sino falso, por dar á entender que era Christiano; é no creia que la hostia consagrada era Dios verdadero; é quando se vido en agonias é travajos, ayunó por sí é hizo ayunar á otras personas los ayunos de la Ley vieja, por los quales fuere librado de penar; é no creia verdaderamente en lo que la Santa Madre Yglesia creo y tiene, sino de todo punto convencido en su herejia é inducimiento, en el qual siempre permaneció fasta la ora que fue traido al Consistorio donde los Señores Padres é Inquisidores estaban.
E assí venidos é platicados [por] el dicho Padre Casso de los crímenes é errores fechos por el dicho Pedro Fernandez Thesorero contra la Santa fé Cathólica, segun que esto é otras muchas cosas están en los Procesos contra él fechos, los dichos Señores Padres Inquisidores denunciaron ó declararon á el dicho Pedro Fernandez Thesorero por herético, judaizado, é Apóstata é Descomulgado, convencido en la herética pravedad; é que pedian é requerian al Reverendisimo Señor Obispo de Málaga, que presente estava, que lo degraduase de las órdenes ecclesiásticas que tenia, como á indigno poseedor de ellas; é luego el dicho Señor Obispo estando en su pontifical, segun que de uso é costumbre se suele fazer en los semejantes casos, degraduó por órden de nuestra Yglesia al dicho Pedro Fernandez dejándolo como hombre seglar. E luego los dichos Señores Padres Inquisidores dijeron que como hombre relaxo é hereje convencido en la herética pravedad, que lo relajaban é remitian al brazo seglar é á las justicias de los Reyes nuestros Señores, é al dicho Señor Garcia Fernandez Manrrique su Correjidor en su nombre. 
É luego el Señor Correjidor dijo que lo recibia por tal, é lo dava é entregava á el Bachiller Pedro de la Cueva su Alcalde de Justicia, que presente estava, para que segun las leyes divinas y humanas le diese la pena de muerte conforme á sus errores ó delitos de heregia por él cometidos, segund su dicho mereció.
E luego el dicho Alcalde de Justicia dijo que lo recibia á su fuero é jurisdiccion de Alcalde de la Justicia; é dió sentencia contra el dicho Pedro Fernandez como hereje, judaizado, apóstata, é descomulgado, como hombre seglar, segun que los dichos Señores Padres Inquisidores por su sentencia ó denunciacion le avian declarado, en la manera siguiente:
Yo el Bachiller Pedro de la Cueva Alcalde de la Justicia en esta ciudad de Córdova por el muy virtuoso Señor Garcia Fernandez Manrrique del Consejo del Rey ó Reyna nuestros Señores é su Correjidor é Justicia mayor en esta dicha Ciudad é su tierra, por virtud de la su sentencia é denunciacion que aquí han dado los Señores juezes de la Santa Inquisicion de la herética pravedad, en que han declarado por hereje judaizado, apóstata é descomulgado á Pedro Fernandez de Alcaudete Thesorero de la Yglesia Cathedral de esta Ciudad, segun los delitos por él cometidos contra nuesta Santa fé cathólica, Yo lo recibo á mi oficio é fuero de Alcaidia de la Justicia seglar en nombre del Señor Correjidor, é assí recibido fallo que por quanto por virtud de la dicha declaracion é degraduacion de él, fecha en forma de derecho, en que por su sentencia fue declarado el dicho Pedro Fernandez Thesorero ser hereje, judaizado é apóstata é descomulgado, convencido de la herética pravedad, é á mi fue relajado é remitido como degraduado é persona seglar, segun parece por la sentencia é autos del proceso sobre el fechos, lo qual es pasado en cosa notoria é por notoriedad del fecho, en el qual segun derecho por ser assí notorio no es necesario nuevo proceso ni orden de juicio, salvo solamente dar la sentencia; é Yo assí haviendo por notorio el dicho delito de heregía, apostasia del dicho Pedro Fernandez Thesorero, fallo, que le devo condenar y condeno por los dichos delitos é errores á pena de muerte natural, la cual mando que sea por fuego material, é sea quemado vivo hasta tanto que sea convertido en ceniza, é á pena de confiscacion de todos sus bienes, los quales confisco é aplico á quien con derecho los deve haver.
É mando á Andres Palacios Alguacil mayor de esta Ciudad que lieve é faga lievar esta mi sentencia á puro é leal é devido efecto é egecucion é que le mande cavalgar en un asno con una soga al pescuexo; é las manos atadas, lo lieve á quemar vivo á la Puerta baja, donde mando por esta mi sentencia que sea fecho, é execucion de ella; la qual assi pronuncio é sentencio por esta mi sentencia, por sus escritos, é por ellos;
El Bachiller Cuba. Yo Juan Ximenez escrivano público de Córdova. "

Según la tesis de Francisco I Quevedo- "Los Judeoconversos cordobeses y su proyección en el reino de Granada"- Pedro Fernández de Alcaudete tuvo hijos.
Lo confirma, una declaración hecha el día 11 de noviembre de 1521 ante el tribunal del Santo Oficio de una de sus propias hijas, llamada Elvira Fernández de 55 años que dijo ser hija de D. Pedro el que fue tesorero de la Catedral y que fue condenado a la hoguera haría alrededor de cuarenta años y que su madre, del mismo nombre que ella, también había sido sentenciada tiempo antes que su padre. 
Por lo visto, D. Pedro dejó más hijas de esta unión: La menor Catalina Hernandez, viuda del físico Maestre Fernando, quemado en el Auto de los "ciento siete" y que ya enviudada vivía con un mercader de Córdoba al que se le conocía como "Blas de Madrid", la otra hija se llamaba Juana Fernández de la que nada se sabe.
También hubo un hijo que se llamó Alonso y que se sabe porque una mujer declaró que su primer marido era un tal Alonso de Tantarina "Analdo" (Es decir, hijastro) del tesorero que fue condenado, y que después de casada su marido huyó de la ciudad cuando D. Pedro Fernández de Alcaudete fue detenido por el Santo Oficio.
Esta nuera del tesorero entroncó con un linaje bastante extenso los "Cerfati" de Bujalance de los que hablaremos más adelante.


Fuentes consultadas:
Ejecución en la hoguera de Jan Hus. Constanza en 1485- Cervantes Virtual- Mirando al cielo sin dejar el suelo de María Soledad Gómez Navarro- Historia de los Judíos en España por Adolfo de Castro- La publica difusión del auto general de fe por Manuel Torres Aguilar *Universidad de Córdoba- Familias en movimiento. Los judeoconversos cordobeses y su proyección en el reino de Granada (S. XV al XVII)  por Francisco I Quevedo Sánchez-