domingo, 14 de julio de 2013
Alonso Jiménez de Reynoso, un incordio para la Inquisición
No hace mucho, la hispanista Amelia de Paz, descubrió un manuscrito inédito de Luis de Góngora. En él aparece una acusación hecha por nuestro ilustre paisano, contra al inquisidor de Córdoba, D. Alonso Jiménez de Reynoso.
En este manuscrito se describe como el inquisidor mantiene una "escandalosa" relación de amancebamiento con una mujer, ante el tribunal del Santo Oficio...
Desde entonces me he preguntado quien podía ser ese inquisidor y por qué esa inquina sobre él por parte de Góngora...
D.Alonso Jiménez de Reynoso nació en Mazuecos (Guadalajara) hijo de Domingo Jiménez de Arenillas y Joanna de Valdeón, naturales y vecinos de Mazuecos.
Según consta en su información genealógica y limpieza de sangre, había sido fiscal de la Inquisición de Granada, de donde fue trasladado como inquisidor a Valencia sobre el 1580, destinándolo luego a Córdoba.
Lo que les unía o predisponía a ambos no lo sabemos a ciencia cierta, lo que se sabe es que ambos se conocieron en en uno de los viaje que Góngora hizo. Tal vez, Reynoso aspiraba al cargo de racionero y Góngora, de noble cuna, lo tenía más a disposición ¡Aunque eso no es más que elucubraciones mías!
Lo que es cierto es que el mismísimo Luis de Góngora declaró ante el Santo Oficio el 25 de febrero de 1597 contando, con expresiones más que explícitas, cómo el inquisidor de Córdoba, Alonso Jiménez de Reynoso se acostaba con doña María de Lara, una mujer a la que había conocido en Granada.
El Santo Oficio tenía su propio sistema de control interno y enviaba a los diferentes tribunales inquisidores que evaluaban la conducta del resto de inquisidores, algo así como el departamento de asuntos internos. Góngora aprovechó la visita de uno de esos inspectores para poner de hoja de perejil al inquisidor...
El inquisidor no solo mantenía una conducta tenida por inadecuada para un clérigo, sino que además malversó dinero de la corona cuando instaló a esa señora en "su nido de amor".
La cosa llegó a buen término y fue destituido de la plaza de Córdoba y posiblemente sancionado para ejercer su trabajo durante un par de años, ya que hasta 1600 el inquisidor no aparece por Valladolid, según título de 25 de enero de 1600 como parte del tribunal de la ciudad.
Y es ahí donde se empieza a conocer por medio de cartas de los otros inquisidores "El grano en semejante parte que es Reynoso" y tal vez la acusación que le hizo Góngora ante el Santo Oficio no fue más que alguna estrategia para hacer que se marchara de la ciudad y no simplemente el levantamiento de un chisme como le han acusado muchos desde que se encontró el documento.
Su llegada no satisface a los otros inquisidores, pues entre otras cosas altera la situación al ser más antiguo que Cortázar y Vega. A pesar de ello el tribunal no puede oponerse a su venida y en respuesta a la carta del Consejo que anuncia su incorporación a Valladolid dice:
"Al doctor Ximenez de Reynoso se admitirá luego que se presente con su titulo a uso y de inquisidor desta Inquisigion guardandole su antiguedad asi en darle aposento como en todo lo demas"
En esa carta aprovechan para pedir ayuda de costa pues como Jiménez de Reynoso es más antiguo que dos de los inquisidores del tribunal de Valladolid, el último de ellos, Pedro de Vega, ha de dejarle sus aposentos en la casa de la Inquisición. Por tanto, solicitan al Consejo la provisión de otra casa para el inquisidor desplazado...
El 2 de junio del año siguiente, la Suprema comunica al tribunal que va a reforzarlo enviando como supernumerario Alonso Jiménez de Reinoso, que efectivamente llega a Valladolid y toma posesión de su cargo el día 21.
Queda por tanto el tribunal con cuatro inquisidores, a saber Gaitán, Cortázar, Vega y Jiménez de Reynoso, aunque como veremos será por poco tiempo. Vega, inquisidor más moderno, es relegado en prerrogativas y honores por Jiménez de Reynoso, y será desplazado de su vivienda pues la casa de la Inquisición de Valladolid sólo tiene dependencias para tres inquisidores, en concordancia con la planta del tribunal Jiménez de Reynoso se niega a compartir estancia con el alcaide y como es inquisidor más antiguo que Roco, es éste el que ha de vivir en la casa dispuesta para residencia del tribunal y a Reynoso se le dan treinta mil maravedís de ayuda de costa para alquilar otra.
Más tarde,Jiménez de Reynoso no está de acuerdo con la solución adoptada y pide ocupar la vivienda de Roco, despreciada por él anteriormente.
El Consejo manda al inquisidor Roco ceder su vivienda a Reynoso, previo pago de los gastos realizados por aquel para acondicionarla. Roco se ve forzado a aceptar la nueva resolución de la Suprema, pero desde luego manifestando su desacuerdo.
A la vista de ello no es de extrañar que sus compañeros traten a Reynoso cuando menos de egoísta, señalando que el inquisidor Reynoso quiera siempre asegurar por su parte la ganancia.
Que el inquisidor Jiménez de Reynoso es un hombre cuando menos problemático lo dejan bien claro sus compañeros en carta dirigida al Consejo el 12 de diciembre de 1603, al decir:
"Del inquisidor Reynoso nuestro collega ernos sabido. V. S. nos a mandado cometer la execucion de las sentencias que contra el se an dado en el pleito que tratava con Don Geronimo de Reynoso su sobrino; de que suplicamos a Y. S/ con la mayor humildad y instacia que podemos se sirva de exoneramos, pues de tratar nosotros deste ministerio se a de siguir forzosamente segun la que tenemos de la vidriosa eondigion de nuestro collega) grandes ocasiones de disension entre el y nosotros, porque con mucho menores causas nos pone cada dia en cuydado de no darle a Y. S A, con cien mil niñerias que por su extraordinaria condiQion se ofrezen"
Tal vez y solo digo tal vez, esa fue la única manera que tuvo Góngora de poder eliminar de nuestra ciudad al grano en el culo más grande que tuvo la Inquisición.
Fuente:
Los inquisidores del Tribunal de Valladolid- Universidad de La Rioja- Colección de documentos inéditos para la historia de España, Volúmenes 1 y 2 -Foto recogida de Internet