sábado, 30 de julio de 2011

Acilia

La cordobesa madre de Lucano











Nacida en Córdoba, hija de uno de los más destacados varones de la prestigiosa familia de los Acilios, el abogado y orador Acilio Lucano, cuyos discursos se habían hecho célebres en toda la ciudad de Córdoba...
Cuentan de su padre que era un hombre ingenioso y que trataba mucho con los procónsules romanos.
Fue madre del gran poeta Marco Anneo Lucano, por lo que se vio implicada en las revueltas políticas que, dirigidas contra Nerón, acabaron con la vida de un gran número de ciudadanos de Roma, supuestamente relacionados con estas conjuras, entre ellos, el citado poeta cordobés junto con sus tíos Seneca, Galión y el propio esposo de Acilia, Marco Anneo Mela.

La joven Acilia creció en un entorno privilegiado tanto por sus relaciones políticas y sociales que, desde niña, la pusieron en contacto con las figuras más poderosas de la Bética, sino también del alto funcionariado procedente de la misma Roma.

Por lo tanto la posible formación cultural que recibió Acilia en su niñez y pubertad, fueron mucho más extensas y profundas que la de cualquier muchacha de su tiempo.

Alrededor de los catorce de edad (como era usual entre las jóvenes romanas), Acilia contrajo nupcias con Marco Anneo Mela, uno de los muchachos más destacados en los círculos sociales y culturales de la Córdoba por ser uno de los hijos del afamado rector Marco Anneo Séneca.
Mela, tras una larga estancia en Roma había vuelto a la ciudad que lo vio nacer, Córdoba, para llevar asuntos familiares y es cuando conoce a Acilia quedando prendado de ella.
Del matrimonio entre Acilia y el hijo de "Séneca el Viejo" nació el futuro poeta Marco Anneo Lucano.
Pronto quedó embarazada y unos meses después, cuando el niño aún no contaba un año de edad, toda la familia emprendió el camino a Roma, acompañados por la abuela Helvia, que se había quedado en la Bética al cuidado de su hijo Marco Anneo Mela y programar los esponsales de éstos, mientras su esposo y sus otros dos vástagos se quedan en la metrópoli para desplegar allí sus respectivas trayectorias políticas.
Al llegar a Roma, Acilia se convirtió en uno de los pilares básicos de la formación intelectual de su hijo, quien, con el ejemplo y las enseñanzas de su abuelo, de su propio padre y de sus tíos, pronto se orientó por el estudio de las artes de la retórica... Y como hacían tantos padres privilegiados de la época, enviaron durante un tiempo a estudiar a Grecia.

También Acilia colaboró al desarrollo de su propia formación cultural y, entre otras ocupaciones domésticas, al apoyo y la compañía de la vieja Helvia, cuya vida se vio ensombrecida durante su ancianidad, a raíz del destierro de su hijo Séneca decretado por Nerón.
Paradójicamente, el ascenso social y el reconocimiento literario del joven Lucano fue el principio de la decadencia de Acilia...
Con la conjura de Pisón fueron muchos ciudadamos romanos lo que cayeron en manos de Nerón y la familia Seneca también se vio involucrada en aquellas intrigas.... tanto, que sus cuñados (Seneca y Galión) prefirieron suicidarse y su hijo Lucano fue conducido a prisión donde fue torturado durante meses.
Durante estos meses, el poeta se negó a traicionar a sus camaradas de conspiración; pero, finalmente, consiguieron que hablara y hasta acabó delatando a su propia madre.

Sin embargo, en el caso de Acilia parece ser que ni siquiera una imputación tan grave como la lanzada por su propio hijo bastó para demostrar fehaciente su participación activa en las intrigas de los conspiradores, ya que su procesamiento pasó inadvertido entre la terrible sucesión de condenas y ejecuciones desencadenada tras el descubrimiento de la conjura.
A pesar de toda la información que le habían sacado bajo tortura a Lucano fue condenado a muerte que por honor se abrió sus venas por sus propias manos.
Acilia tuvo que ver las trágicas muertes de su propio hijo y cuñados y pasado un año de su adorado esposo Mela... Aunque ella no corrió la misma suerte, como en un principio cabría esperar.
Regresó a Córdoba, la ciudad que la vio nacer junto con su nuera Pola Argentaria, con la que había contraído nupcias Lucano poco antes de que estallara el desgraciado complot que le costó la vida.


Fuente: 
Wiikipedia- la Web de las biografias- Historia literaria de España, desde su primera poblication hasta nuestros días de P.R.Mohedano- Foto recogida de Internet no corresponde al personaje

sábado, 23 de julio de 2011

D. Luis de Góngora Árgote



Calleja Horno de la Trinidad




La verdad que no se por qué cada vez que me encuentro por la plaza de la Trinidad me imagino a Góngora con su sotana y capa caminando deprisa  y cabizbajo por la calle de las campanas la que ahora en Sánchez de Fería, dirección a la Catedral.
Tal vez por la estatua que está en la misma plaza o tal vez porque en la calleja, la que se llama Horno de la Trinidad está situada la casa donde dicen que murió don Luis.
La casa la tenía arrendada al licenciado Juan de Mora que según el libro de Catalogo de los Obispos de Córdoba era capellán de la Sangre, el mismo que dejó a su muerte mil ducados para costear el retablo de la Catedral pero que se emplearon para seguir la obra de la torre del campanario.

Bueno a lo que íbamos, la familia Argote no era rica, fue 
cierto que su abuelo Alonso de Argote poseyó un rico mayorazgo pero este hombre se había casado en segundas nupcias y ellos pertenecían a la "segunda familia" y fue el primogénito de su primer matrimonio el que heredó el mayorazgo.
Así que D. Francisco de Argote, el padre de nuestro poeta solo tenía apellido ilustre y muy pocas rentas, solo era un pobre juez de bienes que trabajaba para la Inquisición, que se casó con Doña Leonor de Góngora hermana de un racionero de la Catedral que los acogió en su casa, la que hoy sería la número 9 de la Calle Tomás Conde.
Monumento de Góngora
de Ruiz de Olmos
Es allí donde nace D.Luis de Góngora y Argote, el poeta más influyente del siglo de Oro, un día 11 de Julio de 1561, más tarde sus padres dejan la casa del racionero y se mudan muy cerca de allí, a la antigua plaza de las Bulas, hoy plaza Maimónides.
En uno de los artículos periodísticos del señor Jimenez Martos en Diario Córdoba escribía que Góngora nació en jueves, a pesar de que dicen que los que nacen en jueves están signados por su armonía y gozo, con don Luis fallaron los vaticinios porque el gozo no le abundó... 
Se podría decir que fue una persona huraña, 
Tras sus estudios en el colegio de la Compañía de Jesús y con apenas quince años, marchar a Salamanca sin duda alguna, bajo la protección de su tío carnal a cursar estudios jurídicos, pero - como escribía Ortiz Suárez en 1961- no fue nada brillante en sus estudios, hecho al buen vivir se divertía mucho y estudiaba muy poco.

Lo que realmente le divertía además de jugar a los naipes, las serenata y los quiebros amorosos, era realizar composiciones poéticas y como bien dice D. Emilio Orozco Diaz, ese medio social provinciano, ilustre, culto y burgués a un mismo tiempo, en el que se funde el saber libresco, el chismorreo de patios y sacristías, explica la complejidad y contrastes de la poesía de Góngora. 
Era satírico y burlón con esa ironía que se confunde a veces y que sin duda le trajo sus primeros problemas.

Es en Salamanca donde antepone sus apellidos ¿Qué por qué se intercambió los apellidos utilizando primero el apellido materno que el paterno? Sin duda y como dice muchos estudiosos buscando la eufonía en su nombre resultara más agradable.

De vuelta a Córdoba y disfrutando del puesto que le había dejado su tío como racionero de la Catedral, queriendo seguir con los mismos pasos que había tenido en Salamanca, se buscó amigos de francachelas y escribía versos como éste, donde se ve la ironía que se gastaba el muchacho:


Soy toquera y vendo tocas
y tengo mi cofre donde las otras

es chico y bien encorado

y le abre cualquier llave

con tal que primero pague

el que abriere, el tocado

que yo no vendo fiado

como otras toqueras locas.

Desde "Casos raros de Córdoba" pasando por "Paseos por Córdoba", aparece una anécdota en la que se ve envuelto nuestro poeta. D. Teodomiro en sus casos raros de Córdoba nos relata un duelo motivado por una discusión que deriva a un duelo, sin relatar más pormenores. 
Aunque también tenemos otra versión en el  "Ensayo de un catalogo biográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba" Cuenta que había una dama cordobesa que le quitaba el sueño a nuestro poeta, llamada Constanza de Cárdenas , hermana de Pedro de Cárdenas y Angulo a la que perseguía y cortejaba con requiebros de poemas, a pesar de que la señora estaba casada.
En "Paseos por Córdoba" relata una historieta de amores no correspondidos de Luis de Góngora que se confabuló con un primo suyo, el calavera D. Pedro de Angulo en el postigo de la leche de la Catedral, para raptar un Jueves Santo a doña Ana de Aragón irreprochable dama casada con Don Rodrigo de Vargas que se encontraba ausente. El rapto malogrado por los gritos inesperados de la ama que acompañaba a la señora y enterado el marido, lo reto a duelo en el "Arroyo de las piedras", y tanto Góngora  cayó herido de gravedad... 
Sea como fuere parece que este suceso parece que enfrió su fogosidad por esa y otras damas.

El sentido del humor que tenía Góngora, se convertía en ironía tal vez a causa de sus desengaños amorosos, o tal vez toda la vida del poeta fuera una frustrada búsqueda de la afectividad verdadera, lo que hizo burlarse en algunas de sus poesías de las costumbres de los enamorados
¡Imaginemos una noche solitaria en la Córdoba de 1584! Y el poeta dice así:


Que de noches frías
que me tuvo el hielo
tal que por esquina
me juzgó tu perro
y alzando la pierna
con gentil denuevo
me argentó de plata
los zapatos negros

¡En esta usa la popular contraseña que había de tirar chinitas (piedrecitas) a la ventana!


Que de noches de éstas
señora, me acuerdo
que andando a buscar
chinas por el suelo
para hacer la señal
por el agujero
al tomar la china
me ensucié los dedos


Ya recuperado y aunque no tenía vocación alguna, fue investido canónigo en su ciudad natal, pero pronto sería acusado de renunciar a sus labores en la Catedral, de charlar en vez de rezar y de asistir a corridas de toros, vetadas a los miembros del Clero donde fue amonestado por el Obispo Pacheco.
Desde 1589 viajó por diversas comisiones del Cabildo a Navarra, León, muchas partes de Andalucia y vuelve a Salamanca es en ocasión de felicitar en nombre del Cabildo eclesiástico de Córdoba al obispo de aquella diócesis D. Jeronimo de Aguayo y Manriquez por su designación para ocupar la sede cordobesa- escribe Ortiz Suarez- Góngora enferma de tal gravedad que se teme por su vida estando entre la vida y la muerte durante tres días, esta triste aventura la recuerda en uno de sus sonetos:


Muerto me lloró el  Tormes en su orilla
en un parasimal sueño profundo
en cuando don apolo rubicundo
tres veces los caballos desensillan
Fue mi resurrección la maravilla
que de Lázaro fue la vuelta al mundo (...)



Durante su estancia en Valladolid se enemistó con Quevedo a quien acusaba de imitar su poesía, aunque tuvo suerte y su figura brilló durante un tiempo de gran prestigio, ya que obtuvo la Capellanía de honor a SM  Felipe III, permaneciendo once años en la Corte, donde además buscó y buscó la protección de los más poderosos, como el Conde Duque de Olivares.
De esta forma, dentro de ese campo y por iniciativa del cordobés, se producen los primeros encuentros con Lope de Vega y desde entonces, aunque comienzan en broma, se mirarán como rivales.
Deseoso de vivir como un gran señor aunque aficionado al juego por encima de todas las cosas, acabó siendo perseguido por no pagar sus deudas y hubo de volver a Córdoba...
Un ataque de apoplejía, lo deja casi incapacitado y se marcha a vivir en una pequeña casa en la calle horno de la Trinidad muy cerca de la plaza del mismo nombre.
Ya no manifiesta la pasión familiar de antaño e incluso se queja del maltrato de sus parientes. Esta situación cambia posteriormente y es bastante seguro que la familia, al interesado sobrino Luis de Saavedra- según en el Catalogo de los Obispos- cede Góngora todos los derechos sobre su obra aunque no se preocupó nunca por publicarlas, enfrascado como estaba en asegurarse su sucesión como racionero propietario en el Cabildo.

Cuando murió en mayo de 1627- Cuenta J M R en diario Córdoba que fue enterrado sin distinción alguna en la cripta de la capilla de San Bartolome en el ángulo suroeste de la Mezquita Catedral, que todos los Góngoras tenían ganado su derecho de sepultura - prosigue diciendo- allí quedó rodeado de otros cuerpos parientes suyos, algunos de ellos sacerdotes como él. 



Como su tío carnal, hermano de su madre y fundador del enterramiento D. Francisco de Góngora que había sido capellán de S.M y que disfrutaba a su muerte de una ración entera en la Catedral.
Aunque en 1836 el marques de Cabriñana D. Ignacio Martinez de Árgote y Salgado hizo el encargo de buscar en la cripta, la urna de D. Luis que una vez encontrada, o creían haberla encontrado, fue emparedada en el muro y puesta una losa blanca grabando una leyenda que fue compuesta por Casas-Deza

Desgraciadamente Góngora no vio en vida impresas sus poesías hasta que el mismo año en que había muerto. La primera colección de sus obras, realizada por Juan López de Vicuña y Carrasquilla, se imprimió en Madrid en 1627, probablemente salió a la luz después de muerto el poeta, aunque luego fue criticada por ser incompleta y descuidada.

Toda la obra de D. Luis de Góngora fue recogida por D. Gonzalo de Hoces y Córdoba, natural de nuestra ciudad y dirigidas por D. Francisco Antonio Fernández de Córdoba maques de Guadalcazar corregidor y enmendador en la edición en Madrid, en la imprenta del reino año 1634 a costa de Alonso Perez, librero de S.M.



Biografía: Catalogo bibliográfico por Cayetano De La Barrera Y Leirado- Tanto por plumas: Paseos por Córdoba de R. Arellano T 3 pagina 236- Góngora y los poetas cordobeses del Siglo de Oro de Antonio Cruz Casado- Historia de la literatura española Barroca volumen III de Exequiel Gonzalez Más- Algunos datos sobre la familia de Góngora de Revista de Filología Española, vol. XLIV, nº 3/4 1961- Vida del poeta de Amelia de Paz- Catalogo Bibliografico de C. de la Torre- Wikipedia- Biblioteca virtual Miguel de Cervantes- J. de la Torre, Documentos gongorinos- Diario de Córdoba por J.m.R 22/11/1949- El postigo de la leche y los amores del poeta por Ricardo Molina 07/10/1961- Gongora en Salamanca por Ortiz Suarez 4/06/1961-Manuel Gahete Jurado (Instituto de Estudios Gongorinos de la Real Academia de Córdoba)- La Literatura en Andalucía: De Nebrija a Ganivet de Orozco Diaz- Foto recogida de internet

viernes, 15 de julio de 2011

Abd al-Malik al-Muzaffar

El hijo de Almanzor




La muerte de Almanzor marcó sin ninguna duda el comienzo de la ruina del Califato.
A pesar de que por algún tiempo su primogénito Abd al Malik al Muzaffar, supo conseguir del Califa recluido un decreto en el que lo reconocía y le daba los mismos poderes que en su momento le dio a su padre, a pesar de que las circunstancias eran distintas, cuando Almanzor cogió las riendas del Califato Hisham II apenas tenía trece años, en aquel momento contaba ya con treinta y siete años.
Cuentan que para el caudillo, Abd al Malik fue el preferido desde que estaba su esposa embarazada. La verdad que en un principio se casó con Dhalfa como pacto y una manera de tener bien cerca al que fue su suegro el general Gálib, tal vez fuera después cuando se enamoró de ella y tal vez ella de él, aunque tuvo que ver como su propio marido traía muerto a su padre el general exponiendo su cadáver crucificado a la entrada de su gran residencia.

Abd al Malik, fue llamado a Medinaceli, donde su padre estaba herido de muerte. Sólo le dio tiempo a verlo exhalar su ultimo suspiro, le dio los honores esperados y acto seguido reunió a su ejercito y partió para Córdoba para confirmarse como sucesor de su padre. Abd al-Malik, llegó al poder a pocos días de cumplir los veintinueve años, heredó lo que solo por ley le correspondía a un Omeya a pesar de no serlo... Y aunque sin ninguna duda los cordobeses sabían por campañas que había realizado en conjunto con su padre, que era casi tan buen general como su padre carecía de su carisma para jugar con los pactos que en su día los cristianos hicieron con Almanzor. 

La noticia de la muerte del más temido corrió como la pólvora por toda la península ibérica y cuando le llegó al conde gallego - portugués llamado Menendo aprovechó la ocasión para romper todos sus compromisos con Córdoba, se encontraba más poderoso que nunca siendo regente del príncipe Alfonso V y por lo tanto controlando León y ahora la "buena-nueva" de la muerte de su enemigo de la media luna le hacía sentirse imparable.
Desde luego no contó con la rápida respuesta de Abd al Malik que no podía permitir esa desobediencia con el gallego ya que los demás cristianos se unirían contra Córdoba y pronto organizó una cruenta operación de castigo contra León. 
Menendo con pocos movimiento para su reacción y a pesar de las desavenencias que tenía con Castilla por la custodia del joven príncipe, tuvo que pedir ayuda al enemigo del cordobés el conde Sancho Garcia III que rápido se alió con él para poder marchar contra Córdoba.
Aunque la llegada del invierno hace que firmen una tregua de no agresión entre el gallego y el castellano con el cordobés, acordando entre otras cosas que Teresa, la hija de Vermudo que había estado casada con el mismo Almanzor y que era tía carnal de Alfonso V de León fuera devuelta a su tierra, donde tomó los hábitos.

Arqueta de Leyre
Regalo de Hisham II a Abd al Malik
Museo de Navarra
A pesar de esa tregua, la "paz" duró poco pues una nueva revuelta, esta vez viene con aires de Castilla, el conde Sancho García con su continua discordia hace que Abd al Malik pasee sus fuerzas por territorio castellano como muestra de su poder a lo que el Conde no tuvo otra, que ir a pedir la paz a Córdoba y comprometerse a dar su apoyo al cordobés en futuras expediciones.


Poco tiempo pasó cuando esta vez fue el condado catalán el que se alzó contra Córdoba... Ramón Borrell y su hermano Armengol, se creyeron suficientemente fuerte como para ir contra Abd al Malik que respondió de forma contundente  contra ellos recordándoles lo que años antes había organizado su padre en Barcelona, aunque esta vez sobre la ciudad de Manresa que cuentan no dejó piedra en pie, forzando que de nuevo ambos condes pactaran la paz con el Califato.

¡Desde luego poco respiro le dieron los cristianos! Pues pronto se le olvidó al conde castellano que unido de nuevo con el leonés y con el nuevo rey de Pamplona Sancho III "El mayor" de nuevo se enfrentan a Abd al Malik que los vencen en Clunia, valiéndole al cordobés este triunfo para que Hisham le regalara la arqueta de Leyre que se encuentra en el museo de Navarra y el título de Sayf al Dawala o "Espada del Estado".  
No pudo disfrutar mucho de su título ya que al año siguiente fallecería en extrañas circunstancias, especulándose sobre un posible envenenamiento a manos de su hermanastro Sanchuelo, quién se convertirá en su sucesor.
Cuentan que el propio hermanastro envenenó la hoja de un cuchillo con el que Abd al Malik partió una manzana para comérsela, al morderla cayó muerto al instante. Haciéndose con el poder Abderraman Sanchuelo.
Esta muerte marca definitivamente la tremenda caída del Califato, lo que aprovecharon los condes de Barcelona y Urgel para organizar una expedición militar para apoyar al insurgente Muhammand al Mahdi. 

Pero eso, déjame que te lo cuente otro día.



Fuentes consultadas: 
Atlas histórico de España, Volumen 1 por Enrique Martínez Ruiz,Consuelo Maqueda Abreu,Emilio de Diego- Breve historia de Aragón de D. Gonzalez Ruiz -Wikipedia- Cordobapedia- Almanzor y su época: El Al Andalus en la segunda mitad del siglo X de Virgilio Martinez Enamorado y Antonio Torremocha Silva- El islam en Al Andalus: Historia y estructura de su realidad social de Miguel Cruz Hernandez -Atlas histórico de España E. Martin Ruiz- Foto recogida de internet

sábado, 9 de julio de 2011

La derrota de Boabdil "El Chico" en Lucena







Si la grandeza de Al Andalus comenzó en Córdoba también fue en esta ciudad donde comienza el final del único rincón donde aún mantenía parte del aroma del Califato, Granada.
Boabdil, aquel que más tarde lloraría como una mujer la perdida de su reino, cayó cautivo en manos de los cristianos en la batalla de Lucena, provincia de Córdoba.


A principios del año 1483 un ejercito encabezado por el Marqués de Cadiz y algunos nobles caballeros deciden adentrase en la Axarquia malagueña... 
Estas huestes cayeron en una emboscada por los hombres al mando del destronado Muley Hacen, que por entonces gobernaba la ciudad de Málaga, causando una sangrienta matanza de las tropas cristianas.
Cuando la noticia llegó a Granada, el Rey Boabdil envidioso de la victoria de su mayor oponente que no era otro que su propio padre, decidió pensando en la debilidad del enemigo, recuperar Lucena que era cristiana desde 1240.
Jamás podría haber imaginado que aquella contienda para eclipsar la victoria de Muley Hacen sería el principio de su fin...

Castillo del Moral donde estuvo apresado Boabdil
Lucena
La superstición vaticinaba el desastre de la empresa desde su comienzo y cuentan, que cuando salió de Granada con su ejército, el asta de uno de los estandartes que llevaban se quebró al toparse con el arco de la Puerta de Elvira y durante su camino hacia Lucena una zorra se les cruzó por las filas de sus hombres pronosticaban un mal augurio en el éxito de la jornada, y aunque sus asesores consideraron aquellos presagios suficientes para suspender la expedición. 
Boabdil, haciendo caso omiso a sus hombres ordenó seguir la marcha.

El 20 de abril de 1483 llegaron a las puertas de Lucena donde acamparon a la espera de los refuerzos de su tío Al Zaghall pero éste no llegó... Durante tres días estuvo esperando sus tropas hasta que al fin comprendió que había sido traicionado ante sus enemigos. ¡Sólo le quedaba intentar una retirada o atacar Lucena solo!
Hizo lo segundo, el ejército al mando de Boabdil intenta atravesar las puertas de Lucena, nada menos que más de 9.000 mil hombres llevaba el granadino, aunque no contó con la resistencia heroica de sus defensores... 

D. Diego Fernández de Córdoba mandó aviso a las poblaciones vecinas mediante las atalayas sobre el peligro que corría la ciudad de Lucena, manteniendo la defensa hasta que las compañías de D. Alonso de Aguilar y D. Fernando de Porras vinieron a auxiliar a los lucentinos.

A la llamada del Alcaide de los Donceles, sobrino del gran Capitán, acudieron con sus hombres de Baena y Cabra por D. Diego Fernández de Córdoba, los de Luque por Juan Venegas y por Montilla su tío D. Alonso de Aguilar.

La llegada de los refuerzos espantaron a la infantería mora que fue atropellada por sus propios caballos y jinetes de su misma bandera. 


Alcázar de los Reyes Cristianos donde estuvo
apresado Boabdil


Los cristianos acuchillaron a los que quedaron y muchos moros principales murieron en el campo.- cuenta D. Antonio Losada Campos -Mientras que Boabdil y los pocos hombres que le quedan se retira hacia el camino de Granada; el alcaide de los Donceles junto a varios de sus hombres decide perseguir al ejercito musulmán, haciéndole una emboscada a los moros rodeándolos contra un río llamado Pontón de Bindera.
Es allí donde Aliatar, suegro del Emir, muere en la batalla y Boabdil que intenta huir, con tan mala suerte que su caballo se queda atascado en el fango del arroyo Martín González, pago de Lucena y que da nombre a la batalla.
Viéndose perdido y sin caballos intenta esconderse entre la espesura de la vegetación donde fue descubierto por el capitán lucentino, Martin Hurtado quien logra reducirlo acudiendo varios soldados en su ayuda que quedaron asombrados por el aspecto lujoso que presentaba el enemigo.
Boabdil vestía con marlota de brocado y terciopelo carmesí, al preguntarle D. Diego Fernández de Córdoba quien era para vestir esos ricos ropajes, éste contesto que era hijo de un noble caballero de Granada ocultando así su verdadera identidad. 
¡Sería cobarde!

Entonces le puso una cinta roja en el cuello como signo de cautivo y lo mandó junto a otros prisioneros a los calabozos del Castillo del Moral de Lucena aún sin saber quien era realmente.


Torreón donde estuvo preso Boabdil
Porcuna- Jaen
Tres días después de la victoria cristiana fueron llevados a los calabozos del castillo de Lucena más prisioneros que se habían escondido por los campos  y al ver a su Rey despojado de sus atributos se postraron ante él llorando por la maldición que ante ellos había caído...
¡Desde luego eso asombró a los centinelas quienes tras interrogar al cautivo, ya no pudo ocultar su condición, diciendo que era Boabdil.

D. Diego mandó a uno de sus hombres a Córdoba para comunicarle a los Reyes Católicos la buena noticia:
¡¡Habían capturado al mismísimo sultán de Granada!!

Como consecuencia inmediata de la prisión del Boabdil fue la recuperación del mando sobre el reino de Granada de Muley Hacen, padre del infortunado
Mientras, el granadino fue conducido a Córdoba, residencia en ese momento de los Reyes castellanos y encerrado en las entrañas del Alcázar.

Desde Córdoba se le trasladó al torreón de Porcuna, bajo la custodia del Conde de Cabra a la espera de proposiciones que le vendrían del reino de Granada.

En total fueron dos las propuestas que le llegaron:.
La primera de Muley Hacen que les entregaría a los Reyes a diez caballeros cristianos que había hecho prisioneros en el enfrentamiento de Málaga y para ponérselo más fácil le daba igual si a Boabdil se lo entregaban vivo o muerto.
Cuadro realizado por Manuel Gómez Moreno
La segunda propuesta fue por parte de Aixa, la madre de Boabdil, que le entregaría la cantidad de dinero que los Reyes estipularan y la firma de un pacto de no agresión y ayuda mutua contra un enemigo común, Muley Hacen.
Los Católicos optaron por aceptar la segunda con unas variaciones para el recate de Boabdil que fueron:
La primera: Declararse vasallo fiel a la corona de Castilla
La segunda: Dar libertad a 400 cautivos cristianos que había en las mazmorras granadinas
La tercera: Pagar un tributo real de 14.000 ducados unas 12.000 doblas zahenes
La cuarta: Que mandara a todos sus pueblos y castillos que dieran paso y raciones al ejercito cristiano para hacer la guerra a Muley y al Zaghall
Y en garantía del cumplimiento los Reyes Católicos exigieron la entrega de su único hijo y a otros diez vástagos pertenecientes a familias granadinas, como garantía de que no incumpliría lo acordado.
¡Anda que no eran vivos los Católicos!
Para cerrar el pacto el mismo Boabdil dejó Porcuna y se dirigió a Córdoba en compañía de todos los duques, condes y caballeros que estaban en la corte, y recibido por el propio rey Fernando que extendió la mano para que se la besara en señal de respeto, Boabdil en vez de besarle la mano se besó la suya propia podría haber caído en desgracia pero no sería humillado jamás.

Con enorme tristeza  firmó el acuerdo y unos días después llegó una comitiva desde Granada donde traían a su hijo Ahmed y a los diez niños que sería utilizados para el canje.
Cuando vio a su hijo lo estrechó entre sus brazos y le dijo:

"En mala hora nací, mi pequeño Ahmed y quiera Alá que tu vida no sea reflejo de la mía, que razón tienen las gentes que me llaman el desgraciado"

Ese fue el principio del final de lo que quedaba de Al Andalus.



La rendición de Granada
de Francisco Pradilla

¿Que sucedió con las armas y vestiduras de Boabdil?

En el año 1.605 Don Francisco Fernández de Córdoba, Abad de Rute, escribía la historia de la Casa de Córdoba, relatando:

"Había entrado aquel día en batalla, el Rey de Granada Muley Boabdil, a la jineta según usanza, de que era bien diestro, en caballo rucio blanco, enjaezado ricamente, armada su persona, de una fuerte coraza, forradas de terciopelo carmesí, con clavazón dorada, capaute grabado y dorado espada jineta guarnecida de plata, puñal damasquino, marlota de terciopelo carmesí adarga y lanza fuerte"


Buscando, buscando, he tenido la suerte de encontrar una entrada en la página que escribe la marquesa Viuda de Villaseca en la que habla sobre los ropajes y armas de Boabdil.
¡La verdad es que desconocía que habían llegado a nuestro días!
Por lo que se ve esta señora lleva años dedicándose a la investigación y entre las muchas cosas interesantes que tiene en su página, en una de sus entradas cuenta la investigación que hizo para saber donde estaba y por qué se encontraba allí las armas de Boabdil El Chico.


Cuenta que por lo visto cuando se hizo preso Boabdil y entregado a los Reyes en Córdoba; tanto los ropajes como las armas del Sultán granadino fueron disputadas por los dos señores: El conde de Cabra, es decir D. Alonso de Aguilar de quien hablamos en este blog, y su sobrino el Alcaide de los Donceles; y como los ánimos se iban encendiendo tuvieron que intervenir los Reyes, con una decisión salomónica
¿Qué como lo hicieron? 
Pues dándole al primero banderas y Pendón y al Alcaide de los Donceles las armas y vestiduras.


Espada Jineta con vaina perteneciente a Boabdil
Museo del Ejercito Toledo

Según la marquesa- Este documento también podía ser el existente en dicho archivo en la pag.14 – Caja 96 – Expediente 118 año 1.518 

"Diego Fernández de Córdoba, Alcaide de los Donceles, declara lo referente a las armas del Rey Chico de Granada" - siguen los documentos:  (...) Don Fernando y Doña Isabel por la gracia de Dios Rey y Reina de Castilla, de León... etc por favor a merced a Vos Don Diego Fernández de Córdoba, Alcaide de los Donceles e de nuestro Consejo, acabando las muchas e buenas e leales servicios e faceis de cada día, especialmente en la prisión del Rey de Granada, que Vos e del Conde de Cabra, facisteis e por Vos mas honrar e sublimar o por vos de vuestros servicios, quede memoria e permanezca en vos o en vuestro linaje para siempre jamás (...)"



Estoque real y vaina de Boabdil
Museo del Ejercito Toledo

Por lo visto estaba haciendo un estudio del señorío de Salares que -cuenta la marquesa- pertenece a la casa del Alcaide de los Donceles, nos encontramos con la sorpresa- continua la marquesa-  con los trofeos de las "armas y vestiduras de Boabdil el Chico".
Con el paso del tiempo se depositan todas las armas y ropas del rey Moro en el Monasterio de San Jerónimo de Valparaiso, todo menos un puñal y siempre según la señora marquesa- damasquino que jamás salió del linaje de los señores de Salares a que vinculan a D.  Gome Fernández de Córdoba en su testamento.
Cuando el Monasterio fue desamortizado tanto las armas como el vestido fueron recogidos por los marqueses de Villaseca.
Así le consta a la marquesa por haber visto unas fotografías donde se encontraba la ropa en las casas de D. Gome, lo que hoy en día es Palacio de Viana.


Marlota de Boabdil
Museo del Ejercito

Por un momento se les perdió la pista hasta que fueron encontradas en el Museo del Ejercito donde hoy se exponen con una nota que dice:

"Armas que fueron de  Boabdil El Chico rey de Granada, legado hecho a este museo por la Excm Sra doña Carmen Pérez de Barradas, marquesa viuda de Viana en nombre de su primer esposo D. Juan Bautista Cabrera Bernuy, marqués de Villaseca que las poseyó por herencia de sus ilustres antepasados"

Por lo visto esta donación es nula ya que esta señora no tenía potestad para hacerlo ya que lo tienen que hacer sus herederos directos y ella no lo era.


Vitrina del Museo del Ejercito
donde se expone lo de Boabdil

"(...)Batalla de Lucena 1.483.- Muhmmad XII Boabdil fue apresado por las tropas de Diego Fernández de Córdoba, al que los Reyes Católicos cedieron las armas e indumentario. 
Éstas fueron conservadas por sus descendientes Marqueses de Viana, las que dividió el legado en 1.901 en su testamento.- sigue la marquesa- Una parte ingresó en el Museo de Artillería en 1.906 y el resto quedó en posesión de su hijo, quien se lo regaló al Rey Alfonso XIII el año 1.922 que pasó al Museo…"


Pero había un puñal que no se encontraba e investigando la marquesa descubrió que éste había sido regalado por el valido de Alfonso XIII , José de Saavedra y Salamanca marques de Viana que entregó su hijo D. Fausto a su fallecimiento el 14 de Junio de 1927. Ahora se encuentra en la armeria del Palacio Real.


¿El problemas? que los herederos de estas armas son los marqueses de Villaseca y no los de Viana; por lo tanto no fueron quienes deberían de haber dispuesto a regalarlos o cederlos.

Ahora yo me pregunto por qué nuestros historiadores y nuestros políticos no se han preocupado de reclamar algo que nos pertenece?
Es nuestra historia y debería verse aquí en el Alcázar, donde estuvo encerrado Boabdil.

 Palabras de la marquesa de yo suscribo: 

" Es incomprensible que esta ciudad, no se haya movido, ni luchado para recuperar estos trofeos, que no debieron dejar salir jamás, por ser partes de su historia
- Cuando nos enteramos, intentamos traerlas a Córdoba, para depositarlas en el Alcázar de los Reyes Cristianos, que como se cuenta en la historia, actuaron aquí los Reyes Católicos.
No hubo repuesta por parte de la ciudad. 
 - Con razón decía Modesto de Lafuente cuando estuvo aquí, preparando el discurso de entrada en la Real Academia de la Historia, como Socio de Honor, sobre la Caída del Califato, después de recorrer toda la ciudad, hizo el célebre pero triste comentario: 
 -“No hay ciudad en el mundo que más desprecie su historia, que Córdoba”- 
 - Lo triste es que llevaba razón.- 


Firmado:

Marquesa Vda de Villaseca "


Totalmente de acuerdo con esta señora.
Esas armas y ropaje deberían de estar en nuestra ciudad.


*Editado en Diciembre de 2018

Fuentes consultadas:
La batalla de Lucena o del arroyo de Martin Gonzalez y la prisión de Boabdil el rey chico de Granada por D. Antonio Losada Campos de la Real Academia de Córdoba Diario de Córdoba 30/01/1966-  Estudios de historia de Al-Andalus de Fernando de la Granja-Fernando el Católico: Crónica de un reinado de Fernando Martínez Laínez- Armas de Boabdil, el rey chico autora la señora Marquesa viuda de Viana- de la página de Cabrera- Villaseca- Archivo del Excmo. Sr. Conde de Luque investigado por la marquesa viuda de Viana- Atlas de las batallas, combates y sitios mas célebres de Mariano Pérez de Castro- Fotos recogidas de Internet -Foto del escudo de los Fernández de Córdoba- Museo del Ejercito de Toledo- Wikipedía

sábado, 2 de julio de 2011

Helvia, una mujer adelantada a su tiempo...






Aunque su nacimiento parece que fue la ciudad de Urgavo lo que ahora es Arjona, provincia de Jaen donde al parecer procedía su familia paterna, siendo muy pequeña se marchó su familia a Corduba, por ser el centro de la Bética.
Helvia fue hija única de uno de los miembros de la familia de los Helvios, una de las familias más importantes de la oligarquía bética.
La madre murió de parto y el viudo volvió a casarse de nuevo. Sin embargo, se conoce la existencia de una hermana mayor de Helvia, probablemente hija de una anterior unión de su madre.
Siendo una hija obediente y cariñosa fue educada en el canon romano más estricto, en el que la formación intelectual de las niñas se subordinaba a la austeridad del pudor... Ya desde entonces le interesaba el estudio pero como era costumbre, Helvia se casó (O mejor dicho, la casaron ) con quince años con un hombre mucho mayor que ella llamado Marco Anneo Séneca de cuya unión hubo tres hijos:
Novato, Séneca y Mela.
Por su hijo, el gran filósofo Séneca, sabemos que llegó a edad madura, por lo que no se descarta que solo esos tres hijos fueran los que sobrevivieran a los partos, por otra parte, nada extraño si tenemos en cuenta la enorme mortalidad infantil de aquella época.
La relación de Helvia con su esposo, a pesar de la diferencia de edad y de su actitud negativa ante la inquietud intelectual de ésta, parece que fue excelente pues Séneca se refería a él como el «queridísimo esposo».
Helvia, vio como era apartada por su marido cuando empezó a estudiar filosofía, al mismo tiempo que su hijo Séneca se iniciaba con los filósofos Soción y Atalo... El severo caballero creía más pertinente la educación tradicional, según la cual una extensa formación intelectual era perjudicial para la moralidad femenina.
Lo cierto es que lo que captó Helvia de ese aprendizaje interrumpido lo supo rentabilizar magníficamente... Con extraordinaria inteligencia administró la fortuna de sus hijos Novato y Séneca, dedicados a la vida pública, de todo lo necesario para avanzar en sus carreras como magistrados. El tercero de sus hijos, Marco Anneo Mela, se casó con Acilia, de la familia cordobesa de los Acilios y madre del poeta Lucano.
El matrimonio se consagró a cuidar de Helvia, primero en Córdoba y luego en Roma, donde se trasladaron siguiendo a sus hijos y hermanos.
Helvia enviudó cuando Séneca fue exiliado de Roma, y al quedar viuda volvió a casa de su padre pues se había casado bajo la fórmula "sine manu" , esto es, bajo la tutela paterna.
Sin embargo, según una ley promovida por Augusto para favorecer a la natalidad, como madre de varios hijos, pudo beneficiarse de esta circunstancia y administrar sus negocios sin mediación de varón alguno.
A finales del año 41 Helvia viajó a Roma para reunirse con su hijo Séneca y ser testigo de las desgracias que le acompañaron.
No se sabe la fecha exacta de su muerte.



Biografía:

Wikipedía- Mujeres de la familia Annea de Artencordoba- Biografía de Mujeres de Andalucia- Cordobeses en la Historia El día de Córdoba 11/05/2008 de Matilde Cabello -Foto recogida de Internet